martes, 25 de febrero de 2020

LOS AVATARES DE LA CULTURA COMO MERCANCÍA




LOS AVATARES DE LA CULTURA COMO MERCANCÍA. 
Texto de Miquel Amorós
 
 La palabra “cultura” deriva del latín colere, que significa cultivar, cuidar, preservar. El primero en referirse a ella en el sentido de cultivar el espíritu, mejorar las facultades intelectuales y morales, fue Cicerón. Se ha sugerido que quizás los romanos inventaran el concepto para traducir la palabra griega paideia. Según Hannah Arendt los romanos concibieron la cultura en relación con la naturaleza y la asociaron al homenaje y respeto a las obras pasadas. “Culto” comparte raíz con cultura. Todavía hoy, cuando hablamos de cultura nos vienen a la mente esas ideas de naturaleza trabajada y monumento del pasado, aun cuando la realidad haga mucho que no tiene nada que ver.


La cultura como esfera separada de la sociedad donde se ejercita la creación libremente, como actividad justificable en sí y por sí misma, es una imagen idealizada. Su autonomía tiene un momento falso. La cultura pasó por las cortes de los reyes, se alojó en los monasterios e iglesias, fue protegida por los mecenas de los palacios y los salones. Cuando éstos la abandonaron la compró el burgués. El goce de la cultura ha sido el privilegio de la clase ociosa, liberada de la obligación de trabajar. Hasta el siglo XVIII la cultura fue patrimonio de la aristocracia; después, ha formado parte del acervo de la burguesía. Los escritores y artistas han tratado de preservar su libertad manteniendo independiente el proceso de creación, viviendo ellos mismos al margen de las convenciones sociales, pero a fin de cuentas es el burgués quien paga por el resultado final, es decir, por la obra. El burgués le pone precio, tanto si le complace como si le provoca y da pasmo. Tanto si sirve para algo como si es perfectamente inútil. Para el burgués la cultura es objeto de prestigio; quien la posee asciende en la escala social. La demanda de la clase dominante determina pues la formación de un mercado de la cultura. Para el burgués la cultura es un valor como los otros, un valor de cambio, una mercancía. Incluso las obras que rechazan la condición de mercancías, cuestionan la cultura mercantilizada e imponen sus reglas son también mercancías. Su valor consiste precisamente en ser rupturistas, ya que impulsan la renovación, esencial para el mercado. La cultura en conflicto con la burguesía es la cultura burguesa del futuro.

Por haberse atrincherado aparte en tanto que producción especial del espíritu humano, por no haberse involucrado en la transformación de la sociedad, es por lo que la cultura bajo el dominio burgués ha fracasado. Las vanguardias de comienzos del siglo XX –futuristas, dadaístas, constructivistas, expresionistas, surrealistas– trataron de corregir ese error ideando y difundiendo nuevos valores subversivos, nuevos comportamientos disolventes, pero la burguesía los supo trivializar y expropiar. El secreto consistió en impedir la formación de un punto de vista general. Los mejores descubrimientos eran esterilizados al separarse de la investigación global y de la crítica total. Los mecanismos comerciales y la especialización conseguían levantar una barrera entre el creador y el movimiento obrero revolucionario, el que le podría servir de base para acentuar todos los aspectos subversivos contenidos en su obra. Así renunció a cambiar el mundo y aceptó su trabajo como disciplina fragmentada, productora de obras degradadas e inofensivas.

Resulta significativo que cuando el pueblo llano se proletariza, desaparezca la cultura popular. El sistema capitalista somete al pueblo a la esclavitud asalariada y la burguesía culta descubre y se apropia de su folklore. La primera cultura específicamente burguesa es la cultura romántica. Como corresponde a un periodo revolucionario, es al mismo tiempo apologética y crítica; ensalza los valores burgueses y los cuestiona. Ese aspecto crítico influirá en la clase obrera. Cuando el proletariado concibe el proyecto de apropiarse de la riqueza social para ponerla al servicio de todos se percata de su aislamiento cultural y reivindica la cultura –principalmente en su vertiente romántica– como instrumento imprescindible de emancipación. Las bibliotecas, los ateneos, las escuelas racionalistas, las publicaciones formativas revelan la voluntad de los obreros por tener una cultura propia, arrebatada a la burguesía y puesta fuera del mercado en provecho de todos. Dependía de la vanguardia cultural, movimiento que hace tabla rasa con el pasado, que ese detournement obrero de la cultura burguesa no introdujese sus taras ideológicas en el medio proletario y desembocara en valores realmente nuevos y revolucionarios.

Entonces hubiera podido hablarse de una auténtica cultura proletaria. No fue así. Las propias victorias obreras, especialmente las que acarreaban una disminución del tiempo de trabajo, fueron usadas en contra de los trabajadores. El ocio se volvía de alguna manera proletario y la vida cotidiana de millones de trabajadores se abría al capitalismo. La dominación dispuso de dos poderosas armas creadas por la racionalización del proceso productivo: el sistema educativo estatal y los medios de comunicación de masas, el cine, la radio y la televisión. Por un lado teníamos una cultura burocrática, destinada a trasmitir las ideas de la clase dominante, por el otro, una expansión sin precedentes del mercado cultural, determinando la aparición de una industria de la cultura. El creador y el intelectual podían escoger entre la poltrona del funcionario o el camerino del animador. “Para conferir a los trabajadores el estatuto de productores y consumidores “libres” del tiempo-mercancía, la condición previa fue la expropiación violenta de su tiempo” (Debord). El espectáculo empezó a hacerse realidad con esa desposesión llevada a cabo por la industria cultural. Por una astucia técnica de la dominación la abolición del privilegio burgués no introdujo a las masas trabajadoras en la cultura, las introdujo en el espectáculo. El ocio no las liberó sino que culminó su esclavitud.

El tiempo “libre” es tal sólo de nombre. Nadie puede emplear su tiempo libremente si no posee los instrumentos adecuados para construir su vida cotidiana. El tiempo llamado libre existe en condiciones sociales de falta de libertad. Las relaciones de producción determinan absolutamente la existencia de los individuos y el grado de libertad que han de poseer. Esta libertad se ejerce dentro del mercado. En su tiempo de ocio el individuo desea lo que la oferta le impone. A más libertad, mayor imposición, o sea, más esclavitud. El tiempo libre es ocupación constante; es pues una prolongación del tiempo de trabajo y adopta las características del trabajo: la rutina, la fatiga, el hastío, el embrutecimiento. Al individuo la diversión le viene impuesta no ya para reparar las fuerzas gastadas en el trabajo sino para emplearlas de nuevo en el consumo. La diversión es la prolongación del trabajo en el capitalismo tardío” (Adorno). La cultura entra en el campo del ocio y se convierte en cultura de masas. Si la sociedad burguesa clasista utilizaba los productos culturales como mercancías, la sociedad de masas los consume. Ya no sirven para perfeccionarse o para mejorar la posición social; su función es la de divertir y pasar el rato. La nueva cultura es entretenimiento y el entretenimiento es ahora la cultura. Se trata de distraer, de matar el tiempo, no de educar y menos liberar el espíritu. Divertirse es evadirse, no pensar, por consiguiente, estar de acuerdo. Así se hace soportable la miseria de la vida cotidiana. La cultura industrial y burocrática no enfrenta al individuo con la sociedad que reprime sus deseos, sino que doma el instinto, embota la iniciativa y acrecienta la pobreza intelectual. Busca estandarizar cambiando al individuo por un estereotipo, el que se corresponde con el súbdito de la dominación, a saber, el espectador. La cultura industrial convierte a todo el mundo en “público”. El público por definición es pasivo, procede por identificación psicológica con el héroe televisivo, con la vedette, con el líder. Son los modelos de la falsa realización propios de una vida alienada. La imagen domina sobre cualquier otra forma de expresión. El espectador, no interviene, hace de bulto; tampoco protesta, más bien es el decorado de la protesta. Es más, si las conductas rebeldes se vuelven moda cultural es porque la protesta se ha vuelto mercancía. Sirva de ejemplo reciente la “movida” madrileña o su homóloga, la contracultura barcelonesa de los setenta. La verdadera función del espectáculo contestatario es integrar la revuelta, revelando el grado de docilidad o el nivel de idiotez de los participantes. El espectáculo extiende al máximo los momentos vulgares de la vida disfrazándolos de heroicos y únicos. En plena derrota de las ideas de igualitarias y libertarias, el espectáculo es el único que construye situaciones, aquellas en que los individuos ignoran todo lo que no divierte. Así se incuba el espectador, ser disperso a quien el régimen cotidiano de imágenes “ha privado de mundo, cortado de toda relación y vuelto incapaz de fijar la atención” (Anders).


Además de frívolos los productos de la cultura industrial son efímeros, pues la oferta ha de renovarse constantemente ya que el dominio sobre la vida cotidiana sigue las pautas de la moda, y en la moda la inconstancia es la regla. La moda siempre vive en presente. Incluso el pasado parece actual: el márketing consigue presentar a El Quijote como un libro acabado de escribir y a Goya como un pintor de la jet. El diluvio informativo que soporta el espectador está descontextualizado, privado de perspectiva histórica, dirigido a mentes preparadas para recibirlo, maleables, sin memoria y, por lo tanto, indiferentes a la historia. Los espectadores no viven más que en el instante. Sumergidos en un perpetuo presente son seres infantiles, incapaces de distinguir entre distracción banal y actividad pública. No quieren madurar, quieren pararse eternamente en la edad del pavo. Creen que la farsa lúdica es la conducta pública más apropiada, la única que surge espontáneamente de su existencia pueril. Esa valoración espectacular de la parodia juguetona hace del mundo de los niños un absoluto, donde han de ser confinados los adultos. La infantilización separa definitivamente al público espectador de los verdaderos actores, los dirigentes. El hecho es más que perverso; difícilmente la protesta puede sobrevivir a las maniobras de los recuperadores infiltrados, pero nunca sobrevivirá a una versión cómic. La ideología ludista es la buena conciencia de las mentes infantilizadas bajo el espectáculo.

El espectáculo integrado reina donde la cultura estatal y la cultura industrial se han fusionado. Las mismas normas rigen las dos. La creciente importancia del ocio en la producción moderna ha sido una de las causas que han impulsado el proceso de terciarización económica característico de la globalización. La cultura, en tanto que objeto de consumo en tiempo ocioso, se ha desarrollado como fuerza productiva. Crea empleos, estimula el consumo, atrae visitantes. El turismo cultural es mayoritario ya que la oferta cultural es prioritaria en las ciudades. La industria cultural se ha diversificado y ahora el mercado de la cultura es global. Se exporta y se importa cultura, como se importan y se exportan pollos. Los adelantos técnicos en el transporte favorecen esa mundialización; la basura, como los medios de comunicación nos muestran, es igual para todos. En las cuatro esquinas del mundo se oye “Macarena”. Los nuevos sistemas técnicos –Internet, vídeo, DVD, fibra óptica, televisión por cable, telefonía móvil– han acelerado el proceso globalizador de la cultura burocratico-industrial; también le han proporcionado un nuevo territorio: el espacio virtual. En esa nueva dimensión el espectáculo efectúa un salto cualitativo. Todas las características de la susodicha cultura, a saber, banalización, unidimensionalidad, frivolidad, superficialidad, ludismo, eclecticismo, fragmentación, etc., se hallan realizadas a niveles insuperables. La cultura del monitor culmina a la carta la colonización de la vida cotidiana proyectando en la nada virtual la realización de los deseos. La “interactividad” que permiten las nuevas tecnologías rompe en el éter electromagnético alguna de las reglas del espectáculo, como la pasividad o la unilateralidad, y gracias a eso el espectador puede comunicarse con otros y participar activamente, pero sólo en tanto que fantasma. El alter ego virtual puede ser dentro de la matriz tecnológica todo lo que quiera, especialmente todo lo que el ser real no será jamás en el espacio real, de forma que a través de ese desdoblamiento del ser, el individuo contribuye a su propia imbecilidad y por lo tanto, a su aniquilamiento. La alienación moderna se descubre a través de los nuevos mecanismos de evasión como una modalidad de esquizofrenia.

En la actual fase histórica y en la medida en que un proyecto contra el sistema dominante es concebible, recobrar la cultura como cultura animi ciceroniana no significa dedicarse a una paciente erudición, o a una habilidosa cultura artesanal, o a una restitución militante de la memoria. Es ante todo práctica del sabotaje cultural inseparable de una crítica total de la dominación. La cultura murió hace tiempo y la sustituyó un sucedáneo burocrático e industrial. Por eso todo aquél que hable de cultura –o de arte, o de recuperación de la memoria histórica– sin referirse a la transformación revolucionaria de la vida social tiene en la boca un cadáver. Toda actividad en ese campo ha de inscribirse en un plan unitario de subversión total; por consiguiente toda creación será fundamentalmente destructiva. No ha de rehuir el conflicto, ha de plantearlo y permanecer en él.

 

 

 

martes, 11 de febrero de 2020

CARLOS TAIBO, "COLAPSO: CAPITALISMO TERMINAL, TRANSICIÓN ECOSOCIAL, ECOFASCISMO"




Referencias. Carlos Taibo sobre el colapso

“El debate relativo a un eventual colapso general del sistema que padecemos falta llamativamente tanto en los medios de incomunicación como entre los responsables políticos. Dicho esto, agrego que no estoy en condiciones de afirmar taxativamente que se va a producir ese colapso general, y menos lo estoy de adelantar una fecha al respecto. Me limito a señalar que ese colapso es probable. No sólo eso: que los datos que van llegando invitan a concluir que es cada vez más probable, algo que, por sí solo, invitaría a asumir una estrategia de reflexión, de prudencia y, claro, de acción”.


Carlos Taibo, "Colapso: Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo". 
Descarga AQUÍ 
 
Enlace al coloquio celebrado a finales de 2019 en una televisión local de Cataluña, ¿Cómo afrontamos el colapso?:









sábado, 25 de enero de 2020

MALA MEMORIA O FACILIDAD DEL OLVIDO






Referencias: Stig Dagerman

Digo, por propio entendimiento, que el humano cerebro tiene un enorme hueco, donde más que otra cosa, acumula consuelos. Para sobrevivir a los rencores que la memoria produce a lo largo de una vida y avivar el perdón que brota de allí mismo, manantial del olvido. Tengo un gen “homo” común a tres dioses reunidos en un solo cuerpo humano, santísimo misterio de la Humanidad. Cierto es que nunca fuimos sólo tres simios (erectus, neandertal y sapiens, servidor de ustedes), que siempre fuimos muchos y muchas más. Individuales multitudes que se buscan de una en una y gen a gen. Y que siempre fue así (un Tres en uno), cuerpos lubricantes que ni perdonan ni olvidan, sino todo lo contrario, en amoroso triángulo.
Por siempre almas mendicantes de cuerpos fértiles y estériles consuelos. Eunucos de la raza deseante e impenitente, cuerpos castigados o aliviados al gusto, abocados a parir sin descendencia y con dolor, memorables olvidantes. Y todo eso sólo para hacer más llevadera, malamente, esta vida eternamente breve. A.Dké


Fotografía de Teun Hocks
Escribía ésto, entre otras cosas, cuando oportunamente me regalan un libro, ya viejo, de un escritor sueco, Stig Dagerman, editado por Pepitas de Calabaza: “Nuestra necesidad de consuelo es insaciable”. Y digo viejo con conocimiento de causa, porque el libro tiene mi edad aproximadamente.

"Estoy desprovisto de fe y no puedo, pues, ser dichoso, ya que un hombre dichoso nunca llegará a temer que su vida sea un errar sin sentido hacia una muerte cierta. No me ha sido dado en herencia ni un dios ni un punto firme en la tierra desde el cual poder llamar la atención de Dios; ni he heredado tampoco el furor disimulado del escéptico, ni las astucias del racionalista, ni el ardiente candor del ateo. Por eso no me atrevo a tirar la piedra ni a quien cree en cosas que yo dudo, ni a quien idolatra la duda como si esta no estuviera rodeada de tinieblas. Esta piedra me alcanzaría a mí mismo, ya que de una cosa estoy convencido: la necesidad de consuelo que tiene el ser humano es insaciable".

Fragmento de Nuestra necesidad de consuelo es insaciable, de Stig Dagerman.  


Ver completo AQUI

http://www.contranatura.org/articulos/Filos/PDF/Dagerman-Consuelo.pdf


Hasta ahora desconocido para mí, dicen los de Pepitas de Calabaza que "Stig Dagerman fue el niño prodigio de las letras escandinavas. Nacido en Älvkarleby (cerca de Estocolmo) en 1923, frecuentó los ambientes anarquistas suecos y se convirtió en un habitual de sus publicaciones. Entre 1945 y 1949, de los 21 a los 26 años, escribió toda su obra: cuatro novelas, cuatro obras de teatro, un volumen de novelas cortas, cuentos, ensayos y poemas. Se suicidó en la ciudad de Enebyberg en 1954, tras cinco años de silencio literario únicamente roto —dos años antes de su muerte— por esta pequeña obra maestra que aquí publicamos".


viernes, 10 de enero de 2020

LA TIERRA DE NOD (MUNDO CAINITA )



El primer asesinato narrado por el libro del Génesis fue interpretado por el pintor italiano Gaetano Gandolfi, quien a diferencia de otros muchos pintores que también trataron el tema, en esta obra deja entrever con claridad que el arma homicida fue la quijada de un animal, probablemente de un asno. 

 
Según el libro del Génesis, la Tierra de Nod, situada al oriente del Edén, es el país donde se refugió Caín tras matar a su hermano Abel y, por ello, ser maldecido por Jahavé y castigado al exilio. Ambos hermanos fueron hijos de los primeros humanos, Adán y Eva, que a su vez fueron los primeros expulsados de la tierra original, del Edén, por comer fruta del árbol prohibido. Siendo nosotros sus descendientes, habríamos heredado la condición de emigrantes  y fugitivos, perpetuamente condenados a vivir exiliados en la Tierra de Nod, en una eterna añoranza del Edén que, si así fuera, sería una tierra vacía y despoblada.     Siempre fue identificado el Edén con la fértil Mesopotamia...visto el mapa adjunto, lo que hay al oriente de Mesopotamia no es otro país que el actual Irán. Nadie podrá decir que los textos bíblicos estaban desorientados. 

sábado, 28 de diciembre de 2019

AQUÍ Y EN ROMA

AQUÍ Y EN ROMA

fotografía de Teun Hocks



¿Guardan nuestros pueblos algún secreto, algún tesoro oculto que pueda interesar a los inversores, a quienes hoy dominan el mundo? No si no son rentables. Y menos aún cuando nuestros pequeños o grandes tesoros locales ni siquiera interesan a la inmensa mayoría de los que vivimos en los pueblos. De esos inversores, efectivamente no cabe esperar nada. Sabemos que aquí no pondrán un euro si calculan que no van a sacar al menos dos. El territorio, no la gente que lo habita, es lo único que pudiera interesarles. Sólo aquello que se pueda extraer del territorio para producir "cosas" en los polígonos industriales con destino a las masas consumidoras, concentradas en las grandes ciudades.

La gran ciudad es su modelo, porque allí son menores los costes de distribución. Sólo invertirán en los pueblos si aquí encuentran terreno regalado y grandes subvenciones que compensen suficientemente el incremento de costes. ¿O es que hemos olvidado que los pueblos somos parte del mundo y que éste está organizado exclusivamente con criterio económico, para la obtención de beneficio para los propietarios del mundo, para la acumulación de capital y, en definitiva, para el incremento y concentración del poder que se deriva de esa acumulación? ...pues “eso” se llama “capitalismo” y es muy curioso cómo la pequeña burguesía rural, la que vive para acumular “propiedades”, evita nombrar al bicho. Parece que no quisieran molestarle, que entienda que ellos sólo reclaman  el sobrante, las migajas del negocio capitalista.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

LUCHA SIN CLASES: ¿POR QUÉ EL PROLETARIADO NO RESURGE EN EL PROCESO DE CRISIS CAPITALISTA?




 Norbert Trenkle

*Krisis: fundada en 1986, es una revista y agrupación de teóricos y militantes alemanes provenientes del marxismo que, al romper con el anticapitalismo marxista tradicional, participa en la transformación de la crítica de la economía política en el sentido de una crítica del conjunto de las formas sociales y categorías capitalistas, el valor, el trabajo, la mercancía, la masculinidad, la feminidad y el Estado. Este grupo forma parte del movimiento de la « wertkritik » (crítica del valor), y publica una revista del mismo nombre, Krisis, en idioma alemán.
*Crítica de la política: el grupo Krisis rechaza la forma de la política tradicional e intenta desarrollar otras formas que se alejen de las formas fetiches: una «política sin política». Algo así como una «antipolítica». Sin embargo, esa « antipolítica » no tiene nada que ver con la renuncia a la intervención consciente y tampoco tiene que ver con un gusto estetizante por el extremismo. La antipolítica surge al contrario de la crítica radical de la política bajo el capitalismo. La antipolítica rechaza la traición de la intención inicial de los actores políticos tradicionales. Busca la separación radical respecto al mundo de la política y de sus instituciones, rechaza la representación y la delegación, para en su lugar inventar nuevas formas directas de intervención.​ 
*En este artículo, Norbert Trenkle critica el concepto de lucha de clases y los intentos de su renovación por las nuevas corrientes marxistas, proponiendo entender la crítica capitalista más allá de los enfoques tradicionales. Plantea la necesidad de generar conocimientos desde la experiencia práctica y la investigación empírica, como forma para ubicarnos en el nuevo contexto global que impone el capitalismo. Comparto este escrito, por su intento de reflexionar fuera de los amarres ideológicos del marxismo tradicional y por contribuir al entendimiento de las dinámicas de descomposición social generadas por el capitalismo a partir de la generalización de la mercancía-dinero como mediadora de las relaciones sociales.

sábado, 9 de noviembre de 2019

CONTRA LA NATURALIDAD DEL HORMIGUERO


Contra la naturalidad del hormiguero

Masa es un hormiguero gigante que ha logrado colonizar un planeta entero. Es un organismo que se rige internamente por un sistema mecánico sin conciencia de sí, del que cada hormiga sólo conoce una mínima y exclusiva parte, la que a ella le afecta. Masa es un inmenso organismo, parásito del planeta en el que se aloja, al que ha superado en tamaño. A su costa, ha engordado tanto en estos últimos años que lo ha dejado seco. Masa no tiene memoria, ha gastado todo su futuro y sólo le queda un poco de presente, así que no tiene más remedio que estirarlo hasta el infinito. Si quiere sobrevivir, Masa tendrá que sacrificar a todas las hormigas que ahora le son innecesarias. De todas formas iban a morir por inanición si el mecanismo de Masa se detiene. Cada una de sus miles de millones de hormigas, aisladas en su propia tarea, tienen muy difícil conocer el mecanismo por el que funciona el hormiguero. Sólo unas pocas comparten ese secreto, por el que Masa ha crecido y prosperado sin parar durante casi tres siglos...hasta ahora. Así, es natural que el mecanismo no pueda parar, sería el fin, de cada hormiga y de todo el hormiguero. Cada una tiene que seguir a lo suyo, siguiendo la rutina aprendida, la que le ha tocado a cada una en suerte, esa rutina que le permite sobrevivir. Pero Masa sabe que ha llegado a un punto crítico, por su superior inteligencia mecánica y por su experiencia en situaciones parecidas, tiene la mejor solución. Si quiere salvarse tendrá que deshacerse de todas las hormigas sobrantes. No será muy difícil, la inmensa mayoría morirán de hambre o se matarán entre ellas, como ya pasó otras veces. Y mientras hace este cálculo, la mayoría de hormigas sobrantes piensan que las sobrantes serán otras, no ellas. Ninguna quiere sufrir más de la cuenta, prefieren seguir con su rutina diaria, como si nada, cada una a lo suyo.

domingo, 20 de octubre de 2019

ELOGIO DEL TUMULTO

 


 

Reproduzco el último artículo de Amador Fernández-Savater publicado en su blog "Interferencias" dentro del diario.es, a raíz de los tumultos que han tenido lugar en Barcelona durante los últimos días y que tanto han escandalizado a la gente de "orden" y a unos medios de comunicación que  han puesto el foco sobre el "conflicto catalán" exclusivamente centrado en la violencia desatada en las calles de Barcelona durante las noches de la pasada semana. Todo ello en una operación de propaganda subliminal que ya se traduce en las encuestas preelectorales,  marcando un decidido avance de los partidos "de orden".


ELOGIO DEL TUMULTO

"De los tumultos surgieron en Roma todas las buenas leyes" (Maquiavelo)


¿Cuál es la principal aportación de Maquiavelo al pensamiento político? Según el filósofo francés Claude Lefort, es la idea de división social. No hay armonía en ningún sitio, toda sociedad se encuentra dividida entre los Grandes que quieren dominar y el pueblo que rechaza ser dominado. Entre ambos hay desunión, tumulto y conflicto. La vitalidad y la justicia de cualquier sociedad se juega siempre en la disposición que da a esa división insuperable.

¿Será el conflicto absorbido, sofocado o tendrá alguna vía abierta para desplegarse? De la respuesta a esta pregunta se deducen según Maquiavelo-Lefort los tipos de organización social: el principado, en el cual las instituciones están por encima de la sociedad y se protegen de sus agitaciones; la república, en la cual la ley se deja afectar por el conflicto y se transforma para darle una respuesta; la anarquía, donde el conflicto no tiene ninguna respuesta y corre el riesgo de pudrirse o convertirse en guerra civil.
En la primera opción, la ley es propiedad de los Grandes y su avidez de poder y riqueza no encuentra ningún freno, la sociedad queda sometida. En la segunda, la rapacidad de los Grandes encuentra un límite, el conflicto del pueblo logra modificar las leyes establecidas, su deseo de no ser gobernados se inscribe en derecho (la creación del tribuno de la plebe en Roma, por ejemplo). En la tercera, la situación se detiene, se estanca o se pudre al no encontrar ninguna forma de elaboración.

jueves, 17 de octubre de 2019

BIENVENIDOS AL CAOS, DIARIO DE REVUELTA

 


 


Selecciono aquí dos recientes artículos de Bernat Dédeu y Jordi Galves  (publicados en el diario digital "El Nacional Catalán".), que a mi entender expresan muy bien las contradicciones de la sociedad catalana en general y de su parte independentista en particular, más aún a partir de los disturbios que estos días escandalizan a la clase política española, mientras los medios del regimen  le hacen la cama gratuitamente  a Vox. 
Ahora entendemos que hubiera quienes vieran en el  accidente tragicómico del paracaidista estampado contra una farola en el desfile militar del Día Nacional de España, un presagio de lo que iba a suceder estos días en Cataluña. 

domingo, 13 de octubre de 2019

APUNTES SOBRE EL IMPERIALISMO DEL SIGLO XXI. CONTRIBUCIÓN A LA CRÍTICA DEL MARXISMO POSTMODERNO



 
  
Apuntes sobre el imperialismo del siglo XXI. 
Contribución a la crítica del marxista postmoderno.

 Artículo de Angeles Díez, publicado en www.insurgente.org de 22-08-2018

“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea y que no sabía de la pelea de los cometas en el cielo que van por el aire dormido engullendo mundos”. (José Martí, Nuestra América)


A principios del siglo XXI habían caído los países del Este, Estados Unidos, a pesar de ser el país más endeudado del planeta, se convertía en la única potencia hegemónica gracias a sus más de 800 bases militares repartidas por todo el mundo, a un presupuesto militar que superaba la suma del presupuesto militar del resto de los países, al control del dólar como divisa de las transacciones internacionales; pero sobre todo, gracias a su hegemonía cultural e ideológica conseguida con el monopolio y control de las industrias culturales y las corporaciones mediáticas.
Sin embargo, ese paraíso de poder incontestable anunciaba su declive en el terreno económico político, una descomposición social interna sin precedentes, y una pérdida creciente de la influencia en lo que siempre ha considerado su patio trasero latinoamericano. Definitivamente, hoy, Estados Unidos ha perdido su capacidad para dirigir el mundo.
La potencia que ha liderado la expansión capitalista está en caída libre lo cual la hace especialmente peligrosa. Existe, no obstante, un campo en el que sigue manteniendo su hegemonía, el campo cultural e ideológico. Aquí parece estar ganado la contienda. Como en la película de las hermanas Wachowski, The Matrix, los guardianes del simulacro se ocupan de hacer desaparecer toda evidencia del verdadero rostro del capitalismo y nos mantienen en una servidumbre voluntaria(1) nutriendo de energía a la maquinaria que nos somete.
No trataré en este artículo de las contradicciones que se producen en el seno del capitalismo sino cómo y por qué y sobre todo quienes son algunos de estos guardianes de la matriz que se ocupan, consciente o inconscientemente, de apuntalar el capitalismo y la civilización occidental, en evidente crisis e incapaz ya de resolver las mínimas condiciones de subsistencia para las dos terceras partes de la humanidad, incluidos gran parte de sus ciudadanos.

jueves, 3 de octubre de 2019

4 de octubre, la Revuelta de la España Vaciada o la Rogativa a San Francisco de Asís




Hoy, 4 de octubre, es el Día Internacional (no oficial) del Cáncer de Mama y en la onomástica religiosa es el Día de San Francisco de Asís. España celebra hoy, simultáneamente, una jornada reivindicativa contra el Cáncer de Mama y contra la Despoblación Rural (la Revuelta de la España Vaciada), para pedirle al Estado que nos cure el cáncer y que industrialice (¿más? nuestros cuerpos, nuestros campos y nuestros montes. Para volver a llenar los pueblos con los hijos y nietos de los que fueron expulsados a las ciudades. La España entonces vaciada exige hoy ser llenada por el mismo Estado y por el mismo Capital que la vaciaron durante décadas, a base de saquear sus bienes naturales y llevarse a su gente a los polígonos industriales. El Día parece estar bien elegido, ya que una rogativa a San Francisco de Asís parece lo mejor cuando lo que se pide es un imposible que solo tiene arreglo religiosamente, con un milagro.

GRETA Y DONALD EN LA ONU: "ESTO LO CAMBIA TODO"


Reproduzco aquí un interesante artículo de Miguel Muñiz, publicado en la revista "Mientras Tanto", correspondiente a octubre de 2019, seguido de un texto de Jorge Riechman enlazado desde ese mismo artículo.

GRETA Y DONALD ACTÚAN EN LA ONU. Miguel Muñiz
Con sólo un día de diferencia, Greta Thunberg, la adolescente sueca elevada a símbolo de la rebeldía juvenil contra el cambio climático, y Donald Trump, el presidente USA considerado el negacionista número uno del mismo, han intervenido ante la asamblea de las Naciones Unidas en lo que acaso sea el mejor ejemplo de esquizofrenia global del capitalismo especulativo en versión debate político.

Comencemos por Greta, una joven que padece el síndrome de Asperger, cara visible de lo que se define como el movimiento juvenil “Viernes por el Futuro”, que consiste en que adolescentes y jóvenes, de países ricos mayoritariamente europeos, faltan a clase los viernes para presionar a los políticos y que digan la verdad sobre la catástrofe climática.
Como corresponde al progresismo global, Greta encabeza un movimiento sin estructura aparente detrás. Analizando su expresión más visible, la ExtinctionRebellion, se comprueba la enorme distancia entre la gravedad de un conflicto que afecta de manera desigual y compleja a toda la Humanidad,la banalidad de su enfoque y diagnosis, comenzando por la declaración enfática de que vivimos en un sistema tóxico del que nadie tiene la culpa. Una
contradicción más a sumar al extenso catálogo de despropósitos y desmesuras propagandísticas bondadosas que culminan con la imagen de Greta Thunberg cruzando el Atlántico en el Malizia II, un velero de fibra de carbono y diseño vanguardista, propiedad de un empresario vinculado a la aeronáutica, como símbolo de su voluntad de no emitir Gases de Efecto Invernadero.

miércoles, 25 de septiembre de 2019

LO REAL, LO VIRTUAL: ENSAYOS DEL YO

 

 

Zenda Liendivit es arquitecta y filósofa. El presente texto es un fragmento del libro sobre la Modernidad y sus espacios que la autora está preparando. Ha publicado más de diez libros sobre la modernidad y sus cruces con otros saberes y disciplinas. Dirige Revista Contratiempo desde el 2000

Lo real, lo virtual: ensayos del yo
Zenda Liendivit
Publicado en revista Contratiempo: http://www.revistacontratiempo.com.ar/

Las construcciones materiales y las construcciones simbólicas que conforman la ciudad moderna se potencian y generan, recíprocamente, en el concepto de progreso científico. La superación constante e ininterrumpida, posibilitada por los adelantos tecnológicos, será la razón, la política, la ética y la estética de la modernidad. Época que aspirará siempre a un tiempo que no es el presente, incluso a costa de éste, del que poco se sabe y en el que se depositarán tanto el capital material como el espiritual de una sociedad. El territorio acotado y bien delimitado; la alta densidad; el crecimiento vertical en detrimento de la horizontalidad clásica; las actividades comerciales y financieras como sistema neurálgico de la vida urbana; el imperativo cultural; las nuevas formas de sociabilización y los sólidos mecanismos de control y vigilancia de los cuerpos, son algunas de las premisas fundacionales de la metrópolis. Pero como lo comprobó dolorosamente Le Corbusier, ya casi a mediados del XX cuando había que refundar Europa, nada que involucre al hombre y sus pasiones puede decidirse exclusivamente en el diseño, atendiendo solo las cuestiones puramente objetivas. Mucho menos, pensarse como fórmula matemática, emparentada como nunca a la utopía maquinista, que evitaría revoluciones, una función inversamente proporcional donde a mayor eficacia del trazado, menor deseo de protestas y barricadas. La puesta en acto de cualquier proyecto arquitectónico o urbano siempre necesita sortear el último escollo, que no es otro que la vida misma.

lunes, 26 de agosto de 2019

TOQUE DE CAMPANAS

La de ayer fue una mañana de tañer campanas entre los pinos de Monte Royal (¿no será Monte Boyal?). Un niño, mas un grupo de más vecinas que vecinos, de las tierras de Aguilar de Campoo, aprendíamos historia, costumbres y usos de las campanas, así como los más comunes y antiguos toques, de la mano amiga de los campaneros villaltanos, los de Villota del Páramo.

REFHERENCIAS


Simone Weil


3. Simone Weil: la desgracia y el arraigo, 
dos conceptos para leer el presente.
(Ensayo de Constanza Serratore, Revista Pléyade, nº4, 2009)


Síntesis:
 
La malheur (desgracia) y el arraigo son dos conceptos “pivote” en la obra de Simone Weil, y nos abren a lo que hemos llamado las dos dimensiones del pensamiento de la autora: la mística y la política. Es por ello que veremos cómo las nociones que estructuran la concepción metafísico-religiosa darán paso al otro tema fundamental, el tema del arraigo, que estructura la concepción política.
Explicitadas algunas de las dificultades con las que nos encontraremos a lo largo del presente trabajo, diremos que el mismo se es tructura en dos partes: la primera está dedicada al análisis de la “malheur” (desgracia) y la segunda al tema del arraigo.
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Simone Weil es, desde nuestra perspectiva, una pensadora de interés porque dirige su mirada hacia la comunidad, pero lo hace desde una posición especial, como dirá Roberto Esposito, desde una cierta mirada de lo impolítico. Como desarrollaremos a lo largo del texto, Weil es una pensadora que se anima a mantener fija la mirada ante el núcleo central de la política, que es el conflicto, la lucha a muerte en la que al matar al otro, se mata uno a sí mismo.

 

La desgracia: no hay nada en mí que no pueda perder

En “La persona y lo sagrado”, S. Weil muestra a estos malhereux que “suplican silenciosamente que se les proporcione palabras para expresarse” como quienes poseen una sabiduría secreta que sólo el contacto directo con la realidad puede proporcionar. El conocimiento que “entra por la carne”, el de la experiencia del mundo, coloca a estos desgraciados frente a una verdad que es pura impotencia, incapacidad radical de poder ser formulada por el discurso racional dominante:

[...] como un vagabundo acusado en un Tribunal correccional por haber cogido una zanahoria en un campo se mantiene de pie ante el juez, quien cómodamente sentado, ensarta elegantemente preguntas, comentarios y bromas, mientras que el otro no logra casi ni balbucear; así se mantiene la verdad ante una inteligencia ocupada en alinear elegantemente opiniones.


Si alguien conoce la realidad de la desgracia debe decirse a sí mismo: “Un juego de circunstancias que yo no controlo puede quitarme todo en cualquier instante, incluidas todas las cosas que son tan mías que las considero como si fueran yo mismo. No hay nada en mí que no pueda perder. Un azar puede en cualquier momento abolir lo que soy y poner en su lugar cualquier cosa vil y despreciable”. Pensar esto con toda el alma es experimentar la nada. Es el estado de extrema y total humillación que es también la condición del paso a la verdad. Es una muerte del alma. Por ello el espectáculo de la desgracia desnuda causa al alma la misma retracción que la proximidad de la muerte causa a la carne.

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...] es algo diferente al simple sufrimiento. Se apodera del alma y la marca hasta el fondo con una marca que sólo pertenece a ella , la marca de la esclavitud.
Solo hay verdadera desgracia cuando el acontecimiento que se ha apoderado de una vida y la ha desarraigado le alcanza directa o indirectamente en todas sus partes, social, psicológica, física [...] El gran enigma de la vida humana no es el sufrimiento, es la desgracia.


El arraigo: la persona histórica

El texto clave para esta segunda sección será “Hacia una filosofía del arraigo”, en el que –entre otras cosas– Simone Weil hace una descripción de los deberes que cada hombre tiene hacia otro hombre en orden a sus necesidades primordiales; justamente es allí donde se establece la noción de arraigo, como una necesidad primordial humana especialmente olvidada en la modernidad, que demanda, a su juicio, una reflexión profunda y urgente:

El arraigo es quizá la necesidad más importante y más desconocida del alma humana. Es una de las más difíciles de definir. El ser humano tiene una raíz por su participación real, activa y natural, en la existencia de una colectividad que conserva vivos ciertos tesoros del pasado y ciertos pensamientos del futuro.
Participación natural, es decir, producida por el lugar, el nacimiento, la profesión, el medio. Cada ser humano tiene necesidad de múltiples raíces. Tiene necesidad de recibir la casi totalidad de su vida moral, intelectual, espiritual, por mediación de los ambientes de los que forma parte naturalmente. Los cambios de influencia entre los medios muy diferentes no son menos indispensables que el arraigo en el ambiente natural.
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Es decir, para Weil el “arraigo” —entendido como la raíz del hombre en la existencia de los seres que conforman su comunidad, con los que comparte un pasado y proyecta un futuro es una necesidad natural del hombre. El problema reside en que esta necesidad de múltiples raíces no es tenida en cuenta en la modernidad. La necesidad de arraigo se proyecta en la de mirar al pasado, ya que es imposible pensar un futuro alejándose de lo ya acaecido.

La conexión entre violencia y desarraigo es analizada por Weil en las semejanzas entre los modelos totalitarios del Imperio romano y la Alemania nazi. Nuestra autora intenta demostrar que los horrores del nazismo son en gran medida los resultados de la concepción estatalista moderna, heredada de la mentalidad imperialista de Roma.
En su afán por señalar el proceso de unificación, Weil no aprecia el paso del estado absoluto al estado de derecho ya que considera que éste ha degenerado en uniformización, y ha borrado toda diversidad y convertido la centralización en un centra
lismo extremo.
De este modo, contraponer las nociones de patria y estado es la expresión del deseo —presente en toda la trayectoria de S.W.— de restablecer el predominio del pueblo sobre la formación jurídico-política estatal, a través de la revitalización de las diversas comunidades humanas. El arraigo se inspira en la idea de que la comunidad cultural y social de origen influye decisivamente en la singularidad de cada ser humano. Esta idea, ligada a la de pluralidad lingüística y a la de reivindicación del pasado, contrasta con la filosofía de la Ilustración y su ideal de universalismo abstracto y cosmopolitismo uniformador.


A modo de epílogo ético, la primacía de las obligaciones frente los derechos. La obligación de cada uno, sumada a la de los otros, corresponde al derecho de toda la comunidad. Solo la comunidad (pensada en su forma más radical) puede reconstruir la relación entre derecho y hombre que se ha visto interferida por el discurso de la persona.


Más sobre Simón Weil, su obra y la vigencia de su pensamiento en Instituto Simone Weil





Anselme Jappe
 2.El absurdo mercado de los hombres sin cualidades

 El concepto de «lucha de clases», denunciado por la crítica del valor como simple lucha por la redistribución cuantitativa dentro de las categorías capitalistas de dinero y valor, vuelve a atraer la atención mediática, ya sea en sus formas más arcaicas, ya en las versiones posmodernas del elogio de la «multitud». Las denuncias de las injusticias distributivas están, por supuesto, justificadas; sin embargo, por lo general sirven para eludir la necesidad de una «ruptura categorial» con el valor y el dinero, el mercado y el Estado, el capital y el trabajo.

La sociedad mundial de la mercancía ya no es capaz de seguir creciendo ni, por tanto, de integrar a los que están al margen. No cabe ya ningún retorno a formas anteriores y más «humanas» de capitalismo, como el modelo keynesiano del Estado asistencial y del pleno empleo. Limitarse a criticar el «neoliberalismo» es, en definitiva, quedarse corto. Una salida solo puede consistir en la superación de las categorías mismas de la socialización capitalista.

Pero nada nos asegura que esta se vaya a producir. Ninguna dialéctica histórica garantiza el paso del capitalismo a una sociedad emancipada. La caída en la barbarie sigue siendo una posibilidad nada remota.


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«El absurdo mercado de los hombres sin cualidades»: es un texto publicado, con algunas modificaciones, como introducción al libro de Robert Kurz, "L'onore perduto dellavoro" (Manifestolibri, Roma,1994), primera publicación en castellano en Mania nº2, 1996.



Michel Onfray
 1. Dios aún vive
En ninguna parte he despreciado a quienes creían en los espíritus, el alma inmortal, el soplo de los dioses, la presencia de los ángeles, los efectos de la oración, la eficacia de las virtudes de los cauríes, los poderes chamanísticos, el valor de los sacrificios de animales, el efecto trascendente del nitro egipcio, las ruedas de oración. En el chacal ontológico. En ninguna parte. Pero en todos lados he podido comprobar cómo fantasean los hombres para no enfrentarse con lo real. La creación de mundos subyacentes no sería tan grave si no se pagara un precio tan alto: el olvido de lo real, y por lo tanto la negligencia dolosa del único mundo que existe. Cuando la creencia se desprende de la inmanencia, de sí misma, el ateísmo se reconcilia con la tierra, el otro nombre de la vida.

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lunes, 12 de agosto de 2019

VOSOTROS NO SOIS MEJORES QUE DIOS


 
La eternidad, ese infierno
Como explica la santísima Wikybiblia, Fukuyama encontró su inspiración en Hegel y en alguno de sus exegetas del siglo XX, como Alexandre Kojêve. El motor de la historia, que es el deseo de reconocimiento, resulta ser un "thimos". Un thimos que​ se ha paralizado en la actualidad debido a la disolución del bloque comunista,  lo que deja como única opción viable una democracia liberal, tanto en lo económico como en lo político. 
Se constituye así el llamado pensamiento único, las ideologías ya no son necesarias porque han sido sustituidas por la economía. Los Estados Unidos y el capitalismo son la única realización posible del sueño marxista de una sociedad sin clases. En palabras de Fukuyama: "el fin de la historia significa el fin de las guerras y las revoluciones sangrientas, los hombres satisfacen sus necesidades a través de la actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de batallas".

A tenor de los indicios, lo que vulgarmente llamamos “historia” pareciera tener los días contados y estuviera a punto de confirmar la profecía de Fukuyama. Pero no, siento daros esta mala noticia. Contra todo pronóstico, resulta que la historia es eterna, como lo es el mismísimo infierno. Y así es porque vosotros así lo habéis querido. La historia todavía no alcanza a ser tan vieja y tan absurda como vosotros, ni como Yo mismo, que no me excluyo, Yo, vuestro único hijo. Incluso ya hay historiadores de indudable prestigio universitario que me dan la razón, que reconocen y pronostican la eternidad de la historia, aunque no sé si lo hacen pensando sólo en su nómina.

jueves, 8 de agosto de 2019

PRAGMATISMO UTÓPICO


Imagen de Black Mirror


Pragmatismo utópico: organizar la resistencia, ensayar la revolución integral.

Aunque sea por un momento, imaginemos una sociedad capaz de conjurarse para compartir solidariamente los frutos de la tierra y del conocimiento humano, capaz de desarrollar formas de autoorganización que hicieran innecesaria la existencia de propietarios y gobernantes. Diríamos que eso es una utopía, un mundo soñado o pura ficción literaria. Diríamos que lo auténtico es lo que realmente sucede cuando estamos despiertos, en este lugar-mundo en el que sucede todo lo contrario, donde lo normal es que los frutos de la tierra, la tierra misma y hasta quienes producen los frutos, sean propiedad de alguien, de un individuo o de una corporación de individuos, al igual que lo son los frutos del conocimiento humano, aunque éste sea un producto necesariamente social, del saber humano real, el producido, acumulado y transmitido entre pueblos y generaciones.