Soldados alemanes muertos por congelación |
Lo se por propia experiencia. Al borde de la
congelación, una cordada de alpinistas siente sueño. Levantarse y caminar supone un inmenso esfuerzo, que parece infinitamente superior al de
acurrucarse y dejarse morir. Resulta tentadora esa modorra que les facilita
el tránsito a la muerte. Podrían abandonarse a ese estado, antes que ellos muchos así lo hicieron. Pero también podrían optar por rebelarse a ese destino. Algunos lo
hicieron contra toda lógica o estadística. Recurrieron a una fuerza interior que les impulsó a levantarse, a
caminar y, probablemente, eso les permitió seguir viviendo. Es una fuerza inmensamente positiva, ajena a las leyes por las que se rige la materia, que
se opone a la entropía desde el interior del sujeto y nos hace pensar en una
dimensión integral del caos, que sólo puede ser enfrentado por una fuerza contraria y de igual dimensión, por una revolución
integral.