Robert Kurz y las revistas en las que publicó buena parte de sus trabajos |
La descomposición social, junto con la sistemática anulación de la individualidad, es nuestra experiencia histórica más reciente y más global. En todas las latitudes, el trabajo ha dejado de ser el centro de la actividad humana, personal y colectiva; ahora lo es el consumo. En mayor o menor grado, en el trabajo se fundamentaba la autonomía de individuos y comunidades, más o menos relativa, en cada momento histórico y en cada sociedad concreta. Ahora, simplemente, ha dejado de existir esa posibilidad de autonomía, por mínima que fuera. La vida de la inmensa mayoría de la humanidad es totalmente dependiente, determinada por un poder totalitario, impersonal y global, el del Mercado, resguardado por leyes de cuya aplicación y observancia, en cada parte del globo, se ocupan los Estados como poderes delegados.