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lunes, 27 de octubre de 2025

CIEN VISTAS DEL MONTE FUJI

 He publicado infinidad de dibujos; pero estoy descontento de todo lo que he producido antes de cumplir los setenta años. Fue a la edad de los setenta y tres cuando comprendí más o menos la forma y verdadera naturaleza de los pájaros, de los peces, de las plantas, etc. En consecuencia, a la edad de ochenta años habré hecho muchos progresos, llegaré al fondo de las cosas; a los cien, un punto o una línea, todo estará vivo. Pido a los que vivan tanto como yo que vean si mantengo la promesa”. 

Katsushika Hokusai, postfacio a Cien vistas del monte Fuji, 1834

  

Tres de las 102 viñetas del libro “Cien vistas del monte Fuji”, de Katsushika Hokusai

 

Eso mismo me está pasando, y a la misma edad que le sucediera a Hokusai. Y pienso que también le pasa a mucha gente, que a medida que nos hacemos viejos empezamos a tener algunas certezas sobre lo que pudiera ser èsto del vivir y el habitar un mundo, al tiempo que un lugar, y hasta cierto entendimiento de lo que sucede a nuestro alrededor...a buenas horas mangas verdes, decimos por costumbre cuando presentimos que nos queda poco tiempo y la vida reclama una prórroga. Y es que antes de llegar a la vejez, aunque lo intuyamos, no acabamos de entender que nuestra principal diferencia respecto del resto de especies consiste en que los humanos somos los únicos animales que viven sabiendo que van a morir. Lo que no es una diferencia pequeña.

Por mucho que lea, escuche o vea, lo que más puede en mí es una intuición poderosa que proviene, seguro, de una especie de fondo o sedimento vital, producto de la experiencia  acumulada en ese montón de años que cargo con creciente pesadumbre, lo reconozco, sí, porque los huesos me duelen cada día un poco más y tienden a respetarme solo si me humillo y camino algo encorvado, un poco más cada día. 

No tengo una clara conciencia del día que entré en la vejez, pero tuvo que ser después de entrarme esta obsesión que tengo con la idea de un mundo nuevo y comunal, “del común y lo común”, construido a partir de un pacto de especie...es una poderosa obsesión como la que le supongo a Hokusai con el monte Fuji: una idea fija que te absorbe el pensamiento y toda tu creatividad hasta en sueños, que te tiene como sumido y preso de una fiebre constante en el tramo final de tu vida, una pasión compulsiva que sin parar te dice date prisa, date prisa, dilo, dilo y déjalo por escrito, que mañana igual se hace tarde, o ya no recuerdas, o ya no llegas ni puedes.

Composición, a partir de la Gran Ola de Kanagawa y el monte Fuji, de Hokusai, y la Noche estrellada de Van Gogh.

Obsérvese que al fondo de la Gran Ola amenazante se vislumbra la pacífica silueta nevada del monte Fuji, siempre omnipresente, estableciendo obsesivamente un contraste radical entre movimiento y serenidad, lo mismo en el cuadro que en todas las 102 escenas de su obra “Cien vistas del monte Fuji”.

La composición del cuadro de Hokusai nos coloca en posición de observadores detrás de la ola gigante, capturando el preciso instante que precede al desplome de esa inmensa masa de agua que tiene la envergadura de una gran montaña. Ese instante me parece a mí muy similar al que vivimos hoy en día, mirando atónitos cómo nuestro mundo está a punto de ser arrasado ante nuestra paralizada e impotente mirada.

Es curioso y muy sorprendente lo que sucede con el arte de Hokusai, el artista que habiendo roto con el convencionalismo de la tradición japonesa por influencia de la pintura paisajista europea -concretamente holandesa- rompió con esa tradición al integrar en su arte los paisajes y las actividades rurales, junto a una técnica de largas perspectivas y presencia constante de asuntos cotidianos, lo que en realidad era muy poco frecuente en el arte japonés practicado en su tiempo, a caballo de los siglos XVIII y XIX. Digo que es sorprendente, porque desde Europa se vió la “Gran Ola de Kanagawa”, la más conocida obra de Hokusai, como la quintaesencia del arte japonés y en un rizo de paradojas incluso hubo expertos en arte que llegaron a afirmar que Van Gogh se había inspirado en la Gran Ola de Hokusai al pintar en 1889 su obra "La noche estrellada", donde puso nubes que parecen grandes olas a punto de romper en un cielo oceánico montado sobre un mar de girasoles.

Este paradójico vaivén entre Occidente y Oriente me sirve de ejemplo que ilustra muy bien lo des-orientado que anda nuestro occidente europeo, que ve orientes y orientalismos por todas partes, como ausente y extranjero de sí mismo, una Europa que todavía se cree un continente contra lo que dicen sus propios mapas, que la sitúan en la pequeña parte atlántico-mediterránea del gran continente euroasiático, ignorante de su condición “oriental” respecto del actual imperio USA. Quizá, digo yo, sea por disimular sus viejas vergüenzas coloniales o su condición actual de provincia imperial. 

 

Desde que empecé a subir montañas a temprana edad, allá donde he vivido tuve siempre mi propio monte Fuji como horizonte y referencia espacial y vital, sin que fuera algo premeditado. Fue el pico de  Midi d`Ossau (2884m) mientras vivía en los Pirineos junto a la frontera del Somport, el pico Almanzor (2591m) durante los muchos años que anduve habitando y escalando por las gargantas y circos de la  Sierra de Gredos, y desde hace más de treinta años son  los picos Espigüete (2450m) y Curavacas (2524m), por ahora y mientras viva aquí, en la Montaña Palentina.

Mi monte Fuji no es solo una montaña, es también una poderosa intuición que guía mi pensamiento en este tramo final. Por eso sé (sin saber cómo) que por primera vez en la historia de la humanidad, es ahora, en estos mismos días de máxima incertidumbre y confusión ideológica, cuando empezamos a vislumbrar una mínima conciencia universal y de especie, que nunca antes fue posible, ni lo será del todo mientras sigamos habitando la Tierra con mentalidad de consumidores o propietarios,  repartidos y aislados en solares nacionales, cada cual vivíendo en su raza y nación particular, en sucedáneas comunidades estatales, burocráticas, comerciales y militares, indemocracias todas, naciones y personas abriéndose paso a codazos en este mundo-mercado, a la caza de Grandes Rebajas.

Y ésta es la paradoja inversa de la globalización capitalista en que vivimos, que aunque haya que esperar una década a que pase el tsunami neofascista que hoy recorre el mundo, este Orden irracional no podrá evitar su propia autodestrucción sistémica, que ya está sucediendo a la sombra del falso progreso capitalista, que de tanto andarse por las ramas se ha quedado sin raíces ni sustancia.

Vivimos en un instante congelado, un tiempo muerto que se parece mucho al fin de la Historia que vaticinara Francis Fukuyama, el  filósofo liberal metido a vidente y profeta. Pero éste no es sino el momento previo al romper de la Gran Ola. Puedo intuir el inmenso silencio del espacio vacío que le sigue a ese momento, al que hemos nombrado "colapso", a modo de profecía que espera ser autocumplida. 

Si se observa en sus detalles el cuadro de la Gran Ola, se verá que aparece al fondo, diminuta, la serena figura del Monte Fuji como alegoría de ese lugar o país al que  en sueños siempre quisimos llegar y habitar.  A día de hoy, la enseñanza que yo extraigo,  en contra de la oscura lógica de los tiempos que corren, es que a pesar de tanto ruido y oscuridad, nunca como ahora estuve tan cerca de compartir este sueño/proyecto  que yo tengo,   de una Tierra Común habitable y compartida que, como el Fuji de Hokusai, a mí me desvela y no me deja morir.

domingo, 12 de octubre de 2025

EL LADO OSCURO DE LA ILUSTRACIÓN BURGUESA: LO QUE HACE DE LA PROPIEDAD EL FUNDAMENTO DE LA LIBERTAD

 


 

El tiempo de los monstruos donde el abismo se repuebla. Las cosas que la gente no tiene ganas de escuchar, que no quiere ver aún cuando estén bien a la vista son, entre otras, las siguientes: primero, que todos los perfeccionamientos técnicos que han simplificado la vida hasta eliminar de ella casi todo lo realmente vivo, fomentan algo que ya no es una civilización; segundo, que la barbarie surge, como algo natural, de esta vida simplificada, mecanizada y sin espíritu; y, tercero, que, de todos los resultados terribles de esta experiencia de deshumanización a la que la gente se ha prestado de buen grado, el más aterrador de todos es el de su descendencia, ya que este es el que, en resumidas cuentas, ratifica todos los demás. Por ello, cuando el ciudadano−ecologista se atreve a plantear la cuestión que cree más molesta preguntando: «¿Qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos? en realidad, está evitando plantear otra realmente inquietante: «¿A qué hijos vamos a dejar el mundo?”

Esto se decía en el prólogo a la publicación en castellano (Editorial Pepitas de Calabaza, 2016) del libro de Jaime Semprún “El abismo se repuebla”, publicado por primera vez en Francia en 1997 por la editorial Encyclopédie des Nuisances. 

***

Lunes, 6 de octubre de 2025, Un cuerno de carnero resuena en la gran sala de conciertos del Movistar Arena de Buenos Aires, el concierto va a empezar...¡viva la libertad, carajo!. Se sabe que vivimos en tiempos en que la libertad es proporcional a la propiedad y a la cuenta corriente y que, aunque solo sea por eso, las masas proletarias se están haciendo libertarias, siguiendo a ciegas a los líderes más ricos: porque adoran, como ellos, esa fuente de libertad que es la propiedad y el consumo. Estamos en ese interregno de incivilización, en el tiempo de los monstruos” que diría Gramsci.

Son las 20:30 y la puesta en escena no es muy sutil que digamos, a base de imágenes generadas mediante inteligencia artificial y proyectadas en pantallas gigantes: edificios que se derrumban, una explosión nuclear y un gran fuego que lo arrasa todo. Y ante ese fondo espectacular, más de quince mil personas gritan de excitación y alegría...¡hola a todos!, el presidente de la República Argentina grita y canta en ese inmenso escenario: “yo soy el León, rugió la bestia en medio de la avenida, corrió la casta, sin entender, Panic Show a plena luz del día, por favor no huyas de mí, yo soy el rey de un mundo perdido, te devoraré, soy el rey, toda la casta es de mi apetito...el concierto puede comenzar, ¡viva la libertad, carajo!”

***

En el verano de 1930, Antonio Gramsci dijo esta frase: “La crisis consiste precisamente en que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer y en ese interregno se verifican los más variados fenómenos morbosos”. Por entonces, Gramsci estaba convencido de que tras la Gran Guerra se estaba produciendo una profunda transformación, el aparato hegemónico ha entrado en una crisis orgánica y radical al perder su consenso...dejó de ser “dirigente” y ya solo es “dominante”, detentador de un poder coercitivo puro...las masas se han desprendido de sus ideologías tradicionales, nadie cree en lo que antes se creía y la situación amenaza con derrumbarse porque el campo queda abierto a “soluciones por la fuerza” y a la actividad de poderes oscuros, representados por personajes providenciales y carismáticos, como lo  fueron en su día Mussolini o Hitler y que ahora constituyen un grupo mucho más amplio, que sigue creciendo: Donald Trump, Vladimir Putin, Javier Milei, Nicolás Maduro, Benjamín Netanyahu, Viktor Orbán, Xi Jinping o Kim Jong-Un….

Como dice Nathan Sperber (y yo estoy de acuerdo): "todos estos personajes han hecho contemporáneo al Antonio Gramsci que afirmaba que cuando la crisis no encuentra la solución orgánica (la fusión de una clase bajo una única dirección para resolver un problema dominante y existencial), sino la de un personaje providencial, ello significa que existe un equilibrio estático en el que ni la clase conservadora ni la progresista tienen  fuerza suficiente para vencer”.

Pero también significa, según creo, que en esos interregnos, la desorientación de ambas clases les lleva a necesitar y buscar a ese líder providencial y carismático que viene a ocupar el vacío provocado por el descrédito de las instituciones burguesas, tanto conservadoras como progresistas. Es la salida que Gramsci llamaba “cesarismo”.

La grotesca puesta en escena del concierto de Milei refleja muy bien "el secreto” de esta época nuestra, este amor por la fuerza libertaria de la propiedad, por la destrucción y la oscuridad...¿por qué será que tengamos esta época poblada de figuras tan extrañas, de dónde vendrá esta perversión?...leo en un artículo de la revista Le Grand Continent que en medio del concierto, Javier Milei le dijo al público: hagan luz con los celulares, a ver cómo se ve”.  

Se dice que el nuevo cesarismo lleva la marca de la disrupción o distopía digital, representada por una especie de Golpe de Estado diseñado y perpetrado desde Silicon Valley, una revolución digital que todo lo irradia, a la vez que lo embarulla a favor del pescador más lenguaraz. 

 



Pero, ¿por qué Donald Trump es imbatible en este momento?

A esta pregunta intentaba responder el filósofo Antonio Marina en un escrito publicado en noviembre de 2024, a partir de dar por sentada tal premisa de imbatibilidad.

Pienso que Donald Trump es más irracional y antiilustrado que fascista. Es alguien que puede hablar en defensa de la democracia y maldecirla al poco rato como fuente de todos los males; y puede forzar al mundo a una carrera armamentística irracional y recibir al tiempo (quizá en 2026) el Premio Nobel de la Paz. Para entender lo irracional del personaje hay que leer el radical pensamiento antiilustrado de sus actuales mentores filosóficos y estratégicos, ese trío que forman Peter Thiel (el empresario alemán cofundador de Pay Pal junto con Elon Musk), Curtis Yarvin (el bloguero de extrema derecha, el antisistema teórico de la "monarquía corporativa") y Nick Land (el filósofo ciberpunk precursor del aceleracionismo y principal referente ideológico del movimiento neorreaccionario).

Los   argumentos poco valen para estos personajes, para quienes lo que prima sobre todo es el poder. Su recomendación al individuo-masa al que se dirigen, viene a decir algo como ésto: “si quieres que tu verdad se imponga, no confíes en las razones, que no valen para nada, mejor ¡dedícate a conseguir el poder!”. En este sentido, Hannah Arendt señalaba en su libro “Orígenes del totalitarismo” que “el sujeto ideal de la dominación totalitaria no es el nazi convencido, ni el comunista fervoroso, sino la gente para la que la distinción entre realidad y ficción, entre verdadero y falso, no existe”.

Pues bien, aunque yo tenga mi propio diagnóstico, básicamente estoy muy de acuerdo con la tesis de Antonio Marina al respecto:

Trump ha vencido abrumadoramente en el combate de las ideas, y seguirá haciéndolo mientras nadie sea capaz de enfrentarse a él en ese nivel. Kamala Harris, el Partido Demócrata y los intelectuales progresistas no lo han sido. Resumiré mi tesis. En este momento, tanto los partidos de derechas como los de izquierdas están de acuerdo en una cosa: en arremeter contra la Ilustración y sus logros. Y Trump ha sido más listo, se ha adueñado de ese discurso y ha dejado a los demás sin nada que decir. Tal vez al lector le parezca que me estoy dejando llevar por una deformación filosófica, y que hay causas económicas, viscerales, racistas en la victoria de Trump. Desde luego, pero por debajo hay una infraestructura ideológica que ha debilitado el sistema inmunitario de nuestra sociedad. 

Las ideas básicas de la Ilustración fueron la confianza en la razón y en la ciencia, la universalidad de las verdades, de los derechos y de las normas morales, la necesidad de someter todas las ideas y las instituciones al pensamiento crítico, y el rechazo de los argumentos basados en la autoridad. La Humanidad había llegado a su mayoría de edad.

El movimiento anti-ilustrado promovido por conservadores y progresistas ha producido un descrédito de la noción de verdad, un elogio de las creencias no racionales,  una emergencia del pensamiento tribal, y una infantilización del discurso político. Y, por supuesto, una abolición del pensamiento crítico, como ha demostrado la teoría y práctica de la cancelación en las universidades americanas. Estos fenómenos llevan inevitablemente a una polarización extrema y abren la puerta a un poder autoritario. Trump  ha entendido mejor que nadie el mundo actual y lo ha aprovechado”.

Concluye así su reflexión Jose A. Marina: “En esta situación, ¿quién puede oponerse a Trump? Nadie. Bueno, sí: los que estamos empeñados en rehabilitar el proyecto ilustrado, que en este momento no podemos ser ni de derechas ni de izquierdas".

Y ahí es donde yo empiezo a razonar de otra manera: si el proyecto de la Ilustración ha sido tan fácilmente pervertido, puede que mejor que rehabilitarlo sea radicalizarlo: por ejemplo, pensando y construyendo democracias de verdad, sin partidos o figurantes intermediarios o “representativos”, adoptando modos de vida realmente libertarios en el sentido de vida autonoma, con formas de vida convivencial y comunitaria, plenamente autónoma y responsable de cuidar la dignidad de cada ser humano y de la calidad real de cada vida, tanto como cuidar del equilibrio ecológico del que depende la continuidad y reproducción de nuestra especie como las del conjunto de la Vida. Mejor nos convendría, a mi entender, una Nueva Ilustración Radical, tal como la define muy bien la filósofa catalana Marina Garcés, pero que  yo propongo -con fundamento tan axiológico como estratégico- concretada en un Pacto de Especie  para la realización de tres básicos y radicales ideas/proyecto ilustradas con dimensión de universalidad: 1) Declaración de la Tierra al completo como propiedad comunal de la Vida, o sea, del conjunto de especies y sus generaciones, haciéndonos cargo de ello los humanos, individuos y comunidades, por corresponderle esa responsabilidad a nuestra especie por ser la más adelantada en la Evolución de la Vida y la única que puede tener conciencia de todo ello. 2) Que la libertad tenga sentido como reconocimiento práctico de la autonomía y dignidad humana, que son propias de cada persona y de sus comunidades convivenciales (doméstica, vecinal y paisana), lo que obliga a un respetuoso trato social, entre individuos naturalmente diferentes que se reconocen como políticamente iguales. 3) Reconocer que la democracia solo puede ser ilustrada si es integral, identificada con la ecología, la política y la economía en su conjunto, en modo de comunidad convivencial real, y no ficticia al modo de las sucedáneas "comunidades nacionales" de factura estatal; o sea: democracia sin intermediarios, (sean éstos individuos, partidos o corporaciones) que actúen de figurantes-representantes. Con lo que ya sabemos tras una experiencia histórica de 25 siglos de intentos democráticos, la democracia será ilustrada solo si deja de ser un mero "procedimiento" y la tomamos como un fin en sí misma, practicada como sistema de autogobierno, con plena autonomía personal/comunitaria, con la necesaria inteligencia/responsabilidad ecológica.


 

La Ilustración  Oscura como absurdo sistema-antisistema

Los neorreaccionarios cuando hablan de Ilustración Oscura se refieren básicamente a las democracias  progresistas o liberal/socialistas. Por tanto, hay que tener muy en cuenta ésto: que cuando critican a la Ilustración la identifican y confunden con su versión perversa, la modernidad liberal-burguesa, por lo que bien podríamos decir de este pensamiento neorreaccionario que con su crítica antisistema "escupe para arriba". Se verá nítidamente en cuanto gobiernen durante la próxima y tenebrosa década que tenemos por delante. Como adelanto, el rey de USA, Donald Trump, ha tenido que inyectar hace solo unos días, veinte mil millones de dólares en la maltrecha economía argentina, para salvar el culo de su amigo Javier Milei, el trastornado presidente de esa República americana. 

Para los neoreaccionarios más duros, la democracia no está solamente agotada y condenada, creen que es una condena en sí misma. Salirse de ella llega a ser el imperativo más  importante y urgente. La corriente subterránea que propulsa tal antipolı́tica es hobbesiana, es una ilustración  coherentemente oscura y  predispuesta, en todo caso, a percibir a las masas "polı́ticamente despiertas” como una clamorosa turba irracional. Conciben las dinámicas de la democracia como fundamentalmente degenerativas, que solo sirven para consolidar y exacerbar sistemáticamente todos los vicios privados, resentimientos y deficiencias, hasta llegar a un nivel de criminalidad colectiva y de corrupción social total. Piensan que el polı́tico democrático y su electorado están atados por un circuito de excitación recı́proca, en el cual cada lado -izquierda y derecha- lleva al otro a más extremismos. Donde la ilustración progresista ve "ideales", la ilustración reaccionaria solo ve "apetitos". 

Una corriente de pensamiento muy influyente en este movimiento antiilustrado y neorreaccionario es la que representa el filósofo libertario-anarcocapitalista  Hans-Hermann Hoppe (1949), cuya crítica se basa en un derecho "natural" a la propiedad privada, por el que los legítimos propietarios de las tierras tienen el derecho a excluir a quien crean conveniente, ejerciendo su libertad en su propiedad privada. Como muchos otros libertarios, Hoppe entiende que "sólo puede existir libertad si hay (suficiente) propiedad privada para llevarla a cabo".

Hoppe defiende un “sociedad de ley privada”, anarco-capitalista; pero entre monarquı́a y democracia no tiene duda, y su argumento es estrictamente hobbesiano: como monopolista hereditario, un rey ve a su territorio y a la gente bajo su mandato, como su propiedad personal, así ejerce una explotación monopolı́stica de esta propiedad. Bajo la democracia, el monopolio y la explotación monopolı́stica no desaparecen, lo que sucede es ésto: en vez de un rey y una nobleza que ven al paı́s como su propiedad privada, un cuidador temporal e intercambiable (se refiere a cualquier gobierno democrático) es puesto a cargo monopolı́stico del paı́s. Este cuidador no es dueño del paı́s, pero mientras que esté en el gobierno se le permite usarlo como suyo y para la ventaja de sus protegidos. Es dueño de su uso actual, como usufructo, pero no de su stock de capital. Esto no elimina la explotación, al contrario, hace que la explotación sea menos calculada y se lleve a cabo con nada de consideración por el stock de capital. Así la explotación se vuelve miope y el consumo de capital se promueve sistemáticamente.”

Es precisamente aquí donde Hoppe me proporciona la clave inversa que fundamenta mi propuesta sistémica de "democracia convivencial, integral y comunal". Mi diferencia  no es equidistante, sino radical y más bien frontalmente contraria a esas dos formas, solo en apariencia antagónicas -conservadora y progresista-, perversoras del principio de racionalidad  o "Ilustración", que  a la altura de la experiencia histórica y del conocimiento científico  que acumula nuestra especie, solo puede ser "nueva" y "radical", tal como acierta a pensar Marina Garcés.

Esa clave consiste en la perversión irracional que consiste en fundamentar la idea y práctica de la libertad sobre el principio de Propiedad. Esa básica perversión ideológica es la que yo pienso ha extraviado la evolución de nuestra especie, que desde el Neolítico permanece estancada en una  fase animal cuya organización social sigue siendo muy primaria, a pesar de su espectacularidad tecnológica, que no logra tapar su fundamento en los primarios instintos jerárquicos, de propiedad territorial y reproductiva, los mismos  que tenemos en común con otras muchas especies del reino animal. De ahí la lógica inversa que hace tan "natural" el éxito histórico de las instituciones sociales formadas a partir de esos instintos animales, me refiero a las más principales, como las de la Propiedad, Patriarcado y Estado, las mismas instituciones que siguen la primitiva ley de la selva, que tan del gusto es del pensamiento naturalista y romántico, sea en su versión conservadora o progresista.

No me siento en soledad cuando defiendo, a mi modo, la necesidad existencial, a escala tanto individual como de especie, de una Nueva Ilustración Radical. No me siento del todo en soledad porque es cierto que actualmente está creciendo  en el mundo la gente que está actualizando su pensamiento político hacia las ideas y prácticas de "comunalismo y democracia directa", más a medida que crece (en mayor proporción) la ola neofascista de la Ilustración Oscura.   

Sí que me siento en soledad cuando compruebo que todas esas corrientes, sin excepción, siguen sin tener en cuenta la "clave inversa"   que antes mencioné en referencia al libertario anarcocapitalista Hans Hermann Hoppe: la propiedad como fundamento de la libertad, eso que yo considero como "fallo principal" en la evolución de nuestra especie.

Así, mis amigos de la Revolución Integral, liderados por Félix Rodrigo Mora, siguen atados a una visión romántica y medievalista de una idílica "copropiedad comunal" complementaria de la principal "propiedad privada", a condición de ser ésta una "pequeña propiedad"... como si cada parcela de tierra, por ser pequeña no fuera parte de un único ecosistema terrestre, de la Tierra Común, como si esta ideología "pequeño-propietarista" no fuera también germen de todo capitalismo y  todo nacionalismo. Como tampoco es de extrañar su creencia medievalista que ve revoluciones campesinas y conquistas populares en los Fueros, Comunales y Concejos medievales, donde hubo solo graciosas concesiones de las monarquías feudales y eclesiásticas, a cambio de sumisión integral y a veces como pactos de conveniencia fiscal, que no logran borrar el Estado real de sumisión popular al  Orden totalitario-feudal. 

También otros amigos comunalistas, como los de la corriente marxista que promueve el ecosocialismo (caso de Christian Laval y Pierre Dardot)  o como la corriente comunalista-anarquista  que promueve la gente del "Taller de Ecología Social y Comunalismo", tampoco han llegado a comprenderlo. Y cuando, en teoría han estado cerca, les sucede que en la práctica o bien son incapaces de "deshacerse" de la Propiedad y del Estado, caso de los marxistas, aunque mantengan "la necesidad histórica de acabar con las Clases y el Estado";  o bien, como los de tradición anarquista, tienen una también tradicional carencia ideológica y funcional de pensamiento estratégico, que les impide siquiera imaginar una organización social en modo autogobierno, o sea: propiamente democrática y anarquista. 

Por eso que me sienta tan en soledad con mi denuncia de la ideología propietarista que  al conjunto de la especie humana nos mantiene en un atasco evolutivo y  nos ata al primitivo pensamiento animal, reaccionario/instintivo, de la propiedad territorial y reproductiva, practicado institucionalmente como Propiedad, Patriarcado y Estado, con origen en la revolución urbanoestatal del Neolítico; tan en soledad como me siento cada vez que presento mi propuesta de un básico Pacto de Especie, el que  vengo proponiendo desde hace muchos años en torno a elementales principios de racionalidad humanista, ecológica, comunal y democrática. 

Nunca antes pudo ser ésto pensado, porque nunca antes pudimos tener, como Ahora, una mínima conciencia de especie.

lunes, 15 de septiembre de 2025

UN CONCIERTO EN SANTA MARÍA DE LOS REDONDOS

  

El pasado sábado nos fuimos por la tarde hasta Santa María de Redondo, aldea de apenas 40 habitantes, situada al fondo del valle glaciar de Los Redondos, ese rincón precioso de La Pernía, en la comarca de la Montaña Palentina, con el propósito de asistir a un concierto de “The Duallists”. Despertó nuestro interés, además de volver a disfrutar del valle, el nombre del grupo musical anunciado, “The Duallists", que cuando busco su significado, resulta que refiere a una novela de ciencia-ficción que trata sobre un conflicto en una mina lunar y los secretos ocultos de su tecnología.

Al llegar no vimos a nadie, estaban las calles vacías, solo dos caballos sueltos deambulaban por medio de la calle principal y tres mastines cabezones y mansos que nos acompañaron desde al aparcamiento hasta la románica iglesia del pueblo, mientras sonaban las campanas llamando al concierto. 

Nos encanta este Valle de Los Redondos, donde el río Pisuerga brota desde el fondo de una cueva catedralicia, sin exagerar, la nombrada Cueva del Cobre situada al abrigo de las altas peñas del macizo de Peña Labra, perfilado también por los altos del Cuchillón y del pico Tres Mares, cumbre ésta así denominada porque en sus faldas nacen aguas que van a parar a las tres grandes cuencas hidrográficas -cantábrica,atlántica y mediterránea- de la península ibérica. Y tras disfrutar una vez más del maravilloso paisaje, que ya presagia un otoño amarillo, allí asistimos a dos descubrimientos, de verdad contradictorios, sin salir de aquella pequeña iglesia de la Asunción:

1. Una brillante actuación musical del dúo gallego "The Duallists" (violín y guitarra) con la que disfrutamos las pocas personas, unas treinta, que son las que aún quedan en el valle tras el paso de Agosto, más unas pocas, como nosotras, llegadas de pueblos cercanos. Dos buenos músicos que nos alegraron la tarde con su luminosa música de folk y blues que, además, tuvieron el detalle de tocar una pieza en homenaje a la gente solidaria que sigue protestando contra el genocidio que está cometiendo el Estado de Israel para aniquilar al pueblo palestino...buena música, mientras se escuchaba de fondo, afuera del templo, el ladrido de tres pacíficos mastines.

2. Por quienes presentaron el concierto supimos que la organización se debía a un programa cultural denominado “Dinamizartj” (1) que subvencionaba la actuación de “The Duallists” (2) en Santa María de Redondo y que enseguida averigüé -a través de su propia web- que forma parte de la Red Cultural del Instituto para la Transición Justa (ITJ), gestionado por la Fundación Ciudad de la Energía (CIUDEN). Ambas entidades son a su vez dependientes de la Secretaría de Estado de Energía del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO)”...o sea, dependientes del mismo ministerio que nos quiere hacer creer que es “ecológico” y “justo” sacrificar a las zonas rurales llenándolas de polígonos industriales repletos de placas solares y descomunales molinos de viento, junto a plantas de biogás, macrogranjas de cerdos, que anticipan la construcción de grandes plantas de hidrógeno verde, que le pondrán la puntilla al “reto demográfico”que ya sabemos consiste en expulsar del territorio rural a la escasa población todavía resistente.

Tras la despedida de la gente conocida, la tarde se ofrecía plácida, expléndida y “redonda” en aquel paisaje magnífico, mientras por delante nuestro varios caballos cruzaban la carretera procedentes de las praderas junto al río, justo bajo las Peñas del Moro. De regreso a casa, todo iba encajando en su desorden sistémico: unos músicos gallegos de nombre inglés, “The Duallists”... un programa cultural denominado “Dinamiz-artj” dedicado a la práctica del “Greenwashing” o Lavado Verde: de un ministerio de ciencia-ficción que ni sabe donde está Santa María de Redondo, ni eso le importa más que el reto demográfico, las energías limpias y la transición justa, todo junto.

Notas:

(1) https://dinamizartj.com/que-es/

(2) https://www.instagram.com/the_duellists_duo_/

jueves, 11 de septiembre de 2025

ANTES QUE NADA, EL COLAPSO DEL SISTEMA ES UN ATASCO EVOLUTIVO

 

Una plaza en la ciudad de Prayagraj, India (foto NG)


Nuestra especie creció muy lentamente durante las épocas prehistóricas, hasta alcanzar la cifra aproximada de 250 millones de humanos a comienzos de nuestra era. La población humana creció con el desarrollo de la agricultura y el comercio, y aunque durante los siglos medievales las hambrunas y la peste negra limitaron el crecimiento demográfico,  aún así, a comienzos del siglo XIX la población mundial se calcula que alcanzaba ya los 1.000 millones de habitantes. En solo 30 años se duplicó esta población, con un crecimiento exponencial que en 2022 sobrepasó los 8.000 millones de humanos.

Se estima que la población humana, actualmente repartida en 195 Estados, continuará creciendo, aunque con ritmo más lento, hasta superar los 9.000 millones en 2037, llegando a casi 11.000 millones de habitantes en 2100. En lo que va de año, el crecimiento demográfico anual supera los 48 millones, que es una cantidad similar a la actual población del Estado español. Solo entre los dos Estados más poblados -los de India y China- reúnen un tercio (2.800 millones) de la población mundial, con densidades de población muy diferentes  que, sin embargo, no son de las mayores: 450 hab/Km2 en India y 150 hab/Km2 en China. La población mundial ya es mayoritariamente urbana, concentrada en grandes aglomeraciones superpobladas, de las que más de 500 superan el millón de habitantes. Entre éstas, hay diez por encima de los 20 millones de habitantes: Tokio-Japón (37), Delhi-India (33), Shanghai-China (29), Daca-Bangladesh (23), Ciudad de México (23),Sao Paulo-Brasil (22), El Cairo-Egipto (22), Pekín-China (22), Bombai-India (21), Osaka-Japón (20).

Durante los últimos cinco mil años, todos los humanos hemos vivido en territorios pertenecientes a un Estado, desde que se creara el primero en Mesopotamia, en los prehistóricos tiempos de la denominada Edad de Piedra o Neolítico (entre los años 10.000 y 3.000 a.C.). Se cumplen, pues, cinco mil años del inicio simultáneo de la Historia y del Estado, a partir de aquella  revolución neolítica que promoviera una nueva forma de vivir, sedentaria y urbana, que diera lugar a la especialización del trabajo y a los primeros asentamientos fijos, encuadrados bajo el dominio territorial y militar de un Reino, siendo esta forma de gobierno monárquico la original de todo Estado.

Todo ello fue sucediendo a consecuencia del cambio radical que supuso el dominio de la agricultura y la ganadería, seguidos de la creciente complejidad “institucionaldel nuevo orden social, estatal y propiamente neolítico: propiedad (privada y estatal), herencia, patriarcado, esclavitud, ejércitos, policías, comercio, mercado, banca, hacienda, empresas, partidos, sindicatos, trabajo servil, esclavo y asalariado, parlamentos, dictaduras, provincias, municipios, democracias representativas...hasta llegar a un punto actual, en que ya no queda un mínimo resquicio de la vida humana que, de una u otra forma, no esté intervenido por los Estados, incluso por los más "liberales".

Conviene precisar que aún hoy se sigue situando el origen de la democracia en la antigua ciudad griega de Atenas, ciudad-Estado bajo el gobierno de Solón en el siglo VI, cuyo sistema de gobierno “asambleario” sería perfeccionado por Pericles en el siglo siguiente (V a.C), pero que seguía considerando un “demos”, pueblo o sujeto soberano igualmente excluyente de mujeres, sirvientes, esclavos y de todos los nacidos fuera de Atenas... o sea, un “pueblo soberano” integrado solo por una mínima élite de “notables”. Así, la “política” (los asuntos concernientes a los habitantes de la “polis), ya desde sus orígenes comenzó siendo una actividad exclusiva, reservada a “políticos” profesionales (propietarios, patronos, sacerdotes, militares e intelectuales), una actividad propia de clases superiores y una forma de gobierno vertical, a la que la mayoría de la sociedad solo puede asistir, hoy como en el siglo V a.C., en calidad de clientela electoral, subordinada y espectadora, o bien permanecer al margen, como "idiotes" desinteresados.

A pesar de tan nefasto expediente histórico del Estado y su “indemocracia”, todavía hay Naciones-Sin-Estado que en nombre de esa no-democracia aspiran a tener un Estado-Nación como aparato de gobierno propio. Todas estas “supuestas naciones” (1) están asociadas a la UNPO, Organización de Naciones y Pueblos No Representados, fundada en 1991 en La Haya (Países Bajos), una organización internacional cuyos 46 miembros son pueblos indígenas, minorías y territorios Sin-Estado, que se consideran “no soberanos y ocupados por otros Estados”.

Tal es la “naturalidad” del Estado y la costumbre de vivir en una Tierra compartimentada en parcelas de propiedad privada y en fronteras estatales, en medio de sociedades fragmentadas en clases y gobernadas por oligarquías, que para la inmensa mayoría de humanos no cabe pensar en otras formas de organizar la vida en sociedad, teniendo que asumir la inversión conceptual que convierte a las oligocracias estatales en “democracias representativas”. Hablamos de un orden estatal tan “natural” y “primitivo” como el orden jerárquico/propietarista, territorial y machista, que predomina entre la generalidad de sociedades animales, en esa mayor parte de la Naturaleza que consideramos como “salvaje”.

 

La idea apocalíptica, de vivir en un “final de los tiempos”, parece ser una constante de nuestra especie. Recientemente leí que Filippo Brunelleschi, arquitecto del renacimiento florentino que viviera a caballo de los siglos XIV y XV, acerca de su época dejó dicho:vivimos en una época en que todo se derrumba. En ninguna parte hay un talento a la vista”. Y ahora mismo, hay quienes, como Walter Benjamin, consideramos que el estado de catástrofe no está al final de los tiempos, que “la catástrofe es que todo siga así”...es esta sensación de callejón sin salida o, mejor, de estar caminando en círculo, a toda prisa y sin avanzar, como haciendo girar una enorme jaula de hamster en cuyo interior caminamos sin movernos de un mismo punto, que a la vez es de partida y destino.

Sostengo que a escala de “especie homo” estamos atrapados en un atasco evolutivo que dura no menos de cinco milenios, desde que hicimos aquel radical cambio de vida, de nómadas/cazadores/recolectores a sedentarios/urbanos/agricultores/ganaderos/comerciantes/industriales...en el tránsito de la Edad Antígua a la de Piedra o Neolítico, para la que me apresuro a proponer una nueva denominación, como “Era de la Propiedad”, que me parece más idónea y  a la altura de los tiempos que corren, cuando vamos teniendo sobrado conocimiento científico y perspectiva histórica para justificarlo.

Que un animal que vive en manada y ocupa un territorio, utilice su orina para marcar sus límites, parece un gesto natural y normal en el contexto de una competencia salvaje por el dominio/propiedad de ese territorio, que le sirve al animal para asegurar el alojamiento, alimento y reproducción de su manada...y a los machos, además, para marcar su dominio reproductivo y genético...todo eso es lo que hace “normal” la salvaje “naturalidad” de las sociedades animales más primitivas. Así, de la Marca de Orina al actual Registro de la Propiedad solo hay un cambio de instrumento...sí, porque su significado sigue siendo el mismo,  lo que permite a los machos de la manada afirmar que son de mi propiedad la tierra y las hembras contenidas en mi marca de orina”.

Ese principio animal de propiedad  pudo tener diferentes causas a lo largo del tiempo: porque mi clan o manada llegó primero, porque pude  tomar mi parcela por la fuerza, o porque tenía dinero suficiente para comprarla…en todo caso, acabó siendo necesaria la institución de un “Registrador de la Propiedad” con suficiente autoridad (religiosa, legal, militar o una combinación de todas esas facultades), a partir de una alianza institucional de  propietarios, sacerdotes y guerreros (o sea un Estado), con Leyes y Fuerza bruta suficientes para hacer valer, como la marca de orina,  ese nuevo derecho neolítico de Propiedad (privada y estatal). Recuerdo que "pública" equivale a estatal y que la "comunal" es una forma de propiedad comunitaria, perfectamente incompatible  con la propiedad privada como con la estatal. A quienes defienden con vehemencia la propiedad de la tierra como condición de libertad, les recuerdo que el auténtico propietario de la tierra es quien tiene el poder de expropiación, que es el Estado.   

Todo esa larga historia de  propietarismo primitivo  pudo ser “normal” y "natural" en tiempos en que la Tierra conocida parecía “plana e ilimitada” en todas sus dimensiones; cuando bastaba ir un poco “más allá”, plus ultra, por tierra o por mar, para encontrar nuevos lugares deshabitados u ocupados por pueblos indígenas aún más primitivos, donde poder establecerse tomando el nuevo territorio en Propiedad. 

Pues bien, más de cinco mil años han sucedido, día tras día, desde la fundación de los primeros Estados-ciudad  en las llanuras fértiles de la antigua Mesopotamia (el llamado Creciente Fértil)...y ni la sofisticada complejidad tecnológica/industrial, ni las últimas tecnologías algorítmicas que hacen posible la Inteligencia Artificial en los modernos Estados-Nación-Capitalistas surgidos de la revolución burguesa del siglo XVIII...nada puede borrar el rastro de aquella primera orina animal que permanece fósil en los libros de todos los Registros de la Propiedad, la misma orina que avanzado el siglo XXI le sigue sirviendo a nuestra especie, como a la mayoría de especies animales, para marcar su territorio y hacer valer su salvaje “derecho de propiedad" sobre la Tierra Común,  sobre el  Conocimiento Humano y sobre las Vidas Ajenas.

Por eso que en lo sustancial, me parece a mí que ese “orden salvaje/natural” no ha variado significativamente durante los últimos cinco milenios que cumple la historia de nuestra especie, que sigue fundando su orden social sobre el mismo instinto salvaje de propiedad territorial y reproductiva que sirviera de justificación a la institución sistémica del dominio social (Propiedad/Patriarcado/Estado) que sigue siendo la forma impolítica e indemocrática de una civilización jerárquica que aunque genéricamente la tildemos como “capitalista”, con mayor precisión científica, tendríamos que denominarla, indistintamente, como "primitiva",  “propietarista”, “patriarcal” o “estatista”.

A mi entender, ésta es la gran anomalía de la evolución humana, la que retiene a nuestra especie en su estatus animal más primitivo, con una carga letal, autodestructiva, de desequilibrios ecológicos y morales, de incongruencias y contradicciones que nos sitúan en un desconcierto existencial que ya es predominante a escala individual y de especie, como  un desperdiciado espacio de siglos y oportunidad evolutiva, perdidos entre un gigantesco avance tecnológico y un raquítico desarrollo moral y político.

Si los siglos XIX y XX fueron los del intento de una revolución social fundada sobre la confrontación de clases (burguesía/proletariado), la próxima revolución, que no podrá dilatarse más allá de este siglo, no podrá ser pensada como otro intento más. No, porque ya no queda tiempo para seguir pensando la ecología y la democracia como objetivos o “finalidades”, sino más bien como “principios”. De ahí que yo piense que será una revolución ecosocial en su integridad, radicalmente comunal y democrática,  necesariamente destituyente, a la vez que constituyente. O no será.

 

PD: Tengo pleno convencimiento de que antes de que finalice este siglo, a escala de especie será declarada la propiedad comunal-universal de la Tierra y del Conocimiento humano, lo que marcará el inicio de una nueva civilización racional, simbioética y democrática por principio, superadora del actual Estado salvaje que nos retiene en un ya milenario Atasco evolutivo. En consecuencia, entiendo que la revolución integral necesaria, lejos de ser una cuestión de izquierdas o derechas, es de racionalidad y supervivencia, o sea: una cuestión de especie.


Nota: 

(1) Digo “supuestas naciones” porque entiendo que el concepto “nación” es un invento-necesidad del Estado. Como dice la frase atribuida al emperador Napoleón: “ya tenemos el Estado francés, ahora hay que crear la Nación francesa”, significando que tras la Revolución Francesa se habían establecido las estructuras de un Estado moderno y centralizado, pero que aún faltaba consolidar una identidad y un sentimiento de “unidad nacional”. Para mí, “nación” es un concepto cultural y prepolítico, ya que entiendo por nación el vínculo que une a la gente que habla una misma lengua materna (la que adquiere de nacimiento o nación). Así, por ejemplo, entiendo la nación castellana como la comunidad integrada por el conjunto de hablantes cuya común lengua materna es la castellana, cualquiera que sea el territorio en el que habitan.