viernes, 28 de abril de 2017

EL MANICOMIO FRANCÉS

Por manicomio entendemos “hospital para enfermos mentales”, también adjetivamos como tal a cualquier situación o lugar carente de sentido.

El año 2002 toda la República pareció estremecerse de vergüenza cuando el Frente Nacional de Jean Marie Le Pen llegó a la final de las presidenciales francesas. El padre de la actual candidata del FN obtuvo entonces el 16,8% de los votos en la primera vuelta. Toda la República se movilizó en sagrada cruzada antifascista para dar su voto al candidato conservador, a Jacques Chirac, que recaudó el 82,2% frente al 17,7% del papá de Marine Le Pen. Han pasado sólo quince años y la situación vuelve a repetirse con mayor dramatismo y para mayor ofensa del orgullo republicano. La hija natural y heredera política del viejo fascista ha pasado a la segunda vuelta con el 21,3% del voto, con una escasa diferencia respecto del primer clasificado, Emmanuel Macron, el banquero y ministro, el de la banca Rothschild y el del gobierno socialista de François Hollande.

lunes, 3 de abril de 2017

EL DESIERTO NO PUEDE CRECER MÁS

Fotografía de Dimitris Messinis


Nada le hace falta al triunfo de la civilización.
Ni el terror político ni la miseria afectiva.
Ni la esterilidad universal.
El desierto no puede crecer más: está por todas partes.
Pero aún puede profundizarse.
Ante la evidencia de la catástrofe, están los que se indignan y los que se activan,
los que denuncian y los que se organizan.
Nosotros estamos del lado de los que se organizan.

 
Proposición nº 1 del Llamamiento de TIQQUM



El pensamiento heterónomo es, necesaria y simultáneamente, estatalista y capitalista. De tal modo que quien es partidario del Estado sólo puede ser anticapitalista con padecimiento de esquizofrenia moral y política. Y es así porque la realidad histórica, la construida y realmente existente, no es parcelable ni desintegrable, no puede ser descompuesta analíticamente, en partes, por más que convenga a la interpretación y argumentación de quienes pretenden acoplar la realidad a la dimensión de sus particulares argumentos. Es así porque Estado y Capital conforman un “todo” concreto e irrefutable, que gobierna  totalitariamente el curso de la vida individual y colectiva. Si bien, ésto sólo puede ser entendido desde la experiencia reflexiva y consciente, nunca sólo desde la teoría académica o sólo desde el deseo utilitario.