sábado, 25 de enero de 2020

MALA MEMORIA O FACILIDAD DEL OLVIDO






Referencias: Stig Dagerman

Digo, por propio entendimiento, que el humano cerebro tiene un enorme hueco, donde más que otra cosa, acumula consuelos. Para sobrevivir a los rencores que la memoria produce a lo largo de una vida y avivar el perdón que brota de allí mismo, manantial del olvido. Tengo un gen “homo” común a tres dioses reunidos en un solo cuerpo humano, santísimo misterio de la Humanidad. Cierto es que nunca fuimos sólo tres simios (erectus, neandertal y sapiens, servidor de ustedes), que siempre fuimos muchos y muchas más. Individuales multitudes que se buscan de una en una y gen a gen. Y que siempre fue así (un Tres en uno), cuerpos lubricantes que ni perdonan ni olvidan, sino todo lo contrario, en amoroso triángulo.
Por siempre almas mendicantes de cuerpos fértiles y estériles consuelos. Eunucos de la raza deseante e impenitente, cuerpos castigados o aliviados al gusto, abocados a parir sin descendencia y con dolor, memorables olvidantes. Y todo eso sólo para hacer más llevadera, malamente, esta vida eternamente breve. A.Dké


Fotografía de Teun Hocks
Escribía ésto, entre otras cosas, cuando oportunamente me regalan un libro, ya viejo, de un escritor sueco, Stig Dagerman, editado por Pepitas de Calabaza: “Nuestra necesidad de consuelo es insaciable”. Y digo viejo con conocimiento de causa, porque el libro tiene mi edad aproximadamente.

"Estoy desprovisto de fe y no puedo, pues, ser dichoso, ya que un hombre dichoso nunca llegará a temer que su vida sea un errar sin sentido hacia una muerte cierta. No me ha sido dado en herencia ni un dios ni un punto firme en la tierra desde el cual poder llamar la atención de Dios; ni he heredado tampoco el furor disimulado del escéptico, ni las astucias del racionalista, ni el ardiente candor del ateo. Por eso no me atrevo a tirar la piedra ni a quien cree en cosas que yo dudo, ni a quien idolatra la duda como si esta no estuviera rodeada de tinieblas. Esta piedra me alcanzaría a mí mismo, ya que de una cosa estoy convencido: la necesidad de consuelo que tiene el ser humano es insaciable".

Fragmento de Nuestra necesidad de consuelo es insaciable, de Stig Dagerman.  


Ver completo AQUI

http://www.contranatura.org/articulos/Filos/PDF/Dagerman-Consuelo.pdf


Hasta ahora desconocido para mí, dicen los de Pepitas de Calabaza que "Stig Dagerman fue el niño prodigio de las letras escandinavas. Nacido en Älvkarleby (cerca de Estocolmo) en 1923, frecuentó los ambientes anarquistas suecos y se convirtió en un habitual de sus publicaciones. Entre 1945 y 1949, de los 21 a los 26 años, escribió toda su obra: cuatro novelas, cuatro obras de teatro, un volumen de novelas cortas, cuentos, ensayos y poemas. Se suicidó en la ciudad de Enebyberg en 1954, tras cinco años de silencio literario únicamente roto —dos años antes de su muerte— por esta pequeña obra maestra que aquí publicamos".


viernes, 10 de enero de 2020

LA TIERRA DE NOD (MUNDO CAINITA )



El primer asesinato narrado por el libro del Génesis fue interpretado por el pintor italiano Gaetano Gandolfi, quien a diferencia de otros muchos pintores que también trataron el tema, en esta obra deja entrever con claridad que el arma homicida fue la quijada de un animal, probablemente de un asno. 

 
Según el libro del Génesis, la Tierra de Nod, situada al oriente del Edén, es el país donde se refugió Caín tras matar a su hermano Abel y, por ello, ser maldecido por Jahavé y castigado al exilio. Ambos hermanos fueron hijos de los primeros humanos, Adán y Eva, que a su vez fueron los primeros expulsados de la tierra original, del Edén, por comer fruta del árbol prohibido. Siendo nosotros sus descendientes, habríamos heredado la condición de emigrantes  y fugitivos, perpetuamente condenados a vivir exiliados en la Tierra de Nod, en una eterna añoranza del Edén que, si así fuera, sería una tierra vacía y despoblada.     Siempre fue identificado el Edén con la fértil Mesopotamia...visto el mapa adjunto, lo que hay al oriente de Mesopotamia no es otro país que el actual Irán. Nadie podrá decir que los textos bíblicos estaban desorientados.