miércoles, 21 de enero de 2015

UNA COMUNIDAD IMPERFECTA




 A veces no soporto el peso de mis contradicciones, estas ganas simultáneas de arreglar el mundo y mandarlo todo a la mierda. En tiempos pretéritos tuve la seguridad ideológica de que era posible un buen apaño y ahora tengo la matemática certeza de que ésto no tiene arreglo. Me refiero a este desastre que ya está sucediendo. Certeza, sí, pero sin exagerar su envergadura, de estatura similar a la duda, una contradicción que, al menos, consigue mantenerme a bordo. Puede que por no parecer cobarde e insolidario, puede que por no estar sólo cuando llegue la noche en que se hunda el transatlántico, por tener compañía cuando lo veamos hundirse desde las lanchas de salvamento -mientras traducimos estúpidamente al castellano el gran letrero ("titánico") de la proa, cuando se apaguen para siempre las luces del barco insumergible, las de su fiesta innovadora y sustentable, cuando a todos los náufragos nos entre un ataque de histérica risa. Puede que sólo sean ganas de soledad y comunidad, perfectamente compatibles, misteriosas, enfermizas e insoportables, necesariamente humanas, contradictorias, tan perfectamente corrientes y normales.

sábado, 17 de enero de 2015

LA LARGA MARCHA HACIA UNA SOCIEDAD SIN ESTADO


La calma más grande reina aquí actualmente. Todo es silencioso, como una noche de invierno envuelta en la niebla. Sólo se escucha un misterioso y monótono sonido, como si fueran unas gotas salpicando. Son las ganancias del capital que caen dentro de las cajas fuertes de los capitalistas que casi se desbordan. Se oye el contínuo aumento de la riqueza de los ricos. Por momentos, este rugido ahogado se mezcla con un sollozo emitido en voz baja, el sollozo de la indigencia. Algunas veces un suave sonido metálico hace eco, como de un cuchillo que está siendo afilado”.


(Heinrich Heine, septiembre de 1842)

Es comprensible que cuando uno se enfrenta a un monstruo dispuesto a dominarnos, la tentación sea volverse para enfrentarse a él cara a cara y combatirlo denodadamente. Esto valdría para describir prácticamente todas las revoluciones y movimientos de liberación habidos hasta ahora, y hay situaciones en las que no se puede evitar actuar así. Pero éste no es el modo en que vamos a proceder nosotros. No vamos a enfrentarnos al monstruo consumista-capitalista. Lo que vamos a hacer es, de hecho, ignorar a muerte al capitalismo”.

(Ted Trainer, “The transition to a Sustainable and Just World”, 2010)


La sociedad productivista y consumista no puede ser sustentada por el planeta. Necesitamos construir una nueva civilización capaz de asegurar una vida digna a una enorme población humana (hoy más de 7.200 millones), aún creciente, que habita un mundo de recursos menguantes. Para ello van a ser necesarios cambios radicales en los modos de vida, las formas de producción, el diseño de las ciudades y la organización territorial: y sobre todo en los valores que guían todo lo anterior.
...Esto es más que una crisis económica y de régimen: es una crisis de civilización”.

(Del manifiesto “Última llamada”)




Si no hubiera más opciones, yo preferiría practicar “la ignorancia a muerte” antes que ponerme a “afilar los cuchillos”. No podemos reeditar fracasadas formas de lucha, como tampoco podemos eludir la realidad de una confrontación que ya existe por voluntad que nos es ajena, por la iniciativa agresora del propio sistema al que nos enfrentamos.
Además, siendo las circunstancias actuales tan radicalmente diferentes a todas las conocidas anteriormente, parece razonable pensar que la confrontación debiera adoptar hoy estrategias radicalmente nuevas, que operen en la frecuencia de onda de esas nuevas circunstancias en las que hoy se produce la agresión. 

viernes, 9 de enero de 2015

MI BALANCE: EL ANARQUISMO Y YO NOS ESTAMOS REINVENTANDO




 
Hacer balance del tiempo pasado parece una costumbre inevitable a principios de cada nuevo año. Este cambio de año me sorprende sumido en una profunda reflexión en torno a mi propia experiencia vital en los acontecimientos que han marcado éste y los últimos años transcurridos desde que estalló la Crisis. Hoy tengo una imagen de mi propia evolución que se parece al de una crisálida, una evolución radical, una metamorfosis como la que les acontece a los gusanos hasta que se convierten en mariposas.