miércoles, 30 de noviembre de 2016

EN EL HOMENAJE A UN MAESTRO






Acto de homenaje vecinal a Jesús Olea, en el Barrio de España (Valladolid)

El pasado domingo estuve en Valladolid para no perderme el homenaje que la asociación de vecinos del Barrio de España rendía a Jesús Olea en el día del maestro. Emocionado, pude darle un fugaz abrazo entre la multitud que quería hacer lo mismo...y no pude evitar una contradictoria mezcla de agradecimiento y amargura, mientras actualizaba mi memoria de entonces y mi conciencia de ahora. 

lunes, 28 de noviembre de 2016

¿CONSTITUCIÓN PARA QUÉ?



Ilustración de Igor Morski

Hubo un pueblo pequeño, errante y disperso por el mundo, integrado por individuos de todas las razas y géneros, que consciente de su primitiva y humana responsabilidad, un buen día se autoproclamó como comunidad autónoma universal. Tenían una Constitución no escrita en la que cabía toda la humanidad y cada uno de los pueblos e individuos, excepto aquellos que quisieron autoexcluirse, bien por negarse a practicar el respeto por la vida en general y por la de sus iguales en particular, bien por negarse a compartir con éstos los frutos de la Tierra y del Conocimiento humano. No obstante, a condición de no emplear la violencia, los autoexcluidos pudieron mantener sus Estados y Constituciones al margen de los pueblos que vivían en democracia. (Fragmento de la Próxima Historia)


 ***
¿Constitución para qué? 

Lo peor de la llamada “transición a la democracia” no es que sea un relato del pasado, sino que es el relato fósil dispuesto a perpetuarse mediante el aparato propagandístico del Estado, para todo el presente y para todo el porvenir. La democracia posfranquista es el epílogo repetido e interminable de un regimen hermafrodita que se reproduce con cada nueva legislatura, es la coartada política permanentemente invocada y periódicamente explicada, alabada y conmemorada en las fechas previas al Día de la Constitución, cuando los espantajos del pasado son exhibidos por la tele, capitaneados por Victoria Prego, para justificar, como todos los pasados años y los venideros, las infinitas ventajas y bondades de la Constitución española de 1978.

Como siempre que el clima político está algo alterado, como cada vez que son cuestionadas las reglas del juego impuestas hace más de treinta años, es de esperar ahora una intensificación de la misma matraca, fervorosamente constitucionalista, pura propaganda de aquella omnipresente y magistral operación política que las mismas cortes franquistas se apresuraron a denominar como “transición a la democracia”, no sin asegurarse antes la complicidad interesada de la izquierda sindical y política, posmarxista.

En el momento presente, en Europa, se prepara una similar simulación, presentando a la señora Merkel como la gran esperanza del educado neofascismo europeo, frente al vendaval que viene de USA, de la mano del nuevo presidente, el maleducado neofascista Trump. Veremos cómo se despliega el convincente relato de que “lo menos malo es lo mejor y, además, es lo único posible” con tal de frenar al fascismo. Si Merkel decide presentarse a las próximas elecciones en Alemania, asistiremos a la repetición de este argumento compartido por los partidos de la derecha y de la izquierda europea convencional. En esencia, es el mismo argumento, preventivo y convincente, que fuera empleado en la “transición española a la democracia”, para imponer un regimen devaluado e invalidado en origen por estar fundado en el miedo: o Ésto o el Caos, o lo tomas o lo dejas.

El miedo, como condicionamiento y fundamento de la comunicación y de la política misma, está disimuladamente presente en la sociedad española ya desde mucho antes de la impostada transición a la democracia. Ya fue el hiperrelato del franquismo durante su última década, que con pleno vigor continúa ahora, en el posfranquismo, masivamente manejado por todos los voceros de la transición, presentados por el ejército mediático del regimen como hijos y nietos de los “padres de la constitución”, ocultando hábilmente que aquellos padres fueron, principalmente, los miembros de las cortes franquistas que, según ese relato, “se hicieron (generosamente) el harakiri”.

Pero defender la transición del franquismo a la democracia sólo es posible a condición de olvidar el miedo como verdadero elemento constituyente de la “modélica” transición española. Olvidar que aquel harakiri consistió en un cómodo indulto del pasado, conservando los privilegios ganados mediante una larga fidelidad y/o sumisión al regimen. Olvidar que aquel indulto, en el peor de los casos, consistió en la recolocación en los consejos de administración de las empresas del INI, en bancos, cajas de ahorro, cuerpo de funcionarios del Estado, así como en los cuadros profesionales de los viejos y nuevos partidos. Y, por si no fuera suficiente, baste recordar como el más significativo de todos los olvidos, que el último secretario general del Movimiento fue el primer jefe de gobierno de la “nueva democracia”. Y todo a cambio de muy poco, sólo de sentar a Santiago Carrillo y a su eurocomunista partido en las nuevas Cortes posfranquistas.

Así que la llamada “transición” no es en realidad más que un exitoso camuflaje de la fuerza militar, acompañado de una fabulosa operación mediática. Y la actual Constitución no es sino la prueba del resultante contrato-chantaje, por el que la amedrentada sociedad española de 1978 se hacía el verdadero harakiri posfranquista, alargando el regimen en casi otros cuarenta años más...de momento.

Remontarse al paisaje del miedo como fundamento constituyente de la actual constitución española, aún es poco. Si rastreáramos sus antecedentes, si alguna vez nos diera por hacer ese ejercicio de reflexión, necesaria y simultáneamente ética e histórica, comprobaríamos que el paisaje del miedo que precede a todas las constituciones es en origen un paisaje de violencia estructural previa, determinante de toda una letanía leguleya y verborreica, con la que se pretende legitimar la original violencia, la realmente constituyente, la que figura de tapadillo en todas las constituciones, consistente en naturalizar por ley el gobierno o dominio sobre la vida de las gentes a cargo de los más brutos y más astutos. El robo de la vida, de la tierra y de la razón queda así institucionalizado, “por las buenas o por las malas”, única variante posible que admiten las constituciones, todas las que hasta ahora han sido, fundamentadas en la heteronomía, en la ideología totalitaria y excluyente que ha sido predominante a lo largo de la historia humana.

Sobraba “libertad” y sobraba “igualdad” en los frontispicios de la revolución burguesa y en todos los de la civilización esclavista (heterónoma), la única por nosotros conocida. Hubiera bastado con poner “fraternidad”, que las incluía. Pero no, fraternidad fue colocada al final, como corresponde a la guinda de un pastel, sin más función que la de mero adorno.
La libertad y la igualdad, con el olvido de la fraternidad han justificado la barbarie continuada de la historia humana. Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, intuyó sólo la mitad de la pregunta crucial, ¿para qué la libertad sin igualdad?...otros intentaron completarla del revés, ¿para qué la igualdad sin libertad?.... pero ¿de qué valen como simples conceptos vacíos, sin respeto a la esencial dignidad del ser humano, individual y concreto, de qué valen sin fraternidad?

A mayor gloria y propaganda de la Sagrada Transición, sigan en sus tertulias los periodistas, políticos, filósofos e historiadores, ociosos, desgranando conceptos huecos de toda sustancia. Mi pregunta es la pertinente en este malcelebrado día: ¿Constitución para qué?



















martes, 22 de noviembre de 2016

EL VIAJE A ITACA Y EL CAMINO OLVIDADO


Tuve ayer una interesante conversación con un amigo acerca del Camino Olvidado, uno de los  primitivos caminos de peregrinación a Santiago que estamos recuperando en estos tiempos asociaciones locales de Vizcaya, Burgos, Palencia y León. Y la conversación derivó hacia el sentido del Camino, hacia las múltiples motivaciones de quienes recorren el Camino, lo que nos llevó a la vieja disyuntiva entre espiritualidad y religiosidad. Reflexionando hoy sobre ello, he recuperado el poema “Viaje a Itaca” de Konstantinos Kavafis, escrito en 1911, que también es referido en una muy interesante ponencia de Pedro M. Galán Bueno, presentada en el seminario del año 2005 de los Amigos del Camino de Santiago de Madrid, con el título  “El camino y los caminos de Santiago. El viaje y las infraestructuras”, donde el autor apunta una profunda reflexión sobre la diferencia entre peregrinación y viaje, paralela a la existente entre religiosidad y espiritualidad. Recomiendo su lectura a quien le interese el Camino, cualquiera que sea su motivación.

EL VIAJE A ITACA

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas. 

(Poema de Konstantinos Kavafakis)

miércoles, 16 de noviembre de 2016

REORGANIZAR LA CONFLUENCIA: POR UN NUEVO CONTRATO SOCIAL ENTRE IGUALES


LAS LUCHAS, PARLAMENTARIAS O EN LA CALLE, NO SIRVEN POR SÍ MISMAS. HAY QUE GANAR LA BATALLA DE LAS IDEAS, HAY QUE RECONSTRUIR EL SUJETO Y HAY QUE CONSTRUIR LA AUTONOMÍA, EL AUTOGOBIERNO POPULAR, LA DEMOCRACIA.

La articulación de las luchas y los movimientos sociales desde la autoorganización popular es una necesidad compartida por una gran minoría. Pero no es sólo un reto metodológico, ni sólo estratégico, también es ideológico cuando se es consciente de que uno de los rasgos que caracterizan al sistema dominante al que nos enfrentamos es su capacidad para influenciar -hasta determinar decisivamente- la agenda, tanto teórica como práctica, de las fuerzas sociales.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

EL COLIBRÍ Y EL CAMBIO CLIMÁTICO


Demasiadas veces, vemos el cambio climático como causa y no como consecuencia. Demasiadas veces damos por hecho que la catástrofe ya ha ocurrido y que es irreversible. Y puede que así suceda, pero este pensamiento, por trágico que nos parezca, no deja de ser banal respecto a lo que nos espera en los próximos tiempos, no a tí ni a mí, sino a nuestros hijos y nietos.

Convivimos malamente con nuestra condición natural de primates, que gestionamos psicóticamente, bipolarmente, como autoritarios chimpancés o como complacientes bonobos, según sea el tema en cuestión, según sea nuestro personal interés y según sea la dirección del viento dominante. Una evidencia palpable de esta patología es la interiorización  de la individualidad como valor supremo. Tiene mucho que ver con lo que ahora se dice desde el pensamiento desesperado y meramente ecologista: ya es demasiado tarde, pero  aún nos queda la ética individual, una capacidad de resistencia personal que nos sostiene como individuos en medio de la catástrofe social y ecológica generalizada. Así,  condenados como sociedad, al menos podremos salvarnos como individuos...sigamos, pues, en la heroica resistencia, reciclemos plásticos y llenemos nuestros tejados de placas solares, cultivemos nuestro ecológico huerto mientras asistimos al espectáculo programado de un mundo que se derrumba, gobernado por chimpancés, mientras nosotros, los bonobos, nos cocemos en nuestra dulce salsa individual, con ecológica nostalgia por una sociedad que pudo ser, pero que   nunca será. 

lunes, 24 de octubre de 2016

LA REALIDAD YA NO ES LO QUE ERA



¿Que la realidad sólo puede ser comprendida y explicada por un o una experta en física cuántica?...pues no, también lo puede hacer cualquiera, yo mismo, por ejemplo:

1º.Observemos dos mitades de manzana.
2º.De esta observación deducimos que, lógicamente, media manzana más media manzana es igual a una manzana.
3ª.Pues resulta que NO, que esa suma NO es real, que sólo podría serlo si ignoramos datos muy importantes de la realidad, tales  como:

A) Nuestra participación en la realidad (como observadores de la manzana, de su partición  o como cortadores de la misma)
B) La relación existente entre ambas mitades, ya que éstas pudieran corresponder a la misma, a distintas manzanas o, como sucede en la imagen, a una copia invertida de la misma media manzana. 

viernes, 21 de octubre de 2016

LA POSTMODERNA "RADICALIDAD"


Lo “radical” ha quedado reducido al ámbito de lo “político”, sin más. A todos los anarquistas se les presupone violentos y se les llama “radicales”, a diferencia de los futboleros trastornados, xenófobos y violentos, que indistintamente son llamados radicales o ultras.

En principio, todas las palabras son prepolíticas, por sí mismas expresan un significado que es previo a toda interpretación ideológica. Así, sin necesidad de ningún diccionario ilustrado, sabemos que “paraguas” es un artilugio que sirve para desviar el agua que cae del cielo, evitando que nos empapemos. Ningún paraguas, de momento, está politizado. Así, “radical” debería ser algo “referido a la raíz” de la cosa tratada, según el contexto de cada conversación, lo que incluye, sí, un posible contexto político entre otros muchos cientos de asuntos que nos entretienen a los humanos.
Esta manipulación interesada del lenguaje es un síntoma de la última fase de la modernidad, la postmodernidad. La modernidad está en sus últimas y los postmodernos no saben que ellos son esa fase final. No saben que estamos inaugurando una nueva época “radical”, una nueva cosmovisión del mundo caracterizada por la vuelta a los principios, al origen, a la raíz. Los postmodernos aún continúan fieles a la razón moderna, su idea fragmentada y reduccionista del mundo es heredera de los modernos Kant y Descartes, su “post” no es más que un pegote meramente cronológico, carente de contenido.

martes, 4 de octubre de 2016

¿OMNIA SUNT COMMUNIA?



Reconozco una buena intención en este movimiento pero, una vez más, advierto una estrategia errónea tras unos principios sólo aparentemente bien planteados. Pienso que este movimiento está condenado a su irrelevancia histórica, porque carece de una formulación nítida de los principios en los que se fundamenta. No declara los bienes de la Tierra y del Conocimiento humano como procomún universal. No identifica las causas de la expropiación histórica de los bienes comunes a cargo del sistema estatal-capitalista dominante. No cuestionando sus raíces, escamotea sus consecuencias: el orden totalitario que se asienta sobre la alianza entre los Estados y el Mercado. Y olvida las consecuencias derivadas: la apropiación privada o corporativa ( delictiva en todo caso) de la Tierra y del Conocimiento, como de sus bienes derivados; el trabajo esclavo y asalariado que anula las cualidades esenciales de la individualidad, propiciando la competencia fratricida, impidiendo el surgimiento de vida comunitaria; la imposibilidad de la pacificación mundial en convivencialidad y democracia; la imposibilidad a largo plazo (cada vez más corto) de la reproducción y mantenimiento de la vida. 

domingo, 25 de septiembre de 2016

RUTA POR LAS PEÑAS ALBILLAS (ALTOS DE MUDÁ Y MONASTERIO)




 Acabo de editar la última ruta de mis Cuadernos de Caminería. Es un itinerario circular por las Peñas Albillas, que son los altos de Mudá y Monasterio, en torno al paraje donde se sitúa el castro cántabro con el mismo nombre de estas peñas.

Este cuaderno se puede descargar en este enlace: 




RUTA POR LAS PEÑAS ALBILLAS (ALTOS DE MUDÁ Y MONASTERIO)




 Acabo de editar la última ruta de mis Cuadernos de Caminería. Es un itinerario circular por las Peñas Albillas, que son los altos de Mudá y Monasterio, en torno al paraje donde se sitúa el castro cántabro con el mismo nombre de estas peñas.

Este cuaderno se puede descargar en el siguiente enlace: 




viernes, 23 de septiembre de 2016

DE LAS TRISTES PASIONES A LA REVOLUCIÓN ALEGRE Y POSITIVA




Somos una especie que evoluciona, que se adapta a la situación, ahora somos la especie “homo económicus/facebook”, somos producto del momento histórico, de la época postmoderna en la que vivimos, una época de la humanidad caracterizada por un clima de confusión generalizada y por la desorientación consiguiente. Con cierta frivolidad, aplicamos el calificativo de “crisis” a esta situación en la que nos sentimos atrapados en un momento de la Historia que presentimos finalizada;  y aún así, seguimos hablando de “crisis”, como si creyésemos que se trata de una situación transitoria. Vivimos con la falsa ilusión de que la Tecnología nos salvará en ´ultima instancia y en el último momento, al igual que lo hicimos en otras épocas con similar ilusión redentora a la que entonces llamábamos “Dios”. Pero es evidente que ahora lo hacemos con mucho menor convencimiento, sólo para ir tirando, con la esperanza desesperada de que Ésto  (la crisis) pase cuanto antes, por eso lo seguimos llamando “crisis”, cuando la verdad es que  vivimos acongojados por la intuición y el presentimiento  de que “Ésto no tiene arreglo”. Ese presentimiento es constitutivo de la época que a su vez nos constituye, es “su” normalidad, la normalidad postmoderna.

martes, 20 de septiembre de 2016

LA RAZÓN RURAL CONTRA LA CIUDADANISTA RAZÓN DEL ESTADO


El mundo es habitado por individuos humanos que, desde la remota antigüedad, vienen asociando sus vidas  en un espacio físico-territorial concreto, determinado por la existencia de los recursos necesarios al sostenimiento y reproducción de sus vidas,  generando con ello una compleja red de relaciones sociales entre los individuos que habitan un mismo territorio y entre los individuos y comunidades de otros territorios.
Desde el primitivo hábitat de las cuevas, hasta las megápolis contemporáneas, los individuos han buscado habitar el territorio en asociación con otros individuos, desde la más simple asociación por razón de parentesco, hasta la más compleja evolución de la tribu, que conduce hasta la fundación de la primera urbe conocida, en la antigua Mesopotamia, hace más de diez mil años.

viernes, 26 de agosto de 2016

LA RECONSTRUCCIÓN (DECOLONIZACIÓN) DEL SUJETO







Más que el hecho de pensar, nos constituye el lugar y el tiempo en que pensamos. Aquí y ahora ya no podemos estar fácilmente de acuerdo con Descartes (“pienso, luego soy), porque nosotros disponemos de una experiencia y un conocimiento histórico que él no tuvo. Aquí y ahora, probablemente, él diría “soy donde pienso”; no olvidaría nuestra relación existencial con el espacio y el momento de la historia en que vivimos. De ahí la importancia esencial del territorio, de la comunidad que lo habita y su historia. Aquí han pasado muchas cosas desde hace mucho tiempo, cuya comprensión debería acercarnos a lo que somos. Olvidarlo podrá parecernos útil y, aún así, la verdad cambiante -la del lugar y la historia- seguirá estando por delante de lo que creemos útil y conveniente.

La generalización de la ignorancia por lo universal/concreto/cambiante, a favor de abstracciones universalistas cuyo totalitarismo se esconde tras una apariencia de complejidad, ha sido misión preferente de la modernidad, un objetivo periódicamente matizado en sus diferentes versiones: teológicas, liberales y marxistas. La colonización del pensamiento es su cara oculta, que alcanza más allá de lo contado por la historia oficial, narrada como “progreso” por los propios agentes de la colonización: la “Humanitas” que civiliza (salva) al “Anthropos” (salvaje). No creo que sea casualidad que el nacimiento de la ciencia antropológica coincidiera con el auge del proceso colonizador que sigue al descubrimiento de América, a partir del contacto del hombre blanco europeo con el “salvaje” diferente, al que descubre e identifica como un ser inferior desde su perspectiva “humana”.

Así, no me extraña que se pueda llegar a identificar humanismo con racismo, expresado como lo hace Walter Mignolo (1): “yo no quiero ser humano; porque el concepto humanidad construyó el racismo”. El racismo anida en todo proceso de colonización, al que revela como pretensión de dominación sobre la naturaleza, extendida a todas las criaturas consideradas “inferiores”. En todo caso es humillación, es desprecio profundo por el prójimo diferente, es la visión egocéntrica que surge de la modernidad eurocéntrica, básicamente colonizadora, patriarcal y racista.

lunes, 11 de julio de 2016

jueves, 16 de junio de 2016

CONTRA EL ILUSIONISMO ELECTORAL, LA ABSTENCIÓN NO BASTA

Agustín García Calvo

“No: no puede usted quedarse tan tranquilo con no votar en estas Elecciones, con no participar positivamente con su voto en este tejemaneje y en el sempiterno recuento de la Mayoría, no: la institución de las Elecciones y del Voto es demasiado importante y fundamental para el Dominio como para que nos podamos contentar con eso”. (Extracto de “Farsa periódica”, Agustín García Calvo)


A quienes a sí mismos se consideran “progresistas”, término que hoy se ha convertido en vago sinónimo de “izquierdistas”, la abstención les irrita en grado sumo, mucho más cuando -como en esta ocasión- creen que el cálculo electoral pudiera resultarles favorable y que, por tanto,  “el cambio” lo tienen al alcance de la mano. Ignoran la infinidad de veces que esta situación se ha repetido a lo largo de los casi tres siglos de historia del sistema hoy dominante. Prefieren ignorar que los márgenes del “cambio” están prefijados de antemano, que precisamente en eso consiste la fortaleza y durabilidad del aparato dominante. Los ilusionados progresistas renuevan en cada elección su inquebrantable fe sistémica, participando  con un entusiasmo que ciega todo análisis reflexivo, que les  impide ver el truco de magia que se produce ante sus narices. No quieren ver que forman parte del sistema, que padecen el síndrome de Estocolmo, que actúan a favor de quienes  han secuestrado sus conciencias. Tienen fe en la magia del sistema y creen que éste les permitirá dar el salto del patio de butacas al escenario del poder, donde tiene lugar la mágica representación de la democracia burguesa.