jueves, 3 de octubre de 2013

POR EL CERRATO Y LO GÓTICO

Villabáñez. Foto de Orosia Castán

Cuando bajamos a Valladolid sin prisa por el regreso, tenemos por costumbre explorar itinerarios alternativos al de la autovía de Santander, la que nos deja en Aguilar de Campoo. Aún dando rodeos a cincuenta kilómetros por hora, vamos a la deriva de encuentros y sorpresas por pueblos y paisajes de los territorios intermedios: de Tierra de Campos y Cerrato, de las vegas y páramos de Carrión y Pisuerga más arriba, tierras de Saldaña, Osorno y Herrera. En la última ocasión hemos subido por el Valle de Esgueva, entrando por Villabáñez para llegar a Venta de Baños tras cruzar la paramera que domina  sobre Villavaquerín.

lunes, 23 de septiembre de 2013

PREASAMBLEAS MUNICIPALES: HACIA EL MUNICIPIO AUTOGOBERNADO

Asamblea popular en un pueblo de Madrid
Propuesta para la reflexión estratégica.

"Si se trata de transformar hay que hacer reflexión estratégica. Si se trata de poseer creencias personales, una fe, doctrina o dogma para, real o pretendidamente, dotar de sentido a la propia vida, aquélla es innecesaria.…/… La reconstrucción del sujeto demanda el trabajo interior tanto como el trabajo exterior. Estas tareas se han de hacer de acuerdo a proyectos y planes cuya raíz sólo puede ser la reflexión estratégica. Ambas, sumadas, son la revolución integral". (De "Para pensar estratégicamente". Félix Rodrigo Mora)


Estoy de acuerdo en que la verdad y la virtud son necesarias para vencer, pero también pienso que no son suficientes. Si el sistema de dominación no se derrumba por sí mismo, habrá que esperar una eternidad para encontrar el momento en que la verdad y la virtud se extiendan a la mayor parte de la humanidad y, además, ello habría de coincidir con la oportunidad histórica en la que el sistema se halle en situación de máxima debilidad. Ni puedo ni quiero esperar una eternidad. Si la revolución no es un momento sino un proceso, podemos considerar que éste ya se ha iniciado desde el instante en que concebimos la necesidad de la revolución, por improbable que ahora nos parezca. Pero esta conciencia no es útil a la revolución si le falta una estrategia, un plan encaminado a su resolución, por largo y difícil que resulte  dicho proceso.

domingo, 15 de septiembre de 2013

LA ARQUITECTURA DE LAS MANZANAS

Nueva York, la gran manzana

En las grandes metrópolis la edificación ha sido diseñada en “manzanas”, grandes bloques de casas rodeados en todo su perímetro por vías de tránsito motorizado, grandes bloques que suelen encerrar un patio. Ese espacio interior, invisible desde la calle, fue conservado en su mínima expresión en las épocas del desarrollismo industrial, como “patio de luces”, en los barrios de las periferias urbanas, donde fueron alojadas las masas de campesinos que emigraban a las grandes ciudades en busca de trabajo en las  fábricas. 

El uso de la palabra manzana no proviene del fruto del mismo nombre, sino de la castellanización del catalán "mansana", cuyo origen es el “manso” derivado del latín “mansio, mansum”, a su vez derivado de la forma verbal  manere, habitar una casa. En época medieval se llamaba "manso" a las mismas casas de campo que en la época romana eran denominadas "villas"…por cierto, villano no viene de vil sino de villa, porque villano era el habitante de las villas medievales, de aquellos caseríos poblados por labriegos que laboraban las tierras de los señores feudales; y fueron éstos, los propietarios, quienes, considerándoles brutos y viles , se encargaron de extender el actual concepto peyorativo de villano,  a partir de sus negativos prejuicios sobre la   naturaleza moral de los campesinos.

martes, 10 de septiembre de 2013

CAPITAL VIENTO: (TODAVÍA) CONTRA LAS EÓLICAS

Estuvimos en el nuevo parque eólico de Peña Miján (Montaña Palentina), en plena obra.

Cuando parece que la polémica sobre los parques eólicos ha amainado, que ya no está de actualidad, viene bien volver a reflexionar sobre ello, antes de que la propaganda política, junto con la fuerza de la costumbre y de los hechos consumados, nos hagan ver como “lógica y natural” esta industria, ocultando la ideología desarrollista y de capitalismo “sostenible” que impulsa su expansión por todo el mundo.

jueves, 5 de septiembre de 2013

EL LABERINTO COMO METÁFORA DE LA POSTMODERNIDAD



El capitalismo ha hecho su revolución en este tiempo  que denominamos postmodernidad. Ya no es sólo un sistema de dominación, como sucedía en la modernidad, sino que ha evolucionado hasta convertirse en un sistema social y universal, único y totalitario. La pertenencia a una clase social era la referencia obvia que organizaba y clasificaba a las gentes en otros tiempos, pero en la postmodernidad esa referencia ha sido difuminada, camuflada por el espejismo de las clases medias, felices habitantes clientelares del Estado de Bienestar, cuya posición es presentada como accesible a la mayoría de las gentes, a cambio de esforzarse, de adaptarse a los principios dominantes y, en último caso, a base de confiar en la deriva de la existencia, en el azar.
Su forma política actual sigue siendo la del Estado, que en la modernidad industrial admitía variables (conservadoras, progresistas, monarquías, repúblicas, dictaduras, democracias populares…), pero que hoy sigue un modelo global, aunque conserve peculiaridades locales que no alteran su modelo básico y universal, asentado sobre sus viejos cimientos: el patriarcado, la propiedad privada, el trabajo asalariado y la oligocracia como forma de gobierno en alguna de sus variantes, más o menos representativas.
Su mejor representación simbólica es la del laberinto,  un inmenso entramado de pasillos y paredes –leyes, medios coercitivos y de adoctrinamiento (fuerzas armadas, policía, familia patriarcal, escuela, universidad, empresas, servicios de salud, pensiones, partidos y sindicatos, publicidad, medios de comunicación y entretenimiento, etc)-  cuyo recorrido nos sitúa en un permanente picoteo a la deriva,  al tiempo que nos son presentados como atractivos sucedáneos de libertad, en un adentro sin afuera, en un inmenso descampado donde todas las libertades encuentran pasillo propio, excepto el que pudiera llevarnos a la salida del laberinto. Para la inmensa mayoría de sus habitantes,  ese lugar es invisible como tal laberinto y, por tanto, para ellos es muy difícil concebir la posibilidad de salir de allí  porque no pueden imaginar otra vida diferente.

viernes, 23 de agosto de 2013

CONTRA LA SUBLIMACIÓN INDUCIDA DESDE EL PODER

(Hacia la reconstrucción prepolítica del sujeto)


Muchacho con una máquina (Richard Lindner,1957)


“El alma es la unidad imaginaria que compensa el cuerpo realmente despiezado”
Jesús Ibáñez, “Por una sociología de la vida cotidiana” (Madrid, Siglo XXI, 1994)



En el “Tratado sobre lo sublime” atribuido al autor griego Longino y que fuera escrito entre los siglos III y I a.C. por quien probablemente fuera profesor de retórica, su autor pone el ejemplo del Dios de los judíos: el que no puede presentarse en imagen o palabra alguna, cuya presencia es invocada siempre como ausencia radical –todo lo contrario a la iconografía cristiana, tan profusa en imágenes de la divinidad-, como oscuridad que invoca a la luz: “Dios se hace presente, entonces, en la luz, que no es sino una señal de su poder, pero no de su presencia, Dios se ausenta en la luz que es signo, huella, presencia negativa, de su potencia insondable”.

No sé lo suficiente como para permitirme afirmar que la sublimación es un mecanismo propio de la dominación. Lo que sí observo en la historia que conozco es que le ha sido y le sigue siendo muy útil porque conduce a la sumisión de las gentes, sin la que su poder cesaría. Desentrañar su funcionamiento me parece, por tanto, una cuestión fundamental para el paradigma de la revolución integral que intentamos construir. Sostengo que este funcionamiento de lo sublime es parejo al desarrollo histórico de todos los instrumentos de los que se sirve la dominación y que, por tanto, su superación vendría a ser la superación de lo político “hacia atrás”, un “refoulement” que dirían los franceses, una reconstrucción del sujeto hasta situarlo en el estado prepolítico del que habla Félix RodrigoMora (FRM) en su artículo “Recuperarnos como seres humanos”: