Hoy, 4
de octubre, es el Día Internacional (no oficial) del Cáncer de Mama
y en la onomástica religiosa es el Día de San Francisco de Asís.
España
celebra hoy, simultáneamente,
una jornada reivindicativa contra
el Cáncer de Mama y contra la Despoblación Rural
(la Revuelta de la España Vaciada), para pedirle al
Estado que
nos cure el cáncer y que industrialice (¿más?
nuestros cuerpos, nuestros campos y nuestros montes. Para
volver a llenar los pueblos con
los hijos y nietos de los que fueron expulsados a las ciudades.
La España entonces
vaciada
exige hoy
ser llenada
por el
mismo Estado y por el mismo Capital que
la vaciaron durante
décadas, a
base de saquear sus bienes naturales y llevarse a su gente a los
polígonos industriales.
El Día
parece estar bien elegido, ya que una rogativa a San Francisco de
Asís parece lo mejor cuando lo que se pide es
un imposible que solo tiene arreglo religiosamente, con
un milagro.
jueves, 3 de octubre de 2019
GRETA Y DONALD EN LA ONU: "ESTO LO CAMBIA TODO"
Reproduzco aquí un interesante artículo de Miguel Muñiz, publicado en la revista "Mientras Tanto", correspondiente a octubre de 2019, seguido de un texto de Jorge Riechman enlazado desde ese mismo artículo.
GRETA Y DONALD ACTÚAN EN LA ONU. Miguel Muñiz
Con sólo un día de diferencia, Greta Thunberg, la adolescente sueca elevada a símbolo de la rebeldía juvenil contra el cambio climático, y Donald Trump, el presidente USA considerado el negacionista número uno del mismo, han intervenido ante la asamblea de las Naciones Unidas en lo que acaso sea el mejor ejemplo de esquizofrenia global del capitalismo especulativo en versión debate político.
Comencemos por Greta, una joven que padece el síndrome de Asperger, cara visible de lo que se define como el movimiento juvenil “Viernes por el Futuro”, que consiste en que adolescentes y jóvenes, de países ricos mayoritariamente europeos, faltan a clase los viernes para presionar a los políticos y que digan la verdad sobre la catástrofe climática.
Como corresponde al progresismo global, Greta encabeza un movimiento sin estructura aparente detrás. Analizando su expresión más visible, la ExtinctionRebellion, se comprueba la enorme distancia entre la gravedad de un conflicto que afecta de manera desigual y compleja a toda la Humanidad,la banalidad de su enfoque y diagnosis, comenzando por la declaración enfática de que vivimos en un sistema tóxico del que nadie tiene la culpa. Una
contradicción más a sumar al extenso catálogo de despropósitos y desmesuras propagandísticas bondadosas que culminan con la imagen de Greta Thunberg cruzando el Atlántico en el Malizia II, un velero de fibra de carbono y diseño vanguardista, propiedad de un empresario vinculado a la aeronáutica, como símbolo de su voluntad de no emitir Gases de Efecto Invernadero.
miércoles, 25 de septiembre de 2019
LO REAL, LO VIRTUAL: ENSAYOS DEL YO
Zenda Liendivit es
arquitecta y filósofa. El presente texto es un fragmento
del libro sobre la Modernidad y sus espacios que la autora
está preparando. Ha publicado más de diez libros sobre la
modernidad y sus cruces con otros saberes y disciplinas.
Dirige Revista Contratiempo desde el 2000
Lo
real, lo virtual: ensayos del yo
Zenda Liendivit
Publicado en revista Contratiempo: http://www.revistacontratiempo.com.ar/
Las
construcciones materiales y las construcciones simbólicas que
conforman la ciudad moderna se potencian y generan, recíprocamente,
en el concepto de progreso científico. La superación
constante e ininterrumpida, posibilitada por los adelantos
tecnológicos, será la razón, la política, la ética y la estética
de la modernidad. Época que aspirará siempre a un tiempo que no es
el presente, incluso a costa de éste, del que poco se sabe y en el
que se depositarán tanto el capital material como el espiritual de
una sociedad. El territorio acotado y bien delimitado; la alta
densidad; el crecimiento vertical en detrimento de la horizontalidad
clásica; las actividades comerciales y financieras como sistema
neurálgico de la vida urbana; el imperativo cultural; las nuevas
formas de sociabilización y los sólidos mecanismos de control y
vigilancia de los cuerpos, son algunas de las premisas fundacionales
de la metrópolis. Pero como lo comprobó dolorosamente Le Corbusier,
ya casi a mediados del XX cuando había que refundar Europa, nada que
involucre al hombre y sus pasiones puede decidirse exclusivamente en
el diseño, atendiendo solo las cuestiones puramente objetivas. Mucho
menos, pensarse como fórmula matemática, emparentada como nunca a
la utopía maquinista, que evitaría revoluciones, una función
inversamente proporcional donde a mayor eficacia del trazado, menor
deseo de protestas y barricadas. La puesta en acto de cualquier
proyecto arquitectónico o urbano siempre necesita sortear el último
escollo, que no es otro que la vida misma.
lunes, 26 de agosto de 2019
TOQUE DE CAMPANAS
La
de ayer fue una mañana de tañer campanas entre los pinos de Monte Royal
(¿no será Monte Boyal?). Un niño, mas un grupo de más vecinas que
vecinos, de las tierras de Aguilar de Campoo, aprendíamos historia,
costumbres y usos de
las campanas, así como los más comunes y antiguos toques, de
la mano amiga de los campaneros villaltanos,
los de Villota del Páramo.
REFHERENCIAS
Simone Weil |
3. Simone
Weil: la desgracia y el arraigo,
dos conceptos para leer el presente.
dos conceptos para leer el presente.
(Ensayo
de Constanza Serratore, Revista Pléyade, nº4, 2009)
Síntesis:
La
malheur (desgracia) y el arraigo son dos conceptos “pivote” en la
obra de Simone Weil, y nos abren a lo que hemos llamado las dos
dimensiones del pensamiento de la autora: la mística y la política.
Es por ello que veremos cómo las nociones que estructuran la
concepción metafísico-religiosa darán paso al otro tema
fundamental, el tema del arraigo, que estructura la concepción
política.
Explicitadas
algunas de las dificultades con las que nos encontraremos a lo largo
del presente trabajo, diremos que el mismo se es tructura en dos
partes: la primera está dedicada al análisis de la “malheur”
(desgracia) y la segunda al tema del arraigo.
.
Simone
Weil es, desde nuestra perspectiva, una pensadora de interés porque
dirige su mirada hacia la comunidad, pero lo hace desde una posición
especial, como dirá Roberto Esposito, desde una cierta mirada de lo
impolítico. Como desarrollaremos a lo largo del texto, Weil es una
pensadora que se anima a mantener fija la mirada ante el núcleo
central de la política, que es el conflicto, la lucha a muerte en la
que al matar al otro, se mata uno a sí mismo.
La
desgracia: no hay nada en mí que no pueda perder
En
“La persona y lo sagrado”, S. Weil muestra a estos malhereux que
“suplican silenciosamente que se les proporcione palabras para
expresarse” como quienes poseen una sabiduría secreta que sólo el
contacto directo con la realidad puede proporcionar. El conocimiento
que “entra por la carne”, el de la experiencia del mundo, coloca
a estos desgraciados frente a una verdad que es pura impotencia,
incapacidad radical de poder ser formulada por el discurso racional
dominante:
[...]
como un vagabundo acusado en un Tribunal correccional por haber
cogido una zanahoria en un campo se mantiene de pie ante el juez,
quien cómodamente sentado, ensarta elegantemente preguntas,
comentarios y bromas, mientras que el otro no logra casi ni
balbucear; así se mantiene la verdad ante una inteligencia ocupada
en alinear elegantemente opiniones.
Si
alguien conoce la realidad de la desgracia debe decirse a sí mismo:
“Un juego de circunstancias que yo no controlo puede quitarme todo
en cualquier instante, incluidas todas las cosas que son tan mías
que las considero como si fueran yo mismo. No hay nada en mí que no
pueda perder. Un azar puede en cualquier momento abolir lo que soy y
poner en su lugar cualquier cosa vil y despreciable”. Pensar esto
con toda el alma es experimentar la nada. Es el estado de extrema y
total humillación que es también la condición del paso a la
verdad. Es una muerte del alma. Por ello el espectáculo de la
desgracia desnuda causa al alma la misma retracción que la
proximidad de la muerte causa a la carne.
.
...]
es algo diferente al simple sufrimiento. Se apodera del alma y la
marca hasta el fondo con una marca que sólo pertenece a ella , la
marca de la esclavitud.
Solo
hay verdadera desgracia cuando el acontecimiento que se ha apoderado
de una vida y la ha desarraigado le alcanza directa o indirectamente
en todas sus partes, social, psicológica, física [...] El gran
enigma de la vida humana no es el sufrimiento, es la desgracia.
El
arraigo: la persona histórica
El
texto clave para esta segunda sección será “Hacia una filosofía
del arraigo”, en el que –entre otras cosas– Simone Weil hace
una descripción de los deberes que cada hombre tiene hacia otro
hombre en orden a sus necesidades primordiales; justamente es allí
donde se establece la noción de arraigo, como una necesidad
primordial humana especialmente olvidada en la modernidad, que
demanda, a su juicio, una reflexión profunda y urgente:
El
arraigo es quizá la necesidad más importante y más desconocida del
alma humana. Es una de las más difíciles de definir. El ser humano
tiene una raíz por su participación real, activa y natural, en la
existencia de una colectividad que conserva vivos ciertos tesoros del
pasado y ciertos pensamientos del futuro.
Participación
natural, es decir, producida por el lugar, el nacimiento, la
profesión, el medio. Cada ser humano tiene necesidad de múltiples
raíces. Tiene necesidad de recibir la casi totalidad de su vida
moral, intelectual, espiritual, por mediación de los ambientes de
los que forma parte naturalmente. Los cambios de influencia entre los
medios muy diferentes no son menos indispensables que el arraigo en
el ambiente natural.
.
Es
decir, para Weil el “arraigo” —entendido como la raíz del
hombre en la existencia de los seres que conforman su comunidad, con
los que comparte un pasado y proyecta un futuro es una necesidad
natural del hombre. El problema reside en que esta necesidad de
múltiples raíces no es tenida en cuenta en la modernidad. La
necesidad de arraigo se proyecta en la de mirar al pasado, ya que es
imposible pensar un futuro alejándose de lo ya acaecido.
La
conexión entre violencia y desarraigo es analizada por Weil en las
semejanzas entre los modelos totalitarios del Imperio romano y la
Alemania nazi. Nuestra autora intenta demostrar que los horrores del
nazismo son en gran medida los resultados de la concepción
estatalista moderna, heredada de la mentalidad imperialista de Roma.
En
su afán por señalar el proceso de unificación, Weil no aprecia el
paso del estado absoluto al estado de derecho ya que considera que
éste ha degenerado en uniformización, y ha borrado toda diversidad
y convertido la centralización en un centra
lismo
extremo.
De
este modo, contraponer las nociones de patria y estado es la
expresión del deseo —presente en toda la trayectoria de S.W.— de
restablecer el predominio del pueblo sobre la formación
jurídico-política estatal, a través de la revitalización de las
diversas comunidades humanas. El arraigo se inspira en la idea de que
la comunidad cultural y social de origen influye decisivamente en la
singularidad de cada ser humano. Esta idea, ligada a la de pluralidad
lingüística y a la de reivindicación del pasado, contrasta con la
filosofía de la Ilustración y su ideal de universalismo abstracto y
cosmopolitismo uniformador.
A
modo de epílogo ético, la primacía de las
obligaciones frente los derechos. La
obligación de cada uno, sumada a la de los otros, corresponde al
derecho de toda la comunidad. Solo la comunidad (pensada en su forma
más radical) puede reconstruir la relación entre derecho y hombre
que se ha visto interferida por el discurso de la persona.
Más
sobre Simón Weil, su obra y la vigencia de su pensamiento en
Instituto Simone Weil
Anselme Jappe |
El concepto de «lucha de clases», denunciado por la crítica del valor como simple lucha por la redistribución cuantitativa dentro de las categorías capitalistas de dinero y valor, vuelve a atraer la atención mediática, ya sea en sus formas más arcaicas, ya en las versiones posmodernas del elogio de la «multitud». Las denuncias de las injusticias distributivas están, por supuesto, justificadas; sin embargo, por lo general sirven para eludir la necesidad de una «ruptura categorial» con el valor y el dinero, el mercado y el Estado, el capital y el trabajo.
La
sociedad mundial de la mercancía ya no es capaz de seguir creciendo
ni, por tanto, de integrar a los que están al margen. No cabe ya
ningún retorno a formas anteriores y más «humanas» de
capitalismo, como el modelo keynesiano del Estado asistencial y del
pleno empleo. Limitarse a criticar el «neoliberalismo» es, en
definitiva, quedarse corto. Una salida solo puede consistir en la
superación de las categorías mismas de la socialización
capitalista.
Pero
nada nos asegura que esta se vaya a producir. Ninguna dialéctica
histórica garantiza el paso del capitalismo
a una sociedad emancipada. La caída en la barbarie sigue siendo una
posibilidad nada remota.
Descarga:
Anselme Jappe: El absurdo mercado de los hombres sin cualidades
«El absurdo mercado de los hombres
sin cualidades»: es un texto publicado, con algunas modificaciones, como introducción al libro de Robert Kurz, "L'onore perduto dellavoro" (Manifestolibri, Roma,1994), primera publicación en castellano en Mania nº2, 1996.
En
ninguna parte he despreciado a quienes creían en los espíritus, el
alma inmortal, el soplo de los dioses, la presencia de los ángeles,
los efectos de la oración, la eficacia de las virtudes de los
cauríes, los poderes chamanísticos, el valor de los sacrificios de
animales, el efecto trascendente del nitro egipcio, las ruedas de
oración. En el chacal ontológico. En ninguna parte. Pero en todos
lados he podido comprobar cómo fantasean los hombres para no
enfrentarse con lo real. La creación de mundos subyacentes no sería
tan grave si no se pagara un precio tan alto: el olvido de lo real, y
por lo tanto la negligencia dolosa del único mundo que existe.
Cuando la creencia se desprende de la inmanencia, de sí misma, el
ateísmo se reconcilia con la tierra, el otro nombre de la vida.
Descarga:
Michel
Onfray, “Tratado de ateología”
lunes, 12 de agosto de 2019
VOSOTROS NO SOIS MEJORES QUE DIOS
Como explica la santísima Wikybiblia, Fukuyama encontró su inspiración en Hegel y en alguno de sus exegetas del siglo XX, como Alexandre Kojêve. El motor de la historia, que es el deseo de reconocimiento, resulta ser un "thimos". Un thimos que se ha paralizado en la actualidad debido a la disolución del bloque comunista, lo que deja como única opción viable una democracia liberal, tanto en
lo económico como en lo político.
Se constituye así el llamado
pensamiento único, las ideologías ya no son necesarias porque han sido
sustituidas por la economía. Los Estados Unidos y el capitalismo son la
única realización posible del sueño marxista
de una sociedad sin clases. En palabras de Fukuyama: "el fin de la
historia significa el fin de las guerras y las revoluciones
sangrientas, los hombres satisfacen sus necesidades a través de la
actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de
batallas".
A tenor de los indicios, lo
que vulgarmente llamamos “historia” pareciera tener los días
contados y estuviera a punto de confirmar la profecía de Fukuyama. Pero no, siento daros esta mala noticia. Contra todo
pronóstico, resulta que la historia es eterna, como lo es el
mismísimo infierno. Y así es porque vosotros así lo habéis
querido. La historia todavía no alcanza a ser tan vieja y tan absurda como
vosotros, ni como Yo mismo, que no me excluyo, Yo, vuestro único
hijo. Incluso ya hay historiadores de indudable prestigio
universitario que me dan la razón, que reconocen y pronostican la eternidad de la historia, aunque no
sé si lo hacen pensando sólo en su nómina.
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