sábado, 4 de julio de 2020

¡AY, LA NUEVA MODERNIDAD!

De Erik Thor Sandberg


Ay, si no fuera un viaje al principio de los tiempos, si al menos fuera un regreso a la época feudal

De la tribu nómada a la aldea agrícola, de allí a la ciudad-Estado, siempre colonial y con ganas de Imperio, necesariamente militar, política e industrial. De la guerra a la guerra, de revolución en revolución y vuelta a empezar. No será la última vez que lo diga: todos los que se suicidan también quieren pasar a mejor vida, ellos son los últimos creyentes de la Modernidad.

No pudo ser, al menos hasta ahora no pudo ser, el sueño del Progreso no pudo ser. Se hizo una separación artificial entre historia y prehistoria, se pensó que lo no conocido no podía ser escrito y que, por tanto, no había sucedido. Y punto. La Historia sólo podía dedicarse a lo suyo, a escribirse a sí misma - sea cual sea lo que realmente sucediera antes o pudiera suceder ahora- porque su finalidad no es la verdad, sino el Progreso, lo único autorizado a suceder...Y lo que “eso” es no lo sabe cualquiera.

En esa versión incompleta de los sucesos y con interesado método científico, el saber quedó limitado a lo escrito. Y ésto fue llamado Ciencia, Tecnología y Progreso, todo con mayúsculas, para no dejar rastro de duda acerca de su autoridad, de su esencia jerárquica y respaldo militar, ni de su prisa por guiar a la humanidad hacia su destino, a este tiempo de nunca acabar al que la propia ciencia histórica puso punto final y lo llamó políticamente Economía y/o culturalmente “Modernidad”. La verdad es que no se le puede pedir más a esta Historia, a una especialidad estanca del conocimiento, autodenominada “ciencia”, que con esas limitaciones no podía ser otra cosa que apariencia o ficción, narración y propaganda de su propio y moderno relato, eso sí, siempre nuevo, como escrito está desde siempre.

Pero al punto que hemos llegado, éste en el que hemos sido nuevamente convocados a reentrar, con renovada normalidad (*) en una época nueva, de nueva modernidad ahora totalmente nueva, y ya que reconocemos no tener nuevas opciones para un futuro realmente nuevo, qué menos que pedir una nueva normalidad en modo de innovador regreso a una nueva época feudal, qué menos que un nuevo pacto con el nuevo Estado nacional y su nuevo Capitalismo global (sea éste nuevamente liberal, nuevamente proletarista o nuevamente fascista), pero un pacto nuevo, de no agresión: yo te pago nuevos impuestos y tú me dejas vivir nuevamente en paz, en mi tierra y con mi comunidad, tú con tus nuevas leyes totalitarias y nosotros con nuestras antíguas costumbres campesinas y comunitarias. Nuevamente premodernas, sí, y de nuevo muy limitadas por este nuevo Fuero que os pedimos, sí, ya lo sabemos, pero en paz, al menos en paz: tú en tu nuevo castillo nacionalista y nosotros en nuestra vieja aldea comunal....¡pero ni ésto siquiera cabe esperar!
 
¡Quién nos lo iba a decir!, que pudiéramos llegar a añorar, como si fueran nuevos tiempos, aquellos de la época feudal.

Nota: 
(*) Novedad referida exclusivamente a la mascarilla o bozal, no a la distancia social, que eso no es nuevo.








jueves, 2 de julio de 2020

AGUILAR DE CAMPOO Y EL FUERO REAL




Un fuero intitulado “Fuero Real de España” (*), fue dictado por Alfonso X (“el Sabio”) con la intención de homogeneizar las leyes vigentes en su reino, básicamente constituidas por una gran cantidad y diversidad de fueros locales. Aguilar de Campoo fue la primera villa a la que le fue otorgado este  Fuero Real, lo que sucedió en marzo de 1255, conservando la villa este privilegio hasta 1332.
Sería después, en 1256, cuando el Fuero se extendiera a otras villas y ciudades del reino: Burgos, Palencia, Sahagún, Santo Domingo de la Calzada, Valladolid y, probablemente, Miranda de Ebro. Incluso alcanza aquellas localidades donde rige claramente un derecho concejil, como las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura castellana (Alarcón, Alcaraz, Atienza, Arévalo, Avila, Buitrago, Cuéllar, Hita, Peñafiel, Segovia, Soria y, posiblemente, Cuenca, e incluso de la Extremadura leonesa (Trujillo). En 1257 se concedió a Talavera de la Reina, para tres años después retomar la política de concesiones del mismo texto a localidades como Ágreda (1260), Béjar, Escalona, y Villa Real (1261) y, finalmente, a Guadalajara, Madrid, Plasencia y Tordesillas, en 1262. La política de uniformidad del Derecho mediante la aplicación del Fuero Real se vio paralizada coincidiendo con los problemas económicos que atravesaba el reino y con el levantamiento de los mudéjares en Murcia y Andalucía en 1263. (**)

martes, 9 de junio de 2020

LUGARES IRREALES, COMO TRAPALANDA Y ESPAÑA


La palabra “España” es un nombre mítico, referido como todos ellos a “algo” puramente literario, que en realidad no existe, como Trapalanda, la ciudad de los Césares o ciudad errante, que se supone localizada en algún punto del Cono Sur, fundada por náufragos que formaron parte de las primeras expediciones de conquista allí enviados por la corona de Castilla. Trapalanda nunca fue encontrada, ni dejó de ser buscada por quienes la suponían repleta de incalculables cantidades de oro y plata allí escondidos. El escritor Martínez Estrada habla de Trapalanda en su “Radiografía de la Pampa”, en referencia a lo que debieron sentir los conquistadores al pisar tierra americana, un sentimiento de conflicto entre ilusión y ficción, por riquezas que no son tales y futuros que nunca se cumplen.

lunes, 18 de mayo de 2020

PUEBLOS DESHABITADOS, IN MEMORIAM COMUNITATIS




El 20 de este mes de mayo se cumplen tres años de la intervención que hicimos en Ceniceros, pueblo deshabitado de Las Loras burgalesas, como gesto simbólico de memoria y reconocimiento a las últimas gentes que habitaron esos pueblos hoy sumidos en el abandono, cuyas ruinas muy pronto quedarán ocultas entre la maleza.


La intervención se produjo ese día en el marco de la iniciativa "Arte y Nodos Territoriales", convocada por el centro de creación cotemporánea Espacio Tangente, de Burgos, y el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC). Los proyectos seleccionados fueron: ‘In memoriam communitatis’, de Rubén García García y Fernando García García, que tuvo lugar en Ceniceros (Burgos); ‘FUENSANTA + Una mujer, el baño y la ventana’, de Elvira Palazuelos, en el Balneario de Gayangos (Las Merindades, Burgos); ‘Un espacio a destiempo’, de Mabel Esteban García, Adán Ruiz Román y Mireia Ortuño García, en el Barrio de San Pedro de la Fuente, (Burgos); ‘¿Podré amar la tierra el próximo verano?’, de Isabel Ramoneda Violan e Iker Fidalgo Alday, en Poza de la Sal y Rojas (Burgos); ‘Taxón’, de Nostoc (Mateo Mena y Laura Iturralde), que se desarrolló en León.
 La instalación que hicimos en Ceniceros, aunque lo previsto era que estuviera activa durante sólo el primer verano, estuvo en pie durante dos años,  en los que más de cuatrocientas personas pasaron por aquél recóndito paraje de las Hoces del Rudrón y dejaron su testimonio emocionado en el libro de visitas. La piedra conmemorativa que formaba parte de la instalación hoy está en el Museo del Petróleo de Sargentes de la Lora, en recuerdo permanente de esta intervención.


Para quien tenga curiosidad por lo que allí sucedió ese día, y para avivar el sentimiento de memoria permanente y reconocimiento a las generaciones de campesinos que tuvieron que abandonar esos pueblos y otros muchos que hoy siguen estando amenazados por la despoblación, dejo a continuación los enlaces a los dos vídeos que resumen aquella memorable jornada que pasamos en Ceniceros.
Complementariamente, tuvieron lugar, en el MUSAC de León y en el Espacio Tangente de Burgos, sendas exposiciones de los proyectos seleccionados y tuve la ocasión de realizar una ponencia en la que reflexionaba sobre la creación artística y el compromiso con el territorio. El año pasado, tuvimos la oportunidad, gracias a la Fundación Entretantos, de reactivar esta reflexión, mediante un encuentro celebrado en Sedano (Burgos), en colaboración con el Geoparque Las Loras,  y dejo también aquí el enlace a la publicación que resume dicho encuentro.

https://www.youtube.com/watch?v=MHf21aoz1lg






viernes, 15 de mayo de 2020

RAÍCES, IDENTIDADES, TERRITORIOS. MÁS ALLÁ DEL ESTADO Y POR UN CAMBIO LIBERADOR


RAÍCES, IDENTIDADES, TERRITORIOS. 
MÁS ALLÁ DEL ESTADO Y POR UN CAMBIO LIBERADOR
Autores: Pablo Sastre y Laia Vidal. Publicado en http://ecologia-social.net


Un ser humano tiene una raíz en virtud de su participación real, activa y natural en la existencia de una colectividad que conserva vivos ciertos tesoros del pasado y ciertos presentimientos del futuro. (Simone Weil, Echar raíces)



Preguntas principales y análisis

Nos preguntan sobre la relación entre territorios, identidades y raíces y el camino de la revolución y el cambio liberador en nuestros tiempos. ¿No habíamos ya dejado atrás toda etiqueta nacional, no éramos ya unos perfectos ciudadanos del mundo, gentes que nos movemos de aquí para allá, libres de toda constricción y restricción identitaria colectiva? ¿No es la defensa de la nación contraria al internacionalismo y la solidaridad entre los pueblos? Si estamos contra el Estado, ¿cómo podemos defender la autodeterminación de las naciones sin Estado sin caer en el estatismo? ¿Qué caminos se están trazando hoy en día, en pleno siglo XXI, para trascender las limitaciones de los enfoques propios del siglo XX? ¿Qué podemos aprender del pasado para dibujar el futuro? ¿Qué implicaciones tiene nuestra concepción política del mundo en la defensa de la vida en nuestro planeta, en nuestro lugar en el ecosistema planetario como seres humanos?

viernes, 8 de mayo de 2020

¿HOY, QUÉ SIGNIFICA "OMNIA SUNT COMMUNIA?


Me llamó poderosamente la atención que Werner Baumbach, un famoso aviador de la Lufwafe, tras su abandono del nazismo llegara a decir: “La tierra es un Todo solo para alguien que es él mismo; un Todo se rompe y se desmiembra solo para aquellos que son, ellos mismos, rotos y desmembrados.” 


  
Antíguamente, “Omnia sunt communia” (1) significó “el mundo es de todos” (cuando “todos” eran los antíguos campesinos) y modernamente esta expresión fue interpretada por el anarquismo como “la tierra para el que la trabaja” (es decir, para los modernos campesinos).
Aquel fue el grito con el que Thomas Müntzer y sus seguidores resumían su rebelión durante la Guerra de los Campesinos alemanes, en 1.524. “Omnia sunt communia” repetían contra los que ponían vallas al campo para delimitar las propiedades, años después que en Inglaterra comenzaran los “cercados” (inclosure en inglés) procedimiento mediante el que se convertía en propiedad privada lo que antes había sido del Común.