Hace muchos años, tomando un café en Fuencaliente y mirando al horizonte
alto de Las Loras, vimos una construcción in-sólita; dijimos: un día
tenemos que subir allí, parece una ermita, es un misterio...y ese día
fue ayer. Tomamos el camino desde el coqueto parque de Quintanas de
Valdelucio, donde hay un arbolario ilustrado, un estanque, un jardín
con paseos que miran a su monumental iglesia renacentista, un cementerio
moderno y unos bancos para reposar bajo
nidos de cigüeñas ausentes. Tomando altura, traspasamos la raya que
separa el sol de la sombra, una raya definitiva que te mete de repente
en la realidad del invierno, un frío de mil demonios, cuando a sólo unos
metros disfrutábamos el calorcito del sol en pleno diciembre. Subimos
sorteando brezos hasta alcanzar el pie de los cantiles y dar allí con
una trocha imposible, que trepa burlando el vacío, buscando la ermita
que resulta ser una nave agrícola abandonada, decorada por dentro con
grafitis surrealistas y una ventana que mira hacia los páramos de
Sargentes, erizados de molinos eólicos. Transitando por abajo del Valle
parece que aquello es lo más alto, pero no, llegando arriba descubres
que hay más altos, que la lora continúa por allí, prolongándose hacia
arriba, en altísimos campos de siembra, en valles escondidos encajonados
entre peñas. Bajamos por el inmenso valle colgado, poblado de encinas
en las laderas tumbadas a la solana, un larguísimo valle colgado y ciego
-paralelo al Valdelucio-, que se hunde poco a poco en caóticas peñas
cuando se acerca al pueblo de Ribas, peñas que vemos plegarse poco a
poco, hasta alcanzar la verticalidad absoluta, cuarteadas y rotas por el
paso del tiempo y por las heladas de muchos, muchísimos inviernos como
éste. Al paso, aparecen un buitre fisgón que nos mira desde los
cantiles y dos tractores laboriosos que rompen el silencio, adiós,
buenas tardes.
domingo, 4 de diciembre de 2016
miércoles, 30 de noviembre de 2016
EN EL HOMENAJE A UN MAESTRO
Acto de homenaje vecinal a Jesús Olea, en el Barrio de España (Valladolid) |
El pasado domingo estuve
en Valladolid para no perderme el homenaje que la asociación de
vecinos del Barrio de España rendía a Jesús
Olea en el día del maestro. Emocionado, pude darle un fugaz abrazo
entre la multitud que quería hacer lo mismo...y no pude evitar una
contradictoria mezcla de agradecimiento y amargura, mientras actualizaba mi
memoria de entonces y mi conciencia de ahora.
lunes, 28 de noviembre de 2016
¿CONSTITUCIÓN PARA QUÉ?
Ilustración de Igor Morski |
Hubo
un pueblo pequeño, errante y disperso por el mundo, integrado por
individuos de todas las razas y géneros, que consciente de su
primitiva y humana responsabilidad, un buen día se autoproclamó
como comunidad autónoma universal. Tenían una Constitución no
escrita en la que cabía toda la humanidad y cada uno de los pueblos
e individuos, excepto aquellos que quisieron autoexcluirse, bien por
negarse a practicar el respeto por la vida en general y por la de sus
iguales en particular, bien por negarse a compartir con éstos los
frutos de la Tierra y del Conocimiento humano. No obstante, a
condición de no emplear la violencia, los autoexcluidos pudieron
mantener sus Estados y Constituciones al margen de los pueblos que
vivían en democracia. (Fragmento de la Próxima Historia)
***
¿Constitución para qué?
Lo peor de la llamada
“transición a la democracia” no es que sea un relato del pasado,
sino que es el relato fósil dispuesto a perpetuarse mediante el
aparato propagandístico del Estado, para todo el presente y para
todo el porvenir. La democracia posfranquista es el epílogo
repetido e interminable de un regimen hermafrodita que se reproduce
con cada nueva legislatura, es la coartada política permanentemente
invocada y periódicamente explicada, alabada y conmemorada en las
fechas previas al Día de la Constitución, cuando los espantajos del
pasado son exhibidos por la tele, capitaneados por Victoria Prego,
para justificar, como todos los pasados años y los venideros, las
infinitas ventajas y bondades de la Constitución española de 1978.
Como siempre que el clima
político está algo alterado, como cada vez que son cuestionadas las
reglas del juego impuestas hace más de treinta años, es de esperar
ahora una intensificación de la misma matraca, fervorosamente
constitucionalista, pura propaganda de aquella omnipresente y
magistral operación política que las mismas cortes franquistas se
apresuraron a denominar como “transición a la democracia”, no
sin asegurarse antes la complicidad interesada de la izquierda
sindical y política, posmarxista.
En el momento presente,
en Europa, se prepara una similar simulación, presentando a la
señora Merkel como la gran esperanza del educado neofascismo
europeo, frente al vendaval que viene de USA, de la mano del nuevo
presidente, el maleducado neofascista Trump. Veremos cómo se
despliega el convincente relato de que “lo menos malo es lo mejor
y, además, es lo único posible” con tal de frenar al fascismo. Si
Merkel decide presentarse a las próximas elecciones en Alemania,
asistiremos a la repetición de este argumento compartido por los
partidos de la derecha y de la izquierda europea convencional. En
esencia, es el mismo argumento, preventivo y convincente, que fuera
empleado en la “transición española a la democracia”, para
imponer un regimen devaluado e invalidado en origen por estar fundado
en el miedo: o Ésto o el Caos, o lo tomas o lo dejas.
El miedo, como
condicionamiento y fundamento de la comunicación y de la política
misma, está disimuladamente presente en la sociedad española ya
desde mucho antes de la impostada transición a la democracia. Ya fue
el hiperrelato del franquismo durante su última década, que con
pleno vigor continúa ahora, en el posfranquismo, masivamente
manejado por todos los voceros de la transición, presentados por el
ejército mediático del regimen como hijos y nietos de los “padres
de la constitución”, ocultando hábilmente que aquellos padres
fueron, principalmente, los miembros de las cortes franquistas que,
según ese relato, “se hicieron (generosamente) el harakiri”.
Pero defender la
transición del franquismo a la democracia sólo es posible a
condición de olvidar el miedo como verdadero elemento constituyente
de la “modélica” transición española. Olvidar que aquel
harakiri consistió en un cómodo indulto del pasado, conservando
los privilegios ganados mediante una larga fidelidad y/o sumisión al
regimen. Olvidar que aquel indulto, en el peor de los casos,
consistió en la recolocación en los consejos de administración de
las empresas del INI, en bancos, cajas de ahorro, cuerpo de
funcionarios del Estado, así como en los cuadros profesionales de
los viejos y nuevos partidos. Y, por si no fuera suficiente, baste
recordar como el más significativo de todos los olvidos, que el
último secretario general del Movimiento fue el primer jefe de
gobierno de la “nueva democracia”. Y todo a cambio de muy poco,
sólo de sentar a Santiago Carrillo y a su eurocomunista partido en
las nuevas Cortes posfranquistas.
Así que la llamada
“transición” no es en realidad más que un exitoso camuflaje de
la fuerza militar, acompañado de una fabulosa operación mediática.
Y la actual Constitución no es sino la prueba del resultante
contrato-chantaje, por el que la amedrentada sociedad española de
1978 se hacía el verdadero harakiri posfranquista, alargando el
regimen en casi otros cuarenta años más...de momento.
Remontarse al paisaje del
miedo como fundamento constituyente de la actual constitución
española, aún es poco. Si rastreáramos sus antecedentes, si alguna
vez nos diera por hacer ese ejercicio de reflexión, necesaria y
simultáneamente ética e histórica, comprobaríamos que el paisaje
del miedo que precede a todas las constituciones es en origen un
paisaje de violencia estructural previa, determinante de toda una
letanía leguleya y verborreica, con la que se pretende legitimar
la original violencia, la realmente constituyente, la que figura de
tapadillo en todas las constituciones, consistente en naturalizar por
ley el gobierno o dominio sobre la vida de las gentes a cargo de los
más brutos y más astutos. El robo de la vida, de la tierra y de la
razón queda así institucionalizado, “por las buenas o por las
malas”, única variante posible que admiten las constituciones,
todas las que hasta ahora han sido, fundamentadas en la heteronomía,
en la ideología totalitaria y excluyente que ha sido predominante a
lo largo de la historia humana.
Sobraba “libertad” y
sobraba “igualdad” en los frontispicios de la revolución
burguesa y en todos los de la civilización esclavista (heterónoma),
la única por nosotros conocida. Hubiera bastado con poner
“fraternidad”, que las incluía. Pero no, fraternidad fue
colocada al final, como corresponde a la guinda de un pastel, sin más
función que la de mero adorno.
La libertad y la
igualdad, con el olvido de la fraternidad han justificado la barbarie
continuada de la historia humana. Vladímir Ilich Uliánov, alias
Lenin, intuyó sólo la mitad de la pregunta crucial, ¿para qué la
libertad sin igualdad?...otros intentaron completarla del revés,
¿para qué la igualdad sin libertad?.... pero ¿de qué valen como
simples conceptos vacíos, sin respeto a la esencial dignidad del ser
humano, individual y concreto, de qué valen sin fraternidad?
A mayor gloria y
propaganda de la Sagrada Transición, sigan en sus tertulias los
periodistas, políticos, filósofos e historiadores, ociosos,
desgranando conceptos huecos de toda sustancia. Mi pregunta es la
pertinente en este malcelebrado día: ¿Constitución para qué?
martes, 22 de noviembre de 2016
EL VIAJE A ITACA Y EL CAMINO OLVIDADO
Tuve ayer una interesante conversación con un amigo acerca del Camino Olvidado, uno de los primitivos caminos de peregrinación a Santiago que estamos recuperando en estos tiempos asociaciones locales de Vizcaya, Burgos, Palencia y León. Y la conversación derivó hacia el sentido del Camino, hacia las múltiples motivaciones de quienes recorren el Camino, lo que nos llevó a la vieja disyuntiva entre espiritualidad y religiosidad. Reflexionando hoy sobre ello, he recuperado el poema “Viaje a Itaca” de Konstantinos Kavafis, escrito en 1911, que también es referido en una muy interesante ponencia de Pedro M. Galán Bueno, presentada en el seminario del año 2005 de los Amigos del Camino de Santiago de Madrid, con el título “El camino y los caminos de Santiago. El viaje y las infraestructuras”, donde el autor apunta una profunda reflexión sobre la diferencia entre
peregrinación y viaje, paralela a la existente entre religiosidad y
espiritualidad. Recomiendo su lectura a quien le interese el Camino, cualquiera que sea su motivación.
EL VIAJE A ITACA
Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
EL VIAJE A ITACA
Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
(Poema de Konstantinos Kavafakis)
miércoles, 16 de noviembre de 2016
REORGANIZAR LA CONFLUENCIA: POR UN NUEVO CONTRATO SOCIAL ENTRE IGUALES
LAS
LUCHAS, PARLAMENTARIAS O EN LA CALLE, NO SIRVEN POR SÍ MISMAS. HAY QUE
GANAR LA BATALLA DE LAS IDEAS, HAY QUE RECONSTRUIR EL SUJETO Y HAY
QUE CONSTRUIR LA AUTONOMÍA, EL AUTOGOBIERNO POPULAR, LA DEMOCRACIA.
La
articulación de las luchas y los movimientos sociales desde la
autoorganización popular es una necesidad compartida por una gran
minoría. Pero no es sólo un reto metodológico, ni sólo
estratégico, también es ideológico cuando se es consciente de que
uno de los rasgos que caracterizan al sistema dominante al que nos
enfrentamos es su capacidad para influenciar -hasta determinar
decisivamente- la agenda, tanto teórica como práctica, de las
fuerzas sociales.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
EL COLIBRÍ Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
Demasiadas veces, vemos el cambio climático como causa y no como consecuencia. Demasiadas veces damos por hecho que la catástrofe ya ha ocurrido y que es irreversible. Y puede que así suceda, pero este pensamiento, por trágico que nos parezca, no deja de ser banal respecto a lo que nos espera en los próximos tiempos, no a tí ni a mí, sino a nuestros hijos y nietos.
Convivimos malamente con nuestra condición natural de primates, que gestionamos psicóticamente, bipolarmente, como autoritarios chimpancés o como complacientes bonobos, según sea el tema en cuestión, según sea nuestro personal interés y según sea la dirección del viento dominante. Una evidencia palpable de esta patología es la interiorización de la individualidad como valor supremo. Tiene mucho que ver con lo que ahora se dice desde el pensamiento desesperado y meramente ecologista: ya es demasiado tarde, pero aún nos queda la ética individual, una capacidad de resistencia personal que nos sostiene como individuos en medio de la catástrofe social y ecológica generalizada. Así, condenados como sociedad, al menos podremos salvarnos como individuos...sigamos, pues, en la heroica resistencia, reciclemos plásticos y llenemos nuestros tejados de placas solares, cultivemos nuestro ecológico huerto mientras asistimos al espectáculo programado de un mundo que se derrumba, gobernado por chimpancés, mientras nosotros, los bonobos, nos cocemos en nuestra dulce salsa individual, con ecológica nostalgia por una sociedad que pudo ser, pero que nunca será.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)