Conformidad y envidia, medios y publicidad |
Tengo la convicción de que la emancipación no será posible si
no atinamos a desentrañar las estrategias de manipulación que usan las élites dirigentes que acumulan el poder político y económico. Esas estrategias son muy desconocidas
y ello contribuye a que sea tan mínima la conciencia sobre la naturaleza
estructural y sistémica del poder dominante. Y así, difícilmente podemos
llegar a entender que éste no sólo determina los aspectos burocráticos que le
atribuimos normalmente, sino que afecta y condiciona a la totalidad
de nuestra existencia personal y social.
Los
medios de comunicación y la publicidad, a los que tan bien hemos sido
acostumbrados, no son actividades neutrales, derivadas de la necesidad social
de información y comunicación. Juntos, medios
y publicidad, constituyen una de las más sofisticadas armas de las que se vale
el sistema para manipular las emociones que determinan el comportamiento de los
individuos, con el objetivo de anular su personalidad, su propio criterio y
cualidad de sujeto, a fin de convertirlo en parte-objeto de una masa social manipulable. Su gran triunfo consiste en la
naturalización de estos mecanismos de manipulación, de tal modo que no parezcan
estrategias deliberadas, sino consecuencia natural de la contradictoria naturaleza
humana, que tiene en la conformidad y en la envidia dos de sus más fuertes
emociones, tan habitual y hábilmente manejadas por el poder para la destrucción
del sujeto y la manipulación de las masas.