Los
talibanes lo han dicho muy claro; serán
más o menos terroristas, pero, como a Chus Lampreave, su religión no les
permite mentir: “expulsamos de Afganistán a los comunistas soviéticos porque
querían hacernos a todos iguales, pero Dios no quiere eso, Dios ha querido que
unos seamos ricos y otros pobres”. De ahí que los brokers, profesionales del
Mercado en el mundo occidental, estén tan emparentados con los talibanes
orientales, profesionales de la Yihad, que hoy guerrean por todo el mundo. Ambos en
guerra permanente; ambos unidos por la misma fe religiosa que les lleva a
profesar sus respectivas guerras santas, para extender a todo el mundo la misma
ley religiosa, que unos dicen de Dios y los otros del Mercado.
La
Yihad es un deber religioso para los talibanes, tanto como lo es el Beneficio para
los brokers. Ambos creen que son distintos,
incluso contrarios, pero son tan hermanos como Caín y Abel, sin que
acertemos a saber quién es quién. Y ya se sabe que el odio entre hermanos hace
que, de vez en cuando, se tiren a matar. Y si no, véase la reciente historia:
¿por qué, si no, el estado broker de USA armó a los talibanes afganos con el fin
de expulsar al ejército soviético en Afganistán?, ¿y por qué, más tarde, los desagradecidos
talibanes hicieron papilla las torres gemelas de sus hermanos, destruyendo su
sagrado corazón en el World Trade
Center neoyorkino?