Nos desayunamos todos los días
con novedades sobre corruptelas de la clase política, que provocan ese tipo de escándalo
que los medios han dado en llamar “alerta social”. Los escándalos habituales siempre
están referidos al mismo tipo de corrupción, enfocada en el saqueo de los
denominados bienes públicos. Olvidamos dos cosas muy importantes: primero, que esos
bienes son sólo una parte mínima de los
bienes comunes y, después, que éstos son saqueados masiva y
sistemáticamente, a cada instante. A esa ignorancia esencial se añade la
confusión que se propicia al identificar lo público con lo estatal. A partir de
ahí parece lógico que nunca se hable del
estado de corrupción institucionalizada que
infecta a todo el cuerpo social, y menos aún, de que su origen inicial esté
localizado en el sistema político dominante. Quienes sostienen que el foco de
la infección está en la naturaleza humana es porque han dado por perdido el futuro de nuestra civilización, o porque pertenecen a la nómina del sistema, lo que
viene a ser lo mismo.
domingo, 3 de febrero de 2013
domingo, 27 de enero de 2013
UN ACUERDO BÁSICO PARA LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA
El Proyecto Democracia propone un acuerdo básico en torno a principios, como punto de partida para iniciar un movimiento global y local de transición a la Democracia y pasar a la creación de asambleas autónomas locales, en barrios, pueblos y municipios.
La Democracia es el proyecto universal de convivencia pacífica, fraternal y solidaria, de la civilización humana, resultado de la inteligencia colectiva, el pensamiento racional y la experiencia histórica de las comunidades en las que tiene lugar la vida social y que se concreta en un deseo permanente de convivir en libertad, iguaaldad y autogobierno.
Por lo que la Democracia es incompatible con:
*La organización jerárquica de la sociedad.
*La suplantación de la voluntad política, individual y
colectiva.
*La apropiación de los bienes comunes en cualquiera de sus modos.
*El trabajo asalariado, como forma actual de la esclavitud de siempre.
*Todo uso antisocial y antiecológico de los recursos de la Tierra.
viernes, 25 de enero de 2013
TOMAR EL MUNICIPIO: PARA ANTICIPAR LA DEMOCRACIA, PARA DISOLVER EL ESTADO
Al “demos” -comunidad de iguales- podríamos llamarlo municipio. Democracia
sería, por tanto, el autogobierno del
municipio. Acracia es la ideología propia de los libertarios individualistas; “sin-gobierno”
(a-cracia) es un concepto tan impropiamente usado como el de “contra-cultura”. No
queremos un sin-gobierno, como tampoco vamos contra la cultura. Este error es la
mejor estrategia para alcanzar el
estatus de irrelevancia y marginalidad.
El
demos, la comunidad, es necesariamente libertaria y socialista, porque la
libertad sólo puede crecer y desarrollarse en el territorio de la igualdad. Así
que a lo que hoy seguimos llamando anarquía perfectamente podríamos
llamarlo democracia, sin dejar de ser lo
que somos. Reconozcámoslo: nos llaman anarquistas porque somos demócratas. Y, por
eso mismo, también somos municipalistas.
Con
lo anterior como punto de partida, la presente reflexión tiene por origen el
artículo de Rafael Cid, titulado “Horizonte2015: toma el municipio”, publicado en Red Libertaria, que ha suscitado polémica entre la gente anarquista. Por ejemplo,
en Rojo y Negro, Octavio Alberola
la ha alimentado con un escrito titulado “Toma el municipio: ¿por abajo o por arriba?”
Me veo implicado
en la polémica y tengo algo que
decir al respecto:
martes, 22 de enero de 2013
¿REFORMAS, REPÚBLICA?...DEMASIADO TARDE
La
vía reformista está agotada, incluida la instauración de una tercera república.
Sobran las acreditaciones para esta afirmación. No sólo las que provienen del
pasado, de la experiencia histórica, también y sobre todo las que nos
proporciona el presente: una situación de crisis crónica del capitalismo, que
anuncia su irreversible estado terminal.
Alcanzar
la Democracia a través de un proceso acumulativo de graduales reformas fue la
ilusión republicana y socialdemócrata, una efímera ilusión que contagió a toda
la izquierda. La última crisis del capitalismo, ésta en la que estamos, nos ha
devuelto a la realidad. Ya no queda tiempo para más ensayos reformistas, ahora
sólo cabe ir a por todas, al socialismo, a por la Democracia de verdad, por
razón de pura supervivencia, de pura racionalidad. El capitalismo, bajo
cualquier forma de gobierno o de Estado, ya no se sostiene porque ha agotado su
ciclo, ya no es capaz de producir siquiera la riqueza de la que se beneficiaron
las clases medias de la pequeña parte del mundo que explotaba al resto.
domingo, 20 de enero de 2013
LOS FANTASMAS DEL PROCOMÚN
![]() |
| Laboratorio del Procomún, de MediaLab Prado |
Sigo
con asiduidad el blog "Nómada" de Juan Freire, como
también sigo con interés los trabajos del Laboratorio del Procomún, al que JF
está vinculado. Acabo de leer un artículo suyo titulado ¿Qué es (y qué no es) el procomún? losfantasmas de lo comunitario, que él mismo considera
como un resumen de su pensamiento al respecto. A mi manera y desde hace tiempo,
vengo reflexionando también sobre el procomún, aprovechando las valiosas
aportaciones de ambos medios, aunque con divergencias significativas respecto a la
corriente de pensamiento hacker en la
que les sitúo. Este último artículo de JF provoca mi siguiente aportación acerca
del ser o no ser del procomún y sus fantasmas asociados:
En principio, estoy plenamente de
acuerdo con la definición de JF: “el
procomún es lo que acontece cuando un grupo de personas conviven sin que
intervenga un agente externo que regule sus vidas”. Pero en lo que sigue, pasa por alto que en el “capitalismo
real” eso es absolutamente imposible, porque el agente externo tiene
omnipresencia religiosa, como propiedad-mercado-estado: tres agentes distintos
y un sólo Poder verdadero. De ahí que el procomún no pueda acontecer.
Reconozco que la desaparición del
agente externo no conllevaría la desaparición del conflicto, como tampoco conllevaría
la abolición del pecado, ni barra libre
para la dicha eterna. Pero sí afirmo que sería la condición necesaria para la
producción del procomún, tanto en el sentido de “suceso” que apunta J.F, como
en el sentido de “materia” que yo añado
y defiendo.
sábado, 19 de enero de 2013
ORWEL Y HUXLEY TENÍAN RAZÓN
![]() |
| George Orwell y Aldos Huxley |
Distopía
es una palabra que no viene en el diccionario de la lengua castellana. Es un
préstamo de la lengua inglesa que podemos entender como utopía negativa, en la
que la realidad sucede en términos contrarios a los
de una sociedad ideal. Tanto Aldos Huxley como George Orwell imaginaron en su tiempo la distopía en la que
actualmente vivimos, caracterizada por una doble esclavitud ante la violencia
corporativa y la sociedad del espectáculo tecnológico. Sin duda que ambas
versiones -descritas en sus respectivas obras “1984” y “Un mundo feliz”-, debieron tener su fundamento en algo más que
una ocurrencia literaria; sin duda que ambos autores vislumbraron en su propio
tiempo algunos indicios acerca de la sociedad futura, ésta en la que hoy
vivimos.
A nosotros nos sobran evidencias sobre la distopía
anunciada por ambos autores, al tiempo que podemos percibir los indicios de la
utopía democrática que habrá de suceder en el próximo futuro; “que habrá de
suceder” necesariamente, porque de otro modo tampoco el futuro hallaría lugar.
Esta hipótesis sólo podrá funcionar en el caso de que, como creo, no seamos la más estúpida de las especies condenadas a la extinción, la única que podría extinguirse voluntariamente, por razón de su propia y suicida estupidez.
Esta hipótesis sólo podrá funcionar en el caso de que, como creo, no seamos la más estúpida de las especies condenadas a la extinción, la única que podría extinguirse voluntariamente, por razón de su propia y suicida estupidez.
En
un artículo titulado “2011: distopía feliz” el periodista norteamericano Chris
Hedges, planteaba una oportuna reflexión al respecto, cuya lectura
recomiendo:
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