viernes, 9 de diciembre de 2011

ANTICIPAR EL URBANISMO DEL FUTURO: LA PARADÓJICA OPORTUNIDAD DEL MUNDO RURAL



La despoblación no es el problema del medio rural. Es la consecuencia del desmantelamiento  de la agricultura familiar y de la concentración de la producción  de alimentos y de los mercados de consumo en grandes urbes, que ha sido propiciada por el capitalismo financiero. La producción industrial provocó la  emigración de los “excedentes” productivos del medio rural hacia las grandes urbes. En el medio rural siguen produciéndose las materias primas –más que nunca- pero con mucha menos mano de obra; las industrias de transformación, que también emplean cada vez a menos gente, se sitúan en los grandes núcleos de población. Y cuando se instalan en el medio rural es a cambio de bajos salarios y con capitalización  ajena a los territorios rurales, que apenas dejan rastro aquí de sus beneficios industriales.

Ante la  previsible quiebra del capitalismo global a la que conducirá la actual crisis del sistema financiero –lo que sucederá a buen seguro en el margen de las dos próximas décadas en simultaneidad con el declive energético y el consiguiente colapso del sistema productivo industrial-, las grandes aglomeraciones urbanas serán las más afectadas y, como siempre ha ocurrido en los periodos de grandes crisis económicas, los territorios rurales volverán a estar mejor preparados para la resistencia frente a sus debastadores efectos económicos y sociales. La abundancia de tierra y recursos, una mayor cohesión social  de las poblaciones rurales, junto con el poso de la experiencia y el conocimiento  campesino acerca de la subsistencia, constituyen un colchón para esa resistencia y sitúan a los territorios rurales en mejores condiciones para soportar las crisis.

lunes, 5 de diciembre de 2011

POR LA CALZADA ROMANA DE SOMACONCHA

Cuando alguien escribió lo que nos íbamos diciendo

Me gusta ir a Mataporquera por la carretera nacional, por donde ya casi no va nadie, porque vamos tranquilos, sin coches, viendo de lejos la Sierra de Híjar por un lado y el caserío elevado de Villanueva de Henares por el otro, viendo desde arriba a los camiones circulando por la autovía que media entre ambas, que se van hacia el puerto de Santander, a desembocar en la mar  cantábrica y cercana.

Me gusta ver las casas de Mataporquera metidas en un hoyo, repartidas por las cuestas, alineadas, dejando asomar la torre imperial de la gris cementera, que de noche se parece a la NASA. Todo ello, ahora que es de día y que no hay niebla, contra un fondo de praderas muy verdes, en un punto en que destacan los molinos de viento de Barruelo de Santullán, a punto de recibir la nieve del invierno recién llegado. Es mediodía y comeremos en el Ventorrillo antes de andar la calzada.

Llegando a Pesquera hay que bajar, pasar por debajo del puente del ferrocarril, encontrarse una bolera con cubierta industrial fabricada en chapa, una iglesia  más arriba y a la derecha, encaramada en la ladera, luego es probable encontrarse con un águila culebrera colgada sobre un olmo deshilachado y otra vez  con la autovía, que penetra en la montaña por debajo de nosotros, que estamos llegando al caserío de Somaconcha. Allí tomaremos la calzada empedrada que vio pasar a las tropas romanas al paso lento de los carros tirados por bueyes, que también iban a la mar.

sábado, 3 de diciembre de 2011

DEMOCRACIA LOCAL Y ECONOMÍA DEL PROCOMÚN




Anticipaba en un post anterior que la estrategia de la nueva ruralidad pasa necesariamente por un doble objetivo de cirugía reconstructiva: el empoderamiento individual  de los ciudadanos y el empoderamiento de las comunidades locales. Para comprender la necesidad de una estrategia tan radical es necesario visualizar bien  la radicalidad de la realidad  que padecemos. Hemos llegado a una miseria individual y colectiva que los seres humanos no nos merecemos; en algún momento de nuestra evolución debió producirse el pecado original que nos ha traído hasta aquí, a un mundo de individuos fragmentados y débiles, cuyas vidas dependen de otros individuos a los que venden su fuerza de trabajo y su inteligencia productiva para poder subsistir, que han aceptado con sumisión la desposesión sistemática de los recursos  naturales  y comunitarios, que han entregado su soberanía de individuos libres a una casta financiera-política que decide por ellos, que han permitido que haya florecido un sistema económico mortalmente tóxico y caótico, en el que una ficción de conveniencia, el  dinero, se ha convertido en producto principal  y donde el crédito es la industria preferente, la que monopoliza  toda la actividad económica, por delante de los alimentos y de las cosas reales, las necesarias para la vida humana, haciendo que ésta sea inestable y precaria. Y todo ello en un momento de nuestra evolución en el que hemos logrado un desarrollo tecnológico que podría favorecer, como nunca, la erradicación definitiva de la pobreza y la desigualdad, en vez de estar dedicado a la producción de infinitas chorradas innovadoras y superfluas con las que abarrotamos  las estanterías de los supermercados, al tiempo que agotamos los recursos naturales necesarios para la supervivencia de la vida humana.

jueves, 1 de diciembre de 2011

EN LA GRANJA GLOBAL NO SE HABLA DE FELICIDAD


La sociedad abierta de la Granja Global

En 1854, John Stuart Mill  hizo una valoración de la felicidad que otorgaba a ésta una dimensión filosófica como “única, cierta y definida regla de conducta o norma de moralidad”; pero advertía de la necesidad previa de tener en consideración tanto su cantidad como su cualidad, concluyendo que a menor cantidad de una clase más alta de felicidad, es preferible una mayor cantidad de una clase más baja, teniendo en cuenta que la  determinación del grado de cualidad queda establecida por la preferencia de quienes tienen conocimiento de las dos”. Ahí es nada…y para explicarlo, ponía un ejemplo muy claro: “Sócrates preferiría ser un Sócrates insatisfecho antes que un cerdo satisfecho; el cerdo probablemente no; pero el cerdo sólo conoce un lado de la cuestión, mientras que Sócrates conoce ambos.”
Tengo la certeza de que las élites económicas y políticas manejan estas ciencias como útiles herramientas para la más eficiente gestión del mundo, al que consideran una  granja global, en la que ellos, los socráticos granjeros, se esfuerzan por criar cerditos estabulados, con la religiosa y democrática esperanza de que muchos de ellos, los más competitivos, llegarán a redimirse en cuanto comprendan cual de los dos lados es el mejor. 

sábado, 26 de noviembre de 2011

HACIA UNA RENOVADA NOCIÓN DE RURALIDAD



Arrastramos una noción de lo rural  que no se corresponde con la realidad. En esa anticuada visión a la que me refiero, lo rural se concibe como territorio ocupado por sectores de población dependientes de la producción agropecuaria, al tiempo que es percibido en permanente contraste con lo urbano, caracterizado éste como territorio ocupado por poblaciones vinculadas a las actividades  industriales y a los servicios. Esa noción  pertenece a un pasado que se corresponde con la fenecida época de la revolución industrial, previa al auge y expansión universal del  actual capitalismo financiero, que ha globalizado la economía y la cultura, que ha industrializado la agricultura y la ganadería, que ha deslocalizado los sistemas productivos y arrollado las culturas locales, en un proceso de empobrecimiento generalizado de la biodiversidad. Junto con  la destrucción  acelerada de los recursos naturales, que constituyen la base material del sistema productivo,  el capitalismo financiero ha arrasado también la diversidad cultural  asentada durante siglos en un largo proceso de  producción y transmisión de conocimiento y saber hacer, generado en los territorios locales, esencialmente rurales.
Situados en la actualidad  y comprendida su barbarie implícita, podemos empezar a imaginar  una nueva ruralidad, ni marginal, ni contrapuesta a lo urbano, sino constituyente de una misma realidad, con problemas esenciales que no son sino la otra cara de la misma moneda. Territorios rurales que son inviables por su carencia de capital humano (la despoblación) y  territorios urbanos que son inviables por la situación contraria, de sobrepoblación. Conviene recordar que el año 2008 ha marcado una línea histórica a nivel de la evolución humana, pues ha sido el año en que la población urbana ha superado a la rural, considerado el mundo en su conjunto.

martes, 15 de noviembre de 2011

PARA DESPUÉS DE LAS ELECCIONES



Ya sabemos lo que sucederá el 20N, todo el mundo lo sabe, lo dicen las encuestas y, por tanto, sucederá. Vivimos en un país en el que a casi nadie le interesa la política, una encuesta reciente del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) afirma que el 66,7 % de los españoles muestra un interés nulo por la política, sólo a un 25,4% le interesa bastante y a un 7,6% le interesa mucho. A raíz de estos datos, podría pensarse  que la mayoría de los españoles, en buena lógica, no deberían ir a votar el 20N. Pues no, la lógica salta por los aires cuando en la misma encuesta, el 83% manifiesta su voluntad de ir a las urnas, a pesar de que la mayor parte  no tiene ningún interés y  crea que da lo mismo quien gane las elecciones. Esta contradicción nos lleva a una primera conclusión muy grave: en la actualidad, elecciones y democracia son términos mutuamente extraños y desvinculados.