martes, 5 de julio de 2022

LA PRÓXIMA REVOLUCIÓN GLOBAL (LA SEGUNDA), ESBOZO DE TEORÍA Y PROGRAMA

 

La Edad Estatal: total, nueve mil años de Historia

 

Cuando digo “revolución globalme refiero a un proceso histórico en el que cambian radicalmente las condiciones de la existencia humana, del conjunto de la especie, nada que ver con las revoluciones políticas que se leen en los libros de Historia, acerca de rebeliones más o menos violentas y dirigidas a cambiar unos gobiernos por otros.

Hasta donde conocemos, la primera revolución global fue, sin duda, la que tuvo lugar y tiempo en el Creciente Fértil, esa franja de terreno fresco y verde situada entre los ríos Tigris y Eufrates, por donde parece seguro que salieron de Africa los primeros emigrantes climáticos, camino de Asia, para extenderse y poblar luego todo el continente euroasiático y de allí dar el salto a las Américas sorteando los océanos Pacífico y Ártico por el estrecho de Bering, un puente helado por entonces, de tan solo ochenta kilómetros, que viene a ser la distancia en línea recta entre Valladolid y Zamora. Aquellas tribus pudieron pasar andando de un continente a otro, pero hoy tendrían que hacerlo en piragua, pues apenas queda hielo, según acreditan las imágenes capturadas por los satélites en estos últimos años. Así que lo primero que hay que desmentir es que ni los vikingos ni Cristóbal Colón descubrieron América, que fueron aquellas tribus euroasiáticas procedentes de Africa. Y de eso hace unos diez mil años.

Por entonces, probablemente fueron mujeres recolectoras quienes pensaron que mejor que deambular de aquí para allá recogiendo frutos silvestres, sería plantar semillas en una tierra blanda y húmeda y construir una cabaña al lado para esperar allí a que la tierra empezara a dar sus frutos. Las primeras pruebas debieron de darse bien, ¡menuda diferencia!...los cazadores hombres debieron elucubrar otro tanto sobre esa misma estrategia: ¿qué tal si en vez de perseguir a las manadas de antílopes los encerramos en un corral cerrado con tapial de piedras y los llevamos cada mañana a pastar por las praderas y montes cercanos, guiados por un cazador reconvertido a pastor, con la ayuda de uno o más perros?

Todo parecía indicar que en aquello consistía la primera revolución global de nuestra especie. Pero no es así, no fue solo por el “invento” de la agricultura y la ganadería, no fue hace diez mil años. Todavía tuvieron que transcurrir unos cuantos siglos de vida tribal en pequeñas comunidades agrícolas y pastoriles, hasta que se produjera la verdadera revolución neolítica: fue a partir de la fundación del primer Estado, fue en aquellas mismas planicies fértiles situadas entre lo que hoy son Irak y Turquía. La ciudad de Çatalhöyük, en Turquía, fue fundada hace unos 9.000 años y Uruk, en Irak, hace no menos de 7.000 años. Solo había un paso del nacimiento de aquellas primeras ciudades al surgimiento de los primeros Estados, en realidad las primeras ciudades ya debieron ser pequeños Estados, organizados en los tres estamentos dirigentes, comunes a todo aparato estatal: propietarios de la tierra, propietarios del conocimiento (religioso en origen) y propietarios de las armas como del arte de la guerra. Cada ciudad-estado controlaba el territorio más cercano, del que se abastecía. Los gobernantes de las ciudades más poderosas empezaron a dominar a las vecinas ciudades, creando un dominio territorial cada vez más extenso y complicado de controlar. A los gobernantes de los primeros estados surgidos en Mesopotamia y Egipto, se les consideraba enviados de los dioses o directamente dioses, por el inmenso poder que concentraban, lo que les permitía contar con grandes cantidades de mano de obra obediente, para construir murallas, palacios, templos y gigantescas tumbas. Y si funcionaron así tuvo que ser porque aquellas sociedades campesinas compartían un conjunto de ideas, que aquí denominaré “mentalidades”, en el sentido de “ideas colectivas” empleado por su primer investigador, el medievalista Jacques Le Goff.

La mentalidad religiosa propiciaba que a los gobernantes se les considerara estrechamente relacionados con los dioses, por lo que nadie los elegía y nadie los podía quitar, porque eran superiores al resto de los humanos. La creencia religiosa convencía a la gente de que ésto tenía que ser así, una teocracia, fuente original y legitimadora del poder estatal. La creencia religiosa justifica al poder y promueve la obediencia de los súbditos, su natural predisposición a la aceptación sumisa de la jerarquía. Por estamentalidad jerárquica, parecen “naturaleslas diferencias sociales, pensar que no todas las personas son iguales en derechos y que “de natural” las hay libres y propietarias, como las hay esclavas y sin propiedades. Por ello que pareciera natural que los esclavos procedieran de las poblaciones hechas prisioneras en las frecuentes guerras. Pensemos que la esclavitud ha pervivido hasta hace bien poco y que el trabajo asalariado solo es una sofisticada forma de esclavitud.

La sociedad humana evolucionó desde las tribus o jefaturas hasta los Estados, mediante un gradual proceso de transformación que permitió a un pequeño grupo estructurar la sociedad jerárquicamente y mantener el orden gracias a la apropiación de los símbolos de poder. Los grupos dominantes en la sociedad tribal fueron aumentando su poder y, a la vez, construyeron gradualmente la jerarquía y la segmentación social que constituyen la base de todo Estado, desde su orígen.

La estratificación económica sirve de fundamento a una de las teorías del Estado más antíguas, basada en evidencias antropológicas,  que fuera planteada por Friederich Engels en “El orígen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, en 1.884. Engels desarrolló esta teoría a partir de “Ancient Society” de Lewys Henry Morgan y de los apuntes de Karl Marx en su modo asiático de producción”. Engels argumentaba que el Estado se desarrolló a partir de la necesidad de proteger la propiedad privada, sosteniendo que el excedente de producción creado por la intensificación agrícola provocó la división y especialización de la fuerza laboral, segmentándola en clases, unas que trabajarían la tierra y otras que podrían dedicar su tiempo a distintas tareas. La rivalidad de clases y la necesidad de garantizar la propiedad privada de aquellos que vivían de los excedentes agrícolas, desembocarían en la creación del Estado. Estos argumentos fueron ampliados por el antropólogo Morton Fried, quien sostenía que la estratificación social fue la dinámica primaria subyacente al desarrollo del Estado. En definitiva: la mentalidad propietarista y jerárquica  servía de justificante de la sumisión al nuevo orden estatal surgido en el Neolítico avanzado. Esta es, para mí, la Primera Revolución Global, que si por mi fuera yo denominaría Edad Estatal, en la que todavía estamos. Mi propia teoría es que la sumisión al Estado, desde el principio fue debida a que estas “mentalidades” a las que vengo refiriéndome se asentaban sobre primarios instintos animales de nuestra especie: los de propiedad territorial y jerarquía (sexual en origen); y de ahí su “naturalidad” y su éxito. Tendrán que pasar miles de años hasta que a día de hoy la ciencia neurológica comenzara, con Michael Gazzaniga, a identificar la conciencia como instinto animal superior y propio de la especie humana.Empezando a pensar en un "cerebro ético" y yo añadiría que ecológico, por si alguien no entendiera que la ecología que nos interesa es ética en esencia.

La producción y acumulación de excedentes propiciaba el comercio y éste la concentración de la población en ciudades, haciendo que el modelo de vida urbana fuera el propio del Estado, desde sus orígenes hasta hoy. Y desde entonces ninguna población humana ha dejado de estar sometida a alguna forma de Estado. Todos los Estados quisieron ser imperios y todos tuvieron a la gran urbe, junto a la industria y al comercio, como modelo único: de concentración y acumulación, de la propiedad, del poblamiento, de la producción y del comercio...concentración y acumulación, ¿es que no nos suena ésto a lo que hoy llamamos “capitalismo”?, ¿es que acaso no es evidente ese emparentamiento que explica un vínculo íntimo entre Estado y Capitalismo?...pues aquí seguimos estando, varios miles de años después, solo que ahora perfectamente atascados y paralizados, por un Miedo cuya causa no acertamos a ver.

La Segunda Revolución Global será necesariamente superadora de la actual Edad Estatal, que a estas alturas del presente siglo XXI está llegando a su fase terminal y que, con toda probabilidad, no podrá alargarse más allá de la mitad de este siglo. Provisionalmente, denomino Edad Comunal” a esta Segunda Revolución Global, en base a lo que será su núcleo desencadenante: el reconocimiento y declaración de la Tierra y el Conocimiento como bienes comunales universales, sujetos solo a derecho de uso, liberados de todo derecho o forma de apropiación o propiedad. No hay otra solución al colapso global en ciernes, ninguna solución que sea realmente seria, ética y científica al tiempo, es decir, realmente sostenible. Por eso que la Ciencia de la próxima Edad Comunal, si es, será necesariamente ecoética en esencia.

Si en su origen el primer Estado fue una alianza de propietarios, sacerdotes y mercenarios (guerreros y burócratas), cambiesé  comunidad sacerdotal por comunidad científica y se verá que el Estado ha permanecido inamovible en su básica estructura: siempre la misma alianza de élites dominantes, hace nueve milenios como ahora, una monarquía en esencia, sustentada por el aval religioso/científico y/o por el poder fáctico de un engrasado aparato burocrático-militar.

El Estado creó la "Nación" como comunidad ficticia, casi al mismo tiempo que creara el capitalismo como economía financiera e igualmente ficticia. Nunca fue identificado el Estado como “Pueblo”, ni siquiera por sí mismo, siempre el Estado se refirió al Pueblo como “otro" ente o cosa. Como se reconoce y se dice en la mentalidad popular: “siempre hubo ricos y pobres”, o lo que viene a ser lo mismo, “siempre hubo gobernantes y gobernados”, siempre “Estados y Pueblos, hoy como siempre todas las guerras son económicas y militares al tiempo y todas son entre Estados. En ellas los Pueblos SOLO ponen los muertos, siempre. Se sostiene el Sistema estatal sobre un falso argumento: la existencia de un Pacto Social que nunca nadie puso por escrito, ni nadie firmó, por el que las sociedades humanas “necesitan un Estado”, un poder superior al Común “para no matarnos entre nosotros”. Se supone que el Común de los humanos no está capacitado para autogobernarse y prescindir del Estado. 

De suceder, la Segunda Revolución Global tendrá como condición de necesidad un verdadero Pacto Social del Común, un contrato social realmente escrito, refrendado y pactado, como compromiso entre humanos que siendo diferentes quieren convivir integrados en comunidad y naturaleza, y que por eso se reconocen mutuamente como ”igualmente libresy con igual responsabilidad. No solo significará un cambio radical en las condiciones de existencia, implicará también una revolución epistemológica, un vuelco integral en nuestra forma de conocimiento, será otra Ciencia", holística, no reduccionista y encapsulada en compartimentos estancos; será una ciencia no funcional al poder del Estado,  que se deba solo a la necesidad humana de conocer y convivir en comunidad y simbiosis, en un mismo medio social y natural.Necesariamente será una Ciencia del Común, que no pueda volver a aislarnos individualmente, de la Sociedad y Naturaleza que somos. 

No será fácil, pensemos que todo paradigma científico es provisional y que vale en tanto es la mejor hipótesis, la mejor explicación posible. Valga para entender esta dificultad epistemológica el citado ejemplo de las “mentalidades” anteriormente citadas: el pensamiento solo puede ser individual, no existe un pensamiento colectivo, porque no existe un órgano cerebral colectivo; el pensamiento es producto de un único y corpóreo cerebro, un órgano necesariamente individual, mientras que una mentalidad es producto cultural, de un colectivo social, pero no de un cerebro. El pensamiento es a la ética como la mentalidad es a la moral. Y ésto es solo un mínimo ejemplo, al principio de todo lo que ha de cambiar radicalmente, si realmente queremos conocer, sobrevivir y superar el Estado zoológico en el que permanecemos atrapados desde hace no menos de nueve mil años.

Ha llegado el momento de ponerse a ello porque no hay otra opción. Y aunque parezca demasiado tarde, lo primero es salvar el pellejo, a ser posible compartiendo lo que tengamos y combatiendo juntos, al Miedo, en comunidad. ¿Quien podrá esperar mayor seguridad que la experimentada en auténtica comunidad? Nos pondremos a ello aunque nos lleve unas cuantas décadas. Lo haremos a partir de un verdadero Pacto Social del Común, fundaremos nuevos Ayuntamientos, ahora  Comunales, para segarle sus pies municipales al Estado, serán comunidades realmente democráticas y soberanas, ayuntamientos vinculados en redes globales de cooperación y ayuda mutua, en mancomunidades y confederaciones. Será para dejar atrás, definitivamente, la primitiva Edad Estatal, para que  cuanto antes podamos decir que “fue aquel tiempo en que la  Tierra estuvo parcelada en propiedades particulares y fronteras, objeto de apropiación y comercio, como el Conocimiento convertida en mercancía, al igual que el Trabajo humano...fue aquel tiempo primitivo en el que se llamaba democracia a cualquier cosa”.


viernes, 24 de junio de 2022

LA PRISA QUE MATA EL LENTO CICLO DE LA VIDA

 

Fotografía de Anka Zhuravleva: volando-hacia-los-sueños

No sé por qué, pero algo en común tenían  estas palabras que hoy me encontré, de dos personas que no se conocen. Ya ves tú:  una fotógrafa y un terrícola, poetas ambos a su modo.  Y me dio por juntarlas e ilustrarlas con una imagen a propósito: un gato que mira un sueño, que no entiende, por ser humano. 

Avanzamos huyendo de nosotros mismos, optamos por identificarnos de forma determinante a través del hacer. ¿Qué nos aporta el hacer que no deja hueco para lo inactivo? Huimos de lo lento, albergando una  asfixia, haciendo para que nos signifique, para llegar a… ¿dónde? Unas manos cansadas, un cuerpo agotado, una mente exhausta… tanto interés en saber hacia dónde ir, que nos despojamos hasta de nosotros mismos con tal de alcanzar algo que todavía no sabemos qué es. Y lo que sí nos contiene, que es un cuerpo, y lo que si nos mantiene, que es la mente, lo relegamos a no sé qué plano, sin otorgarles su importancia, su entidad. ¿Y si nos tenemos de aliados, que no como esclavos ahogados por una velocidad sin sentido? Maremoto, fotógrafa.

El ciclo de la vida: los animales carnívoros comen animales herbívoros, los animales herbívoros comen plantas, las plantas comen tierra y la tierra come animales. Gustavo Duch, terrícola.

 


-Mar Argüello: https://www.instagram.com/maremotofoto/

 -Gustavo Duch:https://www.instagram.com/duch.gustavo/

-Anka Zhuravleva: https://anka-zhuravleva.com/

lunes, 20 de junio de 2022

NADA QUE HACER, TODO POR IMAGINAR

 

Fotomatón Us Army, Enjambre de Drones marca "Manada de Lobos"

Por fin la imaginación tomó el poder, ya era hora y mira que ha costado, 54 años han tenido que pasar desde aquella primavera en Montparnasse, ya estaba harta de  la chata realidad, tan vacía ella, de paisajes curvos, de matices y relieves de color, de aquellos bosques impenetrables todos del mismo color verde aburrido poblado de alimañas, y ciudades obsoletas con callejas estrechas donde no entraba el sol, que te lo tenías que imaginar de refilón reflejado al vies, en los escaparates que te salían al paso. Ahora, sin embargo, con la imaginación todo es posible, incluso aquello que creíamos inimaginable o científicamente imposible. Porque la imaginación sí que es democrática, accesible para cualquier ciudadano del mundo no como la realidad, aquella antigualla, ¿os acordáis? del pasado, una campiña urbana llena de verjas y de carteles de prohibido el paso y de cuidado con el perro que muerde, todo normas e impedimentos. Que no piense nadie que la ficción es para vagos que buscan atajos para ser directamente felices sin pasar por los obligados tragos y baches que imponía la realidad (según se cuenta). No, porque incluso también ahora puedes imaginar que sufres realmente, todo lo que que realmente te duele, cuanto puedas imaginar sufrir, por ejemplo, que lo que te hace disfrutar de verdad es la cruda y simple realidad las cosas como son, tal cual, todo lo reales que tú quieras imaginar sufriendo de verdad. ¿Quien podía (otro ejemplo) imaginar que Juanma llegaría a gobernar con mayoría absoluta en el país de Al-Andalus, ese país de ensueño situado al borde de Europa?, ¿o que Melenchon pudiera llegar a pactar algún día, lo veremos, con Marie Le Pen contra Macron para salvar de la República a la revolución francesa?, ¿quién podía pensar que sería posible?: fumar sin tabaco vapores con sabor a canela y chocolate o jugar a tenis en la cancha de un teclado...me diréis que soy presumido, pero yo lo supe hace muchos años, que Ésto llegaría, lo supe el mismo día que estrené mi primer Corel Drawn y pude ampliar cualquier cosa que se me ponía por delante, alterar sus dimensiones y proporciones, copiar y pegar, cortar y pegar, incluso duplicar la cosa hasta el infinito. Y de ahí, a solo un paso, supe que podría tener hijos por internet, volar sin casco ni carnet, hacer quedadas para botellones y masturbatones populares, eligiendo compañía y pudiendo elegir también entre “sin o con” pesar de conciencia, incluso con indiferencia moral, por encima del bien y del mal, ale, como el mismísimo Niestzche. Acaso, ¿no es eso lo que también hacía la Naturaleza en su antaña realidad?, dejar a los seres que se comieran los unos a lo otros, fueran animales o inertes, que jugaran entre sí a ver quien era más bruta, si la fuerza de la razón o la razón de la fuerza, vertebrados comiendo invertebrados y viceversa, propietarios y proletarios, animales y vegetales todos igualmente depredadores insaciables de nutrientes, veganos y carnívoros, sí, eso hacía la cruel Naturaleza, dejarlos a su suerte, que se comieran hasta reventar todo lo que pudieran, los unos a los otros y viceversa, lombrices, oxígeno, luz, nitrógeno...todos incluso los minerales y las tierras raras se comían, que tanto escaseaban en un planeta que por entonces ya se quedaba pequeño. Y no es de extrañar en una realidad tan mínima, y tan exageradamente tacaña. Por eso que sea mejor un planeta sin límites, generosamente plano e interminable, una Naturaleza sobrante de todo tipo de nutrientes, sin que falte oxígeno en ninguna estantería y, si falta, que se pueda poner aunque sea de oferta, un aire acondicionado que resulte barato o sea que se pueda reponer inmediatamente, por ejemplo con solo un click de Corel Drawn, cortar y pegar. No quepo de contento en mí, por fin la literatura se dedica a lo suyo, a imaginar y no a especular o a perder el tiempo en rodeos al cabo filosóficos sobre ilusorias realidades en realidad ficticias, es lo que siempre imaginé que acabaría sucediendo, siendo la literatura un campo realmente abierto y asequible a cualquier cerebro, autor o lector mínimamente inteligente, ese lugar de papel digital donde todo cabe en realidad, imaginar cielos que se desploman blandamente mientras suena la novena sinfonía de la UE de Bethoven, océanos evaporables formando nubes de azúcar que se derriten al poco en chupiteles de merengue, dioses y humanos de verdad alternando juntos, lo mismo en chiringuitos de playa que en catedrales góticas. No sé, la verdad, cómo pude resistir tantos años sin vacunarme soportando realidades tan cargantes, en estado tan lastimero que me lo decían muchos amigos del facebook con la imaginación que tú tienes y que todavía te resistas a vacunarte, expuesto a coger cualquier cosa. Solo ahora caigo en la cuenta de tamaño error tan colosal, pero ya está, esta misma semana toca meterme la octava dosis y ya no habrá bicho ni cepa ni variante que pueda infectarme, definitivamente  estaré a salvo completamente inmune (imagino), de por vida. Y por si fuera poco entre lo de Macron y Juanma me llega la buena nueva que me ha repletado el día, que en un lugar intermedio que se llama Groenlandia, entre Oriente y Occidente científicos de verdad, chinos de Wuhan y americanos de Silicon Valley han inventado un arma definitiva que acabará en bloque con todas las guerras, “Manada de Lobos” es su nombre comercial que ya de por sí da señales de su agudeza científica, que deja a las claras su intención filantrópica tanto que impresiona y tanto que parece realmente de ficción, pensar que fuera posible disuadir a cualquier tirano de invadir países a la ligera y que se lo tengan que pensar dos veces los dictadores de tres al cuarto antes de empezar una guerra. Es un arma modular y desechable y de bajo coste y digo yo que plegable y fácilmente transportable y que cambiará dice el portavoz el paisaje, cualquiera que sea éste, de los futuros campos de batalla para siempre, incrementando la velocidad y el alcance, la visión y letalidad que es de lo que se trata que lo entienda el enemigo, quien quiera que sea de sus unidades estratégicamente situadas a no menos de tres mil millas de prudente distancia del frente de batalla. Es un killer wolfpack o manada de lobos asesinos tan es así de fuerte que realmente se acabará denominando Air Launched Effects (efectos lanzados desde el aire) si quiere penetrar mejor en los mercados porque no es otra cosa que una gran manada de drones realmente inteligentes dirigidos por militares científicamente muy preparados que vuelan los drones quiero decir de forma coordinada favoreciendo así efectos escalables a las tropas de infantería que se desplazan por el suelo facilitando por supuesto su labor disuasoria o no, si hiciera falta, pudiendo detectar- localizar- interrumpir- engañar haciendo creer, o no,  una pesadilla interminable con efectos letales realmente disuasivos y disuasorios en un solo segundo que pasa en el suspiro que tarda el GPS de a bordo que funciona sin piloto de carne y hueso con inteligencia realmente artificial a distancia como lo están haciendo ya ahora mismo los solitarios drones Switchblade -Navaja de Muelle- en Ucrania Occidental pero mucho más efectivos que éstos porque aquellos son auténticos y verdaderos enjambres de lobos-drones que husmean cada centímetro cuadrado del enemigo a batir y se lanzan al territorio y a cada cuerpo que se menea en picado hasta dejarlo arreglado para siempre si no se rinde al momento y es no cabe duda una FAPRD, Fuerza Aérea Portátil Realmente Definitiva de potencia sin precedente...y es que la OTAN hace cosas chulísimas, así que en realidad ya no puedo pedir más ni estar más contento, o sí, no sé.



jueves, 16 de junio de 2022

NO HAY POLÍTICA, SOLO ECONOMÍA, REALIDAD EN "ESTADO" PURO

 
El Tancredo, aguafuerte. Picasso,1957
    (Quedarse parado y esperar que los vientos soplen a favor... hacer el Tancredo)

 

Quienes se meten en política, aunque lo hagan honradamente, incluso “contra el sistema”, enseguida se convierten en patéticos tancredos caídos de bruces contra el suelo, actores secundarios en el teatrillo democrático donde se representa la Política. En su desolación, verán que allí  no hay nadie, solo el Estado, la Economía ocupando todo el Vacío.

Este sistema estatal, la economía, es tan antíguo como el patriarcado o el neolítico mismo. En esencia, técnicamente no es otra cosa que una gran operación bancaria, una gigantesca Transferencia de rentas que va de las masas  productoras a las élites parasitarias, de los gobernados a los gobernantes. La simpleza de esta operación técnico-financiera se esconde tras una apariencia de complejidad científica muy moderna y progresista, que no puede ser más  eficiente ni más exitosa.

El colapso en ciernes es económico y solo económico,  por eso no habrá nada ni nadie que se libre. No viene por una crisis ecológica, provocada por un evidente y previsible cambio climático, ni por una crisis de la política, provocada por el agotamiento de la democracia representativa. No, el colapso del sistema proviene de su crisis energética. Si no fuera porque  le escasea la energía, su sostenibilidad sería eterna, porque no tiene rival. Incluso en permanente estado de crisis no correría peligro, ¿cómo iba a ser, si  la realidad es la Economía y ésta es la única alternativa?. ¡Ay, si no fuera por el clima global de sumisión al que hemos llegado!...pero qué le vamos a hacer, si a estas alturas ya no podemos echarle la culpa a nadie, ni siquiera al Estado, que si nos ha penetrado a placer ha sido con nuestro consentimiento. Ya no podemos decir que la Economía sea algo aparte, solo cosa de ricos, porque todos, hasta los sin techo, somos Estado. 

La energía del sistema durante la época en que se fraguó la globalización, no ha sido política sino económica, su energía vital era fósil,  limitada por tanto, basada fundamentalmente en el petróleo. Sin petróleo no viviríamos en la globalización, al menos no en la que conocemos. El petróleo ha sido la “sangre” del sistema durante más de un siglo. Me pregunto si los limites del petróleo serán los del sistema. Pero dicen los expertos en la materia que hemos llegado  al "pico" pero no a los límites, que ahí abajo queda petróleo para rato, lo que pasa es que está muy hondo y sale muy caro ponerlo en las gasolineras, que de seguir extrayendo petróleo habría que subir el precio hasta un nivel socialmente insoportable, que arruinaría el Beneficio, causando una grave inestabilidad del sistema.

De ahí la lógica de la Transición Energética en marcha, que no es sino la maniobra de escape a esa situación crítica, que el sistema “sabe” que no es sostenible, que  solo es solución a muy corto plazo, solo para ganar tiempo y disfrutar de una prórroga, con religiosa esperanza científica en un milagro tecnológico que resuelva lo que las energías renovables no pueden hacer, una transfusión sanguínea que sustituya el petróleo por electricidad.

Sabe que eso no es posible ni rentable, porque producir electricidad con molinos gigantescos y kilómetros de placas fotovoltaicas  no basta, además hay que utilizar la mayor parte de esta electricidad "verde" para producir  hidrógeno del mismo color, para seguir moviendo el motor de la economía global, los motores de barcos, aviones, trenes, camiones, coches y máquinas, de un lado para otro, por todo el mundo. Saben los expertos (y no tenemos por qué dudar de lo que dicen) que eso no es rentable, solo  sirve de momento, a base de subvenciones (más transferencias), ni tampoco es  posible, porque para todo ello se necesitan materiales tan limitados o más que el petróleo o que el viejo carbón (cobre, tierras raras,…), que no existen en la Tierra en cantidad suficiente.

Sabe, pues, el sistema, que está muy próximo a su tope y por eso prepara su propia revolución: el paso definitivo de la economía material a la  virtual, a base de Inteligencia Artificial y la promesa de un nuevo mundo y una nueva existencia posthumana "que será mucho mejor", con felicidad a la carta y una existencia libre de virus. Su único problema es que los casi ocho mil millones de personas que son su clientela, son corpóreas y no virtuales, que como mínimo necesitan comer, vestirse, tener una casa y un buen programa de entretenimiento con variedad de canales, y ese es un gasto que el Estado no podrá atender con una renta básica universal, cuando la mayor parte de esa gente no tenga trabajo, no pueda consumir, ni pagar impuestos y, por tanto, el Estado ya no pueda prosperar, solo sobrevivir, con tan exigua Transferencia de Rentas.

Por supuesto que no entra en sus previsiones que el mundo se acabe, ni que se extinga nuestra especie, al menos no tan pronto como auguran las mentes colapsistas y/o conspiranoicas. Pero sí sabe que las únicas estrategias posibles, las que ya maneja, no son muchas: precariedad o eugenesia (generalizadas), o un mix de ambas.Veremos, dijo un ciego. Lo que no se le puede pedir al  Estado, o sea, a la Economía, es que se meta en política. Sería pedirle su propia desaparición o suicidio. Ni, mucho menos, podemos pedirle lo imposible, aquello que no cabe en la realidad: que haga compatible su existencia  con la de  su clientela.

No tengo preparada ninguna moraleja, lo siento.




jueves, 28 de abril de 2022

SOLUCIONES LOCALES

La fuerza del agua es contínua, ahí está, disponible a todas horas para ser aprovechada. Los ríos no fallan, como sí lo hace el viento, o  el sol cada noche y todos los días nublados...pero, por alguna misteriosa razón prescindimos de las soluciones sencillas, como si la gravedad o el sentido común no tuvieran fundamento científico.



EL APOCALIPSIS SEGUN FRANCO BERARDI

 


Franco Berardi, “Bifo”, piensa la realidad, la reflexiona, la interpreta y luego propone qué hacer. No se queda pensando, es un filósofo de la acción reflexionada. Dice algo en lo que estoy muy de acuerdo: que las pantallas nos apartan del mundo, que nunca estuvimos más informados, ni nunca peor, que la sobreabundancia de información, la infoxicación, nos impide pensar, reflexionar, interpretar la realidad, y que por eso no sabemos qué hacer ni a donde ir, y que en esa tesitura somos impredecibles, podemos tirar en cualquier dirección, como le sucede a cualquiera que se sienta perdido en medio de una densa niebla, sin referencias en el paisaje. Bifo es, como muchos de nosotros, hijo de los sesenta, cuando la consigna era “socialismo o barbarie”. Pero lo que resultó de aquello fue el triunfo de la barbarie; el socialismo que naciera de las luchas obreras y feministas no fue capaz de mantener su posición, cedió ante la barbarie neoliberal, de la que fueron cómplices los gobiernos socialdemócratas.

Lo inevitable por lo general no sucede, porque prevalece lo impredecible”, es frase atribuida a John Keynes, que Franco Berardi repite como un mantra. Dice que es fácil ver sucediendo ya lo inevitable, una Tercera Guerra Mundial con apariencia de lucha entre potencias imperialistas y en realidad como una extendida guerra civil global, que enfrenta a clanes financieros, movimientos políticos y creencias religiosas, en un contexto en el que la democracia y la opinión crítica no valen nada, al lado de la cultura identitaria, de la rabia y la depresión, que  expresan muy bien el triunfo histórico de la barbarie.

En uno de sus últimos libros, Respirare. Caos y poesía” (Prometeo Libros, Buenos Aires, 2020), Bifo insiste en algo que también a mí me obsesiona, acerca del triunfo del pensamiento abstracto, conspiranoico, simplista y descerebrado al cabo, que abre los caminos a la brutalidad del fascismo postmoderno:

La abstracción ha ganado terreno en el pasado reciente. La financiarización de la economía es la prueba más evidente de esta expansión del reino de la abstracción. La sumisión creciente de la vida a la abstracción está provocando un contragolpe: la vida reacciona contra la abstracción, y ese regreso a lo vital toma la forma de una reafirmación agresiva de la identidad, sea nacional, religiosa, racial. El retorno del cuerpo descerebrado, distanciado de la razón universal y de la empatia corpórea, se manifiesta como una reaparición del fascismo postmoderno a escala mundial.

Hay dos tendencias técnicamente interconectadas y culturalmente distintas: una se basa en la hipertrofia del cerebro sin cuerpo, en la inervación de la red digital en el sistema neural; la otra, en la explosión demente del cuerpo descerebrado, en el frenesí identitario que está devastando el orden político de la civilización humana. Al haber perdido la fe en la universalidad de la razón y sin tener acceso a la esfera de las decisiones (la democracia real)(1), la población se aferra a las identidades imaginarias que se asientan en la mitología de la nación, de la raza y de la identidad. Es así como el orden abstracto del sistema de control coexiste y se entrecruza con el Caos de la mente hiperestimulada de la metrópolis global”.

Su último libro es “La segunda venida: neorreaccionarios, guerra civil global y el día después del Apocalipsis” (Caja Negra, Buenos Aires, 2021). Este libro invita a prepararnos para cuando acontezca lo imprevisto. “No dejemos de pensar –nos dice Bifo– porque puede que lo impredecible pronto requiera ser pensado, y ese es nuestro trabajo: pensar en tiempos de trauma apocalíptico”

La idea de que el mundo pueda cambiar para mejor parece enterrada cuando ha pasado un siglo después de la revolución comunista. Pero el hecho de que ya nada vaya a salvarnos no debería verse como una fatalidad: si este mundo está muerto, entonces puede aparecer otro que nos saque de esta existencia de zombis. La segunda venida para la que tenemos que predisponer nuestras mentes es la de un comunismo otro, sin Estado, que tendrá muy poco que ver con el de 1917. Podemos concebir el Apocalipsis como una metáfora comunista o del Común, como yo prefiero decir para no caer en equívocos: la metáfora de un posible despliegue convivencial de nuestro potencial creativo, de la mente y de la solidaridad humanas.

Que nadie espere a reaccionar cuando llegue el Apocalipsis, porque ya estamos metidos en él, lo que es “es” y no tiene vuelta de hoja. Lo que ahora toca es interpretarlo y comprenderlo para no seguir filosofando sobre todo y sobre nada. Lo que ahora hace falta es juntar reflexión y propuesta, ya no vale seguir especulando sobre posibles evasiones. Como Franco Berardi, detesto a los filósofos y a los poetas que no se mojan.

 

Nota: (1) El paréntesis aclaratorio es mío.


 

 

 

 

 

 

martes, 26 de abril de 2022

LO DE FRANCIA Y UCRANIA

 

¿Qué esperar en tiempos de fragmentación social y crisis sistémica acelerada? ...A veces me alegro de ser tan viejo, porque así no tendré que ver lo que verán mis hijos y mis nietos en los próximos años. A veces siento un inmenso cansancio, lo siento sobre todo cuando me paro a reflexionar en el inmediato futuro, a cuyo desenlace yo no asistiré. Pero la vida me puede, y como un sísifo penitente vuelvo cada mañana a pensar futuros posibles... y ya quisiera yo que la fatiga de vivir, como dice Byung Chul Han en su libro “La sociedad del cansancio”, fuera un “amable desarme del yo”.

Pase lo que pase en las legislativas francesas de junio, en las que lo más previsible será una república ingobernable, dará igual para la marcha que siguen todas las francias de este mundo, donde lo único que por ahora podría mejorar es esa ilusión de las masas por la “igualdad republicana” que esperan recibir de una república propia y exclusiva,  un estado protector que proteja y amamante solo a los propios nativos y patriotas, los desocupados y la pequeña burguesía, antes que a nadie.

En el bando de la ira, protagonista de las elecciones francesas, como de tantas otras, no solo se sienten incluidos los perdedores de la globalización neoliberal, también los capitales nacionales y las  clases medias precarizadas tienen su alma patriotera, cuando de lo que se trata es de hacer balance contable. Ellos y ellas también necesitan del estado protector para recomponer sus cuentas, su propio derecho a la acumulación de capital y al consumo. Y es esta suma de patrióticas ilusiones e intereses la que en volandas llevará al gobierno de la República a estas masas, de la mano  de las corporaciones  nativas, igualmente poseídas por la ira contra la globalización neoliberal. Calculo que durará poco más de una década, la del Gran Reajuste global, energético y financiero. Pero será, me temo, al precio de muchos millones de muertes voluntarias y de otras contabilizadas como efectos colaterales, porque el saldo final tendrá un inevitable coste demográfico, de millones de vidas “sobrantes” durante al menos una década de guerras generalizadas, entre capitales, entre repúblicas y monarquías estatales, y entre sus bloques. Lo de Francia, como lo de Ucrania, me parece solo un ensayo anticipador de la década que viene, ese gran reajuste de cuentas.

Sin embargo, de toda catástrofe se puede esperar un reequilibrio de resultado impredecible y cierto es que también cabe una remota esperanza. Porque la materia de lo social tiene mucho de magma geológico, que evoluciona lenta pero imprevisiblemente (como la lava que nutre a los volcanes) pero que por algún sitio acaba por reventar, construyendo al exterior relieves nuevos, mundos radicalmente diferentes.Tengo la hipótesis de que por debajo de las noticias y de las novedades tecnológicas, en lo profundo de la historia de las sociedades humanas, desde hace al menos diez mil años viene cociéndose un magma de mentalidades contradictorias, cuyos componentes esenciales son la propiedad, el poder y el amor por la vida.Y tengo la intuición (nada que pudiera parecerse a la pretenciosa exactitud de las ciencias), de que esas contradicciones están a punto de reventar. Y el amor por la vida es, sin duda, el componente magmático más impredecible, la parte más díscola y contraria a la ley de la entropía, el más resistente a la sentencia de descomposición que pesa sobre la Materia, sobre el futuro de éste y de todos los mundos que pudieran existir.

Somos la especie con más posibilidades de sobrevivir a sus límites materiales, entrópicos, somos los únicos depredadores que en potencia tenemos el conocimiento que puede realimentar el ciclo de la energía vital por tiempo indefinido. A diferencia del resto de las especies, los humanos sabemos cómo cuidar la diversidad y el equilibrio ecológico de la biosfera, sabemos cómo nutrir la Tierra sin agotarla, para que siga siendo fértil y nos siga alimentando, al igual que sabemos que la energía del sol, del agua, la del viento y la geotérmica, pueden seguir moviendo por tiempo ilimitado los molinos, que es lo que son, al cabo, todos los motores que nos sirven para producir la energía extra que necesitamos, para que nuestra especie siga sobreviviendo y reproduciéndose en un mundo limitado, éste: apenas un resto del magma original, en un rincón de las galaxias.

No todo está perdido a pesar de los malos precedentes y de los pésimos augurios. Pensemos que las sociedades humanas, aunque nos parezca que su historia,  al menos durante los últimos milenios, viene siendo determinada exclusivamente por la Propiedad y el Poder, pensemos que sin la fuerza convivencial, subterránea y equilibradora del amor por la vida, ni siquiera hubieran sido posibles estos pocos miles de años, dada la potencia destructora de esa perversa alianza histórica entre la Propiedad  y el Poder (hoy actualizadas como capitalismo y estado). Hace tiempo que hubiéramos desaparecido si no fuera porque en el sustrato de nuestras sociedades vienen operando también las fuerzas cotidianas y domésticas del amor por la vida, el gusto por convivir entre nosotros y con la naturaleza de la que somos parte, esa inclinación natural por cuidar de los “otros”, de la tierra y de la misma vida, por aquello que le otorga sentido a nuestra existencia, como a la del planeta mínimo que habitamos, perdido en el silencioso confín de las esferas celestes.

Este deseo mío pudiera parecer ilusorio - y reconozco que lo es en cierta medida - pero me atrevo a discutir que tiene mayor fundamento material que todas las ilusiones fundadas en la abstracta fe religiosa profesada por las ciencias prometeicas de la Propiedad y el Estado, sencillamente porque éstas chocan con la realidad material de un mundo limitado. Soy bien consciente de que esas fuerzas aliadas, las de la Propiedad y del Estado, no pueden ser diluidas fácilmente; tengo muy claro que la propia libertad, el imprevisible constituyente del ser humano, alimenta sin cesar tanto la conducta dirigida hacia el bien como la orientada hacia el mal. Mi esperanza opera a favor de un cambio radical en la correlación de fuerzas, para que el mal común pase a la oposición, que no pueda legislar ni gobernar, que se quede en su lugar, la disidencia o la delincuencia, como excepción y minoría, hasta el fin de los tiempos. Y no como ahora, que ordena y manda con el voto o la abstención de la mayoría de la sociedad, contaminada por una tradición histórica de miles de años, de amaestrada costumbre social, moral por la que hoy, todavía, esclavos y señores, poseedores y desposeídos, siguen compartiendo un mismo deseo de apresar  el mundo y la vida para sí, la misma mentalidad depredadora y propietarista.

Yo sueño otro modo de trascendencia real, material, que proviene del combate contra el mal que gobierna este mundo, no de la falsa paz de los vencidos, no de una falsa esperanza en el favor de dioses que solo existen en nuestra imaginación fantástica y en la literatura religiosa. Este combate, por sí mismo nos acerca a la perfección evolutiva del ser convivencial y trascendente que queremos ser cada uno y en conjunto. Tras el combate sí creo que será posible sentir una fatiga reconciliadora al final de cada batalla y de la propia vida, ese cansancio amable al que me refería al principio, tras haber desarmado a nuestro yo propietario, exclusivo y dominante.

Sueño un mundo aldeano real, no una virtual aldea global, no la representación teatral de una ilusoria asamblea, sea estatal o global, sino muchas asambleas democráticas, comunitarias y convivenciales, mancomunadas y confederadas en red, plurales, presenciales y soberanas de verdad, donde cada individuo sea lo más importante para la comunidad y ésta lo más importante para cada individuo. Donde ética y ecología, economía y política, no sean ciencias estancas, como hoy lo son la física y la sociología, las matemáticas o la filosofía...una vida donde la ciencia y el arte no tengan tapias de por medio. No se trata de cumplir la prometeica promesa de poseer la Tierra y la Sabiduría, sino de compartir el uso de los comunales universales, que no siendo propiedad de nadie, pertenecen al uso del Común humano. No se trata solo de cambiar o mejorar el Sistema, eso sería casi nada, se trata de construir otra forma de vivir, radicalmente dedicada a con-vivir, cuidando la tierra madre y la vida toda.

De ahí que lo de Francia y Ucrania no pasaría de ser una mala noticia pasajera, pero una más, si no fuera por las muertes que la "ilustran" y que momentáneamente acaparan los titulares de celulares, periódicos y televisores...aunque en la memoria histórica de ambas batallas, electoral y territorial, solo acaben trascendiendo los daños económicos al capital y a los salarios, junto a las ganancias o menguas en las respectivas fronteras estatales, ideológicas y territoriales. Nótese que no son batallas entre pueblos, que éstos se reparten a uno y otro lado del territorio a defender o a conquistar, nótese que en Francia y en Ucrania lo que se libra es una batalla territorial, ideológica, militar y comercial, interna al Sistema, entre facciones igualmente estatales y capitalistas. Y tómese nota.

viernes, 22 de abril de 2022

DEMOCRACIA MONOTEISTA, DEL MERCADO Y DEL ESTADO: EL OTRO SIN ROSTRO

 


Las religiones monoteístas fundamentan su carácter totalitario en un principio ontológico, el principio de que sólo Uno puede y debe ser señor de todo y de todos, así el Ser es uno y por eso “no soporta nada ni a nadie junto a sí”, su consecuencia es la intolerancia, el fanatismo y la supresión del otro. Las masas, promercantiles y proestatalistas son a su modo monoteístas, maníaco-activistas, mesiánicas y expansionistas. La subordinación al Estado (monoteismo ideológico) tuvo su punto culminante en el comunismo de Estado, que hizo suya la verdad de los monoteísmos religiosos (judaismo, cristianismo e islamismo), tomando dogmáticamente las propuestas proféticas de la religión sobre el fin último, adaptadas a las demandas y consignas del modernismo burgués/proletario, persiguiendo el universalismo político a través del monoteísmo ideológico. Si Moisés, Jesús y Mahoma fueron sus respectivos profetas, en el comunismo de Estado lo fue Marx, proclamando como valor supremo la esencia productiva del ser humano.

Si todas las primeras utopías surgieron de un entramado sociorreligioso, el pensamiento utópico moderno pierde su referencia trascendente hasta arraigarse en un suelo nutricio inmanente, total y absolutamente materialista, que transmuta toda posible ira antiestatal o anticapitalista en metafísica consumista. La fase tardía de la modernidad se hace así tiempo "líquido” en expresión de Zygmunt Bauman, para significar el tránsito de una modernidad estable y sólida a una líquida , voluble , en la que los modelos y estructuras sociales ya no perduran lo suficiente como para enraizarse y gobernar las costumbres y en el que, sin darnos cuenta, hemos acabado viviendo bajo el imperio de la caducidad y la seducción, de la acumulación funcional y del individualismo exacerbado, lo que ha determinado una nueva configuración de las relaciones humanas, tornándolas precarias, transitorias y volátiles.

Lo que vivimos es una renuncia a la memoria, como condición de un tiempo post-histórico. La complejidad del ser humano se disgrega en un contacto instrumental que rehuye la franquicia del cara a cara. Internet se convierte así en un simulacro del encuentro persona a persona, en una sociedad donde rozarse en un supermercado o acariciar por la calle a un niño puede dar motivos para disculparse o para ser sospechoso de desorden sexual.En esta líquida modernidad hay que hablar de conexiones en lugar de relaciones, de descompromiso en lugar de compromiso mutuo, convertidos en navegantes solipsistas por la web. El Eros contemporáneo se siente temeroso de establecer lazos fuertes, produce la angustia ambivalente de querer “vivir juntos y separados”, la de una sexualidad sin compromiso, entre parejas que comparten vidas semiadosadas.

Se habla de “excedentes” y ello significa “gente superflua”, innecesaria, cuantos menos trabajadores haya, mejor funciona la economía. Para la economía lo mejor sería que los desempleados desaparecieran. Con esta racionalidad utilitarista, en la actual producción social los pobres se corresponden con los residuos que las fábricas vierten, contaminando sus entornos. Los pobres son detritus, se abandonan como stocks improductivos en las aceras, quietos como estatuas de carne en las esquinas de los barrios periféricos de las grandes urbes, se alcoholizan en los suburbios, formando parte del aire tóxico de los cordones industriales. La pobreza no se reduce, sin embargo, a la falta de comodidades y al sufrimiento físico, es también condición social y psicológica, el grado de decoro se mide por los estándares establecidos por la sociedad consumista, la imposibilidad de alcanzarlos es en sí misma causa de angustia y mortificación, ser pobre significa estar excluido, con sentimiento de culpa y vergüenza, carente de autoestima, la “vida normal” es la de los consumidores y su consecuencia es un resentimiento nihilista que, al desbordarse, se manifiesta en forma de actos agresivos o autodestructivos, o de ambos a la vez.

Hasta aquí, yo estaría de acuerdo con esta negativa conciencia del tiempo presente, tan profusamente explicada por filósofos contemporáneos, como Bauman, Sloterdijk o tantos otros, el problema que tengo con ellos es que no veo que se mojen, porque acertando en el diagnóstico se sumergen, bien secos, en su propia incertidumbre salpicada, sin pretensión de atisbar caminos de salida. Resulta muy difícil no coincidir en ese oscuro diagnóstico, lo realmente raro es encontrar propuestas de salida.

Al respecto de esa búsqueda de respuestas, según Vasquez Rocca, Sloterdijk (1) se refiere a un proceso de intoxicación voluntaria, a la manera del homeópata que debe intoxicarse a sí mismo antes de poder dar consejo alguno. El teórico debe estar dispuesto a arriesgar su identidad en la práctica. Al referirse a este tipo de “experimentos con uno mismo”, Sloterdijk no piensa en un experimento de vivisección en las propias carnes, ni tampoco en la psicosis romántica del psicoanálisis, sino que más bien hace referencia a un fenómeno perteneciente a la historia de la medicina moderna, al movimiento homeopático que se remonta a hace más de doscientos años, los mismos de la modernidad ilustrada. Se discute la convicción heterodoxa de que el médico estaría obligado a intoxicarse a sí mismo con todo lo que él más tarde prescribirá a los enfermos, quien quiera ser médico necesita previamente ser su propio conejillo de Indias, el pensador valioso y útil es el que se contamina él mismo con las materias con las que trabaja, con sustancias de alto contenido tóxico. Y este planteamiento no ha cambiado, todos los grandes pensadores del siglo XX han sido, de algún modo, maestros del pensamiento peligroso.

Pondré un ejemplo de pensamiento peligroso”, imagine el lector que en el debate reciente entre Macron y Le Pen, un solo comentarista hubiera dicho la verdad: que ganó Le Pen...eso sí sería peligroso, y por eso nadie lo dijo, porque sabían que la verdad  les hubiera condenado al ostracismo, que nunca más les contrataría ningún periódico, ninguna televisión, ninguna empresa, ningún gobierno. Mienten, pero les cabe la sospecha de que con esa mentira le hacen la propaganda gratuita a la extrema derecha, no aciertan a comprender por qué el próximo tiempo será, ya es, de Le Pen y de la extrema derecha, no pueden comprender que esta facción ideológica es la sucesora natural del progresismo liberal de Macron y de Sánchez, que lo es gracias a ellos, pero, sobre todo, por razón de que el tandem capitalismo-global/estado-nación así lo necesita ahora, cuando ha llegado a su límite extremo, de depredación y acumulación, y así lo exige para su reproducción contemporánea, para su transmutación tecnófila y transhumanista. Necesita de la candidez conspiranoica de las masas, así entretenidas. La extrema derecha es  la forma "natural" de gobierno militar, del nuevo orden mundial, porque el fascismo solo puede ser monoteísta y militar, ésta es su patológica forma propia. Véase, si no, el programa-espectáculo diario sobre la guerra de Ucrania, interestatal e intercapitalista, donde los que mueren son todos del mismo lado, los mismos muertos de todas las guerras (todas estatales), gente llevada al matadero "por su nación", por una bandera. 

La verdad es hoy definitivamente peligrosa: fascismo es trabajo asalariado, es internet, es nacionalismo y democracia de mercado; antifascismo es abolición del “sagrado” derecho al estado de excepción, a la expropiación de la tierra común, del conocimiento y del autogobierno o democracia. La verdad es bien sabida, que sólo en democracia comunitaria el individuo puede ser alguien, la pluralidad es posible sólo en comunidad de individuos igualmente libres y responsables. La "democracia" de mercado o estatal, la representativa, es necesariamente monoteísta o fascista; en ella el individuo es un ausente, convidado de piedra, un individuo y un pueblo-nación fantasma, la democracia sólo puede ser real a condición de ser plural y directa, asamblearia, sólo si tiene la palabra y el rostro, plural y reconocible, del otro.

Sin necesidad de ser filósofo o político, cada individuo sabe su particular verdad, la que habita en su propia conciencia, como sabe la verdad Común, esa comprensión del ser humano “que se fundamenta en la responsabilidad por el otro”, como dijera Emmanuel Lévinas. Comparto plenamente la tesis del filósofo lituano-francés, según la cual, la subjetividad se construye desde la alteridad, como ser-para-el-otro, en la que el yo adquiere su identidad desde la responsabilidad por el humano “otro”. Lévinas, a pesar de su creencia religiosa (era creyente judío), por su condición de prisionero de guerra llegó a experimentar en carne propia la ontología del ser propiamente humano, alejado de toda especulación filosófica, y por eso no dudó en atacar a su antiguo maestro, Heidegger, cuya ontología del ser asociaba  egoísmo y voluntad de poder.

 

Nota: (1) El Artículo “Peter Sloterdijk: Experimentos con uno mismo, ensayos de intoxicación voluntaria y constitución psicoinmunitaria de la naturaleza humana” tuvo su origen en el marco de las Jornadas de “Biología Cultural”, que se desarrollaron bajo la dirección de Humberto Maturana, biólogo, filósofo y escritor chileno, que junto con su alumno y colaborador Francisco Varela, desarrolló su concepto original de la autopoiesis en su libro “De máquinas y seres vivos”.