Reconozco una buena
intención en este movimiento pero, una vez más, advierto una
estrategia errónea tras unos principios sólo aparentemente bien
planteados. Pienso que este movimiento está condenado a su
irrelevancia histórica, porque carece de una formulación nítida de
los principios en los que se fundamenta. No declara los bienes de la
Tierra y del Conocimiento humano como procomún universal. No
identifica las causas de la expropiación histórica de los bienes
comunes a cargo del sistema estatal-capitalista dominante. No
cuestionando sus raíces, escamotea sus consecuencias: el orden
totalitario que se asienta sobre la alianza entre los Estados y el
Mercado. Y olvida las consecuencias derivadas: la apropiación privada o
corporativa ( delictiva en todo caso) de la Tierra y del Conocimiento, como de sus
bienes derivados; el trabajo esclavo y asalariado que anula las
cualidades esenciales de la individualidad, propiciando la
competencia fratricida, impidiendo el surgimiento de vida comunitaria; la
imposibilidad de la pacificación mundial en convivencialidad y democracia;
la imposibilidad a largo plazo (cada vez más corto) de la
reproducción y mantenimiento de la vida.
martes, 4 de octubre de 2016
domingo, 25 de septiembre de 2016
RUTA POR LAS PEÑAS ALBILLAS (ALTOS DE MUDÁ Y MONASTERIO)
Acabo de editar la última ruta de mis Cuadernos de Caminería. Es un itinerario circular por las Peñas Albillas, que son los altos de Mudá y Monasterio, en torno al paraje donde se sitúa el castro cántabro con el mismo nombre de estas peñas.
Este cuaderno se puede descargar en este enlace:
RUTA POR LAS PEÑAS ALBILLAS (ALTOS DE MUDÁ Y MONASTERIO)
Acabo de editar la última ruta de mis Cuadernos de Caminería. Es un itinerario circular por las Peñas Albillas, que son los altos de Mudá y Monasterio, en torno al paraje donde se sitúa el castro cántabro con el mismo nombre de estas peñas.
Este cuaderno se puede descargar en el siguiente enlace:
viernes, 23 de septiembre de 2016
DE LAS TRISTES PASIONES A LA REVOLUCIÓN ALEGRE Y POSITIVA
Somos una especie que evoluciona, que se adapta a la situación, ahora somos la especie “homo económicus/facebook”, somos producto del momento histórico, de la época postmoderna en la que vivimos, una época de la humanidad caracterizada por un clima de confusión generalizada y por la desorientación consiguiente. Con cierta frivolidad, aplicamos el calificativo de “crisis” a esta situación en la que nos sentimos atrapados en un momento de la Historia que presentimos finalizada; y aún así, seguimos hablando de “crisis”, como si creyésemos que se trata de una situación transitoria. Vivimos con la falsa ilusión de que la Tecnología nos salvará en ´ultima instancia y en el último momento, al igual que lo hicimos en otras épocas con similar ilusión redentora a la que entonces llamábamos “Dios”. Pero es evidente que ahora lo hacemos con mucho menor convencimiento, sólo para ir tirando, con la esperanza desesperada de que Ésto (la crisis) pase cuanto antes, por eso lo seguimos llamando “crisis”, cuando la verdad es que vivimos acongojados por la intuición y el presentimiento de que “Ésto no tiene arreglo”. Ese presentimiento es constitutivo de la época que a su vez nos constituye, es “su” normalidad, la normalidad postmoderna.
martes, 20 de septiembre de 2016
LA RAZÓN RURAL CONTRA LA CIUDADANISTA RAZÓN DEL ESTADO
El mundo es habitado por individuos humanos que, desde la remota antigüedad, vienen asociando sus vidas en un espacio físico-territorial concreto, determinado por la existencia de los recursos necesarios al sostenimiento y reproducción de sus vidas, generando con ello una compleja red de relaciones sociales entre los individuos que habitan un mismo territorio y entre los individuos y comunidades de otros territorios.
Desde el primitivo hábitat de las cuevas, hasta las megápolis contemporáneas, los individuos han buscado habitar el territorio en asociación con otros individuos, desde la más simple asociación por razón de parentesco, hasta la más compleja evolución de la tribu, que conduce hasta la fundación de la primera urbe conocida, en la antigua Mesopotamia, hace más de diez mil años.
viernes, 26 de agosto de 2016
LA RECONSTRUCCIÓN (DECOLONIZACIÓN) DEL SUJETO
Más
que el hecho de pensar, nos constituye el lugar y el tiempo en que
pensamos. Aquí y
ahora ya no podemos estar fácilmente de acuerdo con Descartes
(“pienso, luego soy”),
porque nosotros disponemos
de una experiencia y un
conocimiento histórico que él no tuvo. Aquí y ahora,
probablemente, él diría “soy
donde pienso”; no olvidaría nuestra relación existencial con el
espacio y el momento de la historia en que vivimos. De ahí la
importancia esencial del territorio, de la comunidad que lo habita y
su historia. Aquí han pasado muchas cosas desde hace mucho tiempo,
cuya comprensión
debería acercarnos
a lo que somos. Olvidarlo
podrá parecernos útil y, aún así, la verdad cambiante -la
del lugar y la
historia- seguirá estando por delante de lo que creemos útil
y conveniente.
La
generalización de la ignorancia por lo universal/concreto/cambiante,
a favor de abstracciones universalistas cuyo totalitarismo se esconde
tras una apariencia de complejidad, ha sido misión preferente de la
modernidad, un objetivo periódicamente matizado en sus diferentes
versiones: teológicas, liberales y marxistas. La colonización del
pensamiento es su cara oculta, que alcanza más allá de lo contado
por la historia oficial, narrada como “progreso” por los propios
agentes de la colonización: la “Humanitas” que civiliza (salva)
al “Anthropos” (salvaje). No creo que sea casualidad que el
nacimiento de la ciencia antropológica coincidiera con el auge del
proceso colonizador que sigue al descubrimiento de América, a partir
del contacto del hombre blanco europeo con el “salvaje”
diferente, al que descubre e identifica como un ser inferior desde su
perspectiva “humana”.
Así,
no me extraña que se pueda llegar a identificar humanismo con
racismo, expresado como lo hace Walter Mignolo (1): “yo no
quiero ser humano; porque el concepto humanidad construyó el
racismo”. El racismo anida en todo proceso de colonización,
al que revela como pretensión de dominación sobre la naturaleza,
extendida a todas las criaturas consideradas “inferiores”. En
todo caso es humillación, es desprecio profundo por el prójimo
diferente, es la visión egocéntrica que surge de la modernidad
eurocéntrica, básicamente colonizadora, patriarcal y racista.
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