lunes, 6 de octubre de 2014
lunes, 29 de septiembre de 2014
MALAGUSTO
Páramos de León |
En los años setenta
y ochenta yo visitaba con frecuencia el páramo leonés, donde
ayudaba en las inacabables tareas de una casa hecha a fines de
semana por Leandro, mi suegro, en su tierra, en la que él quería
acabar sus días tras muchos años de ausencias forzadas por la
necesidad de subsistir.
Para él, como para
tanta otra gente que he conocido, ir los fines de semana al páramo
era una vuelta a casa.
Poco a poco empezó
a fascinarme el lugar, aquellas parameras inmensas y deshabitadas
que parecen convocar a la desolación , donde me empezaron a pasar
cosas inauditas; como que los cantos no se desgastaban con el paso
del tiempo y la lluvia, sino que crecían y se multiplicaban; como
que un lobo surgía de la niebla y pasaba tranquilo a nuestro lado
mientras labrábamos la viña en una helada mañana; como aquel
“tomar las diez” en compañía, una jarra de clarete con unas
raspas de queso y un puñado de nueces.
viernes, 12 de septiembre de 2014
ORBE ES URBE
Fotografía de Spencer Tunick |
Puede
que tenga razón Silberius de Ura
cuando dice que tenemos un cerebro formado en el paleolítico que no
se ha adaptado bien a la vida neolítica que le ha seguido después.
Al fin y al cabo, Ur, la primera ciudad conocida, aquella en
la que naciera Abraham, se fundó hace poco más de seis mil años,
al sur de lo que hoy es Irak, en la antigua Mesopotamia. Puede,
entonces, que seamos seres sedentarios, neolíticamente urbanos, que
cargan malamente con su alma paleolítica y nómada, grupal,
recolectora y cazadora; puede, entonces, que nuestras incertidumbres
y contradicciones procedan en última instancia de esa inadecuación
a la vida sedentaria de las urbes. La agricultura retuvo al nómada
que éramos junto al curso de los ríos y creó la ciudad. Y el
pastoreo se hizo de proximidad, transhumante a medias, antes de
estabularse en cuadras y corrales.
Ur y
las siguientes ciudades debieron nacer con el tamaño entonces
necesario, pequeñas y autosuficientes, como nuestras aldeas
medievales, las que dieron origen a la mayoría de nuestros pueblos
actuales. Como aldea o megalópolis, el neolítico mundo del presente
es definitivamente urbano. Urbe -no hacía falta decirlo- viene de
Ur, como de esa misma raíz procede el nombre de muchas otras
ciudades del mundo, como Jaipur o
Singapur en Asia,
o Edimburg y
Estrasburg en
la europa germana,
o como aquí
al lado, en las
ibéricas
ciudades
de Urueña o Burgos.
Así, la palabra burguesía
debería referirse, en rigor, a la población que habita una ciudad;
lo que ha pasado con nuestra
experiencia histórica, tras
unos cuantos
siglos de vivir en las ciudades,
es que esa experiencia
nos ha llevado a restringir el uso de esta palabra para referirnos
excusivamente a una clase social, la que desde la primera modernidad
medieval empezó a ordenar y dominar la vida en las ciudades...y
así hasta
hoy, cuyo uso es propio de
aquellos habitantes que se sienten incómodos
y excluídos de la ciudad,
burgueses
que dicen “burgués” como un insulto. Será
por algo. Quizá porque
la ciudad haya experimentado una
evolución
nada positiva.
domingo, 17 de agosto de 2014
EL DEBER DE RESISTENCIA
Tenemos
por delante tiempos de máxima confusión y oscurantismo. No hay otra
conclusión posible cuando a la certeza del colapso ecológico, al que
nos conduce la ideología desarrollista que domina el mundo en que
vivimos, se le añade la sumisión cómplice de las masas,
domesticadas por las estructuras económicas y políticas del poder
omnímodo, estatal-capitalista.
Podríamos esperar a que el colapso
suceda para empezar de nuevo y desde cero. Podríamos hacerlo incluso
sin dolor de conciencia, al fin y al cabo lo más probable es que no
vivamos para cuando el colapso alcance de pleno a los países del
primer mundo. Y en esa corta espera, al menos nos sentiríamos
liberados de tal responsabilidad. Pero no podemos esperar, no sabemos
muy bien porqué.
lunes, 11 de agosto de 2014
PROFESIONES A EXTINGUIR
“Niños-problema de matices siempre nuevos eran descubiertos entre los pobres, conforme los asistentes sociales iban aprendiendo a marcar a sus papás y a tipificar las necesidades de los mismos. Se empleó el sustantivo necesidad como forraje para alimentar y engordar a las profesiones y conferirlas el supremo dominio. La pobreza fue modernizada. El pobre pasó a ser el necesitado. Durante la segunda mitad de mí vida, ser necesitado se volvió algo respetable. Las necesidades computables e imputables le hacían a uno ascender por la escala social. Tener necesidades dejó de ser un signo de pobreza”
…
“Sólo sí comprendemos de qué forma la dependencia de medios institucionalizados ha legitimado necesidades, las ha acuñado con urgencia y las ha exasperado, al mismo tiempo que destruía nuestra capacidad de arreglárnoslas por nuestra propia cuenta, podrá ser evitada una nueva era oscurantista, una era en la que una autoindulgencia masturbadora podría ser la más segura declaración de independencia. Sólo si la intensidad mercantil de nuestra cultura es denunciada sistemáticamente como la fuente de nuestras frustraciones más profundas, se pondrá coto a la actual perversión de la investigación, la preocupación ecológica y la misma lucha de clases. En el presente estas actividades están principalmente al servicio de una mayor esclavitud del pueblo respecto de las instituciones”. (Extracto de “Profesiones inahabilitantes”, de Ivan Illich)
…
“Sólo sí comprendemos de qué forma la dependencia de medios institucionalizados ha legitimado necesidades, las ha acuñado con urgencia y las ha exasperado, al mismo tiempo que destruía nuestra capacidad de arreglárnoslas por nuestra propia cuenta, podrá ser evitada una nueva era oscurantista, una era en la que una autoindulgencia masturbadora podría ser la más segura declaración de independencia. Sólo si la intensidad mercantil de nuestra cultura es denunciada sistemáticamente como la fuente de nuestras frustraciones más profundas, se pondrá coto a la actual perversión de la investigación, la preocupación ecológica y la misma lucha de clases. En el presente estas actividades están principalmente al servicio de una mayor esclavitud del pueblo respecto de las instituciones”. (Extracto de “Profesiones inahabilitantes”, de Ivan Illich)
domingo, 3 de agosto de 2014
LOS CONCEJOS DEL REGIMEN
La democracia es lo de menos |
Cuando se anunció la intención del gobierno español de suprimir las entidades locales menores a través de su nueva ley de “Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local”, se produjo una reacción más mediática que popular, fundada en una cierta alarma ante la pérdida de autonomía local que dicha ley suponía; se denunciaba el propósito gubernamental de liquidar definitivamente los últimos comunales y el último residuo de democracia participativa bajo el pretexto de reducir gastos y mejorar la eficiencia de las administraciones locales. Parecía lógico defender entonces la continuidad de las Juntas Vecinales y Concejos, el único vestigio de autonomía local y participación democrática.
En León, donde perviven más de dos mil juntas vecinales, se constituyó una Federación Leonesa de Entidades Locales Menores, que fue el germen de una Federación Nacional de Entidades Locales Menores, en la que actualmente están integradas también las correspondientes federaciones de Galicia, Asturias, Cantabria y Andalucia, junto a la asociación provincial de Alava. Sin necesidad de un apoyo popular que fuera más allá del imprescindible “adorno democrático”, el objetivo de esta Federación nacional - evitar la supresión-parece conseguido a día de hoy, no por dicho adorno sino por la negociación entre PP y PSOE.
En León, donde perviven más de dos mil juntas vecinales, se constituyó una Federación Leonesa de Entidades Locales Menores, que fue el germen de una Federación Nacional de Entidades Locales Menores, en la que actualmente están integradas también las correspondientes federaciones de Galicia, Asturias, Cantabria y Andalucia, junto a la asociación provincial de Alava. Sin necesidad de un apoyo popular que fuera más allá del imprescindible “adorno democrático”, el objetivo de esta Federación nacional - evitar la supresión-parece conseguido a día de hoy, no por dicho adorno sino por la negociación entre PP y PSOE.
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