sábado, 12 de abril de 2014

CONVERSACIÓN CON UN AMIGO DE IZQUIERDAS (parte 2)

“No se trata de saber si persiguiendo la justicia lograremos preservar la libertad. Se trata de saber que sin libertad no realizaremos nada. Y perderemos a la vez la justicia futura y la antigua belleza” (Albert Camus, del “Discurso de Suecia”)




Insiste mi amigo en su primera pregunta, vale, pero ¿cuándo empieza y cómo se organiza la revolución integral? porque, hasta ahora y que yo sepa, no hacéis otra cosa que hablar y escribir…

Tienes parte de razón, todavía no existe una organización, sólo tenemos una comunidad virtual, que es bastante difusa y un comunal sin acabar de definir, que es el propio concepto de revolución integral. Pero yo pienso que ésta no es una innovación  ideológica de ultima hora, creo que tiene raíces muy antiguas, casi tanto como el tiempo que llevamos poblando la Tierra, desde que los individuos y las comunidades humanas tuvieron conciencia de vivir sometidos y tomaron el propósito y la voluntad de emanciparse y convivir en igualdad. Por lo que pienso que la revolución de la que hablamos no es cosa nuestra y que ya está iniciada, que no necesita ser inaugurada, ni de nadie que la lidere. 

jueves, 3 de abril de 2014

CONVERSACIÓN CON UN AMIGO DE IZQUIERDAS (parte 1)


«Sólo una fina y transparente hoja de frágil cristal separa la civilización de su recaída catastrófica en el abismo de la historia» (Mike Davis, "Ciudades muertas. Ecología, catástrofe y revuelta")

 “El sujeto se tambalea al borde del nihilismo absoluto; y si esta mecanización, con o sin propósito, este agotamiento universal del sentido, llegara a su plena realización, entonces puede que el vacío futuro resultara igual que todas las angustias acerca de la muerte en la baja antigüedad y que todas las angustias medievales sobre el infierno”. (Ernest Bloch, “La ansiedad del ingeniero”)

 “Los males pequeños espantan y los grandes amansan”. (Anónimo, del Refranero Popular)



Surgió esta conversación en torno al pesimismo que inunda el ambiente social y que se ha hecho recurrente en todas las conversaciones normales y no sólo entre la gente más interesada en las cuestiones políticas. Aún reconociendo que algo parece moverse, que hay un cierto olor a rebeldía social, mi amigo y yo acabamos coincidiendo en una común apreciación acerca de ese pesimismo general. Ambos pensamos que –lamentablemente- en cuanto se produzca una ligera mejora en la capacidad adquisitiva, es altamente probable que veamos disiparse esa apariencia de rebeldía que hoy se percibe en las múltiples y nutridas manifestaciones de protesta. Y, más aún, coincidimos en que buena parte de esas masas hoy tan indignadas, volverán a su mansedumbre acostumbrada y apoyarán electoralmente al  primer partido (incluyendo el PP) que les prometa una subida del sueldo.

martes, 25 de marzo de 2014

22 M, ERROR DE FONDO


Si hubiera podido, habría estado en Madrid el 22 M, aún considerando errónea la estrategia de quienes promueven estas formas de resistencia. Hubiera ido por una razón de fraternidad con vecinos, amigos y muchísimas personas, conocidas o no, que sé participan en estas movilizaciones con la buena fe y el convencimiento de que sirven para hacer frente al gobierno y para detener sus continuadas  agresiones a la gente más vulnerable con la excusa de la crisis.
A día de hoy, mi discrepancia con estas convocatorias es de fondo y no sólo estratégica. Para realizar mi propio análisis crítico, intento prescindir de todo condicionamiento político, evito en lo posible dejarme influir por la opinión de organizaciones políticas o medios de comunicación, no menos políticos; ni siquiera por las personas a las que políticamente me siento más próximo. Ello no me impide saber que, aún en discrepancia radical con las élites que dirigen la izquierda, quienes criticamos sus errores tenemos por delante un largo camino que habremos de recorrer junto a la gente que les sigue, nuestros vecinos, amigos y mucha otra gente, que no ve otra salida a la encerrona de la crisis en la que estamos atrapados y que todavía mantiene su fe en los partidos y sindicatos de la izquierda, porque -todavía- piensan que éstos, por competir con la derecha gobernante, son de naturaleza contraria, cuando en realidad forman parte del mismo sistema.

jueves, 13 de marzo de 2014

DESTAPAR AL ESTADO

Estamos en la fase inicial del nuevo paradigma de la revolución integral y, dado el alcance de su programa y finalidad básica –reconstruir la esencia humana y vivir en democracia-, no parece aconsejable forzar el periodo de análisis y reflexión que nos ha de llevar a la adopción de una estrategia proporcionada a tal propósito de emancipación personal y social. Sin embargo, este periodo supone, a mi entender, un esfuerzo personal  y colectivo que, en sí mismo, ya forma parte de la estrategia revolucionaria e implica la necesidad de una organización básica que considero ha de prefigurar la de la nueva sociedad alternativa. A esta parte de la organización estratégica pienso dedicar mis próximas reflexiones, si bien, ahora me parece sustancial y prioritaria la parte de esa tarea que corresponde, nada menos, que al esfuerzo por (des)educarnos del amaestramiento al que cada individuo hemos sido sometidos durante toda nuestra vida; porque ese y no otro es el propósito de la educación estatal,  conseguir nuestra adaptación-aceptación, del sistema de sumisión en el que vivimos.

sábado, 8 de marzo de 2014

EL DÍA INTERNACIONAL DE LA ALIENACIÓN FEMINISTA


La alienación es una patología individual que es contagiosa, que infecta a toda la sociedad. Consiste en el extrañamiento del ser, conduce a negar la realidad e impone la exclusión de interpretar y cuestionar la realidad personalmente. La realidad deja de ser una construcción histórica de la humanidad, dinámica y perfectible, quedando así constituida en realidad estática, inamovible y totalitaria, preexistente y superior a la voluntad humana. Significa la defunción del pensamiento propio, la renuncia a esta facultad, que es cedida a “otro” que piensa y decide por mí, perdiendo así mi condición natural de sujeto, transformándome en objeto. Afectados por esta enfermedad del ser, la realidad es negada al igual que la posibilidad de ser pensada, se llega así a la muerte del pensamiento libre y propio, para no enfrentarse al límite extremo en el que el ser humano se ve ante el esfuerzo y el sufrimiento que supone  comprender la realidad de su existencia.

Vengo ahora mismo de asistir a una charla conmemorativa del Día Internacional de la Mujer (¿Trabajadora?), organizada por un partido de la izquierda; y he vuelto a escuchar el mismo discurso feminista que ha hecho suyo esta izquierda empecinada en profundizar su propia alienación,  su renuncia definitiva al inalienable derecho de la emancipación individual y social, derecho que es anterior y superior al Estado y a toda declaración de los Derechos Humanos. Este discurso de la izquierda es alienado y alienante, es feminismo de Estado,  es colaboracionista y reproductor del sistema de dominación vigente, un sistema que en la actual fase de la historia tiene la forma resultante de una  hibridación perfecta, estatal-capitalista.

lunes, 24 de febrero de 2014

EL TRABAJO COMO DERECHO, EL DERECHO COMO ZANAHORIA

La maldad, que parece gobernar al mundo y guiar su evolución, no es capaz de ocultar la maravilla que es la vida, que incluye la belleza del trabajo creativo y los esfuerzos necesarios a la existencia humana. Esa maldad la ensombrece y afea, es verdad, pero no puede impedir el impulso de perfección que la alienta. Por eso que no tengamos otra opción que enderezar el rumbo, rebelarnos, trabajar para hacer del mundo el mejor lugar para esa maravilla que es la vida.


El derecho al trabajo es considerado como fundamental y así se reconoce en las principales normas internacionales sobre derechos humanos, como la “Declaración Universal de Derechos Humanos” o el “Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales” y otros cuantos, además de figurar en los textos constitucionales de la mayor parte de los estados.(1)
Existe general coincidencia en situar el origen histórico del derecho al trabajo en las nuevas relaciones de dominación  surgidas en la revolución industrial. En sus comienzos, los propietarios de las industrias consideraban que su poder no necesitaba de la intromisión de las leyes del Estado para regular el contrato de trabajo, un contrato privado que sólo concernía a las partes.