Asamblea de la Ciudad Comunal Socialista Simón Bolívar, ubicada en el municipio Páez, en el Estado de Apure |
Llevo
unos años dándole vueltas a la idea de ciudad comunal, porque pienso que la
organización comunal es la propia de la democracia y porque la ciudad, tal y
como la conocemos hoy, es la forma de vida de la mayoría de la humanidad, la impuesta como modelo hegemónico para cumplir los fines del sistema de dominación-sumisión, como forma y
contenido del sistema de poder estatal-capitalista, por lo que la ciudad contemporánea ha de ser punto de partida obligado, el objeto para la transformación
integral de nuestro futuro modo de vivir en sociedad, el que la estrategia de la revolución habrá de afrontar para, a partir de
ella, construir otra forma de vida mejor, una vida con sentido.
En
este mismo tiempo, en Venezuela ha cobrado fuerza la estrategia denominada de “construcción
del Poder Popular” que, en teoría, supone la disolución progresiva del Estado y
su sustitución por ese Poder Popular, organizado comunalmente, como agregación
de comunidades territoriales autogobernadas. Los teóricos de la revolución
bolivariana, conocida como “socialismo del siglo XXI”, como ya hicieron los
teóricos del Partido Comunista de la URSS, suponen que las comunas -como los
soviet- harán prescindible al Estado, al
que sustituirán de forma progresiva y natural cuando, en virtud de su propia
fortaleza democrática, alcancen el autogobierno o, lo que es lo mismo, la verdadera democracia.