La reforma municipal que va a
perpetrar el gobierno del PP es un ataque frontal al municipalismo. Intentaré
demostrar aquí que también lo es a la democracia.
Democracia es autogobierno y,
por tanto, vista desde la actual situación de gravísimo
déficit democrático que afecta a las sociedades actuales, todavía es una utopía. Dicho déficit, que es histórico, se ha ido agravando aún más bajo el predominio
ideológico neoliberal, concretado en sus dos instituciones clave: la economía
de mercado y la “democracia” representativa.
A la dinámica expansionista del
capitalismo globalizado le empiezan a sobrar los Estados, como ha quedado
suficientemente acreditado en la evolución de la presente crisis que, más que financiera es sistémica, como incluso
los propios neoliberales asumen. Pues con más razón aún, les sobran los
pingajos de autonomía que aún sobreviven en el ya lamentable panorama de la
democracia local, en los municipios.