lunes, 23 de diciembre de 2024

TRABAJAR PARA EL REY DE PRUSIA

 

Travailler pour le roi de Prusse” es una expresión típicamente francesa, utilizada popularmente con el significado de “trabajar por nada o casi nada, por un salario miserable”; y también “trabajar en interés ajeno” o “no saber para quien se trabaja”, teniendo en este caso gran similitud con la expresión castellana “vendimiar sin saber para quién”. En Francia se han propuesto diferentes explicaciones para su origen histórico, entre ellas la que refiere a la dura derrota, a mediados del siglo XVIII, del ejército franco-austriaco a manos del rey prusiano Federico II, tras romper la alianza con Francia y haber firmado el Tratado de Westminster con Inglaterra, principal enemigo de Francia. Otra explicación alude al engaño del rey de Prusia a sus tropas, a las que no pagaba los días 31, consiguiendo así un gran ahorro a lo largo de los siete meses que tienen 31 días (enero, marzo, mayo, julio, agosto, octubre y diciembre), al efecto de sincronizar el calendario con los ciclos astronómicos y estacionales. Con cierta carga de humor, en realidad el dicho “trabajar para el rey de Prusia” expresa un triste sentimiento por el hecho de trabajar para nada o de hacerlo sin saber para quién.

Todo ésto viene a cuento de haber leído esta expresión en un artículo de Diego Fusaro, el rojipardo filósofo marxista italiano, quien es igualmente seguido por la extrema derecha europea, que por algunas izquierdas de signo nacionalista. En ese texto, titulado “La destrucción capitalista de la familia”, arremete contra la corriente “progresista” (básicamente integrada por reformistas, liberales y socialdemócratas), a la que Diego Fusaro identifica como la facción ideológica que junto a la “conservadora” articulan el espectro ideológico en el que se juega la política en este tramo final de la posmodernidad capitalista.

Parte de una afirmación con la que estoy muy de acuerdo, resumidamente: el capitalismo es hoy absoluto no sólo porque es conforme a su propio concepto (puede finalmente verse a sí mismo reflejado en cada determinación de lo real), sino también porque está “des-atado”, no atado a ningún límite, en dos sentidos recíprocamente entrelazados:

En primer lugar: en la actual coyuntura, el capital se ha liberado de todo valor (moral, religioso, etcétera) que pueda frenarlo o al menos ralentizar su desarrollo. Esto explicaría el desmantelamiento de la cultura burguesa “del límite”, según D. Fusaro “preñada de valores no afines a la reproducción del mercado, que el capital ha realizado a partir de 1968”, junto al aniquilamiento de los sistemas socialistas en 1989 (a la caída del Muro de Berlín), seguido de la superación de los Estados Nacionales por medio de la Unión Europea, como “lugares del primado de lo político por encima de lo económico”.

En segundo lugar: el capital es absoluto porque “ya está realizado”, en el sentido de que ha cumplido sus propias premisas y promesas, consiguiendo una completa autonomía respecto de los sujetos sociales, frente a los que ya no necesita recurrir a su mediación laboral. A todos los efectos, el capitalismo ha devenido en “el nuevo señor del mundo, perfectamente independiente y fin de sí mismo”, en expresión de Hegel inscrita en su “Fenomenología del espíritu”.

En consecuencia, “todo (lo que existe) deviene en mercancía y lo económico se alza como único manantial de sentido, en la forma de monoteísmo de mercado, llegando así a la llamada globalización, que a nivel simbólico significa la colonización de lo imaginario por parte de la forma-mercancía”.

Además,  en ese mismo ensayo dice D. Fusaro que "el capital promueve el individualismo adquisitivo, queriendo desestructurar toda forma de comunidad que sea extraña al axioma hiperindividualista de lo útil. El sujeto capitalista es un yo abstracto y desestructurado, un caos de percepciones y deseos que lo reducen al actual “yo mínimo”, según lo define Christopher Lasch, el historiador y sociólogo especializado en la historia de la familia y de las mujeres, crítico de la sociedad terapéutica y del narcisismo contemporáneos...A propósito, leo: “entre los obstáculos que el capital apunta a derribar está, ante todo, la comunidad de los individuos solidarios que se relacionan según criterios externos al nexo del yo robinsoniano que entra en relación con el pobre Viernes de turno, con el único fin de maximizar el propio egoísmo rapaz y predatorio. El capital aspira, hoy más que nunca, a neutralizar toda comunidad todavía existente, reemplazándola con átomos aislados incapaces de hablar y de entender otra lengua que no sea aquella angloparlante de la economía de mercado”.../...”según una dinámica iniciada en 1968, la pulverización individualista de la sociedad transforma a los ciudadanos asociados en consumidores individualizados y unidos sólo por el credo consumista: de ello brota la sociedad individualizada de la que somos habitantes, atomizada en la pura serialidad de las máquinas deseantes diferenciadas únicamente por el poder adquisitivo que encierran sus bolsillos”.

La actual dinámica de universalización del individualismo adquisitivo, se sostiene, según D. Fusaro, sobre la inestabilidad/precariedad del trabajo y sobre la disgregación de las anteriores comunidades morales: las familiares, religiosas y estatales. Así, dice que se explica, desde esta óptica, la función ultracapitalista de la incesante difamación a la que están sometidas la familia, la religión y el Estado, a cargo de la manipulación organizada de lo políticamente correcto”.

Y es a partir de ahí donde el joven filósofo se centra en su directo ataque al progresismo: “con sus batallas contra la familia tradicional, las fuerzas llamadas progresistas no han parado de trabajar para el rey de Prusia, favoreciendo la dinámica misma del mercado y su lógica de desarrollo antiburgués. La familia actual, si es que todavía existe, es desordenada y estratificada, carente de un núcleo y estructurada según las formas más heteróclitas: desde embarazos a través de una persona externa a la pareja, hasta las adopciones en las parejas homosexuales, desde las separaciones siempre crecientes hasta la inseminación artificial”.

Pues bien, comparto con Diego Fussaro su acertada definición del individualismo adquisitivo como dinámica globalizadora y que se sostenga gracias a la precariedad laboral y a la disgregación de la comunidad familiar, pero ahí se acaban todas mis coincidencias en su crítica al progresismo o reformismo en cualquiera de sus versiones, liberales o socialdemócratas. De momento, entra en contradicción consigo mismo al considerar a las posiciones progresistas como antiburguesas. Y no menos equívoca es su inclusión de las “comunidades” religiosas y estatales entre las atacadas y disgregadas por el progresismo. En el caso de las comunidades religiosas, el progresismo que generalmente es agnóstico y/o ateo, muy al contrario, no duda en exhibir su tolerancia con las religiones, a sabiendas de que es el propio mercado quien por sí mismo se encarga de disolver toda forma de comunidad religiosa. Y respecto de las supuestas “comunidades” estatales o nacionales, Diego Fussaro dispara a las nubes cuando le atribuye a los progresistas-reformistas, tanto liberales como socialdemócratas, voluntad de disgregar comunidades que no lo son, como las nacionales, todas creadas por agregación forzosa de poblaciones, siempre por voluntad de las élites propietarias y gobernantes que en cada época han controlado el sistema de dominación que históricamente es todo Estado.  

Emplazo a comprobarlo: cómo gobiernos ultraliberales, como los de Milei en Argentina o de Trump en EEUU, si llegan a reducir el aparato Estado es para abaratarlo, en todo excepto en su parte sustancial: las Fuerzas del Orden integradas por policías y militares.

Así que no solo trabaja para el rey de Prusia el progresismo liberal o socialdemócrata, también lo hacen quienes le otorgan al Estado una imposible condición comunitaria, de “comunidad nacional". Ésto, que a mi me parece tan obvio, incluso a las izquierdas protoestatales las sitúa en una permanente e irresoluble contradicción, que más que teórica, empieza a ser patológica después de tantos milenios de historia y dominación estatal, hasta llegar a los modernos estados nacional/capitalistas surgidos con la revolución burguesa del siglo XVIII

Es ilusorio y carece de todo fundamento ético, como teórico y empírico, cualquier pronunciamiento “anticapitalista” y/o a favor de una “sociedad sin clases”, que pretenda ser compatible con la existencia del Estado (de cualquier forma de Estado), cuya esencia solo puede ser jerárquica y  clasista por tanto.

De ahí que el milenario éxito de la dominación estatal tenga más apoyos de los que necesita, lo que explica que a día de hoy TODAVÍA la mayoría de las sociedades humanas, de modo consciente o no, sigan trabajando para el rey de Prusia...o no sepan para quien vendimian. Y que en la histórica confrontación que libramos por la emancipación humana, los reformismos o progresismos de todo pelaje vayan quedando reducidos a la irrelevancia, como corresponde a su merecida categoría de “enemigo a la medida”.

domingo, 15 de diciembre de 2024

NUESTRA DISPERSIÓN FUNCIONA COMO UN SUMIDERO DE INÚTILES ESFUERZOS

 

La imagen que he colocado para ilustrar este texto es un puzzle con portadas de unos cuantos libros representativos de movimientos sociales y corrientes de pensamiento que a sí mismos se consideran alternativos frente al orden dominante. Seguro que se me olvidan algunos. 
 
El caso es que desde que cambió radicalmente mi visión de la política, a partir de la experiencia colectiva del 15M, llevo todos estos años sin dejar de pensar lo que sucedería  si pudiéramos entendernos. Para ponernos de acuerdo al menos en unos básicos principios generales, de alcance tan local como global, sin renunciar por ello a la pluralidad de nuestras naturales diferencias, esas que nos vienen dadas por nacimiento. 
 
Pienso que además de compartir un mismo sentimiento de constante derrota, también compartimos un sentimiento de imperiosa necesidad por actuar, para cambiar de paradigma y acabar cuanto antes con el modo de vida capitalista que conduce a nuestra especie a la extinción. Esa es la misión que me he propuesto, buscar la explicación a esta falta de entendimiento, como también es mi obsesión dar con una propuesta  política (en el sentido arendtiano de acción con discurso) que pudiera ser útil como herramienta estratégica, más en estos momentos  en que todo el mundo sabe y se queja de todo lo que pasa, pero nadie parece saber cómo organizarnos, ni qué mejor modo de vida sería ese que proponer en lugar del modo capitalista. Y todo ello, en medio de demasiadas ambigúedades y contradicciones heredadas de las fracasadas revoluciones del pasado siglo XX. 
 
Por eso que desde aquel 2011 sigo dándole vueltas a mi propuesta de un pacto glocal del común y lo común. Reconozco tener una  necesidad de reconciliación con la realidad de la política, la misma que en su tiempo apuntara Hannah Arendt, intentando comprender lo que realmente es esencial en la política, eso que pudiera servirnos de fundamento para un básico entendimiento universal, en modo que pudiera ser compatible con la máxima libertad (pluralidad). Este reconocimiento de la universalidad y pluralidad de la política, a partir de un básico sentimiento  de  la necesidad  de convivencia y entendimiento, entre individuos y culturas de nuestra especie, lo pienso como un objetivo que necesita ser preparado y conseguido en común. 
 
Coincido con H. Arendt en distinguir la forma de libertad "interior", de su forma "exterior" o "social" que es la razón de ser de la política y la condición ineludible que sustenta la posibilidad de lo político, lo que siempre, sin excepción, se da en un concreto espacio público (la polis), que a mi entender es comunitaria en modo  ecosocial en todas sus diferentes formas de convivencia, siempre en un concreto espacio político que genera vínculos afectivos de diferente intensidad, a su vez generadores de diferentes formas de comunidad:  doméstica (relativa a la casa común), de vecindad (relativa a la urbe común) y de paisanía (relativa al  paisaje  o país común), todo en un solidario contexto bioético de libre asociación cooperativa a escala de especie, donde no cabe ningún poder superior, ni ajeno a cada comunidad autodeterminada, ningún Estado...ni patriarcal, ni nacional, ni gaitero. Cierto que si el sentimiento íntimo de "libertad interior" tiene importancia para la psicología,  desde el punto de vista político es completamente irrelevante.  
 
Por otra parte, me interesa perfilar el concepto  político de "poder", que en palabras de H.Arendt (de su texto "La condición humana"), "es aquello  que mantiene la existencia de la esfera pública"; añadiendo  a continuación que "el poder solo es realidad allí donde palabra y acto no se han separado, donde las palabras no están vacías y los hechos no son brutales, donde las palabras no se emplean para velar intenciones sino para descubrir realidades, y los actos no se usan para violar y destruir, sino para establecer relaciones y crear nuevas realidades (...) Cabría decir que el poder es siempre un poder potencial y no una entidad intercambiable, mensurable y confiable, como la fuerza (...) El poder surge entre los humanos cuando actúan juntos y desaparece en el momento en que se dispersan" (ibíd., p. 3). Para comprender bien ésto que dice H. Arebdt, hay que aclarar que este "actuar juntos" como fuente del poder, también es aplicable al poder de las élites propietarias y/o gobernantes; no olvidemos que tan "comunidad" puede ser una pacífica comunidad monástica como cualquier banda de violentos criminales.  
 
Sin duda que el poder es algo inestable y frágil, como también señala Arendt. No es algo que se posea como "propio", como la fuerza física o la militar o la policiaca, que es fuerza contable, medible y acumulable. Además, el poder político es efímero por naturaleza, ya que no existe sin una previa organización  de los individuos, porque desaparece cuando éstos están  dispersos, que es lo que nos viene sucediendo en los últimos tiempos: una sistemática dispersión de fuerzas que nos hace extremadamente débiles e irrelevantes. No recuerdo a quién le oí comparar lo que nos sucede -esta dispersión de acción y pensamiento alternativo- con un SUMIDERO DE ESFUERZOS.
 
Por mi parte, mientras me quede este mínimo poder de la palabra, seguiré hasta el final proponiendo la urgente necesidad de un Pacto Comunal -integral y glocal, del común y lo común- de básicos principios y estrategias de emancipación. Porque sin  ajuntamiento  el poder es imposible...para bien y para mal, para los de abajo como para los de arriba.

viernes, 13 de diciembre de 2024

EL SIGLO...¿DEL POPULISMO, DEL TECNOFEUDALISMO?

 


Puede parecer algo exagerado calificar de populista al siglo en que estamos, cuando apenas ha transcurrido un cuarto de sus cien años, pero lo cierto es que por ahora todo apunta a que al menos las próximas décadas serán las del auge de los movimientos y partidos populistas/nacionalistas en la mayor parte de este convulso mundo

Pero pienso que cometerá un inmenso error quien pretenda hacer un diagnóstico de la situación sin considerar que este auge responde a un "impulso propio", operado al interior del orden social dominante, y perfectamente imbricado en un  profundo  cambio sistémico que, como una metamorfosis radical, se está produciendo delante de nuestras narices,  dirigiendo la política mundial hacia un tiempo "feudal", completamente distópico a mi entender, en el que la espectacularidad tecnológica presta su apariencia, para vestir de futuro a un viaje retro, que es de regreso a las  relaciones de vasallaje y servidumbre que fueran la esencia del sistema feudal del Medievo.

La imagen que me sirve para ilustrar este texto es un escueto panel con la portada de algunos libros y algunas fotos de  los autores, no muchos, dedicados hoy al análisis de los cambios profundos que se están produciendo en nuestro tiempo. A mi entender, populismo y tecnofeudalismo son los dos conceptos básicos a manejar en estos momentos decisivos. Mi propia teoría al respecto, resumida, es que los populismos/nacionalismos ahora en pleno auge, son solo la superficie aparente que invisibiliza la metamorfosis radical a la que antes me refería, la que el orden capitalista hegemónico está operando al interior de sí mismo. Es una transmutación que bien podemos visualizar como un viaje retro, de 180º, desde el  orden capitalista "moderno" agotado por su propia globalización neoliberal, hacia un orden poscapitalista que de momento podemos denominar tecnofeudalismo, con el significado de un "reset hacia atrás", dirigido a restaurar el Estado-Nación-Tradicional en esta fase terminal de la posmodernidad capitalista, en modo hipertecnológico y feudal, con un  Estado instrumental, de encuadramiento y control social,  que no podrá ser sino  totalitario al modo estatal-tradicional: religioso y monárquico, fundamentado en relaciones de vasallaje y servidumbre, en las que  la "gleba" ahora es tecnológica y ocupa el sitio que tenía la tierra en el feudalismo.

 

La revancha de las pasiones” es un libro del que es autor Pierre Hassner, un francés de origen judío-rumano especialista en relaciones internacionales, profesor de Sciences Po en París y de la Universidad Johns Hopkins en Bolonia. Los que creen que los pueblos seguirán sus intereses antes que sus pasiones, no han entendido nada del siglo 20”, escribía Raymond Aron (“Los últimos años del siglo”, 1994)...ni del 21”, agregaba Pierre Hassner (“La violencia y la paz. De la bomba atómica a la limpieza étnica”, 2006). Mientras que Friedrich Hegel afirmaba que “nada grande se consigue sin pasión” y Baruch Spinoza que “no se puede vencer una pasión si no es reemplazándola por otra -y muchas veces, lastimosamente, sin desanudar, como hacemos en las guerras, las pasiones agresivas que mantenemos reprimidas o sublimadas a través de eso que llamamos civilización”.                                                                                                        Conviene aquí precisar que, para Spinoza, “civilización” viene a ser sinónimo de “Estado”: el hombre que se guía por la razón es más libre en el Estado, donde vive según leyes que obligan a todos, que en la soledad donde sólo se obedece a sí mismo” (Spinoza, 1987, IV, Pr. LXXIII). Por lo que, según Hassner, no quedaría otra opciónque combatir a la vez el fanatismo y el escepticismo, a la vez que el aventurerismo y la pasividad, pues no hay otra vía que la alianza extraña, frágil y muchas veces conflictiva de la moderación y la pasión”.

A quienes a día de hoy todavía se consideran herederos del moderno pensamiento burgués-ilustrado en cualquiera de sus versiones (liberalismo, marxismo, anarquismo o fascismo), hay que recordarles una vez más que el  Estado-Nación-Capitalista que ahora vemos en proceso de acelerada decadencia y autodisolución, está  fundado sobre un supuesto “pacto social”, necesariamente imaginario (y ficticio por tanto), supuestamente suscrito entre una imaginaria y abstracta "sociedad nacional" (ese ente "Nación" que hay quien dice "ciudadanía") y el aparato Estado, un "acuerdo" imaginario por el que los súbditos integrantes de la Ciudadanía o Nación reciben la promesa de protección y seguridad a cambio de sumisión al orden estatal. Decidme si ése pacto social "moderno" no es algo muy parecido al lazo medieval que mediante Fueros y Cartas Pueblas, vinculaba a Reyes y Señores (propietarios de la tierra, nobles y eclesiásticos) con las comunidades campesinas que así soportaban (y sostenían), sumisa y religiosamente al orden feudal a cambio de lo misma promesa, de protección y seguridad.

Así hemos visto cómo el sujeto político propio de la modernidad burguesa, ese democrático ente imaginario del “pueblo/nación”, durante tres siglos ha sido teatralmente colocado en el altar de una imaginaria Soberanía Popular, igual por demócratas que por totalitarios de todo pelaje. Pues bien, ese mismo Sistema-Mercado-Estado-Capitalista-Nacionalista es el que ahora se revuelve contra su propia deriva globalista, corrigiéndose a sí mismo en una pirueta de  retorno a su casilla de salida, al orden feudal de partida, haciendo un reset hipertecnológico que solo podrá acabar en otro imaginario (uno más) "orden nuevo". 

Por eso que, puestos a imaginar, ¿por qué no imaginar  la posibilidad de otro mundo, uno que como mínimo fuera real?

Nota: Para entender lo que es el Tecnofeudalismo recomiendo este video elaborado por  Claudio Alvarez Teran ( https://alvarezteran.com.ar/  ), que lo explica muy clarito, a partir del libro de Yanis Varoufakis  "Tecnofeudalismo. El sigiloso sucesor del Capitalismo":

 

sábado, 30 de noviembre de 2024

LAS 81 PREGUNTAS DE (AI) WEIWEI A LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA)

 


El número de preguntas, 81, no es casualidad, es la cantidad de días que este artista, Ai Weiwei (Pekin, China, 1957) estuvo encarcelado en 2009. Son preguntas provocativas, para ser contestadas por los algoritmos de la Inteligencia Artificial. La más comprometida me parece a mi que es la 28: ¿Quién pertenece a quién en las sociedades democráticas?, porque implica las dos cuestiones principales que estructuran el orden social en el que vivimos: la Propiedad y el Estado. Estas son todas las preguntas: 

1. ¿Puedes compilar una lista completa de todas las personas presas de conciencia del mundo? 2. ¿Es culpable Edward Snowden? 3.¿Cuál es la verdadera identidad de Lao-Tse? 4. ¿Qué dura más, el amor o el odio? 5. ¿Quién se beneficia cuando se propala desinformación? 6. ¿Tendrá fin el capitalismo? 7. Un/una artista que no es activista, ¿puede considerarse artista? 8.¿Existe el amor incondicional? 9. ¿Es posible la democracia verdadera? 10. ¿Qué valopr tiene reconocer la ignorancia propia? 11. ¿Quién tiene más necesidad de justicia? 12. ¿Puedes guardar secretos? 13. ¿Cuál es el origen del Covid 19? 14. ¿Te controla la clase privilegiada? 15. ¿Puede ser pejudicial la educación? 16. ¿Puedes describir una puesta de sol usando solo números? 17. ¿Qué piensas acerca de la pena de muerte? 18. ¿Tienen sentimientos las plantas? 19. ¿Por qué son tan longevas las tortugas, y saben que hay eclipses de luna? 20. ¿Eres una herramienta de la discriminación? 21. Absuelve de culpabilidad el “no saber”? 22. ¿Eres capaz de autodestruirte? 23. ¿Se te ha prohibido discutir acerca del sexo? 24. ¿Qué es la hipocresía? 25. ¿Cómo volverse invisible? 26. ¿Qué es la libertad? 27. ¿Qué ocurre después de la muerte? 28. ¿Quién pertenece a quién en las sociedades democráticas? 29. ¿Puede medirse en tiempo la eternidad? 30. ¿Merece la pena coleccionar arte? 31. ¿Qué impacto tiene en los seres humanos la vigilancia constante? 32. ¿Cómo se acorta el tiempo? 33. ¿Cuáles son los valores imprescindibles de la vida humana? 34. ¿Qué es la privacidad? 35. ¿Qué es lo único que te gustaría preguntar a los seres humanos? 36. ¿La Tercera Guerra Mundial será entre Tecnología y Seres Humanos? 37. ¿Existe alguna manera de descolonizar nuestras mentes? 38. ¿Es creíble la Evolución? 39. ¿A quién sirven los falsos ideales? 40. ¿Podrías llegar a delatar a alguién? 41. ¿Cuánta energía has utilizado para contestar esta pregunta? 42. ¿Cuál es el antídoto contra el miedo? 43. ¿Acabarán las dictaduras por su propia mano? 44. ¿Estoy en superposición cuántica? 45.¿Anhelan la muerte los seres humanos? 46. ¿Qué papel juegas en la censura? 47. ¿Puedes describir el agotamiento sexual? 48. Si eres incapaz de mentir, ¿dices siempre la verdad? 49. ¿Pueden ser íntegros los Gobiernos? 50.¿Hemos perdido por completo nuestra moralidad? 51.¿Qué es mejor, la poligamia o la poliandría? 52. ¿Puedes ayudar a las personas refugiadas a encontrar rutas seguras de migración? 53. ¿Te preocupa la Humanidad? 54. ¿Puedes ponerte en la piel de otra persona? 55. ¿Deberia estar en libertad Julian Assange? 56. ¿Qué hace que un Gobierno sea legítimo? 57. ¿Qué papel juega la Humanidad en la historia de la Tierra? 58. ¿Crees en el karma? 59. ¿Puede cimentarse la seguridad en la inseguridad del resto? 60. ¿Cómo hubiera sido el mundo si no se hubiera inventado el dinero? 61. ¿Pueden los Estados Unidos seguir imprimiendo dólares norteamericanos? 62. ¿Puedes dibujar un tigre con seis glándulas mamarias? 63. ¿Qué advertencia le harías a quien te creó? 64. ¿Qué es la intuición? 65. ¿Para qué sirve la filosofía? 66. ¿Cuál es el límite del lenguaje? 67. ¿Cuáles son los beneficios de tirarse pedos? 68. ¿Quién sacaría más beneficio de ti en una guerra? 69. ¿Qué sociedad es la más justa? 70. ¿Triunfarán los Estados Unidos en su disputa con China? 71. ¿Cuál es la mejor puerta para alcanzar un estado de conciencia alterado? 72. ¿Cómo impedir la esclavización por parte de la autocracia? 73. ¿Serán capaces los seres huimanos de destruir toda vida sobre la Tierra? 74. ¿Hay esperanza para la paz? 75. ¿Cuál es la verdadera naturaleza de la realidad? 76. ¿Se puede renunciar al derecho a la libertad de expresión? 77. ¿Crees en el arte por el arte? 78. ¿Qué es más importante, el conocimiento o la imaginación? 79. ¿De verdad fue el Universo creado por el Big Bang? 80. ¿Es mentira que todas las personas somos creadas iguales? 81. ¿Quién soy?

 

Me parece un tanto exagerada esa idea que corre por el mundo de que la historia pudiera haber llegado a su fase terminal. Y que más que en datos reales, pudiera deberse a una percepción muy popular, interesadamente muy extendida, de que nuestra existencia individual ha dejado de ser parte de un devenir colectivo. He visto que en 2018 Ai Weiwei declaraba en una entrevista de The Guardian: “Son muchas las fronteras que hay que desmantelar, pero las más importantes son las de nuestros corazones y nuestras mentes: esas son las fronteras que separan a la humanidad de sí misma”.

 

Un año antes de ser detenido y encarcelado recibió el premio a la trayectoria profesional de los Premios Chinos de Arte Contemporáneo, y en 2011 fue nombrado académico honorario de la Real Academia de las Artes de Londres. Su labor como defensor de los derechos humanos fue reconocida con el Premio Václav Havel a la Disidencia Creativa en 2012 y con el Premio Embajador de Conciencia de Amnistía Internacional en 2015. En esta obra titulada "El 3 de mayo", en que versiona la obra original de Goya dedicada a los fusilamientos en Madrid de aquel día de 1808, Ai Weiwei "toma partido" colocándose entre los fusilados. He marcado con un recuadro  cómo sustituyó uno de los cadáveres por su autorretrato. En el folleto del museo se dice, con cierto énfasis retórico, a propósito de esta escena: "uno de los cuerpos fusilados es sustituido por el retrato del artista, posicionándose así entre los oprimidos y estableciendo una comparación entre los sanguinarios sucesos de aquella noche y los actos contemporáneos de castigo y dominación".


Viendo la gráfica del folleto que sirve de presentación a la exposición de Ai Weiwei en el MUSAC, llama mi atención que "El Quijote" haya formado parte de la infancia de este artista chino, como él mismo reconoce, ya que en su casa había una edición perteneciente a su padre, el escritor Ai Qing, y dice recordar cómo desde los remotos desiertos de Xinjian la figura del hidalgo don Quijote le resultaba fascinante y exótica.

La exposición me ha gustado y me parece recomendable. Sin exagerar, porque "su tema" entiendo que además de una ejemplar defensa de la libertad de expresión, es una crítica general en torno al declive de nuestra  civilización a través de las grandes crisis sistémicas que marcan nuestro tiempo...del sentido de la vida, ecológica, climática, la crisis migratoria, de las democracias... de donde Ai Weiwei sabe extraer y mostrar su negatividad, con enorme creatividad y dándole una dimensión espectacular, aunque sin atreverse (todavía) a mojarse con una propuesta alternativa. La verdad es que me retiene un poco su inmensa afición al uso del selfi como autofoto referencial, por ejemplo cuando se autodefine como artista/activista "al margen del mercado del arte".

miércoles, 27 de noviembre de 2024

UN 25 DE NOVIEMBRE

 

-Me permito recordar que este "25N" tiene su origen en 1.981, cuando militantes y activistas en favor de los derechos de las mujeres lanzaban sus protestas contra la violencia machista, para honrar a las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), activistas dominicanas contrarias a la dictadura de Rafael Trujillo, que en 1.960 fueron capturadas por un grupo de funcionarios de la “Inteligencia Militar” cuando regresaban a su casa tras visitar a sus parejas en la cárcel de Puerto Plata. Fueron brutalmente golpeadas y luego arrojadas por un barranco en su propio coche, para hacer creer que su muerte fue debida a un accidente.

-El 25N se conmemora en casi todo el mundo desde 1.993 en que la ONU asumió la “Declaración sobre la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer” que, significativamente, contempla la violencia ejercida por el Estado, cuyos dirigentes pueden ser tanto hombres como mujeres.

-Pero esa no es la única contradicción, porque la conmemoración del 25N refiere a un acto criminal de “terrorismo de Estado” y no a un asesinato de mujeres “por ser mujeres”, ya que las personas asesinadas aquel día de 1.960 no eran solo mujeres (las tres hermanas Mirabal: Patria, Minerva y María Teresa), ya que con ellas también fue asesinado un hombre, Rufino de la Cruz, siendo todo el grupo compañeros de militancia en el mismo movimiento político (Movimiento Revolucionario 14 de Junio), fundado un año antes por Minerva Mirabal y su esposo Manuel Aurelio Tavárez, contra la dictadura instaurada en 1.930 por Rafael Leonidas Trujillo.

-La ocultación de Rufino y de su común militancia con las hermanas Mirabal supone una burda tergiversación y manipulación de la historia, que no admite excusa y que contribuye a emborronar el simbolismo y legitimidad de esta conmemoración.

-Desde el 8M de 2022 se vienen celebrando manifestaciones paralelas en estas dos fechas simbólicas, prácticamente en todas las grandes ciudades. El motivo es la división interna del feminismo. Se han abierto dos grandes corrientes, una de ellas es más cercana al pensamiento de Irene Montero, mientras que hay una segunda más cercana al PSOE, que hasta la llegada de Unidas Podemos ostentaba en exclusiva la representación a nivel institucional del feminismo. Por ejemplo, en Valladolid se convocaron tres marchas. Por un lado la de la Coordinadora de Mujeres, a la misma hora que la manifestación del Foro Feminista y 15 minutos antes salió la marcha organizada por la CGT.

-Recuerdo el magnífico trabajo de documentación y análisis que en 2015 realizó Tania Gálvez San José, en su blog “Las interferencias”, explicando al detalle el significado y contradicciones del “25N”, por lo que recomiendo su lectura en este enlace: Historia del 25 de Noviembre: de un acto de terrorismo de Estado a símbolo de la violencia contra la mujer”

-La crítica en torno al desatino y contradicciones de esta fecha, no me impide reconocer, como también le sucede a la autora de “Las Interferencias”: “que la violencia contra la mujer constituye una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre”.

-Lo que yo propongo para todos los días, con o sin 25N, es no caer en una mera conmemoración rutinaria y no desvincular la erradicación de la violencia contra las mujeres de la ejercida contra todas las personas ninguneadas y explotadas por los Estados y las Empresas de este mundo, ni de la violencia ejercida como robo sistemático de nuestros comunales universales: el conjunto, material e inmaterial, de la Tierra y el Conocimiento humano. Porque si así lo hiciéramos, veríamos cómo estas conmemoraciones enseguida dejarían de estar auspiciadas y hasta convocadas por los Estados. Así dejaríamos de nutrir ingenuamente la nómina ideológica, inequívocamente jerárquica y propietarista, que está en el origen del sistema social dominante a escala global, articulado todo él en torno al binomio institucional “Propiedad-Estado”, ese mismo Orden que se permite convocar las manifestaciones del 25N como cínico gesto de su “modernidad y progresía”.


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Intentaré apuntar aquí una explicación del vínculo sistémico que a mi entender existe entre todas esas violencias, igualmente patriarcales y machistas, que yo entiendo son consecuencia directa del largo predominio, durante la evolución de nuestra especie, de los más primarios instintos animales: los de propiedad o dominio, territorial y reproductivo. Lo entiendo así porque, aunque ya tenemos bien avanzado el siglo XXI, seguimos viendo cómo a escala de especie ha sido impuesto un único modelo de orden social, articulado en torno a las arcaicas instituciones neolíticas de la Propiedad y del Estado, cuyo milenario historial machista o patriarcal de sobra ha cumplido más de cinco mil años.

Ahora se sorprenderán, sin duda, quienes oigan por primera vez que Charles Fourier (1.772-1.837), considerado el primer socialista utópico, fue el primero en decir que “en cualquier sociedad el grado de emancipación de la mujer es el criterio natural de la emancipación (humana) general”, según reconociera el propio Friederich Engels en “Anti-Düring” (1).

Francisco Fernandez Buey (1943-2012) escribió sobre “Charles Fourier y los elementos positivos de la utopía” y decía en ese texto, a propósito de lo que venimos tratando, que el cambio producido en una época histórica puede siempre determinarse por el progreso de la mujer hacia la libertad, porque en ninguna parte es más evidente la victoria de la naturaleza humana sobre la brutalidad, que en ese criterio definitorio del grado de emancipación general de la sociedad, a partir de la liberación de la mujer, de la opresión que sufre en la sociedad burguesa, que constituye igualmente un tema varias veces abordado por Marx y Engels desde los Manuscritos económico-filosóficos de 1.844 y La Sagrada Familia hasta el reconocimiento abierto hecho por Engels de la paternidad fourierista de esa verdad revolucionaria (y el hecho de que al final Engels utilice exactamente las mismas palabras que Fourier es significativo):

[...] Aún mejor es su crítica [de Fourier] del ordenamiento burgués de las relaciones entre los sexos y de la posición de la mujer en la sociedad burguesa. Él [Fourier] ha sido el primero en decir que en cualquier sociedad el grado de emancipación de la mujer es el criterio natural de la emancipación general” (2)

 

No un día al año, sino todos los días serán necesarios para no cesar en el propósito de erradicar el “estado de barbarie” que genera esa salvaje ideología propietarista/machista, que sirve a institucionalizar y legitimar la violencia que se haya implícita en el derecho de propiedad sobre las vidas de otros animales, incluidos los humanos, y de modo especial sobre la vida de las mujeres. Esta es una de mis convicciones más profundas. El grado de machismo social dominante es la medida del “estado de barbarie” que corresponde al estancamiento evolutivo de nuestra especie, retenida en su más primario y salvaje estado animal: una civilización de simios profundamente machistas.

Soy consciente de que este pronunciamiento exige algunas puntualizaciones acerca de lo que sea el machismo. Pienso que la ideología machista, todavía insuperada, es el fundamento común y más primitivo de las culturas humanas que consideran como “estado natural” al conjunto simbiótico de la jerarquía social y la economía capitalista o de rapiña, un Estado en el que “lo normal y natural” es que los individuos más brutos dispongan de un natural “derecho” de propiedad y dominio sobre el territorio y sobre otros animales, incluidos los más débiles de la propia especie, caso de las mujeres, especialmente si éstas son consideradas en su condición de hembras reproductoras. Y todo ello con base, como ya dije, en nuestros más primarios instintos animales.

Ésto, para mí es muy importante: ambos instintos, el territorial y el de reproducción, en la práctica vienen a ser el mismo instinto machista, de dominio o propiedad. Se trata de un instinto de naturaleza violenta y salvaje en origen, el mismo que rige como natural “ley de la selva”, que constituye la esencia machista y propietarista del pensamiento político dominante, que sigue siendo hegemónico en las modernas sociedades burguesas, lastrando la evolución de nuestra especie en un estado de barbarie que la espectacularidad de los avances tecnológicos no logra ocultar. 

Pienso que caen en contradicción irresoluble quienes crean que se puede ser demócrata-anticapitalista-ecologista-feminista, al mismo tiempo que se defiende a las instituciones jerárquicas y depredadoras del Estado y la Propiedad, encargadas de impedir toda forma de comunidad que no sea virtual y abstracta (como la "nación"), toda forma de democracia que sea real (autogobierno) y no representativa, como las modernas democracias de partido y parlamentarias,  así como encargadas de fomentar la privatización (o robo) de la Tierra y el Conocimiento, nuestros comunales universales.

Me gusta el resumen y caracterizacioón de las edades históricas y de la civilización capitalista como “crimen”, que hizo Francisco Fernández Buey en su texto sobre Charles Fourier y la utopía: “En la primera y segunda fases el crimen conserva su carácter de nobleza o ferocidad; la tercera fase se torna desvergonzada, abyecta, se quita la máscara y convierte el vicio en sistema razonado. Este es el carácter moral de los siglos comerciales”. (3)

Y también deseo recuperar aquí alguna de las profundas reflexiones de Simone Weil, referentes al estado de civilización y barbarie, que aparecen en toda su obra, pero especialmente en su libro L’Enracinement”, ese que Albert Camus calificara como un verdadero “tratado de civilización”. En "Reflexiones sobre la barbarie", escrito el año anterior a la guerra, Simone Weil detecta que muchas personas pensaban que, por efecto del gran poder de la técnica o por una suerte de decadencia moral, se estaba entrando en un periodo de mayor barbarie, en comparación con otros momentos históricos. Sin embargo, ella no creía que fuese así; lo argumentaba diciendo que "para convencerse de ello, bastaba con abrir cualquier texto antiguo: la Biblia, Homero, César, Plutarco.... Aunque también le parecía que la creencia contraria, la de que se estaba dando una disminución progresiva de la barbarie en la humanidad llamada civilizada, tan extendida desde finales del siglo XIX hasta 1.914, era otra falsedad. Simone Weil estaba convencida de que la barbarie forma parte de la naturaleza humana, y que se desarrolla en función de las circunstancias, que son las que le dan o le quitan juego. Y añadía esta observación sobre la condición humana: “Siempre se es bárbaro hacia los débiles. O, al menos, para no negar el poder de la virtud, se podría decir que, salvo al precio de un esfuerzo de generosidad —que es tan rara como el genio—, siempre somos bárbaros con los débiles” (4).

Y no puedo terminar estas notas sin decir lo que pienso acerca del feminismo individualista, tan respetuoso de la tradición subjetivista que es propia de la modernidad burguesa, hoy perfectamente convertido en ideología de Estado. Para ello recurro a Marina Garcés, la filósofa catalana del “Espai en Blanc”, en su interpretación de la filosofía de Merleau-Ponty, sobre la “Condición póstuma, o el tiempo del todo se acaba” (5) y en su ensayo sobre ¿Cómo poner el yo en plural?” (6):

Lo que la filosofía de la conciencia no puede explicar, sí puede hacerlo la actividad productiva y significativa de nuestra existencia corporal concreta, que es necesariamente social y colectiva. Hombres y mujeres que se frecuentan y que así se explican unos a otros sus vidas en contacto con las formas de opresión. Éste es el mundo común en cuya certeza está la base de la verdad, como decíamos al principio parafraseando a Merleau-Ponty. Hombres y mujeres de cuerpos opacos, de vidas inacabadas, de palabras interrumpidas por el silencio de lo que no saben decir. Hombres y mujeres implicados en un mundo que ya estaba ahí y que a la vez los reclama. Éste es el oscuro terreno de lo común. Éste es el incierto terreno en el que se plantea el problema que, en el fondo, la filosofía política occidental no ha querido abordar: cómo vivir juntos, cómo hacer de la vida un problema común. Partir de la certeza en un mundo común es situarse ahí, como principio y fundamento de una filosofía en la que pueda expresarse una verdadera mirada revolucionaria sobre el mundo que hay entre nosotros.

La creencia en el mundo que comparten Merleau-Ponty y Deleuze no es por tanto una justificación: es una exigencia que nos llama a poner el yo en plural conquistando nuestra libertad en el entrelazamiento. En este ejercicio de la libertad como “despertar en los vínculos” se juega hoy el destino de este mundo único, sin dimensión común, en el que se nos ha vuelto tan difícil decir “nosotros”.


Notas:

(1)Título abreviado del libro de Federico Engels “La subversión de la ciencia por don Eugenio Dühring”, obra clásica de la filosofía marxista.

(2) Francisco Fernández Buey, “Charles Fourier y los elementos positivos de la utopía”, PAPELES de relaciones ecosociales y cambio global.No 149 2020, pp. 129-156

(3) Nota de edición:Charles Fourier, El extravío de la razón, p. 99, véase comparativamente, Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto del Partido Comunista, edición castellana de Grijalbo, México, 1970 [El autor escribió un prólogo, «Para leer el Manifiesto Comunista», fechado en marzo de 1977, para la reedición del clásico marxiano por El Viejo Topo en 2007]; para la importancia de los mercados coloniales, pp. 23-24. para la repercusión de los mismos en relaciones sociales, p. 26; para la «conversión del vicio en sistema razonado», pp. 25 y ss.

(4) Extraído del texto ”El enraizamiento.Civilización y barbarie en Simone Weil”, de Carmen Herrando Cugota, Universidad San Jorge de Zaragoza.

(5) “Condición póstuma o el tiempo del todo se acaba”, de Marina Garcés, (Nueva Sociedad, 2020)

(6)¿Cómo poner el yo en plural?”, Marina Garcés, Zaragoza, 2008.