El
pasado 31 de agosto fue un día muy señalado, el día en el que más
empleo se destruyó en toda la historia del Estado español, con
203.000 desafiliaciones a la Seguridad Social. El paro no es un dato
económico más, es el que más se presta a la manipulación.
-No
es cierto que el capitalismo produzca una tasa de desempleo forzoso
porque le interese, es porque no puede ser de otro modo. El paro es la
medida del fracaso del capitalismo como sistema productivo y de la
incapacidad de su aparato político-estatal. Es el signo inequívoco
de la inevitable decadencia de su proceso histórico, tan destructivo
como autodestructivo. Quisiera dar trabajo a todo el mundo, porque
ello sería lo más conveniente a sus intereses y a su reproducción,
pero no puede hacerlo sin perder tasa de ganancia, sin incrementar la
plusvalía y el capital. Definitivamente, no puede, le es imposible acabar con el
paro.
Aquí
no tengo problema en coincidir con algunos análisis teóricos del
marxismo referidos a la economía capitalista, aunque difiera
radicalmente de su corta visión, exclusivamente
materialista, como de su historial real, el de la praxis política
del marxismo cuando alcanza el poder, que lo sitúa en vecindad y
hasta en connivencia con el capitalismo, a través de su ferviente
entrega al Estado y al Mercado. Si bien, he de reconocer que en
algunos sectores menos ortodoxos, como el que edita el blog "Nuevo Curso", puede
atisbarse alguna intención autocrítica y correctora, que identifica
(¡por fin!) capitalismo y estado, y que hasta deja caer, además,
un cierto componente ético para la revolución necesaria.
Reconozco mi coincidencia con su análisis económico acerca del paro,
y por eso me permito recurrir a un reciente e interesante texto de
la mencionada web marxista (
https://nuevocurso.org/cuatro-mentiras-sobre-el-paro/
), cuya lectura completa recomiendo, ya que aquí me limitaré a
presentar sólo un extracto, cuasi literal, a excepción de algunas y leves licencias:
-El
capital no consigue, ni
puede, explotar
toda la
fuerza de trabajo a su disposición
porque, por definición, sólo puede vender a los trabajadores una
parte de la producción, la equivalente al salario. Y
siendo así, la plusvalía sólo puede extraerla de la población que
produce valor fuera de la relación capital-trabajo (artesanos,
autónomos, campesinos, etc). Todos los intentos por salir de esa
trampa en los mercados internos le son contrapoducentes: si bajan los
salarios (lo que aumenta la plusvalía), están
reduciendo la principal base de consumo (la capacidad de compra de la
masa asalariada), lo que fuerza al capital a ser más competitivo en
los mercados del exterior. Y si mejoran la tecnología y con ella la
productividad (lo que sirve para aumentar a su vez la plusvalía), su
tasa de ganancia caerá si sus potenciales consumidores desaparecen
en esos nuevos mercados, porque están desempleados o porque no
tienen capacidad de compra...y se producirá más desempleo. Los
capitales nacionales se hacen partidarios del libre comercio si
piensan que explotando más van a conseguir exportar más bienes,
servicios y capitales, en mercados exteriores. Pero todos se vuelven
proteccionistas cuando el resultado global se torna negativo. La
oleada de «globalización» que arrancó en los noventa y que llevó
a los países europeos a adoptar el euro tuvo la misma causa que la
oleada proteccionista que viene con Trump y que genera reacciones
anti-euro en más de una burguesía nacional. Son estrategias
opuestas, que las burguesías nacionales toman para intentar huir de
las contradicciones del sistema en esta fase histórica, las mismas
contradicciones que producen el desempleo.
-El euro y la globalización fueron estrategias frente a la
falta de mercados, como ahora lo es el proteccionismo de
Trump. Al capital le cuesta encontrar mercados en los que
vender su producción y realizar la plusvalía, pero cuando ya no hay
mercados para los que producir y no puede seguir produciendo más, esta
situación lleva al capital a las “burbujas de crédito”, en sus
dos modalidades: a) colocando parte del capital no productivo en
créditos dudosos que inicialmente generan demanda, con lo que acaban
reproduciendo y acrecentando el problema en un ciclo posterior; b) la
otra salida es la especulativa, en vez de producir se apuesta en
“otros” negocios productivos y por demandas futuras de ciertos
bienes, por el resultado de las deudas de “otros”, etc. Aparece
así una masa gigantesca de capital ficticio, separado de la
producción y por tanto con pies de barro, que hoy triplica ya el
capital productivo y que es la causa del carácter periódico y hecatómbico de
las crisis financieras.
-Cuando «se abre» un mercado de otra burguesía nacional,
el primer interés es colocar en el nuevo mercado la mayor parte del
capital propio más frágil. Al
hacerlo, como ahora hace China en Africa, en realidad no hace sino
«tirar la pelota para adelante», de entrada endeudando al receptor
y creando una nueva fuente de competencia de los capitales en sus
lugares de origen. El ciclo se reproduce a una nueva escala y los
mecanismos que llevan a la pauperización y el desempleo se ponen en
marcha, a pesar de que al capitalizarse un nuevo país, la
productividad del trabajo se eleve y la situación de sus
trabajadores mejore sólo provisionalmente (como pasó con la misma
China hace veinte años).
El problema es que el capital no encuentra usos productivos
suficientes, ni tiene nuevos y suficientes destinos donde colocarse.
Y eso se arregla con proteccionismo, impidiéndole salir fuera. Pero
lo que genera desempleo no es que el capital huya al exterior, sino
que no encuentra usos productivos suficientes, porque sus mercados
internos -los nacionales- tienen un volumen crónicamente
insuficiente, lo que no se arregla impidiéndole salir fuera.
-El problema del paro no es
nacional, ni se resuelve con leyes ni nacionalizaciones. La
estatalización de la Produción y/o la Banca no acabaría con el
paro.
En el momento en que existen salario y capital, existe
capitalismo. De darse esa estatalización, sería un capitalismo (de
Estado) aún más concentrado que el que tenemos hoy, que no dejará
de ser capitalismo y de estar sometido a las mismas contradicciones y
tendencias destructivas que vienen dadas por el desarrollo global de
las fuerzas productivas y el agotamiento de los mercados. En los
países que sufrieron una estatalización más completa, los
estalinistas, el paro sólo desapareció estadísticamente, ya que el
sometimiento al capital estatizado a través del salario y la
pauperización, que se mantuvieron y mantienen allí donde el
estalinismo sigue siendo la guía del capitalismo de Estado. No es,
pues, una solución válida, porque no resuelve las contradicciones
del Capital, sino que las comprime bajo formas estatales que tienden
a ser aún más totalitarias.
-El paro es la expresión de que el capitalismo,
como un “todo” mundial, es ya un sistema definitivamente
caduco, que ni siquiera puede explotarnos a todos y que
sólo puede superar su atasco histórico mediante la destrucción
sistemática de los recursos naturales. La única salida
consiste en superar cuanto antes el dominio del capital sobre la
producción y la sociedad, liberando las capacidades productoras que
la sociedad capitalista constriñe, desmercantilizando las relaciones
humanas y afirmando el metabolismo común de la especie humana y la
Naturaleza.
2 comentarios:
Muy interesante. Gracias por el enlace. Salud
https://m.eldiario.es/andalucia/cadiz/alcalde-Cadiz-antepone-trabajo-dilema_0_811919512.html
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