ALGO MUY GRAVE ESTÁ PASANDO
Estamos
en medio de una crisis que pone en evidencia el fracaso del sistema económico y
político que domina nuestras vidas y las del mundo entero: un sistema basado en
la economía de mercado y de crecimiento y en la política de una pseudo
democracia diseñada para concentrar el poder en manos de unas pocas élites.
Hace unos años vimos fracasar también el sistema económico del socialismo de
estado en la Unión Soviética y en otros
países; en Europa también ha fracasado el sistema híbrido de la
socialdemocracia. Los tres
sistemas tienen en común la misma ideología económica basada en el mercado y el
crecimiento, junto a una estructura política instrumental -el Estado-, que garantiza el control del
poder en todos sus órdenes. El capitalismo neoliberal ha sobrevivido como
sistema hegemónico a pesar de su
permanente estado de crisis, aunque hoy se tambalea cuando atraviesa su crisis
más grave y global. Con el sistema neoliberal hace agua también su “democracia” representativa y la propia estructura de unos
Estados en los que supuestamente reposa la soberanía de los pueblos, que hoy
vemos burlada y secuestrada por los todopoderosos mercados.
Sin descubrir las causas que originan estos fracasos
resulta imposible salir del atolladero en el que estamos metidos. Hace poco, decía Julio Anguita que “no hay
posibilidad de victoria si no se sabe por qué perdimos anteriormente”. Un
eslogan del 15M apelaba a un viejo proverbio chino con esta sentencia: “para salir del hoyo lo primero es dejar de cavar en él”; nosotros
podríamos añadir también que “el esclavo no puede dejar de serlo mientras tenga el mismo pensamiento que su amo”.
Cambiar este pensamiento es la primera y más urgente
tarea que tenemos por delante. Ya no basta con la indignación que destapó el 15 M , ahora toca remover las viejas raíces del mal y todas sus
instituciones caducas. Hay que pensar en sustituirlas por nuevas instituciones,
propias de una democracia real e integral, en el ámbito social, en el cultural,
en el económico, en el político, en el ecológico… en todos los ámbitos de la
vida, porque la crisis es total y no sólo política o económica, porque su veneno irracional,
relativista e individualista, lo
corrompe todo y nos sitúa a todos directamente en la catástrofe. Ha llegado el
momento de cuestionar desde la raíz todos estos sistemas que nos conducen a
ella. No por ello somos catastrofistas. Sí lo
son quienes causan la catástrofe y
quienes les apoyan.
El
1º de Mayo es considerado desde hace muchos años el día del trabajo para unos y
el día de la clase trabajadora para otros. Pero la realidad es que el trabajo
se ha convertido en una mercancía de escaso valor para el capitalismo. Y la
clase trabajadora no acaba de encontrar
un camino para su emancipación. Sin duda, aquí está pasando algo muy
grave:
Algo muy grave está pasando cuando, sin rubor alguno, se llama democracia a un sistema político gobernado por
élites en nombre y representación de la
gente, unas élites que controlan los partidos políticos, la propiedad de los
medios de producción, el comercio, la banca, los medios de comunicación, la
cultura, la educación, todo; algo muy grave está pasando cuando sus propias
víctimas lo consienten.
Algo
muy grave está pasando cuando llamamos Popular a un partido que gobierna a
favor de quienes tienen el capital y el poder, en contra de los intereses de la
mayoría de la gente, o sea, del interés
popular.
Algo
muy grave está pasando cuando llamamos Socialista a un partido cuya ideología
es capitalista, sólo que un poco menos.
Algo
muy grave está pasando cuando se llama Izquierda a partidos políticos que
defienden la misma economía de mercado y crecimiento que populares y
socialistas; cuando defienden al mismo Estado capitalista, asentado sobre una democracia amañada,
protectora de la apropiación privada de los bienes públicos y que, por tanto,
institucionaliza la desigualdad entre
las personas.
Algo
muy grave está pasando cuando llamamos sindicatos
de clase a organizaciones que aceptan la pervivencia de la esclavitud de la clase obrera mediante el trabajo
asalariado, por bien remunerado que estuviera.
Algo
muy grave está pasando cuando se llama eficiente a un sistema productivo que es
irracional en sus principios, en su método y en sus resultados. En el que una
parte de la gente que podría trabajar -teniendo edad, salud y conocimiento para
ello- no produce nada porque está en el paro. Otra gran parte no lo hace porque
está jubilada o porque todavía son
jóvenes. Otros porque viven de las
rentas de la propiedad o de la herencia. Otros porque son intermediarios entre
los que producen algo y los que venden ese algo a los que lo consumen. Otros
porque viven de ser intermediarios entre los que tienen el poder y los que les
votan. Otros porque están en la cárcel por practicar la delincuencia. Otros
porque están dedicados a reprimir a los anteriores y, por tanto, viven también
de la delincuencia. Otros porque son funcionarios y burócratas que viven del
trasiego de leyes, impuestos y papeles que generan todos los anteriores y
siguientes. Otros porque se pasan la vida por tierra, mar y aire, haciendo el madelman en los cuarteles de por aquí y del
extranjero. Otros porque viven de prestar
a la gente el dinero que es de otra gente. ..Y los pocos que trabajan, en su
mayoría lo hacen a disgusto, porque no
les gusta su trabajo y porque se sienten explotados. Algo muy grave está
pasando para que se le llame eficiente a ésta inmensa y bárbara chapuza.
Algo
muy grave está pasando cuando la mayoría de la gente ignora que los alimentos,
las casas y las cosas que necesitamos para vivir se hacen con el conocimiento y
el trabajo de la gente y no con el capital que acumulan unos pocos, que ni
saben producir alimentos, ni casas, ni cosa alguna que necesite la gente.
Algo
muy grave está pasando cuando la mayoría de la gente piensa que la
responsabilidad de la crisis es de todos y no de quienes toman las decisiones
que originan la crisis, cuando la mayoría de la gente se dispone a pagar las
consecuencias con democrática y cristiana resignación.
Algo
muy grave está pasando cuando en las asambleas ciudadanas del 15M -que se reúnen
para hablar de la democracia y de la
crisis, o sea, de los problemas de la gente-, participan cuatro gatos que,
además, tienen que soportar la indiferencia y hasta el desprecio de buena parte
de esa misma gente.
Algo
muy grave está pasando en nuestra sociedad cuando a los pobres y a los
inmigrantes, a los ancianos y a los débiles, a las mujeres y a los niños, a los homosexuales y a los diferentes, les falta todavía un buen trecho para ser
considerados como iguales.
Algo muy grave está pasando cuando la
ciencia y la tecnología se ocupan del beneficio de los mercados y no del
progreso de la sociedad y del
bienestar de la gente; cuando se malgasta
la inteligencia y la energía en producir artículos de consumo innecesario,
depredador, adictivo y estúpido; algo pasa cuando se admira a las personas con
dinero y poder, cuando se ignora a quienes tienen talento y sabiduría.
Algo
muy grave está pasando en nuestra sociedad cuando el esclavo comparte el mismo
pensamiento que su amo.
Aún así, otra vez más ¡viva el 1º de Mayo!
¡Viva la igualdad y el pensamiento libre! ¡Viva la autonomía personal y colectiva! ¡Viva
el trabajo comunitario y la economía de los bienes comunes! ¡Viva
la autogestión y la soberanía ciudadana! ¡Viva la democracia directa y federal!
1 comentario:
Cuando el empresario pierde la razón
los empleados pierden el respeto.
Cuando los representantes sindicalistas están forrados
los afiliados terminan en la miseria.
Estos ocho años antes:
¿Donde estaban escondidos los sindicatos?
17 de Mayo manifestación en contra UGT y CC OO
Publicar un comentario