Dice Juan Carlos Monedero que
“recuperar la política es desterrar los monólogos y regresar a diálogos que den
sentido a la vida. Es despensar los nombres de la política –democracia y
gobernabilidad, desarrollo y modernización, consenso y gobernanza- para luego
repensarlos al servicio de un nuevo sentido común a la búsqueda de soluciones
atrevidamente humanas”.
J. C. Monedero es profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense
de Madrid y acaba de publicar “La Transición contada a
nuestros padres. Nocturno de la democracia española”. Se trata de un libro comprometido y plenamente actual, en
el que hace un análisis crítico de la Transición española. Frente al dogma de la clase
política dominante, que no se cansa de propagar la idea de que la transición
española fue un proceso modélico y perfectamente exportable, J.C.M. sostiene que ese modelo es
precisamente el origen de la “democracia de baja densidad” que caracteriza a
España. Viene
a afirmar que si sólo fuera un problema histórico sería irrelevante en la explicación de la
actualidad. El problema es que esa “mala lectura de la transición” nos está
impidiendo ahondar en nuestra democracia. Y pone un ejemplo totalmente actual,
que apunta a una de las claves del movimiento 15M:
“Ha tenido que ser un antifascista francés
quien nos recuerde las virtudes y bondades de indignarnos, como si en España no
existiera ningún referente en el pasado que nos brindara un ejemplo de ese tipo
para justificar por qué en el desmantelamiento actual del estado social y
democrático de derecho pudiéramos protestar, indignarnos o armar una
alternativa.
¿Por
qué tiene que ser un francés, Stephen Hassel, quien nos diga que nos indignemos
y no nos lo pueda decir uno de los españoles que entró con la columna de
Leclerc para recuperar París? ¿Por qué no puede ser uno de esos españoles que
luchó contra Franco del 36 al 39, uno de esos españoles o españolas que mantuvo
la llama del antifascismo luchando contra la dictadura franquista en la
clandestinidad o allá donde estuviera?
Mientras
que la derecha no tiene discontinuidades, porque tiene siempre la posibilidad
de rearmar su historia suturando cualquier tipo de roto, la izquierda camina en
España sobre puentes dinamitados, mira hacia atrás y no ve nada más que el
vacío. Y, por tanto, tiene que inventarse constantemente y eso le deja una
ventaja comparativa muy fuerte a la derecha. En ese vacío simbólico, la
capacidad de indignación es muy pequeña. Y es en ese vacío de reconstrucción
donde se coloca la derecha poniendo en la agenda su sentido común, de manera
que al final el sentido común de la derecha contamina la posibilidad de
construir un sentido común desde la izquierda”.
Lo
estamos viendo en la propia evolución
del movimiento 15M. Ayer mismo lo
experimenté en la asamblea de Aguilar de Campoo. Hay una parte de la gente de
izquierda que sigue siendo analógica, que rechaza la organización pero demanda
la necesidad de especialistas, que rechaza el partidismo pero le parece prioritaria la reforma de la
ley electoral, la desorientación favorece la confusión y ésta conduce a la
dispersión. En ese momento crítico
estamos. Creo que el movimiento del 15M , además de mostrar la
indignación y el rechazo hacia una forma de hacer política, apunta a la
necesidad de una nueva transición democrática. Esperemos que esta nueva
transición no vuelva a cerrarse en falso. Esperemos que la derecha no vuelva a
imponer su sentido común sobre una izquierda desorientada y reformista.
Esperemos que de estas cenizas nazca una izquierda renovada y con su propio
sentido común.
En ese camino, y sin abandonar a Juan Carlos Monedero, puede ser
interesante otro libro suyo: “El gobierno de las palabras. Política para tiempos de confusión”, que él mismo define
como un libro de autoayuda colectiva, en oposición al pensamiento dominante: “el pensamiento moderno, agotado en el esfuerzo de
cabalgar sobre la idea de progreso, renuncia al combate y cede las soluciones
racionales a supercherías, sectarismos religiosos, remedos de espiritualismo de
consumo rápido y libros de autoayuda”.
Es un libro para reflexionar sobre esta
época de transición y confusión, para reflexionar sobre la reinvención de la
política en la que estamos inmersos. Y en esa reinvención, el lenguaje juega un
papel trascendental. Según JCM, el lenguaje es “una herencia poderosa que nos
habla: biendecir es dialogar, maldecir es monologar” .
Vídeo con la presentación del libro, por su autor:
Vídeo con la presentación del libro, por su autor:
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1 comentario:
los extremos se tocan.... , o se aproximan... cualquier solución de cambio radical o no no se ha sustentado nunca en el caos, el caos inicia pero necesita del lider y de la organización para culminar su obra..y, sería buenpo pensar que la propia organización con el tiempo se empoltrona y renegando de sus orígenes enquilosa las sociedades...., ¿ se lo preguntamos a Lenin?.. ¿o mejor dicho buceamos en la historia y analizamos la trayectoria de los soviets?.
Las derechas proceden y beben de la sociedad establecida, del poder enquistado, de la fuerza del dinero... nuestros jóvenes indignados del 15-M lo han visto y por ello se rebelan, pero esta rebelión pacífica no cuajará sin organización, sin apoyos y si con una mano escribimos lo bien que lo están haciendo, y con la otra y con nuestra mente seguimos como borregos manteniendo los lobbys de los partidos.. mejor dicho de las empresas políticas que dicen que nos gobiernan, olvidándose por supuesto de la idea de servico público... servicio al partido, por la cuenta que les tiene para llenar sus estómagos, sus bolsillos y los de sus amigos, vivir en la idea que la sociedad es de ellos y por supuesto para ellos.
servicio y rebelión
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