Cabeza de la manifestación del 15-M en Valladolid |
Estuve
en la manifestación del 15-M en Valladolid. Cuando llegamos a la Acera de Recoletos, quince
minutos antes de las seis de la tarde, bajo un sol de verdadero mayo
castellano, había poca gente concentrada. En aquel momento pensé que la manifestación podía ser
un fracaso. Comentaban algunas personas que en el camino se habían cruzado con
una riada humana que iba en dirección a la plaza de toros, donde estaba
convocado un mítin del Partido Popular... Al poco, aquello se fue animando y
empezó a llegar gente, de modo que iniciamos la manifestación con la
participación de un número importante de personas, suficientes para salvar la
convocatoria, realizada exclusivamente desde internet. Me gustó ver tanta gente
joven, no me gustó mucho la organización, que podía haber sido más eficiente,
por ejemplo, con una mejor megafonía; casi nadie se enteró de las
intervenciones que se produjeron al final de la manifestación, en la plaza de
Fuente Dorada. Salvando nuestro profundo agradecimiento a todas las personas que han participado en la organización, es importante ser autocríticos, porque es normal que este tipo de convocatorias sean muy pobres en medios,
pero eso no justifica ser cutres.
El
caso es que he participado con entusiasmo y me ha sido gratificante ver tanta
gente joven que se rebela ante la situación política actual, ante esta pésima democracia
que padecemos. Pasada la manifestación y dado el relativo éxito de la misma, es
muy importante la reflexión al respecto. Creo que ésto ha sido sólo un aviso, el
chispazo de un movimiento de rebeldía cívica, que puede prender y ser fértil
para el futuro si es capaz de generar una verdadera alternativa democrática al sistema capitalista. De momento, vemos con
esperanza que el acto de rebeldía colectiva tiene su continuidad en múltiples
acampadas permanentes que se están prodigando en varias ciudades. El sitio web
de KAOS EN LA RED está haciendo un seguimiento de las noticias
al respecto.
Mi
participación en la campaña electoral, con un colectivo cívico,
municipal y autónomo, apoyado por IU,
apenas me deja respiro para reflexionar sobre la enorme y rápida sucesión de noticias
que se suceden. Pero dos cosas si que tengo muy claras: este movimiento del
15-M es un símbolo de esperanza, que hay que cuidar y alimentar adecuadamente,
para que no sea, una vez más, digerido por el sistema y, por tanto, anulada su
potencialidad de cambio real en la dirección de una democracia real. En este
sentido, estoy plenamente de acuerdo con la reflexión que sobre las manifestaciones
del 15-M ha hecho el GRUPO DE ACCIÓN DE DEMOCRACIA INCLUSIVA de Cataluña, con cuya posición política me identifico amplia y sustancialmente.
Recomiendo así mismo la lectura del artículo “Las indignadas y los indignados
reaccionan”, firmado por Carlos Martínez en REBELIÓN.
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