Si en pleno vuelo preguntáramos a un
astronauta qué ve ahí abajo, más concretamente en la punta sur de
Europa, nos dirá que una península, la Ibérica; ¿qué cuántos
países divisa?...nos dirá que dos, España y Portugal. Esto será
lo normal, es lo que la inmensa mayoría piensa. Eso sí, con algunas
variantes, porque muchos entre catalanes y vascos -astronautas o no-
dirían que ven hasta cuatro países. Pues NO es así, esa
apreciación es un gran error, porque tanto el astronauta como la
mayoría de la gente, e incluso como muchos catalanes y vascos, lo que
ven son Estados, no países. Un país es otra cosa, es el paisaje
real, en el que no existen más líneas que las que corresponden a
los cauces de los ríos, las carreteras, los cordales de las
montañas, los bordes de los campos de cultivo y los de la tierra
urbanizada...visto desde el suelo o visto desde el cosmos.
sábado, 11 de febrero de 2017
sábado, 28 de enero de 2017
SOBRE LA MATRIZ ESTATAL-COLONIAL DEL ORDEN VIGENTE
Estela que representa el Código de Hammurabi (museo del Louvre) y pintura de Ruysdael “Comerciantes y recaudadores de impuestos”, de 1.542 |
Supone
un grave error afrontar la encrucijada histórica en la que estamos
inmersos desde una perspectiva única y simple, observándola sólo
en su dimensión ideológica
y económica
o sólo en la política y militar. El dilema es mucho más
amplio y complejo, porque nos refiere -también y sobre todo- a la
enrevesada matriz colonial del poder, esencialmente extractivo y
depredador, desempeñado por la alianza histórica de corporaciones,
estatales (político/militares) y capitalistas
(mercantil/financieras), al servicio de un
común proyecto de dominio universal: sobre la naturaleza toda, sobre los individuos y sus
comunidades convivenciales, sobre sus territorios y patrimonios
locales (naturales y culturales)... en definitiva, sobre el Ser, la
Tierra
y el Conocimiento.
Deberíamos
prestar más atención a la corriente de “pensamiento decolonial”
que viene desarrollándose desde hace décadas en América Latina.
Es una opción que surge desde la diversidad del mundo y desde las
historias locales, una opción que en opinión de sus mentores
intelectuales, se enfrenta a la “manera única de leer la
realidad”, que ellos etiquetan (apresuradamente a mi
entender) como “pensamiento único occidental”, aunque promovido
desde una confluente diversidad (cristiana, liberal y marxista).
sábado, 21 de enero de 2017
PACTO DEL PROCOMÚN UNIVERSAL: LA TIERRA Y EL CONOCIMIENTO
Ilustración de Pawell Kuczynski |
En el combate ideológico y estratégico se decide cómo y quién construye la realidad
Que los discursos políticos son intercambiables es la realidad del combate ideológico que hoy libramos y conviene no olvidarlo. Quien en ese combate tenga la iniciativa, acabará orientando la agenda del mismo. Esta es una básica cuestión estratégica.
Desde el inicio del parlamentarismo burgués, su facción progresista viene participando en esta institución estatal con total aceptación de sus fines y de sus normas, contribuyendo decisivamente a la consolidación del juego parlamentario y a la fortaleza de la clase burguesa, inventora, propietaria y titular del parlamentarismo y del conjunto de instituciones que integran el aparato estatal.
Así, esa facción siempre hizo seguidismo de la agenda burguesa, por más que una y otra vez intente autojustificarse ante su clientela “obrera”, recurriendo a un ilusionismo electoral que sólo sirve a su propia supervivencia, al calor del parlamentarismo, unas veces en la oposición y otras en el gobierno. Pero no puede esperarse otra cosa, porque desde su origen esa es su expresa y primordial finalidad, la de participar en el reparto de un poder que tienen asegurado, en mayor o menor cuota, siempre que participen y depositen su fe en el entramado institucional de la dominación.
Su estrategia general, dirigida a esos fines, no es, no puede ser diferente, sólo pueden serlo sus tácticas, basadas en su común necesidad de mantener la sostenibilidad de la lucha de clases que -valga la redundancia- sostiene al Estado.
Así, la lucha de clases, como tensión social permanente, camufla la ontológica naturaleza totalitaria del parlamentarismo burgués mediante su escenificación democrática, puramente formal y aparente, de tal modo que el parlamentarismo “democrático” no es, no puede ser, otra cosa que un oximorón, un imposible. De esa común estrategia depende la propia supervivencia de las élites dirigentes que manejan los partidos, los sindicatos y las corporaciones que forman parte de la burguesía dominante, repartida su representación en facciones conservadoras y progresistas, en derecha e izquierda, según el lado del hemiciclo en que se sientan (o en el que esperan sentarse).
Que los discursos políticos son intercambiables es la realidad del combate ideológico que hoy libramos y conviene no olvidarlo. Quien en ese combate tenga la iniciativa, acabará orientando la agenda del mismo. Esta es una básica cuestión estratégica.
Desde el inicio del parlamentarismo burgués, su facción progresista viene participando en esta institución estatal con total aceptación de sus fines y de sus normas, contribuyendo decisivamente a la consolidación del juego parlamentario y a la fortaleza de la clase burguesa, inventora, propietaria y titular del parlamentarismo y del conjunto de instituciones que integran el aparato estatal.
Así, esa facción siempre hizo seguidismo de la agenda burguesa, por más que una y otra vez intente autojustificarse ante su clientela “obrera”, recurriendo a un ilusionismo electoral que sólo sirve a su propia supervivencia, al calor del parlamentarismo, unas veces en la oposición y otras en el gobierno. Pero no puede esperarse otra cosa, porque desde su origen esa es su expresa y primordial finalidad, la de participar en el reparto de un poder que tienen asegurado, en mayor o menor cuota, siempre que participen y depositen su fe en el entramado institucional de la dominación.
Su estrategia general, dirigida a esos fines, no es, no puede ser diferente, sólo pueden serlo sus tácticas, basadas en su común necesidad de mantener la sostenibilidad de la lucha de clases que -valga la redundancia- sostiene al Estado.
Así, la lucha de clases, como tensión social permanente, camufla la ontológica naturaleza totalitaria del parlamentarismo burgués mediante su escenificación democrática, puramente formal y aparente, de tal modo que el parlamentarismo “democrático” no es, no puede ser, otra cosa que un oximorón, un imposible. De esa común estrategia depende la propia supervivencia de las élites dirigentes que manejan los partidos, los sindicatos y las corporaciones que forman parte de la burguesía dominante, repartida su representación en facciones conservadoras y progresistas, en derecha e izquierda, según el lado del hemiciclo en que se sientan (o en el que esperan sentarse).
martes, 17 de enero de 2017
HORIZONTES COMUNITARIOS, POR UN SENTIDO COMÚN DE LA DISIDENCIA
Horizontes Comunitarios es un
espacio que pretende aportar a la producción de un pensamiento crítico
apostando por la construcción de alternativas políticas surgidas desde
abajo, desde lo popular; donde la posibilidad de la transformación surge
de la vivencia cotidiana de las personas y de la manera en que éstas
luchan por recuperar su capacidad de decisión sobre la forma en que
desean producir y reproducir los ámbitos materiales y simbólicos de su
vida. Estas luchas, por lo general, surgen de potentes entramados
comunitarios, es decir, de relaciones sociales que habilitan una
apropiación común del mundo o producen un sentido común de
re-apropiación de éste, de tal manera que la forma de estar en el mundo
y de apropiarse de éste sea una decisión propia desde lo colectivo y no
una forma funcional a las dinámicas de explotación y dominación.
Lo comunitario existe como vivencia y
diversidad, como lucha y resistencia, por lo que su horizonte de deseo
no parte de una teleología apriorista o de la construcción de un deber
ser conceptualmente preconcebido, lo comunitario es presente y su
reproducción en el tiempo implica una disputa permanente por no quedar
entrampado en las relaciones de dominación, por ponerle límites a estas
relaciones y en el mejor de los casos, por hacerlas retroceder. Lo
comunitario es, pues, una compleja y contradictoria forma de estar en el
mundo, y, por lo mismo, una forma potencialmente transformadora y
revolucionaria. Ampliar el alcance de esa potencialidad es el sentido
práctico de este espacio.
(Extracto del texto de presentación de Espacios Comunitarios)
Su web:
https://horizontescomunitarios.files.wordpress.com/2017/01/elapantle.pdf
El nº 1 de su revista, APANTLE:
https://horizontescomunitarios.files.wordpress.com/2017/01/elapantle.pdf
sábado, 14 de enero de 2017
EL INVISIBLE GENOCIDIO GLOBAL DE LA INDIVIDUALIDAD
Wifi familiar, de Igor Morski |
Decía el desaparecido
Zygmunt Bauman que en el mundo actual todas las ideas de felicidad
empiezan y acaban en una tienda. El individuo medio, como producto de
la industria política de la modernidad, ha sido muy bien instruido
en esa comprensión de la existencia. En el tiempo europeo de hoy -no
olvidemos que en el mundo hay otros tiempos-, cuando vemos llegar a
millones de personas que buscan refugio en Europa, personas que hasta
hace poco llevaban vidas como las nuestras, incluso con trabajo y
casa propia, cuando somos espectadores de su televisiva irrupción en
nuestras vidas, ello nos coloca en una incómoda situación, en un
estado de ansiedad y miedo al futuro que surge de un sentimiento a
la vez novedoso y muy primitivo, acerca de la precariedad de nuestras
vidas. Cuando vemos a miles de refugiados acampados bajo la nieve en
Grecia, Italia o Turquía, a escasos kilómetros de nosotros,
empezamos a darnos cuenta de que no es un documental más, otro
espectáculo televisivo, sino una realidad en estado puro, sólo
porque lo tenemos cerca y lo sentimos como una amenaza directa.
lunes, 9 de enero de 2017
LOS ULTIMOS COMUNICADOS DE JHON BERGER
"Extensas áreas que
alguna vez fueron lugares rurales las están convirtiendo en “zonas”.
Los detalles de este proceso varían según el continente: África,
América Central o el sureste asiático. El desmembramiento inicial,
sin embargo, siempre proviene de otra parte y es efectuado por los
intereses corporativos que dan rienda suelta a su apetito de más y
más acumulación, lo que significa apoderarse de los recursos
naturales (peces en el Lago Victoria, madera del Amazonas, petróleo
donde quiera que haya, uranio de Gabón, etcétera), sin importarles
a quién pertenezca la tierra o el agua. La explotación resultante
pronto exige aeropuertos, bases militares y paramilitares para
defender lo que se chupan, y la colaboración de los mafiosos
locales. Pueden ocurrir entonces la guerra tribal o intercomunitaria,
la hambruna y el genocidio. La gente de tales “zonas” pierde todo
sentido de residencia: los niños se vuelven huérfanos (aunque no lo
sean), las mujeres se vuelven esclavas, los hombres, desesperados.
Una vez que esto ocurre, restaurar sentido alguno de lo doméstico
toma generaciones. Cada año tal acumulación prolonga esa ninguna
parte, en tiempo y espacio.
Mes tras mes, millones
abandonan su tierra natal. Se van porque no hay nada ahí, excepto su
todo, que no ofrece lo suficiente para alimentar a sus niños. Alguna
vez lo hizo. Esta es la pobreza del nuevo capitalismo.
Después de largos y
terribles viajes, después de experimentar la bajeza de la que otros
son capaces, después de llegar y confiar en su obstinada e
incomparable valentía propia, los emigrantes se encuentran esperando
en alguna estación extranjera de tránsito, y entonces lo único que
les queda de su continente natal es su ser mismo: sus manos, sus
ojos, sus pies, hombros, cuerpos, la ropa que usan y aquello con lo
que se tapan por las noches para dormir debajo, ansiando techo". (Extracto de "Diez comunicados", texto de J. Berger, publicado en 2015)
El 2 de enero moría John Berger, marxista recalcitrante hasta el final, pero que, sobre todo, a mí me parecía un hombre bueno. Además de su profunda mirada sobre el arte, desde que lo descubrí, J. Berger me interesó por su permanente reflexión sobre el mundo rural y su análisis como programada extinción a cargo de la globalización capitalista. Pienso, como J. Berger, que la extinción del mundo rural tiene su máxima expresión como emigración forzada y constante, pero bien diferente a todas las emigraciones anteriores, una emigración que hoy sentimos como una constante derrota humana, que hoy alcanza una dolorosa dimensión universal en el cuerpo concreto de cientos de miles de emigrantes que buscan refugio desesperadamente. Es una derrota que en este tiempo del imperio globalizador nos involucra a todos como “pérdida del lugar”, como emigrantes potenciales que somos. Una desorientación generalizada, en la que el sentido del lugar y el sentido de la vida son “sentidos” que se funden en una misma carencia, en un mismo dolor, al tiempo individual y universal... esta es la pobreza del nuevo capitalismo, como decía J. Berger.
Sirva de personal homenaje y agradecimiento a la vida y obra de J. Berger este texto que recupera “El Viejo Topo”, “Diez comunicados”, que hablan de todo ésto.
http://www.elviejotopo.com/topoexpress/diez-comunicados/
Sirva de personal homenaje y agradecimiento a la vida y obra de J. Berger este texto que recupera “El Viejo Topo”, “Diez comunicados”, que hablan de todo ésto.
http://www.elviejotopo.com/topoexpress/diez-comunicados/
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