La plataforma creada en defensa de los concejos y las entidades locales menores, organiza una manifestación en León, el próximo 20 de octubre, en la que una vez más será escenificada una ceremonia de la confusión, ya clásica, en torno a los conceptos
de bien comunal y democracia.
Con tal convocatoria
y su correspondiente manifiesto, sólo puedo estar de acuerdo -y mínimamente- en la
defensa de los concejos, aunque sólo fuera porque son la huella histórica de
una forma genuina de democracia, la que tuvo su desarrollo en los siglos altomedievales, principalmente en los reinos de Castilla y León. Aquellos concejos
originales eran instituciones propias de las comunidades locales, no
constituidas por ningún poder externo a la voluntad colectiva de la propia
comunidad local. Ni el poder feudal ni el monárquico tenían la iniciativa
constituyente de los concejos, la tenía el propio pueblo, sin esperar a ninguna
legislación ajena, porque era su voluntad. Porque la vida en comunidad y el gobierno racional de lo
común así lo demandaban.