domingo, 28 de septiembre de 2025

SER CONTEMPORÁNEOS

 

 

Contemporáneo es quien percibe la oscuridad de su época (Giorgio Agamben)

  

¿Qué es ser contemporáneos? fue la pregunta que guió uno de los seminarios de filosofía que Giorgio Agamben (1) dictó en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia. En su definición de lo contemporáneo, plantea que se trata de una particular relación personal con el propio tiempo en que se vive, y que contemporáneo es quien teniendo la mirada fija en ese tiempo, más que sus luces percibe sus sombras.

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Junto a otros notables expertos en historia antigua, el alemán Christian Meier (1929) ha explicado que fue en la Atenas del siglo de Pericles (V a.C.) cuando tuvo lugar un cambio trascendental en el modo de definir la pertenencia social de los individuos. Si hasta entonces (el momento histórico que coincide con el orígen de la Democracia en Atenas) los individuos se incluían en la ciudad/estado (la polis) mediante su status social y, por tanto, con una gran diversidad de condiciones al interior de la misma clase dominante, constituida por “hombres libres”: grandes propietarios, comerciantes, campesinos, militares, sacerdotes, artistas, filósofos….con este nuevo modo de participación social (democracia) surgía el concepto de “ciudadanía” para definir esta especial relación social que denominamos como “política”. Pero siempre conviene recordar que ya en sus orígenes esta “política” de la democracia excluía de participar a las mujeres, a los extranjeros, a los sirvientes y a los esclavos, que constituían la mayoría de la población ateniense. Esta restringida participación “popular” tenía efecto en instituciones como la Ecclesia (la asamblea popular), la Bulé (o “consejo de los 500”) y la Heliaia (tribunal de justicia). En estas instituciones los cargos públicos eran temporales y. en su mayor parte, elegidos por sorteo.

Comparto con Giorgio Agamben que la vida humana no es política por sí, sino más bien pre-política, o mejor todavía, "impolítica". Y que lo político (de “polis”, ciudad) corresponde al orden de lo excepcional: eso que etimológicamente significa “excluir algo e incluirlo mediante su exclusión misma”. Por eso que la vida, impolítica por sí, sea excluida de la ciudad y mediante esta exclusión va a ser incluida y politizada...así, debe ser politizada para convertirla en fundamento del sistema político (el estado-nación-moderno).

Agamben ha definido muy bien el nivel estructural del “estado de excepción”, como la operación subterránea del poder que produce y articula la vida humana como “nuda vida”, esa cosa extraña que no hay que confundir con la vida natural, porque solo es la vida escindida de sí misma e incluida orgánicamente -ésto es la biopolítica- en el sistema de dominación.

Siguiendo la estela del filósofo romano, sostengo que en el mundo contemporáneo ”el estado de excepción”, que siempre fue una suspensión temporal, ahora está integrado como norma, se ha vuelto permanente e institucional, perfectamente integrado en el funcionamiento ordinario del poder político. El estado de excepción es, en palabras de Agamben, “la matriz oculta del orden político contemporáneo”, en el que la vida misma se convierte en objeto del poder.  

Oculta es, por ejemplo, la verdadera propiedad estatal de las tierras y demás “propiedades” incluidas al interior de las fronteras de todo Estado. Porque, sea cual sea la titularidad “legal” de las mismas, el Estado tiene reservado para sí un excepcional poder de expropiación -igualmente “legal”- sobre cualquier propiedad, lo que justifica mediante un supuesto “interés público” que solo puede ser determinado por el propio Estado, lo que da pie a erigirse en “propietario absoluto”, al tiempo que representante y defensor supremo de un "interés público” que de este modo queda perfectamente identificado con el interés del Estado.

Estos poderes absolutos, de excepción y expropiación, que definen al estado-nación-moderno, constituyen ese oscuro espacio de indeterminación entre la democracia y el absolutismo, tal como lo viene proponiendo Agamben (aunque éste lo refiere solo al estado de excepción): “Occidente ha construido un estado de excepción que no es una dictadura, sino un espacio vacío de derecho, un vacío jurídico, es decir, una zona de anomia en la cual todas las determinaciones jurídicas son desactivadas”, algo que viene a ser como una perversa e íntima solidaridad entre democracia y totalitarismo.

Pues bien, además del estado de excepción, yo añado también el “poder de expropiación”, vengo haciéndolo desde que estuve convencido de que el exclusivo derecho de propiedad, ejercido sobre la Tierra y el Conocimiento humano (lo que en su conjunto yo considero "comunales universales"), es la cuestión nuclear del orden político dominante, ya desde sus remotos orígenes neolíticos, que así extiende su excepcional y absoluto derecho de apropiación sobre todas las formas de vida, incluyendo la vida humana, lo que Foucault denominara “biopolítica”.

Nunca mejor que con ocasión de la última pandemia, hemos podido ser testigos directos, a escala de especie, del excepcional poder absoluto del estado-nación-moderno. Pienso que nuestras sociedades todavía no son conscientes de la real trascendencia histórica, de alcance universal, que tuvo la gestión del estado de excepción durante la pandemia de la Covid19, por la generalidad de los Estados. Ni tampoco es percibida todavía la conexión, que a mi entender se da, entre aquel estado de excepción generalizado y el auge actual del totalitarismo de extrema derecha en sus variantes neo-demo-fascistas. Estoy seguro de que en los próximos años se tendrá la perspectiva histórica suficiente, que pondrá en claro que esta coincidencia no es casual, por mucho que se quiera soslayar por quienes en su día se plegaron sumisamente a la burda aplicación del estado de excepción: a grosso modo o manu militari, pasando por encima de todo debate político y científico, en flagrante contradicción con los propios principios liberales del Sistema, y burlando tanto el método científico como el democrátrico.

Al respecto de esta pandemia, pienso que Agambén acertó en calificar al estado de excepción aplicado entonces como puro y ciego totalitarismo estatal, al tiempo que se equivocó, a mi entender, cuando calificó a la covid-19 como una gripe normal. En aquellos momentos de confinamiento, con la distancia social como norma, que acabó marcando mi propia vida en modo que nunca pude imaginar, me interesó mucho la “filosofía del contacto” que iniciara Agamben con una conferencia publicada a principios de 2020 en el sitio web de la editorial “Quodlibet”, que comenzaba así:

Dos cuerpos están en contacto cuando se tocan. ¿Pero qué significa tocarse? ¿Qué es un contacto? Giorgio Colli ha dado una aguda definición afirmando que dos puntos están en contacto cuando están separados sólo por un vacío de representación. El contacto no es un punto de contacto, que en sí mismo no puede existir, porque cualquier cantidad continua puede ser dividida. Se dice que dos entes están en contacto cuando no se puede insertar ningún medio entre ellos, es decir, cuando son inmediatos. Si entre dos cosas se establece una relación de representación (por ejemplo: sujeto-objeto; marido-mujer; amo-siervo; distancia-cercanía), no se dirá que están en contacto; pero si se pierde toda representación, si no hay nada entre ellas, entonces y sólo entonces se podrá decir que están en contacto”. Es una explicación con alto riesgo de abstracción, contra el que el propio Agamben propuso volver al punto de partida para interrogar a “ese sentido más humilde y terrenal que es el tacto”.

Así, continuaba esa conferencia diciendo que “mientras que con la vista no podemos ver nuestros ojos y con el oído no podemos percibir nuestra facultad de oír, con el tacto tocamos nuestra propia sensibilidad, al tocar y ser tocados. El contacto con otro cuerpo es, por lo tanto, a la vez y en primer lugar también contacto con nosotros mismos”.

Es así como mediante el tacto se genera algo parecido a un sujeto, que en los demás sentidos solo está supuesto en modo abstracto. Esto me pareció muy importante: nos experimentamos a nosotros mismos por primera vez cuando al tocar otro cuerpo, tocamos a la vez nuestra propia carne”. Por eso que en caso de abolir todo contacto, si se impusiera entre nosotros la norma de distancia social, no solo perderíamos la experiencia de otros cuerpos, sino, sobre todo, perderíamos toda experiencia de nosotros mismos: nuestra carne, nuestro propio cuerpo. Sí, porque en esta visión humanista del contacto humano, el sujeto es creado por la afección que recibe por su relación con otro cuerpo-sujeto. Se trata, pues, de una ontología radicalmente diferente: “si hubiera un sujeto de lo político sería aquel que es afectado por la relación entre los cuerpos”. 

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Del pensamiento de Agamben me interesan mucho sus reflexiones acerca de la revolución como “poder destituyente”, que él define no como una forma de abolición o de acción, sino como “la construcción de una forma-de-vida”. Se trata de la destitución de las obras del poder, de desobrarlo, no simplemente de su abolición. Si fuéramos capaces de pensar un poder como potencia puramente destituyente, llegaríamos tal vez a romper la dialéctica entre poder constituyente y poder constituido que ha sido, como ustedes saben, la tragedia de la Revolución”. De todas las revoluciones, hasta ahora, añado yo por mi cuenta.

Argumenta Agamben que “el poder denominado democrático se funda de hecho en la ausencia del  pueblo. Podríamos llamarlo "ademia", ausencia del demos o pueblo. La democracia que tenemos enfrente es algo que se tiene a través del mecanismo ridículo de la representación, que ha capturado la ademia, la ausencia del pueblo en su centro”. Y continúa: la verdadera anarquía no es nada más que la destitución de la anarquía del poder. Y es por ésto que nos sea tan difícil pensar la anarquía como autogobierno, porque al pensarla vemos lo que el poder hizo de ella: una guerra de todos contra todos, un puro desorden…”

A propósito de la construcción de una forma-de-vida destituyente, dijo Agamben que Tiqqun había desarrollado esta definición de manera muy interesante en tres tesis: 1) La unidad humana no es el cuerpo o el individuo, sino la forma-de-vida. 2) Cada cuerpo es afectado por su forma de vida como por un "clinamen", una atracción, un gusto. 3) Mi forma de vida no se relaciona con lo que yo soy, sino con cómo soy lo que soy. Y añadía Agamben, como esclarecimiento y a mayores de la definición de Spinoza (de los seres singulares como “modos” del ser), que  esta sustancia del ser no es más que sus modificaciones, su Cómo.

El “arjé” (del griego) refiere a ese principio fundamental o sustancia primordial de la cual se creía que todo lo que existe se origina y de la cual depende para su existencia. Según pienso, los filósofos presocráticos buscaban inútilmente este arjé para explicar el origen y la naturaleza del Universo, entendiendo que es el elemento que permanece a pesar de los cambios y que sirve de fundamento para toda la realidad. Así, tomando por ejemplo a filósofos presocráticos, Tales de Mileto creía que el arjé, como principio de todo, era el agua; Heráclitó pensó que era el fuego y Pitágoras pensó que el número es el fundamento de todo lo que existe.

A propósito del orígen o arjé, es digno de mención el pensamiento de Orígenes Adamantius (más conocido como Orígenes de Alejandría) (2) y su doctrina denominada “origenismo”, que afirmaba la preexistencia de las almas, anterior a la creación del Universo, y su evolución mediante la encarnación (tomando un “cuerpo”), teoría que fue rechazada por la Iglesia en el Concilio de Constantinopla, tachada como herejía. Según Orígenes, la “vida”, como proceso de encarnación, fue el modo de castigo divino por el pecado original de desobediencia, una especie de proceso disciplinario necesario para restaurar su original estado angélico o espiritual. Es este concepto de la vida como encarnación y castigo disciplinario lo que hace de Orígenes un filósofo contemporáneo del tiempo que le tocó vivir, a caballo de los siglos II-III, en plena decadencia del imperio romano. A diferencia de los filósofos cristianos de su época, Orígenes no pensó en un infierno eterno como castigo, más bien argumentaba que al final de los tiempos, todos se salvarían, incluso el mismo Satanás, considerando al infierno una fantasía humana contradictoria con el Evangelio.

Y antes que Orígenes, en el siglo previo a nuestra era, Tito Lucrecio Caro (99-55 a. C.) en su poema “de rerum natura” (de la naturaleza de las cosas) rechazaba las posiciones platónicas y pitagóricas acerca de la reencarnación y la inmortalidad del alma, entendiendo la muerte como “el fin de la capacidad de percepción”.

La idea religiosa de un Apocalipsis con Juicio Final se ha hecho contemporánea en modo de Colapso y Crisis sistémica. Pero no hay que olvidar su persistencia a lo largo de la historia humana. El mismo Agamben pone como ejemplo la carta del arquitecto del renacimiento florentino Filippo Brunelleschi, quien vivió de 1377 a 1446, en la que escribiera: «vivimos en una época en que todo se derrumba. En ninguna parte hay un talento a la vista». 

Así que la idea de vivir en un “permanente fin de los tiempos” parece ser una constante idea religiosa, concretamente cristiana, consistente en distribuir a la gente -tras el juicio final- según su grado de sumisión a la ley divina: unos al cielo y otros al infierno. Para ilustrarlo, Agamben ponía el ejemplo de un Santo Tomás para quien una de las grandes alegrías del paraíso consiste en disfrutar del castigo de los pecadores, poniendo este “entretenimiento celestial” en relación con el éxito actual del cine sanguinolento o “gore”. Y yo añado también a todos los espectáculos especializados en catástrofes, apocalipsis y distopías de todo tipo.

Parece que toda esta Cultura del Colapso sirviera de preparación a un futuro próximo en el que, como los portentosos indicios que ya contemplamos a diario en medios y redes sociales,  nos van  acostumbrando a la banalidad orgánica del mal, biopolíticamente atados a un  Estado habitual de  excepción y expropiación permanente...una sistémica y sostenible lucha de clases, crisis, colapso...distancia social y ausencia de comunidad al cabo. O sea, como en la pandemia.

Notas:

(1) Giorgio Agamben (Roma, 1942) es un filósofo contemporáneo, que acaba de cumplir 82 y que,como nosotros, está siendo testigo de la decadencia del último gran imperio, a caballo de los convulsos siglos XX-XXI: el imperio del occidente euroamericano, que con toda seguridad será mucho más efímero que el romano y que pasará a la Historia etiquetado como cristiano (como el imperio romano), además de liberal-burgués, colonial y capitalista.

(2) Orígenes Adamantius (Alejandría, c. 184-c. 253) fue un filósofo, cristiano y hereje, que vivió a caballo de los siglos II-III de nuestra era, siendo testigo directo del comienzo de la decadencia del imperio romano que fundara Augusto César en el 27 a.C. y que colapsaría en pleno siglo V, cumpliendo así cerca de 500 años de existencia.

lunes, 15 de septiembre de 2025

UN CONCIERTO EN SANTA MARÍA DE LOS REDONDOS

  

El pasado sábado nos fuimos por la tarde hasta Santa María de Redondo, aldea de apenas 40 habitantes, situada al fondo del valle glaciar de Los Redondos, ese rincón precioso de La Pernía, en la comarca de la Montaña Palentina, con el propósito de asistir a un concierto de “The Duallists”. Despertó nuestro interés, además de volver a disfrutar del valle, el nombre del grupo musical anunciado, “The Duallists", que cuando busco su significado, resulta que refiere a una novela de ciencia-ficción que trata sobre un conflicto en una mina lunar y los secretos ocultos de su tecnología.

Al llegar no vimos a nadie, estaban las calles vacías, solo dos caballos sueltos deambulaban por medio de la calle principal y tres mastines cabezones y mansos que nos acompañaron desde al aparcamiento hasta la románica iglesia del pueblo, mientras sonaban las campanas llamando al concierto. 

Nos encanta este Valle de Los Redondos, donde el río Pisuerga brota desde el fondo de una cueva catedralicia, sin exagerar, la nombrada Cueva del Cobre situada al abrigo de las altas peñas del macizo de Peña Labra, perfilado también por los altos del Cuchillón y del pico Tres Mares, cumbre ésta así denominada porque en sus faldas nacen aguas que van a parar a las tres grandes cuencas hidrográficas -cantábrica,atlántica y mediterránea- de la península ibérica. Y tras disfrutar una vez más del maravilloso paisaje, que ya presagia un otoño amarillo, allí asistimos a dos descubrimientos, de verdad contradictorios, sin salir de aquella pequeña iglesia de la Asunción:

1. Una brillante actuación musical del dúo gallego "The Duallists" (violín y guitarra) con la que disfrutamos las pocas personas, unas treinta, que son las que aún quedan en el valle tras el paso de Agosto, más unas pocas, como nosotras, llegadas de pueblos cercanos. Dos buenos músicos que nos alegraron la tarde con su luminosa música de folk y blues que, además, tuvieron el detalle de tocar una pieza en homenaje a la gente solidaria que sigue protestando contra el genocidio que está cometiendo el Estado de Israel para aniquilar al pueblo palestino...buena música, mientras se escuchaba de fondo, afuera del templo, el ladrido de tres pacíficos mastines.

2. Por quienes presentaron el concierto supimos que la organización se debía a un programa cultural denominado “Dinamizartj” (1) que subvencionaba la actuación de “The Duallists” (2) en Santa María de Redondo y que enseguida averigüé -a través de su propia web- que forma parte de la Red Cultural del Instituto para la Transición Justa (ITJ), gestionado por la Fundación Ciudad de la Energía (CIUDEN). Ambas entidades son a su vez dependientes de la Secretaría de Estado de Energía del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO)”...o sea, dependientes del mismo ministerio que nos quiere hacer creer que es “ecológico” y “justo” sacrificar a las zonas rurales llenándolas de polígonos industriales repletos de placas solares y descomunales molinos de viento, junto a plantas de biogás, macrogranjas de cerdos, que anticipan la construcción de grandes plantas de hidrógeno verde, que le pondrán la puntilla al “reto demográfico”que ya sabemos consiste en expulsar del territorio rural a la escasa población todavía resistente.

Tras la despedida de la gente conocida, la tarde se ofrecía plácida, expléndida y “redonda” en aquel paisaje magnífico, mientras por delante nuestro varios caballos cruzaban la carretera procedentes de las praderas junto al río, justo bajo las Peñas del Moro. De regreso a casa, todo iba encajando en su desorden sistémico: unos músicos gallegos de nombre inglés, “The Duallists”... un programa cultural denominado “Dinamiz-artj” dedicado a la práctica del “Greenwashing” o Lavado Verde: de un ministerio de ciencia-ficción que ni sabe donde está Santa María de Redondo, ni eso le importa más que el reto demográfico, las energías limpias y la transición justa, todo junto.

Notas:

(1) https://dinamizartj.com/que-es/

(2) https://www.instagram.com/the_duellists_duo_/

jueves, 11 de septiembre de 2025

ANTES QUE NADA, EL COLAPSO DEL SISTEMA ES UN ATASCO EVOLUTIVO

 

Una plaza en la ciudad de Prayagraj, India (foto NG)


Nuestra especie creció muy lentamente durante las épocas prehistóricas, hasta alcanzar la cifra aproximada de 250 millones de humanos a comienzos de nuestra era. La población humana creció con el desarrollo de la agricultura y el comercio, y aunque durante los siglos medievales las hambrunas y la peste negra limitaron el crecimiento demográfico,  aún así, a comienzos del siglo XIX la población mundial se calcula que alcanzaba ya los 1.000 millones de habitantes. En solo 30 años se duplicó esta población, con un crecimiento exponencial que en 2022 sobrepasó los 8.000 millones de humanos.

Se estima que la población humana, actualmente repartida en 195 Estados, continuará creciendo, aunque con ritmo más lento, hasta superar los 9.000 millones en 2037, llegando a casi 11.000 millones de habitantes en 2100. En lo que va de año, el crecimiento demográfico anual supera los 48 millones, que es una cantidad similar a la actual población del Estado español. Solo entre los dos Estados más poblados -los de India y China- reúnen un tercio (2.800 millones) de la población mundial, con densidades de población muy diferentes  que, sin embargo, no son de las mayores: 450 hab/Km2 en India y 150 hab/Km2 en China. La población mundial ya es mayoritariamente urbana, concentrada en grandes aglomeraciones superpobladas, de las que más de 500 superan el millón de habitantes. Entre éstas, hay diez por encima de los 20 millones de habitantes: Tokio-Japón (37), Delhi-India (33), Shanghai-China (29), Daca-Bangladesh (23), Ciudad de México (23),Sao Paulo-Brasil (22), El Cairo-Egipto (22), Pekín-China (22), Bombai-India (21), Osaka-Japón (20).

Durante los últimos cinco mil años, todos los humanos hemos vivido en territorios pertenecientes a un Estado, desde que se creara el primero en Mesopotamia, en los prehistóricos tiempos de la denominada Edad de Piedra o Neolítico (entre los años 10.000 y 3.000 a.C.). Se cumplen, pues, cinco mil años del inicio simultáneo de la Historia y del Estado, a partir de aquella  revolución neolítica que promoviera una nueva forma de vivir, sedentaria y urbana, que diera lugar a la especialización del trabajo y a los primeros asentamientos fijos, encuadrados bajo el dominio territorial y militar de un Reino, siendo esta forma de gobierno monárquico la original de todo Estado.

Todo ello fue sucediendo a consecuencia del cambio radical que supuso el dominio de la agricultura y la ganadería, seguidos de la creciente complejidad “institucionaldel nuevo orden social, estatal y propiamente neolítico: propiedad (privada y estatal), herencia, patriarcado, esclavitud, ejércitos, policías, comercio, mercado, banca, hacienda, empresas, partidos, sindicatos, trabajo servil, esclavo y asalariado, parlamentos, dictaduras, provincias, municipios, democracias representativas...hasta llegar a un punto actual, en que ya no queda un mínimo resquicio de la vida humana que, de una u otra forma, no esté intervenido por los Estados, incluso por los más "liberales".

Conviene precisar que aún hoy se sigue situando el origen de la democracia en la antigua ciudad griega de Atenas, ciudad-Estado bajo el gobierno de Solón en el siglo VI, cuyo sistema de gobierno “asambleario” sería perfeccionado por Pericles en el siglo siguiente (V a.C), pero que seguía considerando un “demos”, pueblo o sujeto soberano igualmente excluyente de mujeres, sirvientes, esclavos y de todos los nacidos fuera de Atenas... o sea, un “pueblo soberano” integrado solo por una mínima élite de “notables”. Así, la “política” (los asuntos concernientes a los habitantes de la “polis), ya desde sus orígenes comenzó siendo una actividad exclusiva, reservada a “políticos” profesionales (propietarios, patronos, sacerdotes, militares e intelectuales), una actividad propia de clases superiores y una forma de gobierno vertical, a la que la mayoría de la sociedad solo puede asistir, hoy como en el siglo V a.C., en calidad de clientela electoral, subordinada y espectadora, o bien permanecer al margen, como "idiotes" desinteresados.

A pesar de tan nefasto expediente histórico del Estado y su “indemocracia”, todavía hay Naciones-Sin-Estado que en nombre de esa no-democracia aspiran a tener un Estado-Nación como aparato de gobierno propio. Todas estas “supuestas naciones” (1) están asociadas a la UNPO, Organización de Naciones y Pueblos No Representados, fundada en 1991 en La Haya (Países Bajos), una organización internacional cuyos 46 miembros son pueblos indígenas, minorías y territorios Sin-Estado, que se consideran “no soberanos y ocupados por otros Estados”.

Tal es la “naturalidad” del Estado y la costumbre de vivir en una Tierra compartimentada en parcelas de propiedad privada y en fronteras estatales, en medio de sociedades fragmentadas en clases y gobernadas por oligarquías, que para la inmensa mayoría de humanos no cabe pensar en otras formas de organizar la vida en sociedad, teniendo que asumir la inversión conceptual que convierte a las oligocracias estatales en “democracias representativas”. Hablamos de un orden estatal tan “natural” y “primitivo” como el orden jerárquico/propietarista, territorial y machista, que predomina entre la generalidad de sociedades animales, en esa mayor parte de la Naturaleza que consideramos como “salvaje”.

 

La idea apocalíptica, de vivir en un “final de los tiempos”, parece ser una constante de nuestra especie. Recientemente leí que Filippo Brunelleschi, arquitecto del renacimiento florentino que viviera a caballo de los siglos XIV y XV, acerca de su época dejó dicho:vivimos en una época en que todo se derrumba. En ninguna parte hay un talento a la vista”. Y ahora mismo, hay quienes, como Walter Benjamin, consideramos que el estado de catástrofe no está al final de los tiempos, que “la catástrofe es que todo siga así”...es esta sensación de callejón sin salida o, mejor, de estar caminando en círculo, a toda prisa y sin avanzar, como haciendo girar una enorme jaula de hamster en cuyo interior caminamos sin movernos de un mismo punto, que a la vez es de partida y destino.

Sostengo que a escala de “especie homo” estamos atrapados en un atasco evolutivo que dura no menos de cinco milenios, desde que hicimos aquel radical cambio de vida, de nómadas/cazadores/recolectores a sedentarios/urbanos/agricultores/ganaderos/comerciantes/industriales...en el tránsito de la Edad Antígua a la de Piedra o Neolítico, para la que me apresuro a proponer una nueva denominación, como “Era de la Propiedad”, que me parece más idónea y  a la altura de los tiempos que corren, cuando vamos teniendo sobrado conocimiento científico y perspectiva histórica para justificarlo.

Que un animal que vive en manada y ocupa un territorio, utilice su orina para marcar sus límites, parece un gesto natural y normal en el contexto de una competencia salvaje por el dominio/propiedad de ese territorio, que le sirve al animal para asegurar el alojamiento, alimento y reproducción de su manada...y a los machos, además, para marcar su dominio reproductivo y genético...todo eso es lo que hace “normal” la salvaje “naturalidad” de las sociedades animales más primitivas. Así, de la Marca de Orina al actual Registro de la Propiedad solo hay un cambio de instrumento...sí, porque su significado sigue siendo el mismo,  lo que permite a los machos de la manada afirmar que son de mi propiedad la tierra y las hembras contenidas en mi marca de orina”.

Ese principio animal de propiedad  pudo tener diferentes causas a lo largo del tiempo: porque mi clan o manada llegó primero, porque pude  tomar mi parcela por la fuerza, o porque tenía dinero suficiente para comprarla…en todo caso, acabó siendo necesaria la institución de un “Registrador de la Propiedad” con suficiente autoridad (religiosa, legal, militar o una combinación de todas esas facultades), a partir de una alianza institucional de  propietarios, sacerdotes y guerreros (o sea un Estado), con Leyes y Fuerza bruta suficientes para hacer valer, como la marca de orina,  ese nuevo derecho neolítico de Propiedad (privada y estatal). Recuerdo que "pública" equivale a estatal y que la "comunal" es una forma de propiedad comunitaria, perfectamente incompatible  con la propiedad privada como con la estatal. A quienes defienden con vehemencia la propiedad de la tierra como condición de libertad, les recuerdo que el auténtico propietario de la tierra es quien tiene el poder de expropiación, que es el Estado.   

Todo esa larga historia de  propietarismo primitivo  pudo ser “normal” y "natural" en tiempos en que la Tierra conocida parecía “plana e ilimitada” en todas sus dimensiones; cuando bastaba ir un poco “más allá”, plus ultra, por tierra o por mar, para encontrar nuevos lugares deshabitados u ocupados por pueblos indígenas aún más primitivos, donde poder establecerse tomando el nuevo territorio en Propiedad. 

Pues bien, más de cinco mil años han sucedido, día tras día, desde la fundación de los primeros Estados-ciudad  en las llanuras fértiles de la antigua Mesopotamia (el llamado Creciente Fértil)...y ni la sofisticada complejidad tecnológica/industrial, ni las últimas tecnologías algorítmicas que hacen posible la Inteligencia Artificial en los modernos Estados-Nación-Capitalistas surgidos de la revolución burguesa del siglo XVIII...nada puede borrar el rastro de aquella primera orina animal que permanece fósil en los libros de todos los Registros de la Propiedad, la misma orina que avanzado el siglo XXI le sigue sirviendo a nuestra especie, como a la mayoría de especies animales, para marcar su territorio y hacer valer su salvaje “derecho de propiedad" sobre la Tierra Común,  sobre el  Conocimiento Humano y sobre las Vidas Ajenas.

Por eso que en lo sustancial, me parece a mí que ese “orden salvaje/natural” no ha variado significativamente durante los últimos cinco milenios que cumple la historia de nuestra especie, que sigue fundando su orden social sobre el mismo instinto salvaje de propiedad territorial y reproductiva que sirviera de justificación a la institución sistémica del dominio social (Propiedad/Patriarcado/Estado) que sigue siendo la forma impolítica e indemocrática de una civilización jerárquica que aunque genéricamente la tildemos como “capitalista”, con mayor precisión científica, tendríamos que denominarla, indistintamente, como "primitiva",  “propietarista”, “patriarcal” o “estatista”.

A mi entender, ésta es la gran anomalía de la evolución humana, la que retiene a nuestra especie en su estatus animal más primitivo, con una carga letal, autodestructiva, de desequilibrios ecológicos y morales, de incongruencias y contradicciones que nos sitúan en un desconcierto existencial que ya es predominante a escala individual y de especie, como  un desperdiciado espacio de siglos y oportunidad evolutiva, perdidos entre un gigantesco avance tecnológico y un raquítico desarrollo moral y político.

Si los siglos XIX y XX fueron los del intento de una revolución social fundada sobre la confrontación de clases (burguesía/proletariado), la próxima revolución, que no podrá dilatarse más allá de este siglo, no podrá ser pensada como otro intento más. No, porque ya no queda tiempo para seguir pensando la ecología y la democracia como objetivos o “finalidades”, sino más bien como “principios”. De ahí que yo piense que será una revolución ecosocial en su integridad, radicalmente comunal y democrática,  necesariamente destituyente, a la vez que constituyente. O no será.

 

PD: Tengo pleno convencimiento de que antes de que finalice este siglo, a escala de especie será declarada la propiedad comunal-universal de la Tierra y del Conocimiento humano, lo que marcará el inicio de una nueva civilización racional, simbioética y democrática por principio, superadora del actual Estado salvaje que nos retiene en un ya milenario Atasco evolutivo. En consecuencia, entiendo que la revolución integral necesaria, lejos de ser una cuestión de izquierdas o derechas, es de racionalidad y supervivencia, o sea: una cuestión de especie.


Nota: 

(1) Digo “supuestas naciones” porque entiendo que el concepto “nación” es un invento-necesidad del Estado. Como dice la frase atribuida al emperador Napoleón: “ya tenemos el Estado francés, ahora hay que crear la Nación francesa”, significando que tras la Revolución Francesa se habían establecido las estructuras de un Estado moderno y centralizado, pero que aún faltaba consolidar una identidad y un sentimiento de “unidad nacional”. Para mí, “nación” es un concepto cultural y prepolítico, ya que entiendo por nación el vínculo que une a la gente que habla una misma lengua materna (la que adquiere de nacimiento o nación). Así, por ejemplo, entiendo la nación castellana como la comunidad integrada por el conjunto de hablantes cuya común lengua materna es la castellana, cualquiera que sea el territorio en el que habitan.

lunes, 1 de septiembre de 2025

UN 10 DE SEPTIEMBRE MÁS

Carteles de dos de los colectivos convocantes de la movilización

 

Conviene prestar atención a las revueltas que suceden en Francia, porque por experiencia histórica sabemos que tienen gran repercusión directa en el resto del continente,  y especialmente a este lado de los Pirineos.  Para el próximo 10 de este mes está convocada una movilización popular -con huelga general incluida- que comenzó a fraguarse en el pasado mes de julio, por iniciativa de un colectivo ciudadano autodenominado "Bloquons tout" (Bloqueemos todo), que viene circulando masivamente por las redes sociales desde julio. 

Esta movilización popular recuerda  al movimiento de los Gilets Jaunes (Chalecos Amarillos) de 2018, con la misma voluntad de pasar por encima de las organizaciones políticas y sindicales tradicionales. Los orígenes exactos de esta convocatoria son muy imprecisos, las primeras convocatorias circularon por las redes sociales ya desde el 14 de julio, día de la fiesta nacional francesa,  antes de cobrar impulso con la creación de un sitio web dedicado y un canal de Telegram. En ese sitio (https://bloquonstout.fr/) se dice que "no hay un sitio oficial, este movimiento es descentralizado". Y a continuación sigue una lista de sitios web que están federados en torno a la misma convocatoria, si bien, es cierto que entre los convocantes hay grupos políticamente opuestos entre sí:

De entre los cientos de carteles dedicados al 10 de septiembre, he hecho una mínima selección representativa: 


 

"No queremos sufrir su crisis. Queremos cambiar de rumbo, para bien, con y para la gente", dice la llamada del 10 de septiembre en la web del colectivo "Taller de ecología social y comunalismo" (https://ecologiesocialeetcommunalisme.org/es): "...¿Y si ahora tomásemos de una vez las riendas de nuestro destino? A partir del 10 de septiembre, hagamos germinar asambleas populares por todas partes. ¡Viva la Comuna! ¡Viva la democracia directa!"

Sabemos que cientos de asambleas locales han venido preparando este alzamiento popular  del 10S y están empezando a organizarse en todas partes para decidir qué objetivos son los más significativos a nivel general y cuáles los específicos para este 10 de septiembre.

Durante los últimos cinco años, otro de los grandes colectivos convocantes, el movimiento ecológico radical denominado "Les soulevements de la terre" (los alzamientos de la tierra, https://lessoulevementsdelaterre.org) han fortalecido las luchas localizadas buscando maneras de actuar directamente: "cómo ocupar, bloquear, desarmar o desmantelar proyectos mortales e industrias tóxicas. Si hemos podido llevar a cabo victorias tácticas territorialmente ubicadas y ayudar a retrotraer los planes para la artificialización de la tierra, los megaproyectos industriales o las nuevas carreteras, también sabemos que no habrá una victoria más profunda sin una dinámica de insubordinación al sistema capitalista".

Figuras políticas como Jean-Luc Mélenchon han prestado su apoyo al movimiento, mientras que varias federaciones de la CGT han convocado oficialmente una huelga para esta fecha simbólica del 10 de septiembre, coincidente con el inicio del curso escolar. En un giro estratégico significativo, Manuel Bompard, coordinador nacional de LFI (La France Insoumise), pidió oficialmente a los militantes de su partido que "se pusieran al servicio de este movimiento", lo que marca su  acercamiento a una movilización nacida inicialmente al margen de los canales políticos tradicionales. 

Admiten compartir las reivindicaciones planteadas por "Bloquons tout": aumento salarial, defensa de los servicios públicos y lucha contra la austeridad. Esta estrategia recuerda al anterior intento de LFI de recuperar el movimiento de los Gilets Jaunes en 2018  y el deseo del partido de captar la fuerza política de esta creciente y espontánea ira popular, que consideran justificada, aunque "carente de organización y  estrategia". Así han justificado su apoyo al 10 de septiembre: "frente a la política del Gobierno, necesitamos la movilización social, no podemos conformarnos con una batalla legislativa".

Estaremos atentos a este 10 de septiembre y sus posibles repercusiones en un contexto internacional de máxima irrelevancia política de la Unión Europea en asuntos tan importantes como el genocidio israelí en Gaza o la guerra territorial en Ucrania. Es un proceso de decadencia europea que a mí me parece proporcional a la propia decadencia e irrelevancia de las izquierdas que a escala global, no solo europea, están a punto de perecer arrasadas por el tsunami ultraliberal y neofascista que se ha propuesto liderar el colapso ecosocial que el propio sistema estatal/capitalista ha generado. 

Mi tesis al respecto es que la Bestia estatal/capitalista se ve a sí misma desatada tras el  último periodo de "progresismo liberal", que tiene su parte izquierda prácticamente neutralizada y desarticulada en múltiples facciones identitarias, ya puramente reaccionarias, sin iniciativa propia, carentes de proyecto y estrategia. 

Sin competencia, la Bestia no ve la  necesidad de andarse con más contemplaciones "democráticas", ante un futuro decididamente transhumano e hipertecnológico que  le permite pensar en un orden mundial de Bloques estatales cuyo interés común es puramente económico,  ya sin tapujos ideológicos e  integrando abiertamente la guerra como parte de sus propias estrategias de competencia en un Mundo/Mercado bruto y carente de ética, a imagen de la selva donde todo vale. Hemos entrado de lleno en un clima de guerra global-total y resulta que nos ha tocado vivir en la parte de ese  mundo/mercado que corresponde al  "bloque  capitalista occidental", de naciones-estado ahora alineadas tras el liderazgo  demofascista del actual gobierno  republicano de los EEUU. 

Aunque haya logrado deshacerse de la competencia ideológica por su parte izquierda, no se dan las condiciones para ese "futuro perfecto" que sueña la Bestia capitalista. No, porque su derrumbe ya ha comenzado y se va a acelerar vertiginosamente a medida que se vayan agotando las reservas de petróleo y este combustible alcance un precio inasumible en los mercados. Ya nadie parece acordarse de que sin petróleo hubiera sido imposible la civilización capitalista nacida de las conquistas coloniales y del consiguiente auge del comercio global (también de esclavos) a partir del siglo XV. 

La única ecuación que puede salvar el sueño de la Bestia (de un futuro capitalista "perfecto"), pasa por un genocidio sistémico que acabe con  la mitad sobrante de una población mundial no cotizante, ya innecesaria para la producción y a la que ni el Estado ni las Empresas podrán dar empleo, ni pagar una "renta universal" de beneficencia estatal. 

El colapso de esta civilización está cantado, predeterminado por sus propias e irresolubles contradicciones. No es posible detenerlo, al igual que sucede con el cambio climático, el colapso  de la civilización capitalista es irreversible.  Lo posible y más urgente es prepararse para atravesarlo en las mejores condiciones posibles, para que la extinción sea mínima, e ir ensayando las condiciones necesarias para un nuevo Mundo Común, que yo no puedo imaginar mientras siga vigente un "derecho" salvaje de apropiación y comercio sobre los comunales universales, de la Tierra  y el Conocimiento humano. 

Los "partidos" surgidos de la revolución burguesa del siglo XVIII están todos incapacitados  para la revolución integral que hoy es necesaria. Lo certifica una experiencia histórica de casi trescientos años de "partidos", de quinientos años de "capitalismo" y cinco mil años de "estados". Unos (derechas), por sus  salvajes principios de jerarquía, propiedad y depredación. Y otros (izquierdas), por reducir a la condición de "objetivos", teóricos y quiméricos,  a principios que debieran ser básicamente prácticos: sociedad sin clases, democracia  real, inteligencia ecosocial...

Mientras ésto siga ASÍ, las comunas "republicanas" constituidas a partir del 10S en la república francesa, serán tan fallidas como las comunas estatales creadas por la república de Venezuela.