lunes, 4 de noviembre de 2024

EN RECUERDO DE KARLOS LUCKAS


Su nombre de pila era Enrique Alvarez Carrillo y murió hace unos días en su ciudad natal de San Cristóbal de la Laguna (Tenerife), tras pasar una larga enfermedad. Le conocí personalmente en 2015, en Miraflores de la Sierra (Madrid), con ocasión del primer encuentro abierto a personas próximas a la corriente de la “revolución integral”, cuyo integrante más conocido es el escritor Félix Rodrigo Mora. La imagen de la derecha corresponde a dicho encuentro y ahí se le ve -con sus gafas oscuras de siempre- entre Jorge Rulli (pelo blanco) (1) y Felix Rodrigo (camisa de cuadros) (2).

En ese primer encuentro, ambos intervenimos en un mismo bloque de ponencias dedicadas a la estrategia. Enrique presentó su ponencia titulada Estrategias y tácticas para la Revolución Integral”, la mía fue Organización del movimiento y anticipación de la democracia: concejos y comunas ahora”.

Además de escribir, Karlos Luckas mantenía una modesta editorial (Potlach) y en 2020 me ofreció la publicación de un libro mío que reuniera mis textos publicados en "El blog de Nanín" durante ese año, el de la pandemia. Al libro le puse el título de “2020. Hay Andancio” y le pedí a Enrique que escribiera el prólogo. A partir de entonces mantuvimos una frecuente correspondencia, intercambiando propuestas de lecturas, además de comentarios en torno a la evolución de la corriente de la revolución integral, respecto de la que compartíamos una misma preocupación por su deriva personalista, a mayores de otros errores ideológicos y estratégicos. Ambos compartíamos una misma admiración por la obra de Murray Boochin, Abadullah Ocalan y David Graeber.  

Su último e-correo, unos pocos días antes de morir, fue para enviarme un texto en pdf que era una traducción al castellano que Enrique acababa de hacer sobre la última obra de Abdullah Ocalan, el lider kurdo del PKK (Partido del Trabajo del Kurdistán). A los dos días, por correo postal, me envió también el libro impreso: La sociología de la libertad. Manifiesto por una civilización democrática (volumen III)”.


En su último mensaje decía: “como sabes, llevo ya años estudiando la obra de Abdullah Öcalan, y unos de sus últimos textos, que de alguna forma sintetiza toda su obra abordando temas desde la arqueología, la antropología, la sociología, historia, economía, filosofía y política, en definitiva se podría considerar como una “nueva teoría de la revolución”, y desde mi punto de vista tiene una significación histórica, aunque, lógicamente con las limitaciones, producto de una reflexión realizada en prisión donde se encuentra recluido desde el 15 de febrero de 1999, y sin apenas medios de consulta y lectura, lo que hace que tengan aún mayor mérito sus reflexiones. Pero lo más decisivo, entiendo, es que tomando como referencia las reflexiones claves de los últimos decenios, entre otros, de David Graeber, y sobre todo del gran texto de Murray Bookchin “La ecología de la libertad”, ha sido capaz de plantear una renovada cosmovisión realmente transformadora y superadora del proletariado marxista y anarquista fraguados en el siglo XIX, adecuando a nuestra época histórica un renovado análisis de conjunto, que tiene el valor de plantear de forma muy crítica con las doctrinas proletaristas y modernistas, la mayoría de los elementos claves de la estrategia general en favor de una renovada alternativa revolucionaria adecuada a una nueva época histórica que ha de iniciarse, inevitablemente, más temprano que tarde, en el sentido de la superación del caótico mundo que vivimos, ya casi en vías de extinción, provocado claramente por los paradigmas dominantes de la modernidad estatal capitalista.

Estoy convencido de que ésta será una reflexión de dimensiones históricas y por ello he hecho el esfuerzo de preparar una edición en español de este texto e imprimir unos cuantos ejemplares con bastante calidad, edición que todavía no existe en español. Por tanto, lo ofrezco a aquellos amigos que puedan estar interesados en estudiar esta magnífica obra…”


De profesión marino mercante, Karlos se licenció en Ciencias Políticas y durante años formó parte del nacionalismo canario más radical, adscrito a la doctrina marxista leninista-maoista hasta los años 90. Tras una profunda transformación de sus convicciones, realizó una reflexión sobre teoría y acción política que le llevó a impugnar ese conjunto de creencias, apostando por una renovada concepción de la revolución, como acto de transformación integral en que, para ser auténtica ha de superar la cosmovisión de la modernidad respecto de muchas cuestiones, pero sobre todo en lo referente al Estado, la Nación y la Revolución. 


Su muerte ha frustrado nuestro pendiente encuentro en Canarias, previsto para este invierno. Siento un hueco enorme por su pérdida y en este trance no se me ocurre mejor forma de mostrar mi profunda admiración por su persona y por su obra, junto a mi agradecimiento por su generosa amistad, que hacer una breve reseña de sus libros, que estoy seguro van a ser más leídos y consultados en los próximos años. 

UN ESBOZO PARA EL ANÁLISIS DE LA ÉPOCA. No es posible hoy plantearse seriamente la idea misma de Revolución sin cuestionar, impugnar y superar la concepción del mundo heredada de la modernidad. En ello consiste precisamente el fondo de esa advertencia: las primaras cosas, primero. Saltar la orilla es un esbozo, una reflexión, un planteamiento y unas ideas de cómo debemos pensar un nuevo paradigma para una nueva época histórica. Saltar la orilla es profundizar en el otro aspecto de la contradicción, dejar atrás los errores del pensamiento revolucionario del pasado, de su época moderna. Saltar la orilla es reflexionar sobre las ideas primeras, sobre el pensamiento esencial, sobre el sentido de la vida y de la historia capaces de hacernos humanos.

EL PENSAMIENTO REVOLUCIONARIO HOY. Estas reflexiones vienen a tratar sobre cómo, en el momento presente, es de vital urgencia centrar la lucha de ideas entre lo correcto y lo erróneo, en el seno del Espacio de Reflexión por una revolución integral. La cuestión es muy clara, o el proyecto revolucionario de nuevo tipo, o integral, se desprende de la herencia de la cosmovisión de. la modernidad, más concretamente de la hebra proletarista dominante, o no hay revolución. Se abordan en él varias cuestiones transcendentales: la autoconstrucción del sujeto, la persistencia del jacobinismo en la izquierda, la teoría de la revolución y la cuestión de la estrategia, desde una renovada perspectiva de transformación integral.

REFLEXIONES DESDE LA TRINCHERA. La recopilación de textos firmados por Karlos Luckas, tiene la finalidad de presentar, de forma agrupada, la mayoría de los trabajos que se han ido publicando sobre todo en el Blog CONCIENCIA, LIBERTAD Y REVOLUCIÓN INTEGRAL a lo largo de los últimos años. 

La idea que anima esta decisión no es otra que ofrecer de forma agrupada, diferenciando por materias, lo que ha sido el nivel de reflexión que ha desarrollado en estos años y que abarca cuatro apartados: tesis políticas, "cuestión nacional", filosofía y cultura y situación internacional. ¿Por qué ahora? Porque la actual crisis sistémica, con el desmoronamiento de las instituciones claves del Estado-nación-moderno-capitalista-español (con la crisis de lo humano, de la economía, de la política y de las condiciones de vida del conjunto de comunidades y pueblos del Estado), hace que sea una necesidad inmediata comenzar a levantar un proyecto comunitarista de revolución integral que sea capaz de ofrecer estrategias y tácticas adecuadas al momento presente.

NACIONALISMO Y REVOLUCIÓN. EL ESTADO-NACIÓN Y EL PARADIGMA DE LA REVOLUCIÓN INTEGRAL

Este libro, el más voluminoso, es la obra principal de Enrique Alvarez Carrillo, que incluye seis ensayos relacionados entre sí, pero editados en seis libros diferentes que se pueden leer por separado.

1. Notas autobiográficas de un rebelde. En realidad, estas notas no tenían la intención de ser publicadas, pues, en realidad, constituían, digamos, materiales de referencia vital, a fin de encajar en la motivación del análisis, un factor de experiencia personal, de necesidad vital de esclarecimiento, puesto que, en la larga militancia vivida, en mí siempre estuvo presente la duda respecto de la veracidad de las doctrinas que defendía con “uñas y dientes”, esencialmente nacionalistas y marxistas. Era pues, una necesidad vital. Y además, un paso previo, para situarme en la disposición adecuada para afrontar la reflexión que durante años y años vengo realizando, en solitario, sobre estos temas centrales de la Revolución. Luego, con algunos consejos, como los aportados por Félix R. Mora, consideré apropiada su exposición pública, con muchas reservas, claro, porque en ellas voy desgranando aquello que considero fueron piezas de la composición de mi conciencia. Para mí, estas notas tienen un contenido reflexivo personal, para el lector será un cuadro sociológico pintado por un protagonista de los hechos narrados respecto de una situación histórica concreta y de una época determinada.

2. El nacionalismo como filosofía política del estado moderno. Este primer libro tiene para mí una significación muy especial, pues representó realmente la reflexión principal, en tanto que fue la que me permitió dar el salto cualitativo, a nivel reflexivo, y salir de la cosmovisión de la modernidad sobre el conjunto de cuestiones de la llamada “teoría social”. La reflexión sobre la naturaleza real de la filosofía política de la modernidad, del nacionalismo y del Estado, partiendo desde sus mismos orígenes, reflexiones y conclusiones de los intelectuales que fueron durante siglos, desde el inicio mismo de la Ilustración, diseñando el complejo edificio de una construcción ideológica que tantas repercusiones políticas, económicas y militares ha tenido en los últimos 400 años. En síntesis, de lo que se trata es de superar el paradigma de la modernidad, requisito esencial para poder aproximarse a un análisis bastante más realista de las cuestiones relacionadas con un nuevo Proyecto de Transformación Revolucionaria. Sin ese paso, no es posible avanzar lo más mínimo.

3. Hispania, Estado, Nación. Directamente, desde una perspectiva estratégica, no es posible avanzar si desconocemos la historia de la configuración de esa maquinaria de violencia y poder que es el vigente Estado-nación-moderno-capitalista-español. Decenas de cuestiones claves van a depender de ello, como es lo esencial de la llamada “cuestión nacional”, de la configuración definitiva de las actuales comunidades y pueblos incluidos en el Estado por la fuerza, la modalidad del sistema político de dictadura, de tipo “representativa”, y el carácter de los partidos políticos, de la transición del antiguo régimen a la modernidad, en los decisivos siglos XIX y XX. Era necesario, pues, romper con la visión “imaginada” de “nación” que comparte el nacionalismo opresor español y el llamado de las “naciones oprimidas”. La estructura de clases actual, por cada territorio, el carácter del capitalismo desarrollado, la peculiar conformación de “desarrollos” desiguales entre territorios, con la presencia de una relación interna “centro-periferia”. Todo ello sería imposible de conocer si no se hace una revisión histórica de los últimos 1000 años, en general, y particularmente, del origen del Estado moderno, a partir del siglo XVI. Elemento central para abordar en el Proyecto de Transformación Integral debe ser, necesariamente, conocer la estructura real del Estado, porque sin ello, no sabremos nunca qué hay de realidad y qué de fantasía en las proposiciones estratégicas que vayamos configurando.

4. El nacionalismo anticolonialista en Canarias: verdades y fantasías. Lógicamente, como canario, es para mí esencial conocer, en particular, las características de los elementos históricos y políticos propios de la realidad de mi pueblo. Luché en el bando nacionalista radical y en el marxismo leninismo maoísmo, pero siempre teniendo en cuenta que la estrategia de la revolución en Canarias tenía elementos peculiares. El objeto de este análisis es, pues, apoyándome en innumerables textos publicados en los últimos 20 años, aportar argumentos nuevos y decisivos sobre la “cuestión nacional canaria”, toda vez que los restos del nacionalismo canario, hoy superviviente, se ha convertido en una suerte de sucursalismo españolista sin perspectiva “patriótica” alguna, incluso desde una propia visión nacionalista, como es el caso de Coalición Canaria. 

Casi todo lo citado e investigado por mi ya estaba dicho, a un nivel de desarrollo intelectual, y por tanto, sus propios autores no han establecido el nivel de conclusiones y síntesis necesarios que den una verdadera perspectiva revolucionaria. Era, como mis propias notas autobiográficas, una tarea pendiente de gran calado, pues tocaba realmente algo profundo en mi conciencia, se trataba nada más y menos que aportar una comprensión más ajustada a la realidad, de lo que se ha llamado el hecho histórico del “pueblo canario”, de dónde viene, cómo surge, cuáles son sus características y señas de identidad y, sobre todo, en qué ha de consistir su propio proyecto de Transformación Revolucionaria para esta islas situadas en África y en medio del Atlántico. Se que mis tesis actuales sobre la naturaleza política y económica de Canarias serán polémicas, pero lo hago desde lo profundo de mis convicciones, y creo que además ello se explica con elementos de verdad, incuestionables. Lo que considero es que Canarias hoy, y su devenir histórico lo reafirma plenamente, es una neocolonia interior del Estado español, y por tanto, de la Unión Europea. Y aunque ello sea esencial en la propia configuración estratégica, lo que si es evidente también es que hemos compartido 500 años de existencia con el Estado español; en nuestra cultura es determinante el componente de los pueblos hispanos, a la par que indígena amazigh-guanche, africana y sudamericana, pero la mínima consideración de eficacia política, aconseja que nuestro Proyecto Estratégico de Transformación Integral vaya al tiempo que el del resto de las comunidades y pueblos, oprimidos y explotados por idéntico Estado, el nacionalista moderno capitalista español.

5. La izquierda y la cuestión nacional. La doctrina marxista, en cualquiera de sus variantes, siempre ha servido de inspiración para la dirección política de los procesos “revolucionarios de liberación nacional”. Es decir, que han sido los propios nacionalistas los que han tomado como referencia a las diferentes variantes de doctrinas basadas en el marxismo. Los modelos revolucionarios que han aportado las revoluciones en la Rusia o China proletaristas, así como aquellos procesos inspirados en tales revoluciones (Vietnam, Argelia, Cuba) han servido de estímulo y guía para establecer sus propias estrategias. Sucedió en todo el mundo, y también en el Estado español, en particular, en los últimos 50 años. Y además, en todas las llamadas “naciones” oprimidas por el Estado. Es en este sentido en que entiendo deben ser objeto de valoración aquellas experiencias que mayores expectativas generaron en la juventud revolucionaria; por ello, se hace un análisis especifico de todos los Movimiento de Liberación Nacional, en particular, por su indudable influencia general, la experiencia de ETA. El sentido del análisis es mostrar como, efectivamente, tales movimientos, inspirados en el marxismo o teóricos del nacionalismo (que también tenían formación marxista), en realidad eran proyectos estratégicos destinados a la configuración de Estados-Nación, inevitablemente modernos y capitalistas. Solo el tiempo sirvió para dejarlo completamente en evidencia.

6. La cuestión nacional en el siglo XXI. Nuevos paradigmas, nuevas estrategias. Es ésta una parte también muy importante del libro, porque en ella se trata de reflejar los actuales movimientos de “liberación nacional” o luchas revolucionarias que de alguna forma tienen ya el componente de nuevo tipo, en que de alguna forma se incorporan elementos del nuevo paradigma estratégico de Revolución Integral. Pero esta aproximación a la valoración de tales experiencias teóricas y prácticas no se hace desde una postura “seguidista”, sino desde la premisa de que la complejidad del momento presente, de forma inevitable, ha de implicar experiencias de contenidos revolucionarios, pero también, de la persistencia de errores y apreciaciones equivocadas. Sin entender ésto no se puede avanzar en la verdad. Ésta no surge “pura y simple”, se necesita, dado el carácter histórico de los errores del proletarismo, de todo un periodo histórico en que coexistirán errores y verdades, solo así estaremos en condiciones de aprender, extraer las experiencias adecuadas, y avanzar. En este libro se evalúan las posiciones de grandes revolucionarios, que sin duda habrá que tener muy en cuenta en el futuro, como Murray Bookchin, Abdullah Öcalan o Félix R. Mora. Y además, las experiencias indigenistas, sobre todo en Latinoamérica, del movimiento mapuche, pero sobre todo, de la lucha político-armada de las comunidades del Kurdistán, bajo la dirección del PKK.

A quien pudiera interesar, en su blog CONCIENCIA, LIBERTAD Y REVOLUCIÓN INTEGRAL se pueden encontrar todos los registros de su original y profusa obra:

https://karlosluckas.blogspot.com

Y este es el acceso a la editorial que Karlos Luckas mantuvo durante los últimos años:
https://www.potlatch-ediciones.com

 

Tengo la certeza de que Enrique Alvarez Carrillo supo encontrar EL SENTIDO DE LA VIDA, tal como lo expresaba Félix Martí Ibáñez (3) en el libro de ese mismo título que publicara Enrique, en homenaje a dicho autor y militante histórico de la CNT:

Hemos descubierto por fin el sentido de la vida. Vivir es no renunciar a nada, más que a sí mismo en lo que a satisfacciones personales se refiere. El genuino sentido de la vida es olvidarse de uno para encontrar la felicidad en el servicio a la Humanidad oprimida. Pasarán barridos por el huracán de los años nuestras menudas pasiones y egoísmos. Solamente restará en pie, desafiando al tiempo, la realidad de la abnegación, del bien, del servicio desinteresado a nuestros hermanos de Humanidad”. Félix Martí Ibáñez


Adiós y muchas gracias, amigo Enrique, que la tierra te sea leve

 

Notas:

(1) Jorge Rulli fue un histórico militante del primer peronismo, movimiento del que sin llegar a renunciar, siempre mantuvo una distancia muy crítica. Desde que le conocí personalmente y hasta su muerte en 2023 estuve siguiendo sus escritos, así como su apasionante peripecia vital y militante, vinculado en los últimos veinte años al Grupo de Reflexión Rural, integrado por activistas, académicos y profesionales, un colectivo que fue pionero en la lucha contra el uso masivo de agrotóxicos y transgénicos en la Argentina, y de siempre comprometidos en todos los movimientos sociales, muy especialmente en la defensa de la soberanía alimentaria, como en la promoción de prácticas socioecologicas y en el cuestionamiento radical del modelo extractivista del capitalismo argentino. Esta frase suya sintetiza su pensamiento al respecto: la Globalización y los Agronegocios, las cadenas agroalimentarias y el supermercadismo, reconfiguran a diario nuestras vidas, nos imponen nuevos hábitos, cambian nuestros entornos, modifican los paisajes que conocíamos y además, nos acostumbran a los cambios permanentes, cada vez más y más acelerados, y terminamos aceptándolos como algo natural, propio de los tiempos que corren”. En el encuentro de 2015, pudimos escucharle en dos intervenciones, una sobre la actual situación de América Latina y en la presentación del libro “La Tiranía de los Derechos” de Brewster-Kneen.

(2) Félix Rodrigo es un prolífico escritor y conferenciante autodidacta, que viene liderando la corriente de pensamiento radical denominada “revolución integral” desde su primer encuentro en 2015. Yo he participado en esta corriente desde ese primer encuentro hasta mi distanciamiento a partir de la celebración en 2022 de su sexto encuentro (que tuvo carácter “restringido”), y sobre todo a partir de la publicación de su documento “fundacional”, denominado “Bases para la Revolución Integral”, con cuyo contenido tengo profundos desacuerdos, básicamente relativos a su incongruente sesgo nacionalista, a su concepto de propiedad (sobre la tierra y el conocimiento) y en torno a lo que yo creo es una grave carencia de visión estratégica y organizativa. La obra principal de FR es “La Democracia y el Estado” y actualmente tiene pendiente la publicación de su último libro con el título de “Manual de la Revolución Integral”, que se supone será complementario de dichas “Bases”.

(3) Del prólogo del libro “El sentido de la vida”: Félix Martí Ibáñez (1911-1972), médico, pensador y escritor. Militante de CNT en su juventud, participó activamente en la lucha antifascista y revolucionaria durante la Guerra Civil española. Miembro destacado del grupo anarquista «Los Amigos de Durruti», del que fuera Primer Secretario, intervino en los sucesos de mayo, acaecidos en Barcelona, en el año 1937. Después de la derrota de la República, en 1939, abandonó el Estado español y, a través de Francia, emigró a los Estados Unidos, donde comenzó una nueva vida en actividades puramente profesionales. En 1934, con solamente 23 años, escribió el texto que publicamos, EL SENTIDO DE LA VIDA, obra de filosofía y de ética de gran valor reflexivo, literario, e incluso poético, destinada al debate interno del grupo al que pertenecía, la Asociación de Idealistas Prácticos. Se publicó en 1937, en plena Guerra Civil, con un fin claramente político, como dice textualmente Félix Martí: "porque llegó el momento de vivir los Ideales".



 

martes, 22 de octubre de 2024

YA GHAZZE HABIBTI-GAZA, MI AMOR

 

Comprender el genocidio en Palestina. Tras masacrar a más de 42.000 palestinos en Gaza, entre ellos 16.500 niñas y niños, el ejército israelí ha invadido ahora Líbano y amenaza con entrar en guerra con Irán. En el siguiente relato en profundidad, un anónimo anarquista de la Palestina ocupada repasa la historia del colonialismo sionista y la resistencia palestina,defiende una interpretación anticolonial de la situación y explora lo que significa actuar en solidaridad con el pueblo palestino. Reproduzco aquí las primeras páginas. El texto completo fue publicado, a principios de este mes (3-octubre/2024) en la web de Crimethink (1), una web anarquista. 

 YA GHAZZE HABIBTI-GAZA, MI AMOR

Gaza, a la que Napoleón, uno de sus muchos ocupantes, llamó el puesto avanzado de África, la puerta de Asia. Esto se debe a que pasó por ella en su camino hacia el norte y, una vez derrotado, volvió a pasar por ella de regreso a África.

Gaza, que siempre ha sido un punto central de paso de imperios, rutas comerciales, ocupaciones y culturas, debido a su situación geográfica a lo largo de la línea costera del Mediterráneo. Gaza, por donde pasaba la Via Maris, que conectaba Egipto con Turquía y Europa. Gaza, a través de la cual los griegos, los romanos, el califato Rashidun, los cruzados, los mamelucos, los otomanos, los británicos, los egipcios y las fuerzas sionistas presionaron sus reivindicaciones, escribiendo su historia como una historia de ocupaciones, guerras, atrocidades y resistencia.

Gaza, mi amor, que siempre fue un campo de batalla, aunque siempre permaneció inmóvil. Gaza, que entierra a 41.000 de sus habitantes, conmemorando un año de una guerra de aniquilación en curso, enfrentada a una escala de destrucción que ya ha superado el bombardeo de Dresde por las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, y a una tasa de muertes diarias que es superior a la de cualquier otro conflicto del siglo XXI.

Casi un año después del genocidio, algunas cosas deberían estar claras. La destrucción de Hamás es un daño incidental. El objetivo principal es la matanza masiva de niños y niñas, dirigida contra el futuro de Gaza. De las 41.000 personas muertas registrados hasta ahora, unos 16.500 son menores de edad.

Pero Gaza no está indefensa. El pueblo de Gaza lucha, y su valor y resistencia son una inspiración para el mundo entero y las generaciones venideras. Antes de hablar de la situación actual, es importante repasar la historia. Para aquellas de nosotras que crecimos y vivimos en la entidad, el vientre de la bestia colonial, parece que la historia comenzó el 7 de octubre. Esta es la única narración que reciben los israelíes. Pero las cosas no suceden en el vacío y cosas similares han sucedido antes, en guerras similares de descolonización y liberación. Un poco de historia nos permitirá ampliar la perspectiva y entender estos acontecimientos como parte de procesos a largo plazo. Entonces podremos hablar de futuros posibles.

Una historia de conquista, una historia de resistencia

Gaza tiene una larga historia de ocupaciones y resistencia, pero lo que entendemos actualmente por la «Franja de Gaza» como un rectángulo en el mapa del sur de Palestina no se deriva de las características naturales de la tierra, sino que es una creación artificial y moderna. Los mamelucos del siglo XIII fueron los primeros en utilizar el término Quta’a Ghazze (Franja de Gaza), pero se referían a todo el sur de Palestina, hasta la actual Cisjordania. La Franja de Gaza tal y como la conocemos se creó en 1948.

No podemos entender lo que se conoce como la Franja de Gaza sin hablar del ataque sionista a Palestina en 1948, la campaña masiva de limpieza étnica conocida como la Nakba. Sin este contexto, es imposible entender por qué la mayoría de los gazatíes no son originarios de Gaza y por qué el 80% de la población son refugiadas. Gaza es una franja artificial de tierra que se convirtió en un inmenso campo de personas refugiadas tras la campaña masiva de limpieza étnica llevada a cabo por las milicias sionistas. De las casi 800.000 personas refugiadas expulsadas de sus pueblos, muchos escaparon a países cercanos como Líbano, Siria y Cisjordania. Los que intentaron cruzar a Egipto se encontraron con una frontera cerrada; a diferencia de otros países vecinos, Egipto no aceptaba personas refugiadas, algo similar a lo que hace hoy el gobierno egipcio. Así surgió la Franja de Gaza: como medio sionista para controlar la demografía y la población.

Muchos de los kibutzim y pueblos que fueron atacados el 7 de octubre se construyeron sobre las ruinas de comunidades que existían allí antes. Las tribus beduinas y otros residentes de 11 pueblos de los alrededores de Gaza fueron expulsados a la Franja de Gaza, y sus tierras, clasificadas como «abandonadas», fueron expropiadas por el Estado y convertidas en campos de entrenamiento militar y asentamientos. Se construyeron ciudades y kibbutzim en ellas para impedir los intentos de retorno. La orden de deportación, documentada por los historiadores como Orden número 40, incluía la orden de quemar los pueblos y no dejar restos. Podemos suponer que algunos de los combatientes que atacaron estos asentamientos el 7 de octubre de 2023 eran refugiados de segunda o tercera generación que veían por primera vez las tierras ancestrales de sus padres o abuelos al otro lado del bloqueo.

Al final de estas expulsiones, en 1950, la población de Gaza se había triplicado como consecuencia de la llegada de cientos de miles de refugiados. No había infraestructuras para acoger a tantos refugiados y, hasta 1950, no existía una organización de ayuda como la UNRWA para asistir a los refugiados. A pesar de ello, los historiadores hablan de la increíble solidaridad de los habitantes de Gaza, que en tiempos de crisis decidieron compartir los pocos recursos que tenían con los refugiados, manteniéndolos con vida. Por decisión de las Naciones Unidas, en 1950 se creó el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS), que comenzó la tarea de construir campo de personas refugiadas y escuelas y organizar la ayuda para el enorme número de refugiados que, hasta entonces, dormían en escuelas locales, mezquitas, campos y casas particulares de los lugareños que les abrían sus puertas.

Las personas refugiadas recién llegadas a lo que se convertiría en la Franja de Gaza crearon una amenaza inminente para el proyecto colonial sionista. Algunos afirman que Gaza ha estado sitiada desde 2007, pero en realidad lo ha estado desde el principio, pasando por varias etapas de asedio a lo largo del tiempo. La creación de la Franja de Gaza fue una decisión calculada de David Ben Gurion, arquitecto de la Nakba y primer Primer Ministro de Israel, de ceder un trozo de Palestina para construir un enorme campo de refugiados para las personas expulsadas que huían hacia el sur. Además de controlar la demografía del resto de Palestina, el aislamiento de la franja sirvió para otro propósito. Su distancia geográfica de Cisjordania, de los palestinos y las palestinas que permanecían en los territorios ocupados en 1948 y del resto del mundo árabe contribuyó a fragmentar el tejido de la sociedad palestina. Se trataba de una estrategia colonial calculada para dividir la tierra en guetos aislados -en lo que en Sudáfrica se denominaban bantustanes- con el fin de abrir una brecha entre las distintas clases de población ocupada.

En 1967, Israel había resuelto sus problemas demográficos originales, pero había creado nuevos problemas geográficos. El apetito expansionista había vuelto a surgir y la Franja de Gaza fue ocupada junto con Cisjordania, los Altos del Golán y la península del Sinaí. Israel devolvió más tarde el Sinaí a Egipto, pero el resto de los nuevos territorios ocupados planteaba un reto importante para el Estado judío, ya que no estaba claro que fuera posible una simple repetición de 1948. Era necesario un nuevo modelo de limpieza étnica. Las condiciones habían cambiado, por lo que resultaba más difícil justificar la expulsión física de la gente de su tierra; lo siguiente mejor era simplemente encerrarlos en su lugar.

La máxima prioridad era impedir por todos los medios que se produjera una situación en la que los colonos se mezclaran con los nativos, por lo que Israel construyó dos prisiones al aire libre: una en Cisjordania y otra más estrictamente controlada en la Franja de Gaza. A diferencia de los territorios ocupados en 1948, estos nuevos territorios nunca se anexionaron oficialmente a Israel. La población nunca recibió la ciudadanía. Se les negó cualquier derecho; sus pueblos fueron rodeados de puestos de control, muros y asentamientos; y se instauró un gobierno militar. De hecho, la limpieza étnica y el gobierno militar han ido a menudo de la mano a lo largo de la historia.

Otra cosa que históricamente va unida a la limpieza étnica y al gobierno militar es la resistencia. El estallido de la primera intifada desde el campo de refugiados de Jabaliya, en Gaza, en 1987, desencadenó olas revolucionarias en toda la región. Esto no se debió únicamente a la intensidad de la insurrección, sino también a que marcó un punto de inflexión en el que los y las palestinas tomaron el asunto en sus manos y lucharon por su propia liberación.

En muchos sentidos, la Organización para la Liberación de Palestina ya había estado haciendo esto desde la década de 1960, quitando a los Estados árabes su papel de «liberadores» y desplazando el centro de atención a las guerrillas árabes revolucionarias y a las comunidades palestinas de la diáspora, principalmente en Jordania y más tarde en Líbano. Pero la primera intifada en Palestina estalló espontáneamente. No estaba bajo el control de ningún partido u organización militarizada en particular; estaba dirigido por una red de grupos y organizaciones de base que se unieron bajo la Dirección Nacional Unificada del Levantamiento (UNLU), una red de coordinación entre los diversos comités regionales, organizaciones y partidos implicados en el levantamiento.

El hecho de que el levantamiento estallara en Gaza es significativo. No es sorprendente que comenzara en un campo de personas refugiadas. Entre los palestinos, el campo es la clase más baja; es también la más revolucionaria, siempre en primera línea tanto de la resistencia popular como de la lucha armada. Es donde tradicionalmente se organizaban las guerrillas y se formaban los bastiones de la resistencia. Debido a su centralidad en la lucha, es también donde se han cometido muchas de las atrocidades más horripilantes y se ha infligido la represión más dura. Los campo de personas refugiadas del Líbano fueron semilleros de revolucionari@s durante la guerra civil libanesa de los años setenta y ochenta; también fue allí donde los fascistas libaneses perpetraron la masacre de Sabra y Shatila en 1982, bajo la atenta mirada de las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI).

A día de hoy, campos de personas refugiadas como los de Yenín y Balata, en Cisjordania, siguen siendo un foco de resistencia armada, con muchas facciones, como la Guarida del León y la Brigada de Balata, que insisten en no afiliarse a ninguna facción importante de la política palestina, fuera del control tanto de Israel como de la Autoridad Palestina. Los y las jóvenes de estos campos han defendido sus hogares contra las incursiones israelíes una y otra vez, y lo han pagado caro. Desde el 7 de octubre de 2023, los campo de personas refugiadas de Gaza han sido un objetivo central de las fuerzas genocidas.

Texto completo en este enlace: Ya Ghazze habibti, oh Gaza mi amor

 

 

Nota:

(1)¿Qué es Crimethink? Crime-think (pensamiento criminal), según su propia definición es "todo aquello que escapa al control: la ensoñación en el aula, el renegado que rompe filas, las paredes pintadas con aerosol que siguen hablando incluso bajo la ley marcial. Es la sensación persistente de que las cosas podrían ser de otra manera, de que no hay nada natural o inevitable en el orden social imperante. En un mundo optimizado para la administración, todo lo que no se puede clasificar o mostrar en una pantalla es pensamiento criminal. Es el espíritu de rebelión sin el cual la libertad es literalmente imposible".

domingo, 6 de octubre de 2024

BRUSELAS, TENEMOS UN PROBLEMA

 

Imágenes tomadas del blog de Rafael Poch de Feliu

Houston, tenemos un problema” es una popular pero errónea cita de una frase dicha por el astronauta Jack Swigert durante el accidentado viaje del Apolo 13, justo después de observar una luz de advertencia acompañada de un estallido, a las 21:08 del 13 de abril de 1970.

Me parece muy lúcida la visión que tiene Rafael Poch de Feliu del momento histórico actual. Me refiero a la geopolítica del capitalismo global que viene arrastrando al conjunto de la humanidad hacia un futuro que no puede ser más incierto; sin duda mucho más peligroso que el que estuvo a punto de estallar durante la llamada “Guerra Fría”. Aquel periodo, entre 1947 y 1991, estuvo marcado por una permanente polarización entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, en un conflicto político/ideológico entre esos dos bloques, respectivamente alineados con el capitalismo y el comunismo. El bloque comunista hoy no existe, desapareció con la disolución de la URSS, con la implantación del capitalismo de estado en la República Popular de China y con el desvanecimiento de todas las izquierdas, incluidas las más reformistas, todas integradas al tsunami neoliberal que viene gobernando el mundo en estas últimas décadas. El mundo, pues, es hoy globalmente capitalista, el triunfo del capitalismo no puede ser más absoluto: vivimos en un solo mundo/mercado y, sin embargo, el peligro de guerra global es más extremo que nunca. El “detalle” del monopolio ideológico debiera hacernos pensar…el caso es que a día de hoy, Ucrania, Oriente Medio y el Sahel -y no tardando Taiwan- son los  escenarios de una misma guerra comercial militarizada, ya en marcha a escala global. Y ya van tres...no quiero ser agorero, pero ya sabéis lo que dice el dicho popular, aquello de “a la tercera va la vencida”.

El texto que sigue corresponde a una entrevista que le hizo “Mundo Obrero” a Rafael Poch de Feliu el pasado 27 de agosto: 

"Washington se prepara para un conflicto militar contra el resto del mundo y necesita a su lado a la Unión Europea" 

Gema Delgado: Más de 40.000 palestinos masacrados en Gaza, 10 meses de bombardeos para dejar un territorio inhabitable y sin palestinos, huérfanos por doquier, población mutilada, desnutrida, sin agua potable, enfermando, sufriendo, muriendo porque así lo quiere el gobierno israelí y nadie para los pies a Netanyahu que entra en el Congreso estadounidense con honores de jefe de Estado. Los principales líderes europeos no se atreven a nombrar la palabra genocidio. Ni se plantean sanciones económicas. ¿Qué se puede hacer antes de que Israel acabe de destruir lo que queda en pie?

Rafael Poch-de-Feliu: Empecemos por emplear el vocabulario apropiado. Lo de Israel en Palestina no es un “conflicto” ni una “guerra”. Es una masacre. La previsión de la revista The Lancet de hace unos meses era que en términos reales se ha eliminado al 8% de la población gazatí, entre muertes directas e indirectas. Pero irá a más si no cesan la matanza, la hambruna y el desastre sanitario inducido. Y no hay indicios de que vaya a cesar. Mientras tanto, hasta la “justicia internacional”, una institución organizada por Occidente en el sistema de la ONU creado tras la Segunda Guerra Mundial, examina el asunto como “plausible genocidio”. Y en París se ha puesto la guinda a este verano de oprobio, recibiendo con toda normalidad a la delegación deportiva israelí, mientras se vetaba a rusos y bielorrusos. En Francia y Alemania se criminaliza la mera solidaridad con Palestina. Hay detenidos por enarbolar la bandera palestina. La complicidad de los gobiernos y medios de comunicación occidentales es clamorosa. Todo esto es inadmisible. Representa una afrenta a la más elemental noción de justicia y también la más seria advertencia para el futuro, porque dejando pasar esta masacre, se admite la solución militar a cualquier problema de “población superflua” que nos abocará el futuro, con zonas del planeta que se harán inhabitables por causa del cambio global y grandes movimientos migratorios que convertirán en anécdota la actual hecatombe que se vive en el Mediterráneo. El escenario de una Gaza global como solución a la crisis antropocénica del sistema capitalista está servido. Esto no tiene nada de apocalíptico, sino que es puro realismo empírico.

Leer el texto completo de la entrevista AQUÍ

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A día de hoy, cada día que pasa se hace más evidente lo que decía Rafael Poch de Feliu a principios de este año, en febrero de 2024:

"Todos los conflictos apuntan hacia la misma crisis"

El declive de la potencia occidental une los tres escenarios bélicos entre grandes potencias abiertos hoy en el mundo

Hablamos por separado de la guerra de Ucrania, de la masacre de Gaza y de las tensiones alrededor de Taiwán, ignorando que esos tres frentes bélicos, o prebélicos, abiertos en Europa, Oriente medio y Asia Oriental, respectivamente, apuntan hacia la misma crisis del declive occidental. Ese punto de inflexión en la hasta ahora indiscutible preponderancia mundial de Occidente, es a lo que se refiere el Presidente chino, Xi Jinping, cuando dice que “El mundo asiste a cambios sin precedentes en un siglo”.

Veamos, en diez puntos, algunos síntomas y tendencias de esos cambios:

1- Se amplia la brecha entre el bloque occidental (formado por EE.UU, Unión Europea, Inglaterra, Japón y Australia para contener a Rusia y China) y el resto del mundo, que rechaza sanciones y llamadas a cerrar filas. Del apoyo, la comprensión o el no alineamiento del Sur global hacia Rusia, resulta la soledad de Occidente.

2- La masacre de Gaza y la complicidad occidental, política y mediática con ella (la situación en Francia y Alemania es mucho peor que la de España a ese respecto), consagran un verdadero suicidio moral de Occidente. Su credibilidad en materia de derechos humanos, mediación en conflictos y justicia global, es igual a cero. Su doble rasero al medir Ucrania y Gaza, evidente.

Conviene leer completo este texto AQUÍ

Como también recomiendo este otro trabajo suyo, también reciente:  

 

 La sensación desde el año 24 del siglo XXI es que la evolución de la guerra de Ucrania y la masacre de Gaza marcan lo que los rusos denominan un “vodorazdiel” (водораздел), una “divisoria de aguas” que marca un hito, un punto de inflexión en la crisis del declive occidental y su indiscutible preponderancia mundial.

Descarga del texto completo AQUÍ

Entonces salió otro caballo color de fuego y al que estaba montado en él se le concedió quitar la paz de la tierra y que los hombres se mataran unos a otros, y le dieron una gran espada.” (Apocalipsis, VI). Imagen: “La caída del imperio romano”, de Thomas Cole (1836).

martes, 1 de octubre de 2024

PALESTINO MUNDO: LOS (MALOS) TIEMPOS QUE RESTAN

 

Gaza, un día cualquiera. Foto: www.lestempsquirestent.org

 

La catástrofe humanitaria que asola la tierra palestina es un genocidio de manual, perpetrado por un Estado terrorista, el de Israel. Un insaciable instinto de venganza y de muerte impera en aquellos territorios, sin solución de continuidad. Porque no tiene solución, no al menos en muchos años, mientras perdure en la memoria de los miles de huérfanos que logren sobrevivir al exterminio racista perpetrado por el estado de Israel. Asistimos, bloqueados, al espectáculo de este genocidio, atrapados en un círculo de impotencia que no tiene salida. Así que la catástrofe seguirá creciendo y todos sufriremos las consecuencias, por sus globales repercusiones y por muy lejos que vivamos. Me imagino en esa situación y tengo muy claro que estaría clamando venganza y buscando un arma para llevarla a cabo sin miramientos. Tal es la rabia y bestialidad que llega a generar un genocidio como éste, lo podemos comprender aún siendo solo espectadores.

No puede ser más asimétrica y desigual esta guerra que se libra entre unas milicias populares y un ejército regular de los más poderosos del mundo que, además, cuenta con la financiación y respaldo militar del ejército imperial de los EEUU. 

En los recientes acontecimientos que reavivaron el conflicto en los salvajes términos actuales, tras el bestial atentado terrorista de Hamás, me resulta un tanto burda y suicida la estrategia de estos comandos que durante años han sido tratados por el Estado de Israel en calidad de “enemigo favorito”, dentro de un territorio como el de Gaza, concebido y manejado por el Estado Judío como una “prisión al aire libre”. Esos comandos milicianos de Hamás, allí encerrados junto a dos millones de refugiados, construyeron  cientos de túneles y se enterraron en ellos, preparándose militarmente durante años, mientras recibían el apoyo de potencias regionales y contando con una “cierta complacencia” por parte de Israel, al ver en esas milicias un enemigo fácil, como se ha evidenciado en la masacre actual, donde la capacidad de resistencia militar de Hamás es mínima, casi insignificante.

Coincido en este juicio con lo expresado por el filósofo Etienne Balibar, francés, judío y comunista, en un  escrito suyo publicado en la revista “Los tiempos que restan” (Les temps qui restent) que es de mi preferencia. Guardando las insalvables diferencias, me resulta inevitable ver un gran parecido entre esta estrategia del estado judío, respecto de Hamás, con la del Estado Español -cuando estaba en manos de la derecha franquista- respecto de ETA. Recordemos que incluso a día de hoy, tanto el PP como Vox siguen utilizando a la desaparecida ETA como un valioso recurso propagandístico y electoral.

Los crímenes de Hamás no son excusables en ningún caso. La causa de legitimidad que pudieran alegar, tengo por seguro que se volverá contra su propia causa. Hamás practica terrorismo y no es una organización menos terrorista que el Estado Judio, sin que valga como atenuante la comparación de fuerzas. Como dice Etienne Balibar en un escrito de hace un año, cuando empezaba la nueva fase de esta interminable guerra: cuesta creer que el objetivo de Hamás (con los correspondientes riesgos asumidos) no fuera provocar una respuesta de tal violencia que la guerra entrara en una nueva fase, propiamente exterminista, borrando para siempre las posibilidades de convivencia de los dos pueblos. Y ésto es lo que está pasando”.

Tal como reza un dicho popular en castellano, digo yo que “se junta el hambre con las ganas de comer”...así, insiste el mencionado filósofo marxista en su escrito:el Estado de Israel, redefinido oficialmente en 2018 como el Estado-nación del pueblo judío, nunca ha tenido ningún proyecto político distinto de la aniquilación o esclavización del pueblo palestino por diferentes medios: deportación, expropiación, persecución, asesinatos, encarcelamientos. Terrorismo de Estado”.

A partir de que la derecha racista tomara el control del Estado Judío, ya estamos hablando, sin rodeos, de limpieza étnica. Si la “venganza” de Hamás hay que calificarla de terrorista, la del Estado Judío, además de terrorista ha de ser juzgada como sistemáticamente genocida: en sus masacres militares bien planificadas y en el bloqueo alimentario y sanitario, como en el desplazamiento forzoso de poblaciones hacia puntos de concentración (escuelas y hospitales) donde pueden ser masacradas con mayor precisión...¿acaso eso no es genocidio en estado puro? Todo lo que está sucediendo es ya irreparable. Los israelíes que denunciaron el apartheid de su Estado contra el pueblo palestino ya no son escuchados, su presencia política hoy es insignificante, ni siquiera testimonial, ha desaparecido bajo la furia racista, colonial y nacionalista del aparato estatal judío.

El único resultado que parece posible -que sería una intervención de la comunidad internacional- hoy resulta imposible. Exigir un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes a cambio de prisioneros de guerra, el juicio de los crímenes de guerra cometidos por ambos bandos, o el cumplimiento de todo el cúmulo de resoluciones de la ONU, a día de hoy solo son letra muerta. Una paz justa no tiene ninguna posibilidad de suceder en el actual contexto geopolítico mundial, porque cualquier iniciativa en esa dirección es sistemáticamente neutralizada por las potencias militares, grandes y medianas, que compiten en el actual tablero imperialista (militar, comercial y unívocamente capitalista). Sus respectivas estrategias “geopolíticas” hacen imposible cualquier legalidad internacional que pudiera ser efectiva, más allá del simulacro o performance que representa la ONU.

Aún así, no digo que haya que dejar de intentar una mediación internacional para un alto el fuego inmediato, que al menos sirva para ganar tiempo y retrasar el genocidio. A mi entender, eso pasa, necesariamente, por una presión mediática contínua sobre los EEUU, que es el actor imperial y principal de ésta guerra, como de la que se libra en Ucrania. El pueblo palestino ha demostrado en repetidas ocasiones su capacidad de resistencia, para sobrevivir y para defender sus derechos, pero es difícil evitar el pesimismo, lo que no nos exime de la obligación moral de intentarlo y de imaginar lo imposible.

Pero, más allá de esta obligación, cualquier pensamiento crítico sirve de poco, si no es, también, estratégico. No bastan pequeños logros “morales”, como la condena moral que se ha ganado a pulso el Estado Judío, haciéndole un gran favor al movimiento neonazi que tan rápidamente renace y avanza por todo el mundo, llenando el vacío que han dejado las modernas y desnortadas “izquierdas”, hoy carentes de toda credibilidad. El Gran Desastre está asegurado, y no solo en su dimensión ecológica, como quieren hacernos creer. Por eso que sea máxima la urgencia por organizar y ensayar la revolución democrática integral (global y local, ética, ecológica y comunal) que, aunque sea agónicamente, es nuestra única posibilidad de sobrevivir a los peligrosos tiempos que corren. La revolución ha dejado de ser el viejo sueño de emancipación de una clase social explotada, ahora es, a mayores, un proyecto de  supervivencia, autonomía y dignidad, para el conjunto de la especie humana.

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PD: El título de la revista "Les temps qui restent" (los tiempos que restan) puede entenderse en cuatro sentidos, que perfilan el espacio problemático de la revista según plantea su propio colectivo editor. Cuatro sentidos que, desde mi punto de vista, proporcionan valiosas señales de orientación estratégica:

1. Ser conscientes de estar viviendo la herencia de los tiempos modernos. "Les Temps qui restent" es  lo que queda de la vieja revista "Les Temps Modernes" que fuera fundada por Jean-Paul Sartre. Pretende ser un gesto fundacional que sirva para articular vidas y experiencias individuales con una perspectiva global. Y hacerlo sin una línea dogmática a priori, con espíritu sintético o diagonal.

2. Actuar mientras todavía hay tiempo. ¿Demasiado tarde para qué? Traer “de regreso a la Tierra” las trayectorias sociotécnicas dominantes, es decir, modificarlas para que no alteren la dinámica del sistema planetario con consecuencias potencialmente apocalípticas sobre estos propios sistemas sociotécnicos y la vida terrestre.

3. Aprender a vivir en los restos de la Modernidad (su propio modelo burgués de organización social: estatal-nacional-capitalista). No nos deshacemos de la Modernidad de la misma manera que la Modernidad pensaba que se deshacía de la Tradición (el viejo regimen feudal). Los gases de efecto invernadero, los residuos radiactivos, los microplásticos, pero también las infraestructuras materiales y mentales que la Modernidad ha puesto en marcha, tienen la temporalidad de un resto con el que tendremos que vivir durante mucho tiempo. La revista Les temps qui restent pretende explorar la forma en que podemos convivir con lo que quede de la moribunda Modernidad, para poder desactivarla mejor.

4. Abriéndonos a otros tiempos. Los tiempos que restan son, finalmente, lo único que tenemos como resto en las arcas del próximo futuro. Deberíamos proponernos la liberación de estos tiempos  que aún quedan, incluso de los alternativos que están por imaginar.


 

 



martes, 10 de septiembre de 2024

CONSTRUIR BIENES COMUNES...¿DE PROPIEDAD PRIVADA 0 COMUNAL?


Lo del título no es imposible: un colectivo puede organizarse en modo comunitario con independencia de cuáles sean sus medios o sus fines. Por ejemplo, cualquier banda criminal podría organizarse al modo mafioso en regimen de comunidad cooperativa, compartiendo los frutos de  su común "economía" delictiva. Otro ejemplo: cualquier empresa capitalista puede adoptar una forma cooperativa e incluso ser  igualitaria en el reparto de acciones y por eso no deja de ser capitalista, ni privada su propiedad colectiva. 
 
La imagen que pongo arriba es un cartel de la Fundación Emprius, que es una asociación de  comunidades rurales actuantes en diversas comarcas rurales de Cataluña. "Emprius" es una norma jurídica del derecho consuetudinario catalán, que en términos generales hace referencia a la "tierra del común"  y determina el derecho de uso comunal, por  los vecinos de una población, a los bienes rústicos del municipio -ya sean pastos, bosques y aguas-, como a cualquier otro bien que fuera objeto del mencionado derecho "de costumbre" o "consuetudinario".  
 
La Fundacíó Emprius surgió, según su propia definición, "con el objetivo  de impulsar una cultura comunal-rural que garantice el sostenimiento y dignificación de la Vida presente y futura. En un contexto de crisis civilizatoria, queremos ser un agente por un cambio de paradigma necesario, en el que la Vida sea el centro y la interdependencia y la ecodependencia sean la base. Fomentamos formas de acceso a los recursos, producción y relaciones basadas en la cooperación por el bien común, para romper con las dinámicas individualistas hegemónicas. Ponemos el énfasis en las necesidades, capacidades y potencialidades del mundo rural y su entorno natural, frente a la cultura urbanocéntrica dominante. Entendemos que promover el comunalismo y el ruralismo está intrinsecamente ligado a la práctica de valores como la agroecología, soberanía alimentaria, resiliencia y regeneración del territorio, democracia radical, feminismo, apoyo mutuo y solidaridad".
 
Si hoy traigo aquí este caso, es porque esta fundación a fecha de hoy tiene abierta la convocatoria de un premio destinado a "buscar propuestas  de generación de conocimiento o divulgación sobre comunalismo". Pues bien, esta convocatoria excita mi pensamiento crítico en torno a la idea de "lo comunal" como posible fundamento de un proyecto "revolucionario", que eso es lo que parece deducirse de la definición que esta fundación hace de sí misma. 
 
Conste que esta crítica me resulta incómoda, porque reconozco el mérito, la generosidad y el compromiso  de la mayoría de personas que se involucran en este tipo de proyectos comunitarios, a muchas de las cuales conozco y aprecio, de cuyas buenas intenciones no tengo ninguna duda. Lo que sucede es que no son un tipo de asociación cualquiera, como un club deportivo o una asociación cultural o de vecinos; no, porque públicamente estas organizaciones expresan una finalidad política con pretensión revolucionaria y concretamente "comunalista" en este caso. 
Más bien, mi contrariedad tiene que ver con lo que considero un mal diseño, que necesariamente hace imposible cualquier aproximación a su propia finalidad revolucionaria. Y ésto entiendo que es así  porque el diseño de este tipo de iniciativas falla no solo en su carencia de pensamiento estratégico, sino también en una grave confusión de principios básicos (por ejemplo en los anteriormente referidos principios de "propiedad" y "comunidad", junto a otros no menos principales, como el de democracia real,  racionalidad ecológica-simbioética o el del procomún universal (integrado por la Tierra junto al Conocimiento y el Trabajo humano). Y así, lo que se logra es anticipar una segura derrota, una más que añadir al ya repleto historial de fracasos de las "izquierdas", con más frustración personal y colectiva que contribuye eficazmente a desactivar toda movilización social que se proponga un horizonte realmente "alternativo", de sistema y no solo de gobierno. 
 
Por otra parte, esta fundación se refiere a unos "comunales rurales del siglo XXI" que, con sus propias palabras,  incluirían  "tanto los propios recursos de custodia colectiva como a las dinámicas, relaciones, formas de organización y gobernanza que se establecen en la comunidad que los gestiona". Por "recursos" entienden los campos de cultivo, los bosques, las montañas, y también las  herramientas, viviendas e infraestructuras como balsas, corrales, obradores, etc.   Seguidamente, reconocen que "el comunal está directamente vinculado a la comunidad que lo gestiona que,  dependiendo de la naturaleza y características del comunal, la comunidad puede ser diferente: el vecindario de un pueblo, los habitantes de una pedanía, una cooperativa, un colectivo o una asociación". Así, sin ninguna concreción, la definición no puede ser más vaga ni más confusa. Y, además, ¿a qué viene reducir  el ámbito de la transformación social (revolución) solo a los espacios rurales, obviando que la mayoría de la humanidad habita en grandes urbes, superpobladas por millones de habitantes?

A primera vista, transmiten un concepto solo convivencial o prepolítico de sus propias comunidades, que contradice su manifiesta aspiración de trascendencia social, haciéndola pretenciosamente revolucionaria, lo que es un canto al sol. Así, su experiencia es testimonial y limitada al objetivo personal de un cambio en el "estilo de vida"  y a la satisfacción de las expectativas particulares de una pequeña comunidad de románticos copropietarios rurales de una masía, un caserío o cualquier otra forma de finca rústica, ecoaldea o urbanización rural,   en medio de una idílica naturaleza de ser ésto posible.
 
Sin duda, están en la misma onda de la mayoría de intelectuales y políticos, de todas las corrientes de la izquierda posmoderna, que a día de hoy siguen  considerando "comunalista" y hasta "revolucionario" al sistema concejil-campesino del Medievo Feudal, a pesar de estar suficientemente acreditado que aquel poder concejil estaba perfectamente inscrito y regulado dentro del orden feudal general, subordinado al contexto de unos dominios, feudos o "señoríos" territoriales, gobernados en comandita por monarcas y élites de la nobleza civil, comercial, militar o eclesiástica, que juntos o en competencia detentaban el poder social, económico y político real. Es igualmente obvio que la gestión colectiva de algunos bienes comunes nunca pudo ser otra cosa que un "derecho", permitido o directamente concedido por "gracia" de reyes y dómines (señores), siempre al interior de sus respectivos dominios feudales. Que no otra cosa eran las "cartas puebla" y los "fueros", por muy románticos y comuneros que se pongan algunos historiadores medievales. Con igual imaginación, bien pudiéramos imaginar (por imaginar que no quede) una  moderna "moda comunal", con proliferación de comunidades de igual tipo que aquellos rurales concejos feudales, pero ahora plenamente capitalistas -incluso con aspecto liberal-hippy-cooperativo de lo más feminista-ecologista, perfectamente integrados y amparados bajo la protección del  Estado.
 
Como sabe quien alguna vez ha visitado este blog, lo que aquí defiendo es un proyecto de comunidad y comunalidad que tiene su principal referencia en el pensamiento ecosocial y comunalista de Murray Bookchin, así como en el confederalismo democrático del kurdo Abdullah Öcalan. Tal inspiración es bien compatible con mi propuesta de una organización política que ya desde sus inicios sea autoconstituida en modo Asamblea o Ajuntamiento Comunal, anticipando experimentalmente, en el tiempo presente, la organización comunal de las sociedades futuras. Se trata, pues, de operar con estrategia diseñada para actuar como verdadero contrapoder popular, simultáneamente constituyente y destituyente. Porque no hay otra opción de emancipación social que no pase por ganarle la hegemonia al regimen clasista y autodestructivo  bajo el que vivimos. Preparar la revolución y anticipar el futuro: organizando la resistencia de nuestras comunidades reales, las convivenciales, de ámbito urbano (vecindades) y bioterritorial (paisanías) y practicando la democracia real en su inédita forma directa e integral. 
 
Este es el momento, la oportunidad que nunca antes pudo darse durante la larga historia de la evolución humana, porque nunca como ahora tuvimos un sentimiento de comunidad a escala global y de especie...sí, todavía muy incipiente, pero todo se andará. En realidad ya está sucediendo aunque se  deba al generalizado presentimiento de un colapso en ciernes del sistema-mundo-capitalista en que vivimos. 

Pero de producirse, todo ese proceso de radical transformación social,  será necesariamente muy largo, por eso que corra prisa iniciarlo cuanto antes. Será impensable siquiera, de no acometer la confrontación con  pensamiento estratégico que tenga en cuenta  la dimensión corporativa y global del monstruo estatal (el Leviatán al que nos enfrentamos). Y, además, teniendo muy en cuenta el modo en que éste nos habita individualmente, mediante malas  costumbres  inducidas, unas  heredadas y otras adquiridas por amaestramiento a lo largo de nuestras vidas; malos hábitos junto a condiciones  de existencia que nos vienen dadas de nacimiento, marcándonos de por vida.Todo ello hace que  nos sea obligada  la necesidad añadida de una simultánea y reparadora "revolución interior".

Nadie, con  actualizado conocimiento del mundo en que vivimos y estando en su sano juicio puede hoy esperar una solución, ni "justa" ni  "ecológica", a las graves amenazas del tiempo presente, en tanto que la Tierra, el Conocimiento y el Trabajo humano sigan siendo bienes-objeto de dominio o propiedad particular, sometidos al vaivén especulador de los mercados, igual que cualquier mercancía de las que allí se compran, venden o alquilan. Como tampoco es posible ninguna solución realmente igualitaria o democrática, mientras perdure en nuestras culturas y en nuestros sistemas políticos el predominio de nuestros más primarios instintos animales, de propiedad territorial y sexual/reproductiva. La milenaria institución de la familia patriarcal, con su correspondiente derecho de herencia, desde hace no menos de seis mil años sirve a la continuidad y reproducción del mismo orden jerárquico que, en esencia, es similar al que siguen otras muchas especies animales. Ahí está el gran atasco de la evolución "natural" de nuestra especie, no achacable a Darwin, sino más bien al imperante darwinismo social. 

Díganme si no es hora de pensar diferente.