domingo, 6 de octubre de 2024

BRUSELAS, TENEMOS UN PROBLEMA

 

Imágenes tomadas del blog de Rafael Poch de Feliu

Houston, tenemos un problema” es una popular pero errónea cita de una frase dicha por el astronauta Jack Swigert durante el accidentado viaje del Apolo 13, justo después de observar una luz de advertencia acompañada de un estallido, a las 21:08 del 13 de abril de 1970.

Me parece muy lúcida la visión que tiene Rafael Poch de Feliu del momento histórico actual. Me refiero a la geopolítica del capitalismo global que viene arrastrando al conjunto de la humanidad hacia un futuro que no puede ser más incierto; sin duda mucho más peligroso que el que estuvo a punto de estallar durante la llamada “Guerra Fría”. Aquel periodo, entre 1947 y 1991, estuvo marcado por una permanente polarización entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, en un conflicto político/ideológico entre esos dos bloques, respectivamente alineados con el capitalismo y el comunismo. El bloque comunista hoy no existe, desapareció con la disolución de la URSS, con la implantación del capitalismo de estado en la República Popular de China y con el desvanecimiento de todas las izquierdas, incluidas las más reformistas, todas integradas al tsunami neoliberal que viene gobernando el mundo en estas últimas décadas. El mundo, pues, es hoy globalmente capitalista, el triunfo del capitalismo no puede ser más absoluto: vivimos en un solo mundo/mercado y, sin embargo, el peligro de guerra global es más extremo que nunca. El “detalle” del monopolio ideológico debiera hacernos pensar…el caso es que a día de hoy, Ucrania, Oriente Medio y el Sahel -y no tardando Taiwan- son los  escenarios de una misma guerra comercial militarizada, ya en marcha a escala global. Y ya van tres...no quiero ser agorero, pero ya sabéis lo que dice el dicho popular, aquello de “a la tercera va la vencida”.

El texto que sigue corresponde a una entrevista que le hizo “Mundo Obrero” a Rafael Poch de Feliu el pasado 27 de agosto: 

"Washington se prepara para un conflicto militar contra el resto del mundo y necesita a su lado a la Unión Europea" 

Gema Delgado: Más de 40.000 palestinos masacrados en Gaza, 10 meses de bombardeos para dejar un territorio inhabitable y sin palestinos, huérfanos por doquier, población mutilada, desnutrida, sin agua potable, enfermando, sufriendo, muriendo porque así lo quiere el gobierno israelí y nadie para los pies a Netanyahu que entra en el Congreso estadounidense con honores de jefe de Estado. Los principales líderes europeos no se atreven a nombrar la palabra genocidio. Ni se plantean sanciones económicas. ¿Qué se puede hacer antes de que Israel acabe de destruir lo que queda en pie?

Rafael Poch-de-Feliu: Empecemos por emplear el vocabulario apropiado. Lo de Israel en Palestina no es un “conflicto” ni una “guerra”. Es una masacre. La previsión de la revista The Lancet de hace unos meses era que en términos reales se ha eliminado al 8% de la población gazatí, entre muertes directas e indirectas. Pero irá a más si no cesan la matanza, la hambruna y el desastre sanitario inducido. Y no hay indicios de que vaya a cesar. Mientras tanto, hasta la “justicia internacional”, una institución organizada por Occidente en el sistema de la ONU creado tras la Segunda Guerra Mundial, examina el asunto como “plausible genocidio”. Y en París se ha puesto la guinda a este verano de oprobio, recibiendo con toda normalidad a la delegación deportiva israelí, mientras se vetaba a rusos y bielorrusos. En Francia y Alemania se criminaliza la mera solidaridad con Palestina. Hay detenidos por enarbolar la bandera palestina. La complicidad de los gobiernos y medios de comunicación occidentales es clamorosa. Todo esto es inadmisible. Representa una afrenta a la más elemental noción de justicia y también la más seria advertencia para el futuro, porque dejando pasar esta masacre, se admite la solución militar a cualquier problema de “población superflua” que nos abocará el futuro, con zonas del planeta que se harán inhabitables por causa del cambio global y grandes movimientos migratorios que convertirán en anécdota la actual hecatombe que se vive en el Mediterráneo. El escenario de una Gaza global como solución a la crisis antropocénica del sistema capitalista está servido. Esto no tiene nada de apocalíptico, sino que es puro realismo empírico.

Leer el texto completo de la entrevista AQUÍ

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A día de hoy, cada día que pasa se hace más evidente lo que decía Rafael Poch de Feliu a principios de este año, en febrero de 2024:

"Todos los conflictos apuntan hacia la misma crisis"

El declive de la potencia occidental une los tres escenarios bélicos entre grandes potencias abiertos hoy en el mundo

Hablamos por separado de la guerra de Ucrania, de la masacre de Gaza y de las tensiones alrededor de Taiwán, ignorando que esos tres frentes bélicos, o prebélicos, abiertos en Europa, Oriente medio y Asia Oriental, respectivamente, apuntan hacia la misma crisis del declive occidental. Ese punto de inflexión en la hasta ahora indiscutible preponderancia mundial de Occidente, es a lo que se refiere el Presidente chino, Xi Jinping, cuando dice que “El mundo asiste a cambios sin precedentes en un siglo”.

Veamos, en diez puntos, algunos síntomas y tendencias de esos cambios:

1- Se amplia la brecha entre el bloque occidental (formado por EE.UU, Unión Europea, Inglaterra, Japón y Australia para contener a Rusia y China) y el resto del mundo, que rechaza sanciones y llamadas a cerrar filas. Del apoyo, la comprensión o el no alineamiento del Sur global hacia Rusia, resulta la soledad de Occidente.

2- La masacre de Gaza y la complicidad occidental, política y mediática con ella (la situación en Francia y Alemania es mucho peor que la de España a ese respecto), consagran un verdadero suicidio moral de Occidente. Su credibilidad en materia de derechos humanos, mediación en conflictos y justicia global, es igual a cero. Su doble rasero al medir Ucrania y Gaza, evidente.

Conviene leer completo este texto AQUÍ

Como también recomiendo este otro trabajo suyo, también reciente:  

 

 La sensación desde el año 24 del siglo XXI es que la evolución de la guerra de Ucrania y la masacre de Gaza marcan lo que los rusos denominan un “vodorazdiel” (водораздел), una “divisoria de aguas” que marca un hito, un punto de inflexión en la crisis del declive occidental y su indiscutible preponderancia mundial.

Descarga del texto completo AQUÍ

Entonces salió otro caballo color de fuego y al que estaba montado en él se le concedió quitar la paz de la tierra y que los hombres se mataran unos a otros, y le dieron una gran espada.” (Apocalipsis, VI). Imagen: “La caída del imperio romano”, de Thomas Cole (1836).

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