Sin que yo me distinga por ser especialmente rencoroso, lo cierto es que todavía no he podido superar el doloroso impacto que me produjo el vacío social que sentí durante el tiempo que duró la pandemia del covid-19, a cargo de personas que suponía “próximas”.
A día de hoy pienso que es equívoco hablar de nueva normalidad como etapa post-pandemia, porque la normalidad (capitalista) ha mutado, sí, pero a peor. Y eso me provoca un gran desánimo, a mayores del aislamiento que durante meses experimenté como “enfermedad social”. Siento que hoy todavía nuestras vidas siguen estando semiconfinadas, al tiempo que sigue (ahora aumentada) la realidad/normalidad capitalista: con sus inversiones y beneficios, sus restructuraciones financieras y geopolíticas, la normalidad de sus guerras comerciales y estatales, su devastación ambiental y cultural, su colonización de las vidas, de nuestros cuerpos…de modo que me siga preguntando: ¿cómo pensar un Mundo Común, cómo, sin acabar con esta normalidad, cómo, si ni siquiera pudo hacerlo una pandemia global?
Al respecto, decía la filósofa y activista Marina Garcés que el mundo Covid es “la experiencia más alejada de lo que sería un mundo común”. A modo de resumen de su libro Un mundo común: “esta vida, que no es mía, es la declaración de una conquista que hunde la ley de la propiedad, y con ella hunde un falso anhelo de libertad diseñado a su medida. La vida no se libera a sí misma, sólo puede vivirse liberando la riqueza del mundo”...liberando-nos, que digo yo (lo que viene a ser lo mismo) de la violenta ley de la Propiedad o Patriarcado, fundadora milenaria de los estados e imperios que siguen construyendo la realidad/normalidad de nuestras vidas y cuerpos, todavía...cinco mil años después.
Entonces, ¿cómo y quién dirá (y en qué lenguaje) la distancia entre los cuerpos?
Una balsa ya sabéis cómo está hecha: con unos troncos de madera atados entre ellos de forma que queden bastante sueltos, para que cuando les caen encima montañas de agua, ésta pase a través de los troncos separados. Dicho de otro modo: Nosotros no retenemos las preguntas (el agua), nuestra libertad relativa procede de esta estructura rudimentaria (…) Cuando llueven los interrogantes no cerramos filas, no juntamos los troncos para constituir una plataforma impenetrable...muy al contrario, del proyecto común retenemos lo que a él nos vincula (…) Nuestro vínculo habrá de ser SUELTO Y FUERTE al mismo tiempo. (Del Pressentiment nº27, con texto de Fernand Deligny dirigido a los educadores. Libre interpretación del texto original. Web: http://elpressentiment.net )
Espai en Blanc: querer vivir, en un mundo común.
Marina Garcés viene dedicando su obra al proyecto principal de “un mundo en común”, y desde 2002 fue impulsora del Espai en Blanc junto a Santiago López Petit, quien a su vez ha centrado toda su obra filosófica y militante en la formulación ontológica-existencial del querer vivir.
El Pressentiment.
En la figura que encabeza este escrito he reunido una selección aleatoria de “Presentimientos” publicados en la web del "Pressentiment" (http://elpressentiment.net). Fueron publicadas 99 hojas a modo de póster o pasquín, listas para descargar e imprimir. Se dice en esa web que “el Pressentiment es el arma con el que Espai en Blanc quiere intervenir en el actual combate del pensamiento. En este combate se decide quién y cómo construye la realidad. Hoy la realidad se descompone y se hace imprevisible, pero a la vez se rehace sobre y contra nosotros. Nadie sabe qué pasará. Los discursos políticos son intercambiables. Sólo los presentimientos tienen fuerza y permiten tomar una posición. Buscamos presentimientos valientes, insospechados, veraces… liberadores. El Pressentiment también eres tú: descárgalo, imprímelo, distribúyelo, pásalo”.
Sin embargo, algo pasó para que el último “Pressentiment” publicado fuera el n.º 99, con fecha 6 de diciembre de 2021 (*), con un mensaje tan desalentador como intrigante:
Politizarse es dejar de ser idiotes.
Se dice idiotas en su significado histórico, del mundo romano, ciudadanos asociales o apolíticos, contrarios o (al menos) desinteresados por lo común.
El objeto de toda politización solo puede ser el abandono del estado de idiocia, solo puede ser el mundo real y complejo, concreto y corpóreo, que todavía nos es ajeno, que todavía no compartimos, porque todavía no somos un Nos-otros, porque ni siquiera llegamos a pensarlo...todavía.
El objeto de politizarnos no podrá consistir en solo “tener conciencia”, en solo una idea o un discurso. Su objeto ya solo podrá ser bien corpóreo: construir-nos como un Nos-otros de verdad, como cuerpos singulares, únicos y diferentes cuerpos vivos, vidas realmente propias, cuyo vínculo de comunidad sea realmente libre y constituyente de la singularidad humana que nos hace igualmente únicos y diferentes.
Nada que ver con el regimen de idiocia en que todavía viven, fosilizadas, las mayorías sociales de las clases en lucha del mundo moderno estatal/capitalista: de propietarios, desposeídos, consumistas, consumidos, de derechas y de izquierdas, los de arriba y los de abajo, todos bajo la tiranía de un mismo modo de vida.
En enero de 2011, año del 15M, en la web de Espai en Blanc fue construido un texto a partir de multitud de respuestas a la pregunta “¿qué es para ti politizarse hoy?”. Pasados trece años sigue teniendo el mismo interés (el texto completo puede consultarse en el blog que entonces fuera abierto expresamente a tal efecto: http://politizarsehoy.blogspot.com
Ahí se dice, por ejemplo, que "necesitamos estar atentos al mundo, experimentarlo en sentido fuerte, tener millones de razones para politizar-lo y politizar-nos…por otro lado, hay que asumir que el conflicto es algo ineludible y, si queremos llevar a cabo esa politización, ésta debe pasar por entender el “Estado de Guerra” en que vivimos, el declarado contra Nosotros y contra toda forma de singularidad y comunidad. Y pasar entonces a usar el conflicto como herramienta de ajuste social, asomarse al mundo y asumir que no es de nuestra propiedad, entender que seremos un mundo Común solo si somos un Nos-otros. Abrir los ojos, atender al mundo con el mundo adentro y mirarnos a la luz de una vela, para vernos en la oscuridad y susurrarnos al oído…politizarse es hoy estar en el mundo con todas sus posibilidades".
Al respecto de la corporalidad, dice Marina Garcés que “ser cuerpo no es fácil, pero escapar de él tampoco”. Y puede que la explicación esté en lo que ella misma responde a la pregunta de ¿cómo se involucra el cuerpo en la vida como problema común?: “la corporalidad es un territorio hecho de muchas relaciones que no son sólo del individuo. Aunque una dimensión del cuerpo sea -por supuesto- individual, muchas otras no lo son, empezando por el hecho de haber sido engendrados por otros, cuidados por otros, educados por otros. Podríamos decir que cuando uno muere, sólo muere ese individuo…pero ni siquiera eso sería verdad, porque en cada muerte mueren muchas otras dimensiones de las vidas de otros…(cuerpos)”
Marina Garcés Mascareñas y Santiago López Petit |