La democracia es lo de menos |
Cuando se anunció la intención del gobierno español de suprimir las entidades locales menores a través de su nueva ley de “Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local”, se produjo una reacción más mediática que popular, fundada en una cierta alarma ante la pérdida de autonomía local que dicha ley suponía; se denunciaba el propósito gubernamental de liquidar definitivamente los últimos comunales y el último residuo de democracia participativa bajo el pretexto de reducir gastos y mejorar la eficiencia de las administraciones locales. Parecía lógico defender entonces la continuidad de las Juntas Vecinales y Concejos, el único vestigio de autonomía local y participación democrática.
En León, donde perviven más de dos mil juntas vecinales, se constituyó una Federación Leonesa de Entidades Locales Menores, que fue el germen de una Federación Nacional de Entidades Locales Menores, en la que actualmente están integradas también las correspondientes federaciones de Galicia, Asturias, Cantabria y Andalucia, junto a la asociación provincial de Alava. Sin necesidad de un apoyo popular que fuera más allá del imprescindible “adorno democrático”, el objetivo de esta Federación nacional - evitar la supresión-parece conseguido a día de hoy, no por dicho adorno sino por la negociación entre PP y PSOE.
En León, donde perviven más de dos mil juntas vecinales, se constituyó una Federación Leonesa de Entidades Locales Menores, que fue el germen de una Federación Nacional de Entidades Locales Menores, en la que actualmente están integradas también las correspondientes federaciones de Galicia, Asturias, Cantabria y Andalucia, junto a la asociación provincial de Alava. Sin necesidad de un apoyo popular que fuera más allá del imprescindible “adorno democrático”, el objetivo de esta Federación nacional - evitar la supresión-parece conseguido a día de hoy, no por dicho adorno sino por la negociación entre PP y PSOE.