Desconociendo
los intríngulis de la Física que pudieran explicar la relación entre las
dimensiones espacio-tiempo, sí tengo, no obstante, conocimiento vital de una
evidencia: el día que llegó ésto de la globalización, el mundo se me hizo más
pequeño y yo sentí que lo mismo sucedía con el tiempo.
Si
viajo a toda velocidad en AVE, de una punta del mundo a otra en AVION, digo que
“el día no me ha dado de sí”, pero cuando paso el día en mi pueblo, hablo con
la gente de por aquí, subo al monte, hago cosas en casa, voy a la huerta y
corto leña, digo de ese día que me ha cundido. No me cuesta entender la razón
geométrica del espacio, pero ignoro en absoluto la posible geometría del tiempo,
por mucho que Einstein le otorgara dicho vínculo matemático a esas dos
dimensiones, lo que, al parecer, las junta de modo inseparable en un único “contínuo espacio-temporal”.