La
amenaza de “proyectos basura” es permanente en las zonas rurales, más todavía
cuanto más deshabitadas. Ahora pende sobre el territorio de la antígua Merindad
de Campoo (alfoces de Reinosa y Aguilar de Campoo) la amenaza de dos proyectos
que así podemos catalogar; se trata de un vertedero de residuos industriales que
se pretende instalar en el municipio de Valderredible (1) y de otro proyecto para
la extracción de gas natural mediante el contaminante método de
fractura hidráulica, para el que se prevee un importante despliegue en
éste como en otros territorios
limítrofes (2). Y como en otras ocasiones, sendos proyectos vienen de la mano
de empresas que cuentan con la previa complicidad de algún ayuntamiento de la
zona, atraído por el cebo de prometidas inversiones y puestos de trabajo;
también este tipo de proyectos suelen contar con algún compromiso de subvención
pública por parte de la comunidad autónoma correspondiente o de la
administración estatal, normalmente complementarias de fondos europeos.
Su
estrategia está íntimamente relacionada con la dinámica habitual del sistema
productivo capitalista, en el que las empresas externalizan sus costes
ambientales, adulterando a su favor el balance de resultados al cargar dichos
costes en el haber de la sociedad, bien depredando recursos naturales que son
del común, bien trasladando a la hacienda pública la factura de dichos costes, cuando
es de cajón que éstos son claramente imputables
a quien los produjo.