martes, 24 de junio de 2025

LA INSURRECCIÓN COMO ARTE (IN MEMORIAM DE JACQUES CAMATTE)

 

Para nosotros la insurrección es un arte (Camatte, 1961): "tenemos una pasión ardiente por la humanidad y su emancipación, pero no por ello vamos a lanzarnos imprudentemente, a cuerpo descubierto, a la batalla. Siempre debemos intentar dominar la estrategia, el terreno de la lucha. En caso contrario, nuestro adversario se asegurará, tarde o temprano, del mantenimiento del orden".

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La obra de Camatte tuvo repercusión  directa en  grupos de la ultraizquierda europea durante los años setenta, pero en general es muy desconocida, probablemente porque su abandono del marxismo clásico y la evolución de su pensamiento le convirtieron en "problemático", pero es indudable su influencia en un gran número de autores y organizaciones.

Sus escritos han interesado recientemente a corrientes de pensamiento contemporáneo, tales  como el de "comunización", el "primitivismo" anarquista o el "aceleracionismo", y gracias a notables representantes de dichas tendencias, como Fredy Perlman y Jhon Zerzan, o los grupos franceses "Théorie Communiste", "Aufheben", "Endnotes" y, sobre todo "El Comité Invisible".

Que yo sepa, sus últimos escritos datan de 2023. Son dos artículos titulados "Death and Extinction" y "Nothing Is Resolved" (Muerte y extinción, Nada está resuelto), incluidos en una edición especial de la revista "Insurgent Notes: Journal of Communist Theory and Practice" (Notas Insurgentes: Revista de Teoría y Práctica Comunista"),   dedicada a analizar la guerra de Ucrania. En castellano, sus textos han sido traducidos principalmente por Federico Corriente, también por la agrupación comunista de izquierda "Barbaria"; y en Sudamérica han sido difundidos principalmente por el grupo argentino de los "Cuadernos de Negación".

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Jacques Camatte nació en 1935 en Plan-de-Cuques (Francia). Ejerció como profesor de Ciencias de la Tierra en una escuela de Rodez, en la que intentó aplicar métodos basados en el espíritu cooperativo que consideraba inherente a todo ser humano. Escritor y teórico radical, inicialmente vinculado al Partido Comunista Internacional (facción de la Izquierda Comunista Italiana liderada  por Amadeo Bordiga), hasta su ruptura con ellos a mediados de la década de los sesenta. Esa facción era opuesta a participar en elecciones y al revisionismo estalinista, afirmando que la URSS era un estado capitalista. Si bien Camatte tuvo una relación cercana a Amadeo Bordiga, abandonó su militancia en el PCI en 1966, con una escisión nada amistosa.

Llama mi atención que coincidiera con Amadeo Bordiga en afirmar que "aunque los fascistas perdieron militarmente la guerra, lo cierto es que el fascismo la ganó" (como sistema, se entiende).

En su última época vivió retirado en una granja de permacultura, junto con su hija y su nieto. Falleció recientemente, el 19 del pasado mes de abril de este año 2025. Considerado por quienes le conocieron como persona de calidad excepcional, con su abundante producción teórica Camatte se convirtió en referencia fundamental de la teoría comunista contemporánea, contribuyendo decisivamente a revitalizar  la perspectiva crítica del comunismo radical.   No sólo era un tenaz y concienzudo investigador, con una original visión de la existencia humana, sino que también se dice de él que estaba profundamente comprometido en "encarnar" la teoría a través de su modo de vivir.

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La "errancia" de la especie, a partir de su separación de la naturaleza.

“Se debe salir de la errancia y destruir la conciencia represiva que inhibe el devenir hacia el comunismo. Para ello es esencial dejar de percibirlo como prolongación del Modo de Producción Capitalista, dejar de pensar que basta con eliminar el valor de cambio y hacer triunfar el valor de uso, ya que, como hemos visto, esta dicotomía ya no significa nada en nuestros días; por otro lado el valor de uso está aún ligado al valor, pero centrado en el principio de utilidad y no de productividad, ligado por tanto a la dominación directa de los seres humanos, por lo que es inseparable de la propiedad privada. El comunismo no es un nuevo modo de producción; es la afirmación de una nueva comunidad. Por eso mismo es una cuestión de ser, de vida, aunque sólo sea porque se produce un desplazamiento fundamental: de la actividad engendrada al ser vivo que la ha producido”. (Jacques Camatte, Errancia de la Humanidad). [N. del T.]
 
El concepto "gemeinwesen" (comunidad humana), en el centro del pensamiento político de Jacques Camatte
 
No existe en castellano una traducción satisfactoria del vocablo germano  "gemeinwesen", siendo  frecuentemente traducido como "comunidad humana", que viene a designar la comunidad tal como se expresa subjetivamente en cada individuo, es decir, el modo en que cada  individuo subjetiva el ser social en sí mismo. 
El propio Marx, en los manuscritos de 1844  afirmaba que la sociedad capitalista es la negación de esa "comunidad humana", mientras que ésta comporta la abolición de la dicotomía individuo/comunidad y el despliegue de la vida de los hombres y mujeres como  verdadera comunidad (unidad-con) humana, resignificando así la política como  ciencia y arte (conocimiento y oficio) de la con-vivencia, inseparable de  nuestra pasión por la emancipación humana, la misma que nos mueve a la necesidad de insurrección frente a la civilización capitalista.
 

La necesidad de rearticular el "partido-comunidad" histórico. 
 
Camatte proponía retomar la insurrección como arte, al tiempo que añadía la necesidad de rearticular lo que Marx llamó el partido histórico, "adecuando nuestras perspectivas y estrategias a las condiciones actuales de la dominación capitalista". En el texto "Origen y función de la forma partido", escrito en 1961, señalaba que "el partido, lejos de ser una estructura burocrática separada del movimiento real, es una fuerza impersonal por encima de las generaciones, que representa a la especie humana (…), que es la conciencia de la especie”. En concordancia con esta premisa, en su  "Tesis sobre la revolución comunista", de 1969, concebía como objetivo principal la “reconstitución del Partido Comunista”, entendiendo por partido precisamente el partido histórico, al que más adelante llamará "partido-comunidad", al que atribuirá como función esencial su capacidad de prever el curso de los acontecimientos. Sin esta pre-visión, "el partido será incapaz de orientarse hacia la emancipación radical, sin ninguna posibilidad de  superar la guerra de clases". 
 
La necesidad de autoabolición del  proletariado: la necesaria negación del capital no puede desarrollarse más que a través de la negación práctica del proletariado como clase de la sociedad del capital.
 
Ya desde el comienzo de su producción teórica, Camatte estuvo inspirado por la obra de  Amadeo Bordiga -quien fuera uno de los fundadores del Partido Comunista de Italia- y temprano denunciante, como  él mismo, de la naturaleza capitalista de la  URSS, anticipando su colapso a partir de su incompetencia en el mercado mundial. 
Camatte entenderá la abolición del valor-trabajo como presupuesto básico de una transformación social radical, pero a diferencia de otros marxistas (como Kurz), argumentó que esa abolición solo es posible mediante la autoabolición del proletariado. Camatte abandonó  la exaltación del proletariado,  afirmando la necesidad de su negación como condición de la subversión radical respecto de la civilización capitalista: "sin subvertir la domesticación de la humanidad y su comportamiento destructivo con la naturaleza será imposible salir de la sociedad de clases y su estructura represiva de la psique y el comportamiento"...lo que le llevaría a pensar que nuestra especie podrá extinguirse mediante su artificialización y fusión con las prótesis tecnológicas desarrolladas por el capital. La "salida" de este mundo, para Camatte sería la emergencia de un nuevo Homo Gemeinwesen (homo comunitario), con una ruptura e inversión "del modo de ser en la enemistad que por milenios ha fundado la perpetuación de las sociedades de clases".

En 2009 Camatte propuso los conceptos (diferenciados) de dominación formal y real del capital.  

Marx se propuso demostrar que el capitalismo es un sistema históricamente transitorio, que se basa en la explotación de los trabajadores. El valor incorporado a las mercancías por el trabajo  es superior al valor de la fuerza de trabajo expresada en salario.  Gran parte de los marxistas actuales olvidan que esta básica desigualdad, concretada como plusvalía, es debida a un ancestral "derecho de propiedad"  sobre los medios de producción, que otorga a los capitalistas el derecho a apropiarse del fruto del trabajo ajeno. Recordemos que,  según Marx, el concepto de "valor" en el capitalismo es una categoría social resultante de las relaciones de producción, donde el trabajo humano es la fuente del valor y el capital busca su acumulación a través de la explotación de dicho trabajo. Camatte acertó a diferenciar las fases históricas que siguiera el proceso de autonomización del valor/trabajo, señalando que "sólo a través del proceso de las revoluciones proletarias y de las dos guerras mundiales, la civilización capitalista accedió a su dominación real en todas las esferas de la reproducción social, constituyendo un entramado de socialización totalizante que deviene en comunidad material del capital". 

De un artículo escrito junto a Gianni Collu, con el título de "Transición: de la dominación formal a la dominación real del capital", transcribo:

"La dominación real del capital significa además que al proletariado no sólo le son expropiados su tiempo de vida y su capacidad mental, sino que el tiempo de la circulación ahora prevalece sobre el de la producción (a un nivel espacial). La sociedad del capital crea una población “improductiva” a gran escala, crea su propia “vida” en función de su propia necesidad: fijarlos a la esfera de la circulación y a las metamorfosis de la plusvalía acumulada.

El ciclo se cierra en una identidad: todo el tiempo de los hombres es tiempo socialmente necesario para la creación y circulación/realización de plusvalor. Todo puede ser medido por las agujas de un reloj. Ya en "La miseria de la Filosofía", Karl Marx decía: "el tiempo es todo, el hombre es nada. La mayor parte del tiempo, él es el envoltorio del tiempo".

La autoemancipación, contra toda dinámica de enemistad

En su última época, el pensamiento de Camatte evolucionó para acabar rechazando toda "dinámica de enemistad" y plantear la autoemancipación como discontinuidad con la domesticación milenaria de la humanidad, de la represión parental, de la separación con el resto de la naturaleza y de la dinámica de la enemistad entre los seres humanos, consigo mismos y con el resto del mundo viviente.

En el sitio web de la revista "Invariance", Jacques Camatte reasaltó su lema «yo no tengo enemigos», como testimonio firme de su rechazo a prolongar la dinámica de la enemistad.

Los rackets y la gregaridad son los residuos aberrantes de la comunidad.

Camatte fue lector de Adorno durante la década de los 70. De hecho, su teoría de los "rackets" desarrollada en "Sobre la organización" o "Transición", que será fundamental en su posterior evolución teórica está claramente inspirada en la anterior teoría de los rackets de Horkheimer y  Adorno, contribuyendo a ampliar críticamente esa teoría: al constituirse el capital en comunidad material  desaparece el capitalista tradicional propio de la sociedad bruguesa, siendo reemplazado por la banda económica, la mafia, el racket:

"Tras la constitución del capital en ser material, y por tanto en comunidad social, el personaje tradicional del capitalista desaparece, el proletariado disminuye relativamente —a veces, de forma absoluta—, y las nuevas clases medias se expanden. [El] capital no puede valorizarse (…) a menos que una partícula de su ser, a la vez que se autonomiza, se enfrente al conjunto social y se ponga en relación con el equivalente socializado total, el capital. Tiene necesidad de esta [competencia], porque no existe más que por diferenciación. A partir de ahí se constituye un tejido social basado en la concurrencia entre organizaciones rivales (rackets)" (Camatte & Collu, 1972, p. 2).

 

La causa de la gravedad de la enfermedad del Covid19 no es el virus: es la decadencia de nuestra especie.

En el ensayo titulado "Instauración del riesgo de extinción", decía Camatte que "la gran diversidad de síntomas está relacionada con el hecho de que la enfermedad revela en realidad las disfunciones anteriores al interior de la especie, así como su obsolescencia, y las causadas por ella dentro de la biosfera. Es más que una enfermedad porque, en tanto que operadora de revelaciones, se impone como un apocalipsis. Pero, vuelvo a repetirlo, la causa de su gravedad no es el virus, sino el estado (de decadencia) de la especie".

En ese mismo ensayo, escrito por Camatte  en pleno confinamiento por la pandemia, que fuera traducido al castellano y publicado en 2021 por el grupo chileno "Vamos hacia la vida", leo ésto: 

"Tal decadencia se manifiesta, en particular, a través del gran desarrollo de las enfermedades autoinmunes debido a la desrregulación del sistema inmunitario, la multiplicación de los cánceres, la depresión (cf. La fatiga de ser uno mismo – depresión y sociedad de Alain Erhenberg, Ed. Odile Jacob), el odio a uno mismo (cf. Glosas X), el aumento de las enfermedades mentales, la obesidad cada vez más extendida, así como diversas enfermedades vinculadas a una mala alimentación o al uso de drogas, el descenso de la fertilidad masculina, la posible desaparición del cromosoma Y, etc... Esto explica por qué algunas personas dicen que nadie murió por el Coronavirus, sino con él. Esta afirmación se hace a menudo después de que se hayan realizado las autopsias. Sin embargo, todavía existe el problema de la presencia del virus.          ¿Cómo lo entendemos? Estas personas no dan una respuesta eficaz y tengo la impresión de que están minimizando el fenómeno, aunque sólo sea porque tienden a negar la existencia de una pandemia. Otros informan de una conspiración mundial, lo cual, una vez más, no explica nada".

Abandono de la perspectiva marxista, su otro concepto de comunismo.

Fue a principios de los años setenta cuando Camatte llegó a argumentar cómo el capitalismo había logrado acomodar a la humanidad a su forma, llegando a rechazar la noción de revolución tal como ha sido tradicionalmente concebida. Así, la clase proletaria, según Camatte, se convirtió en un aspecto del capital , carente de capacidad para superar su situación. En tanto el capital se había tornado totalitario en su estructura, no dejando a nada y a nadie fuera de su influencia -en un proceso que Camatte denominaba de "domesticación"- todo movimiento revolucionario posterior  ya no sería de lucha entre clases, sino basado en la lucha de la humanidad contra el capital.

La perspectiva "comunista" de Camatte propone la necesidad de un nuevo comienzo para la especie humana, una dirección contraria a la de su  errancia en las sociedades de clase, y lo que Camatte denominaba su “devenir fuera de la naturaleza”. La especie, decía, está enferma de represión, Homo Sapiens ha devenido históricamente a través de su errancia en una especie estructurada por la represión que se perpetúa totalitariamente en la reproducción social y en la vida de cada individuo. El comunismo, por tanto, solo podrá emerger a través de una ruptura práctica con un devenir histórico de milenios, como surgimiento de una Gemeinwesen (comunidad auténtica) en la que sea  abolido el antagonismo entre especie e individuo.

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A modo de conclusión: la "errancia" ideológica y estratégica de las izquierdas de inspiración marxista.

Sin duda que Jacques Camatte es un eslabón perdido de la crítica social contemporánea, siendo su obra inspiradora -aunque con escaso reconocimiento- de  debates plenamente actuales, como la teoría de la comunización, que  propone una visión radical del comunismo, donde la revolución social significa una transformación radical e integral de todas las relaciones sociales y económicas, en lugar de una transición gradual hacia un Estado comunista. 

Si bien es cierto que tanto la obra de Camatte, como la actual corriente de "comunización" guardan gran parecido con el paradigma de democracia integral y comunalista que vengo elaborando y proponiendo desde hace más de una década, enseguida me rechina lo que yo considero el núcleo de esa proverbial "errancia" ideológico-estratégica, que Camatte comparte con las izquierdas de inspiración marxista: esa enorme sensibilidad social y capacidad para la crítica, junto a una proverbial y fatal ignorancia acerca del significado histórico de la Propiedad y el Estado como "condiciones previas" de la dominación capitalista. Eso es lo que a mi entender determina un sistemático fallo, tan de principios como estratégico, que ciega toda posibilidad de emancipación humana por esa vía. 

Y es que a pesar del inmenso conocimiento  y  experiencia histórica que acumula nuestra especie, los marxistas-proletaristas siguen erre que erre, atascados en su carril de pensamiento y partido único, actuando así de tapón o freno de la rebelión humana contra el Sistema que directamente nos conduce a la extinción. 

Por todo ello, encuentro gran contradición en el pensamiento de quienes, como Jacques Camatte, son capaces de decir que "superar emancipatoriamente la crisis actual, que remite a una larga historia de errancia y auto-domesticación de la especie, requiere de  una inversión completa del camino hasta ahora recorrido por la especie, lo que implicaría abandonar la dinámica de la enemistad en cuanto modo básico de relación social sobre la que se funda la perpetuación de la errancia de la humanidad y su camino acelerado hacia la completa locura, cuya consecuencia lógica será en última instancia la autoaniquilación de la especie".

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