sábado, 19 de abril de 2025

LO INEXPLICABLE

 

1. De capirotes y sambenitos: el origen español del KKK. A los anticatólicos del Ku Klux Klan les convendría saber que el origen histórico de su peculiar vestimenta está en la España Católica del siglo XV, cuando los Reyes Católicos fundaran el tribunal del Santo Oficio para mantener la ortodoxia católica en sus territorios. Durante tres siglos, miles de personas fueron condenadas en España por los tribunales religiosos de la Inquisición, acusadas de muy diversos delitos, que podían ir desde la blasfemia hasta la herejía. Se sabe que, sobre todo en los primeros años de la Inquisición, buena parte de los condenados acababan en la hoguera.

Los condenados por ese tribunal eran obligados a llevar un capirote y una túnica de tela basta llamada "sambenito", para así identificarlos y avergonzarlos en público durante los denominados Autos de Fe. 

Recuerdo haber leído un artículo en el que un prestigioso historiador sevillano se quejaba por la continua confusión de los turistas americanos que vienen a Sevilla por la Semana Santa, a los que hay que explicarles cada año que esta celebración religiosa nada tiene que ver con el KKK (*), más bien al revés.

Pero lo que resulta más difícil de explicar es por qué se ha conservado esta horrorosa vestimenta que usan las Cofradías, que tiene un origen tan siniestro y que, además, pone en evidencia inexplicables contradicciones, ya que los penitentes medievales eran así vestidos, con túnica y capirote, precisamente por su falta de fe y por su comportamiento anticatólico...me parece que no hace falta ser americano para no entenderlo.

2. Devotos infieles y gentes que conversan con estatuas. Cada año, por Semana Santa, vuelve a sorprenderme ese misterioso fenómeno de la cultura popular que es la creencia religiosa, que logra sobrevivir al paso del tiempo y  a pesar del predominio en nuestras sociedades de una cultura laica y básicamente tan materialista como individualista. Se sabe que la inmensa mayoría de penitentes que participan en las procesiones, como la inmensa mayoría de los espectadores que gustan de asistir a las mismas, o no son creyentes o si lo son no ejercen como tales,  y que si participan en las procesiones  lo hacen atraídos por el componente ritual y teatral de dichos eventos, que los convierten en un potente espectáculo turístico.  Baste observar la competencia entre ciudades por el reconocimiento de su propia Semana Santa como "Fiesta de Interés Turístico". 

Y aún así, más allá del espectáculo turístico, soy consciente de que hay un buen porcentaje de gente que en todo el mundo vive auténticamente su religiosidad,  por eso me sigue maravillando ver a personas en actitud de orar, personas de toda condición que mantienen íntimas conversaciones con estatuas o con seres inmateriales y extraterrestres, según países y culturas...y me sigue maravillando que yo mismo también tuviera esas conversaciones durante buena parte de mi infancia.

Nota:

(*) El Ku Klux Klan original fue creado en 1865, después de la Guerra Civil de Estados Unidos, por un grupo de veteranos confederados y le pusieron ese nombre en recuerdo de sus ancestrales grupos familiares (todos ellos tenían ascendencia escocesa). El Klan se extendió rápidamente por otros estados sureños, en grupos autoidentificados como demócratas, generando un clima de terror contra los líderes de todas las procedencias raciales que fueran etiquetados como republicanos, católicos y/o comunistas. Además de su peculiar vestimenta, uno de sus iconos más significativos consistía en la quema de cruces, precisamente por su simbología religiosa...es decir: todo un compendio de lo irracional, tanto que pudiera ser que de ahí provenga la expresión popular de "tonto de capirote".

A día de hoy, el actual Partido Demócrata se refiere al KKK para asociarlo a la ideología ultra del republicano Donald Trump, mientras que éste condena al KKK recordando su origen demócrata.

 

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