viernes, 21 de febrero de 2025

EL ASUNTO DE LA VIVIENDA, ¿POR QUÉ NO TIENE ENMIENDA?


 

Otra vez el asunto de la Vivienda, en los parlamentos y en la calle, en las portadas de revistas y periódicos, en la televisión y en las redes sociales, otra vez de actualidad el tema de la vivienda, siempre recurrente, de vez en cuando puesto de moda, política, cuando al poder que fabrica la opinión pública no se le ocurre otra cosa de la que hablar, al igual que el asunto también recurrente cada verano, me refiero al monstruo del Lago Ness...estos días, pues, se vuelve a hablar de inquilinos, propietarios y ocupas, de precios del alquiler y de las hipotecas, pero no se habla, nunca se habla, de lo más primordial en lo que concierne al asunto de la Vivienda, o sea, de la Propiedad: de las edificaciones y de los terrenos donde éstas se construyen, que en ambos casos pertenecen a la misma Tierra Común...como tampoco se habla del Modo de Vivir para el que son diseñadas y construidas las viviendas, desde el más modesto pisito de barrio obrero, a la mansión más lujosa: siempre pensadas y construidas para impedir la surgencia (o insurgencia) de comunidad, siempre para aislarnos y disolvernos en el aislamiento de nuestra propia individualidad, en su modo asocial y competitivo, de contienda entre individuos y entre clases, nutriendo una perfecta y sostenible lucha de clases. Y todo eso para que sea tan visible como deseable la diferencia social, en los modos de habitar y de vivir-sin-convivencia, en urbes y viviendas, todas particulares y todas impropias, impropiamente construidas sobre la Tierra Común que es propiedad de todos y de nadie.

En la imagen de la izquierda: modos de vida domesticada, en la sociedades estatales y capitalistas: 

La vida en diferentes clases de viviendas, según clases sociales: de todos los modos posibles: el caso es impedir toda forma de comunidad no autorizada: para disolver al individuo, aislado y domesticado: como sea: en soledad o en multitud. 

Y, de todos los modos, la casa como producto industrial capitalista y mercancía que se puede vender, comprar o alquilar en un mercado inmobiliario que intrínsecamente es capitalista y, por tanto, especulativo. 

En la imagen de la derecha, foto de una casa volandera: 

Un grupo de ingenieros consiguieron levantar una casa de 25 metros cuadrados con 300 globos de colores, llenos de helio, en Los Ángeles (California), al más puro estilo de las películas Disney. La casa voló a unos 300 metros de altura durante algo más de una hora, logrando un nuevo record mundial al conseguir el vuelo con mayor cantidad de globos juntos. Todo forma parte de la filmación de la serie de National Geographic Channel, “¿How Hard Can It Be?” (¿qué tan dificil puede ser?). 

Y digo yo: ¿de qué servirá la propiedad de la Vivienda cuando ésta no sea una mercancía, ¿de qué, cuando los terrenos en los que se levantan las casas en las que vivimos sean declarados parte del Procomún Universal, o sea, propiedad de todos y de nadie?... Porque, ¿de qué serviría tener la propiedad de algo que no se pueda comprar, ni vender, ni alquilar?...porque para entonces todas las casas serán un bien comunal, completamente al margen de los mercados, cuando nunca más pueda ser utilizada la vivienda como un bien  comercial de intercambio, sino un bien de uso,  solo de uso, que será gestionado y administrado por cada Asamblea Comunal Soberana y tambien administradora de la concreta parte de la Tierra Común en la que se levantan las casas, todos los edificios y todas las infraestructuras.

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La respuesta a la pregunta del título es NO: el asunto de la vivienda no tiene enmienda en el contexto político de las actuales democracias estatales y capitalistas. No, mientras la vivienda siga siendo objeto de alquiler y compraventa, una mercancía más: como el trabajo humano, como un paraguas, un coche o una docena de huevos.

La creatividad de la Arquitectura contemporánea es absolutamente nula, un completo desastre, parejo al Desastre civilizatorio que se agudiza aceleradamente a medida que crecen las megaciudades, en concentraciones invivibles, planificadas para impedir toda forma de comunidad real y para el aislamiento social de los individuos, construidas por y para el mismo Desastre. 

La Arquitectura es un arte u oficio mercenario y servil, de siempre puesto al servicio de las clases dominantes, lo mismo en monarquías que en imperios o repúblicas, que desde el Neolítico se hicieron propietarias de la Tierra. Es la Arquitectura un arte propio del regimen  de la Propiedad, estatal y  capitalista, privada o pública. Es una de las principales Malas Artes, incapaz de imaginar siquiera urbanidades convivenciales, aldeas o ciudades realmente comunitarias y tan amables como eficientes. La Arquitectura es un arte servil, incapaz de concebir viviendas para habitantes libres, que solo sabe construir Viviendas aislantes, para señores, esclavos, sirvientes y asalariados: casas, chaletes o pisos para pobres de clases bajas y  medias,  y también mansiones -no menos aislantes- en aisladas urbanizaciones de lujo perfectamente vigiladas, protegidas y aisladas a base de alambradas, perros, policía propia y cámaras de seguridad. 

No saben, no quieren ni pueden, las arquitectas y los arquitectos, porque no llegan siquiera a imaginar una mínima posibilidad de Tierra Comunal donde construir casas no aisladas, ni aislantes, casas que no sean de propiedad, particular o estatal. No, porque el suelo sobre el que diseñan casas y urbes solo es de papel o digital, como el dinero, solo una "representación del valor real, vital, de la Tierra Común. 

Como la Democracia estatal-capitalista, la Arquitectura es un arte  de la representación, de un bien  de valor completamente abstracto, hecho a partir de imaginarios derechos -de propiedad y de herencia- sobre los bienes comunes de la Tierra. Y a partir de esa falsedad y su básica ignorancia, no hay Arquitectura que  pueda   pensar, siquiera,  en espacios habitables que sean comunales,  en aldeas o ciudades básicamente simbioéticas y  convivenciales, mínimamente civilizadas.

 

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Para Entonces:

*Las casas serán un bien de propiedad comunal, cuyo uso será administrado por cada comunidad política (comuna) plenamente autónoma. Serán un bien comunal-local construido con trabajo cooperativo, sobre la Tierra Común  (el comunal universal propio de la Vida en todas sus formas y generaciones), que junto con el Conocimiento (comunal propio de la especie humana) constituyen el Procomún Universal,  material e inmaterial

El derecho de propiedad sobre tierras y edificios (lo que incluye a todos los medios de producción), para Entonces quedará extinguido al tiempo que se extinga la vida del "titular-propietario, quedando abolido para siempre, junto al  derecho de herencia. Así, en solo dos generaciones todas las tierras pasarán a ser comunales del Procomún Universal. Y todas las viviendas, como todos los medios de producción, serán parte de la propiedad comunal-local (de cada Comuna), con la única excepción de los medios de producción y bienes propios resultantes del trabajo artesanal, individual o doméstico. 

*Las casas se diseñarán en "manzanas" de no más de cuatro alturas y -de ser posible- siempre construidas sobre terrenos no cultivables. La planta más alta estará dedicada al cultivo en invernadero comunitario y a la producción autónoma de energía eléctrica, de origen eólico y fotovoltaico, suficiente para el atoconsumo de las viviendas de cada manzana. La planta a nivel de calle estará destinada a usos comunitarios y a espacios productivos propios de cada unidad doméstica (taller-tienda-oficina-almacén-garage), todos accesibles a pie de calle, bajo soportales. Las plantas intermedias serán las dedicadas a vivienda, con diferentes medidas y tipologías, con espacios interiores modulables, adaptables a las necesidades de diferentes usuarios, individuales o grupales. 

*Las casas de construcción antígua/feudal o moderna/capitalista, serán remodeladas en conjuntos similares a las manzanas comunitarias. Esos viejos modelos se extinguirán al tiempo que los tipos de ciudades heredadas de las épocas medievales y modernas. El modelo de futura ciudad comunal  no será  plenamente urbano, ni plenamente rural, porque incorporará elementos de ambos mundos: una dimensión urbana habitable y paseable, como la de ciudades pequeñas y medianas, que se puedan recorrer caminando de punta a punta en no más de una hora (de entre 4 y 6 kilómetros de máxima longitud), en las que toda la población tenga posibilidad de practicar la horticultura y ganadería doméstica de autoconsumo en espacios intercalados en el tejido urbano y en un anillo de espacio productivo, tanto agropecuario como industrial. Y el resto del territorio sea todo un comunal agropecuario y forestal, trabajado en cooperativas comunales.

*Téngase en cuenta que para entonces, el gobierno (soberanía) corresponderá a cada Comuna, integrada por una libre asociación de ciudades de un mismo "país" o bioterritorio, una comunidad política constituida y autogobernada por una Asamblea de Pares integrada por el conjunto de personas pobladoras del país, que sean mayores de 14 años y que estando en pleno uso de sus facultades mentales, se sientan comprometidas  con el Pacto Glocal, del Común y lo Común, para el cuidado y total respeto: 

1.Por el conjunto de la Vida en general, de todas sus especies, individuos y generaciones, de animales y vegetales, y con especial respeto por las vidas de nuestra propia especie homo sapiens

2.Por el conjunto material de los bienes naturales que conforman la Tierra Común en todas sus partes (atmosfera, hidrosfera, biosfera y litosfera), que sostienen la vida y que en su conjunto habrán de ser reconocidos y declarados en su conjunto como Bien Comunal Universal de la Vida toda. 

3.Por el conjunto inmaterial y relacional del Conocimiento (llámese ciencia, con-ciencia, ética, moral o cultura), que es el Saber propiamente humano, de producción y transmisión necesariamente social en modo comunitario.

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