viernes, 14 de febrero de 2025

REVOLTES DE LA TERRE


Hace unos días me llegó información de la presentación de un nuevo movimiento ecologista en Cataluña, lo que resumo a continuación: cincuenta organizaciones en defensa del territorio de los Países Catalanes participan en  una nueva confluencia de luchas "para hacer frente al colapso ecosocial", con la denominación de "Revoltes de la Terre". El encuentro tuvo lugar el pasado 25 de enero en el centro social La Llavor del Prat de Llobregat. Revoltes de la Terra es el resultado de más de dos años de reuniones, encuentros y  debates entre personas y colectivos ecologistas del ámbito nacionalista de los Países Catalanes, en defensa del territorio. Este nuevo movimiento ecologista se presenta como una renovación de las “dinámicas de lucha” para “aglutinar fuerzas”, siguiendo el impulso de movimientos climáticos surgidos en los últimos años, como Rebelión o Extinción o Soulèvements de la Terre. Pretenden organizar encuentros por todo el territorio, en alianza con los grupos locales, donde combinar la reflexión y la propuesta con la acción "contra proyectos ecocidas”. Al mismo tiempo, como especifica un portavoz, los encuentros servirán para "ejemplificar y denunciar los mismos problemas que existen a escala global”.

Su propuesta parte de tres ejes: 1.“Confrontar al sistema tecnoindustrial con bloqueos”, 2.“Aprender a cubrir las necesidades para sostener la vida, crear comunidad, soberanía y autonomía” y 3. “Cambiar el sentido común, construir una nueva mirada, una cosmovisión que supere el individualismo, la destrucción de la naturaleza y que respete al resto de especies”. Además, dicen apostar por la diversidad generacional, territorial y estratégica...por unos encuentros intergeneracionales, masivos, festivos, lúdicos, que confronten y desborden los marcos, donde, sobre todo, "la gente venga a pasarlo bien y quiera volver”. “Abordamos el conflicto con  diferentes estrategias de lucha: los recursos jurídicos, la investigación, la denuncia o la acción directa. Pero también necesitamos las infraestructuras populares, una gran retaguardia de cuidados y todas las habilidades y conocimientos de campesinos, artistas, profesionales de la investigación, personas con oficios, vecinas organizadas, activistas…”.

Sinceramente, mi sentimiento respecto de este movimiento es contradictorio. Si les deseo suerte es porque pienso que en su inmensa mayoría  son gente joven que se toma el activismo ecologista  con la mejor de las intenciones, con mucha ilusión y con total honradez. Pero lo cierto es que les auguro un escaso recorrido, que no creo alcance más allá de dos o tres años, en lo que dura su novedad; y eso solo en caso de alcanzar la espectacularidad escénica y la relevancia mediática del movimiento francés al que pretenden emular, siguiendo su estela:  Soulevements de la Terre

Estas, como todas las organizaciones y movimientos ecologistas, a mi entender adolecen del mismo y básico fallo fundacional -que es de principios y también estratégico-, que les conduce inevitablemente a su disolución por cooptación, integrados al  mismo sistema al que  dicen enfrentarse. Consiste ese fallo en la  creencia de que la "razón ecológica" puede ser, por sí misma,  el eje de la solución a la crisis sistémica en la que está atrapada nuestra especie junto a otras muchas especies.  Esta creencia oculta una inmensa contradicción que invalida al ecologismo en su totalidad, por no cuestionar siquiera el derecho de Propiedad que históricamente pesa sobre la Tierra y que, precisamente, es causa principal y condición de posibilidad, no solo de la destrucción de los ecosistemas terrestres, también de la división de la sociedad humana en clases y su organización estatal, jerárquica y patriarcal en esencia. 

Ni yo ni nadie ha escuchado de estos movimientos el más mínimo cuestionamiento del "derecho de propiedad" sobre la Tierra, ni de la organización estatal de las sociedades humanas. Si acaso, a  lo más que llegan es a manifestar un vago sentimiento "anticapitalista" que así resulta decorativo, contradictorio y completamente superfluo. Porque, por principio, son inseparables los fines éticos y ecológicos, los del futuro de la vida en la Tierra y los de la emancipación humana.

Por eso mi pensamiento al respecto es autónomo e integral, bien diferente por principio y estrategia, que reclama la necesidad existencial de  un nuevo paradigma radical e integrador, de revolución convivencial y comunal a la altura del tiempo y condiciones del momento histórico en que estamos: a escala individual, como social y de especie. Con lo que ya sabemos, no podemos  pensar ningún futuro posible que no pase por una revolución integral dirigida a crear las condiciones de una sociedad sin clases y reintegrada a la Naturaleza de la que somos parte junto al resto de especies, animales y vegetales.  

Es quimérica toda pretensión de  "solución ecológica" sin un previo acuerdo en torno a  esos principios básicos, eso que desde hace años vengo denominando "un nuevo Pacto Social, global y local,  del Común y lo Común". Un Pacto para el reconocimiento y declaración de la Tierra en su conjunto, junto al Conocimiento humano, como bienes comunales  o procomún universal. Solo ese principio y con esa estrategia, comunal y ecológica, podrían frenar la deriva autodestructiva que aceleradamente viene siguiendo nuestra especie, a mi entender desde el Neolítico: cuando se fundara el primer Estado y desde entonces quedara establecido, "para siempre", un perverso Derecho de Apropiación sobre la Tierra, extensivo sobre el conocimiento y sobre el trabajo humano (productivo y reproductivo), un perverso derecho  con resultado necesariamente fatal:  devastador y destructivo por sistema, como estamos comprobando.

 

No obstante, al movimiento francés de Les Soulèvements de la Terre tengo que reconocerle  una novedosa y valiosa aportación, en la buena dirección de la revolución integral necesaria, que  marca la diferencia respecto del ecologismo patrio: allí han adoptado un punto de partida bien radical, en el sentido de no considerarse "protectores" de la Naturaleza -como hace el ecologismo de por aquí-, sino que, como ellos mismos dicen: somos la naturaleza que se defiende a sí misma, somos la Tierra que se subleva, somos las sublevaciones de la Tierra.

Solo este desplazamiento de perspectiva, ya incorpora una idea-fuerza que yo creo es potentísima, porque anuncia una ruptura con esa perversa linea divisoria que nos separa de la Naturaleza, esa secular y sistémica ignorancia  empeñada en desconocer lo que realmente es homo sapiens, una naturaleza de especie animal que quisiéramos disimular bajo el sueño de ser "otra cosa": algo así como una angelical especie extraterrestre,  recién aterrizada, procedente de otro planeta. 

Para más información: 

https://www.revoltesdelaterra.cat/

https://lessoulevementsdelaterre.org

 

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