No no me quedan palabras
Tengo para pensar cuanto deseo
no para decir lo que quiero
un mundo al que ponerle
futuros con cuerpo
Palabras que se aproximen siquiera
No no tengo palabras nuevas
que digan por mí lo que siento
Se me agotaron las existencias
estoy esperando un pedido
perdonen la espera
Dediqué una vida a tomar distancia
del cuartel y de la escuela
a olvidar su tufo a semen y naftalina
Me llevé conmigo sólo el olor a madrugada
una botella de oxígeno obrero
envasado en los altos páramos
de
los Pajarillos Altos mi barrio
alto y molinero
Toda una vida ha pasado
y se me ha hecho toda muy corta
como una tarde de las pasadas al fresco
dudando si entrar o no
al prohibido corro de las niñas
vigiladas por sus abuelas
Y todo para volver a respirar
a estas alturas de los tiempos
aquel viejo tufo reciclado
de la escuela y del cuartel
a mis setenta años
Quién me lo iba a decir
que no podría hablar sin cuidado
nada que parezca inconveniente
No no puedo con este hambre
Sin palabra que llevarme a la boca
otra vez aquel ansia por decir
el mismo tufo a semen y naftalina
Decía un humorista alemán del año 38
qué felices serán los que lleguen a vivir
el próximo año del próximo siglo
No no me quedan palabras
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