Mantengo correspondencia con Ileana Valenzuela, activista guatemalteca que a pesar de su avanzada edad sigue muy comprometida con los colectivos revolucionarios de su tierra, así como con el movimiento por la revolución integral que, poco a poco, es emergente en sudamérica. Conocí a Ileana en uno de los encuentros que venimos haciendo gentes de la peníndula ibérica que nos sentimos vinculados por esa corriente de pensamiento autónomo. Es coordinadora del Grupo Solidario de Acción y Propuesta de Petén (Guatemala) y, además, está realizando una valiosa tarea que consiste en conectar a diferentes movimientos y organizaciones sociales, para la puesta en común de reflexiones y estrategias colectivas. Con su permiso, publico aquí el último escrito que me envió recientemente, en el que se refiere a la situación venezolana, por su actualidad y porque nos puede ser útil su visión de la misma, desde la óptica de las minoritarias organizaciones revolucionarias que allí se están abriendo paso, organizándose autónomamente frente al sistema dominante, en este momento crucial de crisis sistémica capitalista, en el que las derechas más reaccionarias, e incluso directamente fascistas, se aprestan a gobernar esta fase de decadencia sistémica, teniendo enfrente unas izquierdas autoanuladas por su trayectoria reformista y como poco desconcertadas, cuando no corruptas.
Ni
golpismo de derecha, ni un gobierno entreguista y autoritario, la
unión y organización consciente de los pueblos para acabar con la
guerra y construir su futuro
La
situación en Guatemala, como en todo el continente, está muy
complicada y amenazante ya que estamos en año de elecciones y casi
nadie sale del marco institucional/constitucional para crear un
movimiento autónomo. Con el pretexto de luchar contra la corrupción
la CIA ha logrado crear una doperan icotomía entre la gente distrayéndola
de los graves problemas del país (extractivismo, despojo de tierras
de campesinos y comunidades indígenas, degradación de los
ecosistemas, pobreza, etc.) y haciendo que ella misma pida más
seguridad, mas control de la población y más totalitarismo. Siempre
ocultándose tras la fachada de la “democracia” el Estado de
Derecho y la institucionalidad burguesa cada vez hay más control de
la población y represión de las comunidades que defienden sus
territorios, agua y tierra, más militarismo y totalitarismo. Como en
casi todos los países del continente americano hay un viraje hacia
la derecha agravado por la situación en Venezuela en la que
cada uno se alinea contra el otro, sin analizar las políticas en su
contexto tanto nacional como internacional, tratando du subordinar la
emancipación de los seres humanos y de los diferentes país a
etiquetas del pasado, lo que divide a la población y hace que
muchos, incluso entre aquellos que se consideran de izquierda, se
declaren a favor de la guerra, sin tomar en cuenta la amenaza de que
el conflicto se extienda a toda la región con gran destrucción y
derramamiento de sangre. Ya que la guerra contra un pueblo hermano
afectaría grandemente a todos los países de la región
destruyéndolos, utilizando a los jóvenes como carne de cañón y
poniéndolos completamente bajo el yugo de los imperialistas y sus
lacayos, que seguirían despojándonos de nuestras riquezas,
destruyendo nuestros territorios, nuestras comunidades y nuestra
madre tierra.
Por
otra parte, si bien es cierto que no se puede permitir que el
imperialismo siga invadiendo, despojando y haciendo lo que se le
antoja en nuestros países y reconocemos que los gobiernos llamados
progresistas aportaron la ilusión de que en el marco del sistema
capitalista y de la institucionalidad burguesa (nacional e
internacional) se podían resolver los problemas sociales y acabar
con las injusticias, no podemos ignorar que dichos gobiernos
prosiguieron con el despojo y la represión, desarticularon los
movimientos sociales y prosiguieron con la explotación de los
trabajadores, con el extractivismo, la corrupción y la pobreza, como
dice Zibechi “destruyeron
la potencia emancipatoria de los pueblos porque dispersaron a los
movimientos sociales, se llevaron a los dirigentes a los ministerios,
se corrompieron… Es una política de despojo que fuerza a los
indígenas a desplazarse. Y en esto no hay ninguna diferencia entre
los gobiernos progresistas y los gobiernos de derecha conservadores,
como el de Perú o el de Colombia… La actitud anti-indígena es una
constante en ambos casos” (Raúl Zibechi, El saldo negativo de los
gobiernos “progresistas” en América Latina y la llegada de AMLO
a la presidencia de México, una revisión de Raúl Zibechi por
Gloria Ramírez). Por lo que el objetivo es no solamente luchar
contra la guerra imperialista, ni caer en la dicotomía que nos
quieren imponer los medios de comunicación y la partidocracia sino
que, al mismo tiempo que se lucha contra el imperialismo, la
intervención y el sometimiento también será necesario luchar por
desenmascarar a los gobiernos totalitarios y demagógicos (de
izquierda y de derecha) actuales. Hay que luchar contra todo
aquello que siga impidiendo al pueblo venezolano y a todos los
pueblos, incluyendo al estadounidense y a los pueblos de Europa,
informarse, tomar conciencia y organizarse en forma autónoma,
saliendo de los caminos trillados para construir otra sociedad y otra
vida.
No
se puede permitir que bajo el pretexto de salvar a la patria y
oponerse al imperialismo sigan reproduciendo al sistema capitalista y
enardeciendo a la población (sobre todo a los jóvenes soldados)
para llevarlos al matadero.
Por
lo que cada vez estoy más convencida de que sólo uniendo y
organizando lo que cada persona, comunidad y pueblo está haciendo
actualmente, las miles y millones de acciones autónomas,
individuales y colectivas, de personas honestas y comprometidas,
orientándolas hacia un cambio integral y radical a todos los niveles
(local, nacional e internacional) se podrá constituir una fuerza lo
suficientemente potente como para afrontar la guerra, el
despojo y la destrucción, terminando con la barbarie, el
extractivismo, la represión y el totalitarismo en todos nuestros
países. Ir a la guerra solo fortalecerá el totalitarismo y la
represión, a los productores y vendedores de armas, a los
narcotraficantes y demás traficantes en personas, armas, etc., todo
el comercio y la especulación que se desarrollarán a su alrededor.
Esta situación nos obliga a que cada uno y cada una, no solamente en
los pueblos latinoamericanos sino que también en el pueblo
estadounidense y los pueblos europeos, continuemos haciendo lo que
hacemos cotidianamente, tratando de ser lo más discretos y actuar lo
más subterráneamente posible, sin exponer la vida y la dignidad de
las personas pero uniéndonos, trabajando juntos, creando redes y
apoyándonos mutuamente. Es terrible pensar que la historia se vuelva
a repetir en nuestros países por lo que una toma de conciencia, una
organización y una red de redes lo más subterráneas y extensas
posibles a todos los niveles son cada día más urgentes y
necesarias.
Simultáneamente
tenemos que emplear toda nuestra energía para golpear al sistema en
sus puntos más débiles pasando de la defensiva a la ofensiva y
multiplicando las acciones que desde ya algunas personas están
realizando (la imaginación y creatividad de los pueblos es muy
grande): Uniéndonos y trabajando juntos mujeres y hombres,
queriéndonos, respetándonos y cuidándonos sin diferencia de sexo,
de edad, de nacionalidad, etc.; Dejando de consumir y boicoteando los
productos de las compañías que financian y se benefician de la
guerra, en todos sus aspectos (militar, alimentario, salud; etc.);
Luchando contra toto tipo de dominación y explotación, contra el
narcotráfico, la droga y el crimen organizado y dejando de consumir
productos, medicinas y alimentos chatarra/veneno; Haciendo proliferar
el intercambio y las monedas sociales y empleando lo menos posible al
dinero oficial; Produciendo e intercambiando bienes hechos con
materiales locales de buena calidad, alimentos y medicinas de plantas
ecológicos sanos y frescos; Impulsando la industria y artesanía
nacional que produzcan los bienes necesarios cotidianamente sin
explotar a sus trabajadores y sin destruir a la naturaleza, etc.; Al
mismo tiempo que se multiplican las escuelas y los centros de salud y
de cuido de enfermos, niños y ancianos, los festivales culturales y
artísticos y las redes de intercambio en todo el continente;
implementando sobre todo la desobediencia civil y protegiéndonos los
unos a los otros, que ni un solo joven sirva de carne de cañón, en
ninguna parte del mundo, que el movimiento por la paz logre parar la
producción de armamentos y restructurar al complejo
militar/industrial, reconvirtiéndolo a la producción de algo útil
para la sociedad.
Es
urgente crear un movimiento internacional ambicioso y potente contra
la guerra que trabaje al mismo tiempo por construir una sociedad y un
mundo de justicia, paz, amor, cooperación, autonomía en el que se
respeten a todos los seres humanos y a la naturaleza, llamando a la
fraternidad y al trabajo conjunto de todos los pueblos de la tierra,
sin dejar que los ismos, la partidocracia, las religiones e
ideologías nos dividan. No es una utopía, es una necesidad absoluta
si la especie humana quiere subsistir en tanto tal y construir una
vida digna para las generaciones futuras.
Hay
que apostarle con todas nuestras energías, lucha y trabajo al
derrumbe lo más rápido posible de este sistema de destrucción y de
muerte que como un cáncer está carcomiendo todos los valores y
todas las cosas buenas y bellas que el ser humano ha logrado
construir. Ya que, la única esperanza que nos queda es tomar al toro
por los cuernos nosotros mismos y responsabilizarnos de nuestro
propio futuro y del de las generaciones futuras, consolidando
un Movimiento Anticapitalista integral y radical,
descentralizado y autónomo (no estatal, ni partidista ni religioso,
que no dependa de ninguna potencia capital/imperialista), acelerando
su construcción y fortaleciendo la correlación de fuerzas del
pueblo, lo que será extremamente difícil y dependerá de nuestra
toma de consciencia y capacidad de consolidar al mismo tiempo una
Inteligencia Colectiva, Creativa Constructiva Anticapitalista
Antiextractivista Antipatriarcal EcoSocialista con alternativas
concretas de construcción del futuro y estrategias de movilización
y lucha contra la guerra que incluyan la investigación,
concientización-Capacitación-
El
tiempo que llevará el proceso de cambio dependerá de la rapidez con
la que logremos conformar redes y acciones de lucha conjuntas, puede
ser que el sistema actual se desplome en unos días, como se desplomó
la Unión Soviética o puede ser que el caos y la muerte se nos
adelanten y logren destruirnos, todo depende de la decisión que cada
uno de nosotros tome ahora y del tiempo que tomemos en reconstruirnos
a nosotros mismos y comprender nuestro rol histórico. Tenemos
ejemplos sumamente importantes que nos dan pistas para el camino como
los zapatistas y el pueblo kurdo, no los dejemos decaer, apoyémoslos
ayudándolos y haciendo críticas constructivas, saliendo de toda
política politiquera y haciéndoles llegar nuestro amor y nuestra
solidaridad, ya que del éxito que tengan sus movimientos dependerá
en mucho el éxito que tengamos todos los que estamos luchando con
una visión de comunidad, de amor y de paz. Porque esas tres son
nuestras armas más fuertes e indestructibles y sólo con ellas
lograremos despertar de la pesadilla que estamos viviendo.
Para
ello, sigo sosteniendo que será necesario definir los lineamientos
de una estrategia de cambio social integral y radical basada en una
estrategia popular/comunitaria que al unificar objetivos, principios
y valores una las diferentes luchas y las convierta en una fuerza lo
suficientemente potente como para hacer frente a la guerra y a la
destrucción ¿Cómo? Involucrando a todas las personas honestas y
comprometidas que ya no soportan la situación actual y están
dispuestas a construir otro y otros mundos y sociedades diferentes.
Uniendo las miles y millones de acciones individuales que se dirijan
al cambio y convirtiéndolas en una fuerza los suficientemente
potente como para afrontar la guerra y la destrucción, terminando
con el despojo, el extractivismo, la represión y el totalitarismo de
unos como de los otros, sin importar la etiqueta que se pongan. Eso
de derecha e izquierda, de conservadores y progresistas, de
cristianos o no cristianos son otras de las dicotomías que nos han
impuesto para dividirnos a la gente buena y honesta (pero muchas
veces ingenua e ignorante), haciéndonos perder el tiempo con el gran
show político/mediático y peleando entre nosotros. Hay gente buena
y honesta en todos los países y lugares, al mismo tiempo que hay
gente mala, egoísta, enferma y manipuladora en todos los países y
lugares que sólo busca su interés personal también en todos los
lugares. Por lo que, sin negar la lucha de clases, la explotación y
la opresión, lo primero es realizar ese cambio integral y radical
contra la guerra, debemos impedir simultáneamente la guerra contra
Venezuela y cualquier manifestación del imperialismo en el mundo,
dándonos cuenta de la responsabilidad histórico/social de cada una
y cada uno de nosotros, desdomesticandonos y descolonizándonos,
reestructuranonos par ir realizando simultáneamente a lo
primero lo segundo, que sería impedir cualquier tipo de
totalitarismo/entreguismo.
Ileana Valenzuela
PD. Enlazo aquí una publicación de la revista argentina THEOMAI, de la que Ileana es habitual colaboradora, con un texto suyo sobre la construcción de una economía solidaria:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12415108012
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