"...Para que el poder actualmente concentrado en el Ayuntamiento pase a estar directamente en manos de la ciudadanía local, a través de Asambleas Populares que designan portavoces revocables y con mandatos específicos y que pueden establecer Confederaciones si resulta conveniente"...ésto afirma Blai Dalmau en un generoso esfuerzo de optimismo acerca de las candidaturas de unidad popular. Me gustaría sumarme a ese optimismo pero, en su generalidad, estas iniciativas adolecen de una práctica real de la democracia directa, son sólo "manifestaciones" de indignación frente a las corruptelas del sistema de partidos, no tienen detrás una experiencia de autogestión social y económica que las sitúe como verdadero contrapoder municipal o, al menos, como anticipo de la democracia integral que sería necesaria en el camino del autogobierno comunal (o municipal).
Ver artículo de Bali Dalmau: Elecciones municipales: primeros pasos hacia una democracia real
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