La corrupción de fondo, la definitivamente ilegítima y delictiva, es la transferencia de fondos que el Estado extrae a la población trabajadora a través del sistema tributario, con el fin de sostener su aparato de control social y mantener a las élites políticas y económicas -la “burguesía”, como se decía antes de nombrarla como "casta"- la clase social que desde sus orígenes históricos debe su existencia parasitaria a esta transferencia estatal. En la actualidad es cuantificable en cerca de nueve mil euros por trabajador al año en el caso concreto del Estado español. Todos los partidos políticos ocultan sistemáticamente este robo-transferencia y no puede ser de otra manera, porque todos viven o aspiran a vivir de esos fondos. Así, sólo una mínima parte de la corrupción llega a los tribunales de justicia, la de los empresarios, banqueros y políticos que delinquen contra sus propias leyes a fin de lograr una sisa a mayores, una paga extra. Estos robos, que generan una inmensa y casi siempre cínica alarma social, en realidad sólo suponen una minucia, son sólo la punta del iceberg de la gran corrupción, la institucionalizada, la que es practicada a diario y profesionalmente por la trama mafiosa que forman Capitalismo y Estado. Aquella corrupción, la más "pequeña", es la única que denuncian los medios de comunicación del sistema y la que se aprestan a atajar los nuevos partidos “regeneracionistas” -Ciudadanos y Podemos-, la única corrupción que es visible para las poblaciones robadas que, así, delante de sus narices, son hábilmente burladas y, más aún, adoctrinadas en la adoración al dinero y al Estado.
1 comentario:
La explicación a semejante "truco de magia" obedece a una manipulación mental generalizado no teniendo siquiera una persona tiempo al día para reflexionar. Nuevos magos del engaño han sido contratados
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