Un anarquista que
tira piedras contra su propio tejado podrá creerse más anarquista que nadie, pero en mi pueblo le
llamarán tonto.
Hay
anarquismos para todos los gustos, elijan ustedes: anarcosindicalismo, anarcomunicipalismo,
anarcopunkismo, anarcocapitalismo, anarcocomunismo, ciberanarquismo, anarquismo
de derechas, de izquierdas, estatalista, neoliberal, criptofascista, cristiano,
friqui, primitivista, moderno y postmoderno…la expresión “vivimos en un mundo
anárquico” se ha popularizado, es tan utilizada por los que padecen el sistema
de dominación vigente como por aquellos que lo disfrutan; el mundo es hoy
básicamente interpretado como desorden, un sin gobierno a la deriva, ¡una auténtica
anarquía!, lo que justifica todo afán por el supremo bien común que es el orden.
Esta
universal confusión no debería molestar a nadie, excepto a los anarquistas.
El
sistema dominante se considera a sí mismo “el orden necesario” y no duda en
tildar de anarquista cualquier manifestación que altere éste, su orden. Se sabe
por los experimentos con ratones que la confusión provoca desorientación y ésta
hace más vulnerables y controlables a las gentes, que se vuelven ansiosas del
orden, igual que los ratones. La confusión parece, pues, conveniente a dichos
fines, de ahí que toda forma de disidencia
sea considerada un peligroso desorden. Se le pega la étiqueta con el código de
barras de “anarquista” y así ya están identificados los díscolos ratones…que se
trata de un acto terrorista, da igual, sirve la misma etiqueta. Y aún se guarda
el orden otros sinónimos en la manga -fascistas y comunistas-, nadie se escapa,
sólo ellos, los auténticos demócratas, quedan sin marcar.
En
España, el copyright del anarquismo lo tiene el anarcosindicalismo, a su vez
repartido en dos facciones, cenetista y cegetista, ortodoxa y heterodoxa,
purista y reformista, aunque ambas se reconocen a sí mismas, no faltaba más,
como ortodoxas y puristas, revolucionarias, verdaderamente anarquistas. Incluso
yo mismo me considero anarquista, sin pertenecer a ninguna de las mencionadas
corrientes anarquistas en las que se organiza este confuso mundo.
Temo
que al haber hecho la primera comunión a la edad de ocho años, cuando era
creyente, se me podrá negar mi evolución hacia el ateismo, seña de identidad
del hispanoanarquismo. Puede que yo sea ateo por conveniencia, que mi ateismo
no sea de verdadera convicción, sino una impostación adaptativa, debida a mi
mala conciencia religiosa. Como impostación podría ser también mi actual
anacionalismo, radicalmente enfrentado a toda forma de organización
nacional-estatal, dado que a los veinte años pensaba que el nacionalismo podía
ser una fuerza que la izquierda le había regalado a la derecha. Que hoy,
cumplidos más de sesenta años, piense lo contrario, no me está permitido sin tener
pedigrí; no puedo evolucionar hacia el anarquismo puro y, por tanto, me tengo
que conformar con pertenecer a una corriente impura del anarquismo, la de la
“revolución integral”, cuya eclesiástica aspiración se limita a construir un mundo autogobernado, libre de jerarquías, a
promover la abolición de la propiedad privada y del trabajo asalariado, a
sustituir el mercado y el estado por una organización igualitaria y comunal de
la convivencia humana, todo lo cual debe ser puro fascismo camuflado, por lo
que deduzco de la sentencia sobre la revolución integral que hace el señor Martín
Paradelo, en el nº 3 de la revista Estudios de la CNT.
El anarquismo de este
señor es tan puro que no tiene inconveniente en atacar a su propio anarquismo
e, incluso, en atacarse a sí mismo mediante contínuas contradicciones y con el
grosero recurso de citas dictadas al oído…pureza de raza la suya, anarquismo
puro. Resulta curioso que los ataques más furibundos a la “revolución
integral”, aún en fase de gestación,
provengan de algunos anarquistas como el señor Martín Paradelo.
En su artículo dice cosas tan floridas
como éstas: “La
individualidad es inseparable de la comunidad y la autonomía apenas tiene
sentido si no está firmemente incluida en una comunidad cooperativa (Bookchin,
1997, 19-20). Comunidad cooperativa que sí parecen, aparentemente, querer
formar las nuevas soluciones (se refiere a la revolución y a las
cooperativas integrales) que, disfrazadas
de igualitarismo aséptico e investidas de un espiritualismo místico que reclama
una vuelta nostálgica a una armonía entre el ser humano y la naturaleza que
nunca existió, evidencian un carácter puramente fascista. Y cuando decimos
fascistas queremos decir que están dominadas por un absoluto sentimiento
necrófilo, por un odio inmenso al ser humano en lo que tiene de humanidad.
Partiendo de una crítica, superficial y dogmática, sin ningún referente fuerte
al mundo real, acerca del carácter nihilista y amoral del ser humano bajo el
sistema capitalista y de la preponderancia del deseo y la autosatisfacción en
los individuos de la sociedad actual, estos movimientos derivan hacia un
ascetismo y un puritanismo ciertamente inadmisible. Lo contrario, y solución,
del dominio de la estatización y del hiperestímulo sensorial no es la
glorificación del ser humano inserto en la naturaleza según las normas de la
armonía eclesiástica, un ser humano que deba despojarse de su humanidad
sensible para ascender a un estado superior en el que su deseo de satisfacción
constituiría una tara”.
Y añade esta nota: “afirmaciones
como éstas pueden encontrarse en ciertos opúsculos, pura verborrea medievalista
y clerical que nos daremos el gusto de no citar, del señor Félix Rodrigo Mora” . ¿Para qué se va a molestar en citar esos opúsculos?, ¿qué bien le haría eso a
la verdad anarquista del señor Paradelo?
Su solidaridad no es espiritualidad, pero la mía sí,
porque yo derivo “hacia un ascetismo y un
puritanismo ciertamente inadmisible”. ¿Cómo yo voy a negarle nada al señor
Paradelo?, yo, “que glorifico al ser humano inserto en la
naturaleza según las normas de la armonía eclesiástica”.
El problema podría no ser de fondo, aunque pudiera llegar
a serlo si en ello pone tanto empeño y
fantasía el señor Paradelo. Podría ser que nuestras diferencias fueran sólo
estratégicas y que él no se haya enterado de que la lucha de clases a base de
pancartas y huelgas no funciona, que gane
quien gane siempre gana la misma clase, la dominante, la que controla el
capital y el estado. También podría ser que lo suyo sea sólo un cabreo por la
atracción que ejerce la revolución integral sobre muchos anarquistas. Y, por
las falsedades que dice en su artículo, también podría ser que se estuviera
haciendo el tonto, como tirando piedras contra su propio tejado y contra sí
mismo.
Nota: con
todo, recomiendo leer el artículo completo, porque tiene algunas reflexiones sobre
el consumismo, de las que siempre podremos aprender algo:
Autor: Martín Paradelo Núñez
ESTUDIOS-Revista de pensamiento
libertario. Nº 3. Año 2013. Edita: Secretaría de Formación y Estudios. (CNT-AIT). www.cnt.es/estudios
4 comentarios:
Y ahora que la revolución integral y las demás soflamas del Mora han pasado de moda y ya nadie lo sigue ni de palabra y hasta ni de recuerdo, que tiene que decir?
Conozco personalmente a Martín Paradelo, actualmente y por desgracia, secretario general de la CNT. Es un completo tarado mental y un verdadero energúmeno al que no merece la pena prestar la más mínima atención. Es de los que le gusta hacer amigos por todas partes.
Yo también lo conozco. No es un tarado mental, es un arribista y buscón sin escrúpulos. Sólo busca celebridad y vivir del cuento. Este tipo al que se le conoce en Galicia como "martinicas" y le han pegado varias veces en los bares es secretario general de la CNT. Eso dice mucho de la misma y de sus afiliados. A la CNT se la han vuelto a colar. Provoca vergüenza propia y ajena.
Ademas come todos los viernes en un MC Donalds y le roba a los niños los juguetes que vienen en el MC Menu, total para jugar en la bañera unas pocas veces y tirarlos.
Dicen que anda como loco jugando al Pokemon-Go por la plaza de la catedral y que se cree Pikachu,tal vez por eso lanza articulos en forma de rayos porculeros como este.
Vayase Señor Martinicas, usted no tiene el talante necesario para secretariar la CNT, engulla hasta explotar todos los Mac-Flurris y Mac Menus que quiera, pero antes devuelva lo robado a los niños.
Con este cocho se estivese no parlamento fasiamos un bo pucheiro
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