Resetear el sistema |
Tradicionalmente, la teología cristiana ha empleado el concepto
“metanoia” para referirse al arrepentimiento; sin embargo, en su origen griego
y filosófico, se trataba de un concepto retórico utilizado para cambiar de opinión con el
fin de mejorarla, retomando el camino en una nueva dirección.
Para poder pasar de un estado actual a un mejor estado, lo primero es
comprender en qué fundamentamos esa mejora; en el pensamiento filosófico a
eso se le ha llamado siempre axiología -filosófica o existencial-, integrada
por aquellos valores que dan sentido y coherencia a nuestras acciones y que,
por tanto, nos pueden llevar a ese deseado nuevo estado, que pensamos como mejor
que el actual.
Pues bien, pienso que por razón de la actual crisis estructural del
capitalismo, todas las izquierdas, tras asumir su continuada derrota están abocadas a su propia metanoia… si
de lo que estamos hablando es de un cambio sistémico.
Esa transformación ha de suceder necesariamente desde dentro, en el sentido
original de autosubversión, que tanto los filósofos griegos como los cristianos
atribuían a la metanoia. Para todas las izquierdas ello supone situar el
objetivo común en un radical programa de larga distancia, que deberá transformar la cultura actual, mayoritariamente capitalista, en una nueva cultura, mayoritariamente democrática.
El progreso infinito es la razón mítica que sustenta el predominio hegemónico de la cultura
capitalista. La gravísima crisis ecológica
generada por la economía de mercado está contribuyendo a la destrucción de ese
mito fundacional, pero no sucede lo mismo con el subsidiario mito del Estado moderno y su
forma política de democracia liberal o parlamentaria. Éste viene siendo fatalmente
asumido y compartido por las izquierdas ortodoxas, lo que constituye una eficiente colaboración de
éstas a la reproducción hegemónica del sistema capitalista. Esto es más
que complicidad, es un error histórico y estratégico descomunal, que es
necesario desentrañar, comprender y corregir; de ahí la urgente necesidad de la
metanoia para estas izquierdas, más o menos integradas o reformistas.
Las izquierdas heterodoxas –anticapitalistas, marginales y esencialmente
libertarias- viven un momento de gracia, merced a ciertas aproximaciones por
parte de los movimientos sociales de “indignados” que están teniendo lugar en
muchas partes del mundo, como reacción primaria ante esta crisis, “madre” de
todas las crisis capitalistas. Estas izquierdas libertarias han tenido siempre
fundamentadas razones para no fiarse de las otras izquierdas oficiales u
ortodoxas; pero habiendo defendido, en la marginalidad y como nadie, los
principios y valores radicalmente democráticos, ahora más que nunca es
imprescindible su contribución en la gran batalla cultural, que necesariamente
hay que ganar para hacer posible la
transición a la Democracia.
Lo subalterno es reconocido hoy como contracultural. Asumirlo lleva
implícito el gen de la derrota: lo que se enfrenta al poder capitalista no es
subalterno ni contracultural, sino radicalmente cultural.
Reconozco la dificultad inicial de comprender el uso axialógico y estratégico
del concepto Democracia para enfrentarnos a la también denominada “democracia”
capitalista. Para superar este escrúpulo intelectual, lo primero es pasar a denominar a ésta por su nombre real –oligocracia-, el que corresponde
a su naturaleza. Dejar que el capitalismo siga enarbolando la bandera de “la democracia”
es ahondar en la subalternidad de las izquierdas y, por tanto, seguir abonando
el huerto de las derrotas. Esta es la
metanoia urgente y necesaria de las izquierdas, de todas las izquierdas, en la
que el cristiano arrepentimiento es perfectamente prescindible. Basta con el
pensamiento crítico y la racionalidad democrática.
1 comentario:
¿Habéis leído el artículo de Andrés Herrero:
"El nacionalismo una trampa mortal para la izquierda"?:
http://lists.kaosenlared.net/component/k2/item/44065-el-nacionalismo-una-trampa-mortal-para-la-izquierda.html
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