Hace una semana que no paro de toser, aquejado por un
catarro criminal que me tiene encerrado
en casa, convertido en un caudaloso manantial
de mocos, cansado de no hacer nada y
agotado por el dolor de
agujetas que la tos me produce en los
músculos del abdomen y la barriga. No recuerdo cuándo, pero la última vez que
tuve un dolor parecido fue por algo
bien diferente, provocado por un ataque de risa de esos que te dejan el cuerpo extenuado pero, al tiempo, tan ricamente.
El hilo de las cosas me ha llevado a esta reflexión, porque aprovechando el obligado retiro, estoy leyendo numerosos textos sobre el procomún (1) y, entre los
mismos abundan los que señalan a Antonio Lafuente, investigador del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) en el área de estudios de la
ciencia, como persona de
referencia en materia del procomún en España. Pues bien, en 2009 A.L intervino en el Festival Internacional de Zemos98, dedicado a la Educación
Expandida, con una conferencia acerca de la risa, en la que hacía
una sorprendente reflexión
antropológica, que asociaba risa y comunidad, definiendo la risa como “elemento subversivo y de
conocimiento expansivo”. Así pues, con nostalgia de aquel ataque de risa -que, efectivamente, fue plenamente comunitaria, feliz y transgresora-, os dejo
aquí el enlace a la reseña de aquella intervención de A. L.,
junto con un vídeo de risa, muy recomendable en estos tiempos de crisis y catarros, pero también de comunidad y esperanza.
ANTONIO LAFUENTE: LA RISA BURLA EL SABER EXPERTO Y ABRE CÓDIGOS OCULTOS
(1) En palabras de A. Lafuente,
“procomún es la nueva manera de expresar una idea muy antígua: que algunos
bienes pertenecen a todos, y que forman una comunidad de recursos que debe ser
activamente protegida y gestionada por el bien común. El procomún lo forman las
cosas que heredamos y creamos conjuntamente y que esperamos legar a las
generaciones futuras. Al procomún pertenecen los dones de la naturaleza, como
el aire, el agua, los océanos, la vida salvaje y los desiertos, y también los
activos compartidos, como Internet, el espacio radioeléctrico empleado en las
emisiones y las tierras comunales. El procomún incluye nuestras creaciones
sociales compartidas: bibliotecas, parques, espacios públicos, además de la
investigación científica, las obras de creación y el conocimiento público que
hemos acumulado durante siglos”.
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