lunes, 5 de septiembre de 2011

ES LA HORA DEL PAÍS ROMÁNICO



Hace ya unos cuantos años que el grupo de acción local ADEMPA (Asociación para el Desarrollo de la Montaña Palentina) impulsó la denominación “País Románico” con el apoyo de unos pocos ayuntamientos y asociaciones que creyeron en una idea que surgía como innovadora estrategia de desarrollo para los municipios incluidos en ese vasto territorio en el que confluyen Palencia, Burgos y Cantabria, caracterizado por reunir la mayor concentración europea de arquitectura románica. La idea-fuerza consistía en que ese rico e inmenso patrimonio cultural era idóneo para funcionar como eje estratégico y articulador del desarrollo integral de un conjunto de territorios rurales sumidos en una situación de grave crisis demográfica y económica y, por tanto,  en una  peligrosa deriva de contínua decadencia. 
Tras pasar muchos avatares y desencuentros, tanto de naturaleza personal y colectiva, el caso es que al día de hoy, quienes hemos trabajado en dicha estrategia sentimos que ha pasado mucho tiempo y que con éste hemos perdido muchos recursos, energías y oportunidades. Pero en compensación, se ha producido un dato muy positivo, consistente en que hemos alcanzado un consenso, prácticamente general, en torno al reconocimiento de “País Románico” como  marca turística muy potente. Por todo ello, creo que la situación ha madurado y que ha llegado el momento de dar un paso adelante y de apostar definitivamente por dicha estrategia.  


La marca “País Románico” tiene su base en la cooperación intermunicipal, con un carácter  turístico-territorial que es transversal, que se superpone a la organización administrativa del territorio, complementándola, cualquiera que ésta fuera. Digo ésto porque en la parte palentina del País Románico, parece cocerse un nuevo intento de ordenación territorial (que yo sepa, con éste ya van tres), en torno a la creación de un área funcional  a la que le han puesto el nombre de “Montaña Cantábrica Central”, que incluiría municipios leoneses situados al occidente de la Montaña Palentina; antes de cualquier otra consideración, esta denominación carece de precisión geográfica, porque a buena parte del  sur de Cantabria también le correspondería dicha denominación. A la iniciativa de la Junta de Castilla y León le auguro el mismo futuro que a los dos anteriores intentos, es decir, ninguno. Pero, incluso aunque este gobierno regional se empecinara en dicho intento, el País Románico sería siendo  compatible, conveniente y posible.

Personalmente, apuesto por una ordenación territorial  de base comarcal y municipalista. Para decirlo clara y resumidamente: lo mejor sería un único municipio comarcal, con dimensión geográfica y poblacional óptima, con cerca de treinta mil habitantes, que permitiera afrontar los retos del próximo futuro con la racionalidad  democrática  y  económica que ahora es imposible en la actual  estructura municipal, aquejada de  patologías crónicas, como  el minifundismo y un grave déficit democrático, cuyas consecuencias más palpables son la carencia de autonomía municipal y un sistema clientelista que anula toda capacidad de los municipios para promover verdaderas dinámicas de desarrollo local.  En un horizonte tan deseable como necesario, todos los municipios, sean urbanos o rurales, precisan de  plena autonomía política y de plenas competencias administrativas.
Inicialmente, esta alternativa que propugno ("una comarca, un gran municipio") es  más factible en el caso de Campoo, donde Reinosa ostenta  sin discusión la capitalidad del territorio; tiene más dificultades en el caso de la Montaña Palentina, donde la capitalidad debería recaer en Cervera de Pisuerga, por lógica geográfica y necesidad de equilibrio entre las dos grandes poblaciones de la comarca, Guardo y Aguilar de Campoo. Y tendría más dificultades  en la zona oriental, en la parte burgalesa del País Románico, a la que denominamos Cañones del Ebro y Las Loras, donde la ordenación territorial es allí  aún más complicada por  no contar esa comarca natural con ningún núcleo de población de  tamaño medio y en condiciones de asumir la capitalidad de un enorme territorio,  con muchos núcleos pequeños y muy dispersos, que  tienen una dependencia funcional  muy repartida, entre Villarcayo, Aguilar de Campoo, Villadiego y la propia capital de la provincia. Es éste un debate que tiene que resolverse en cada una de las comarcas,  es un debate que llevará   algo de tiempo; espero que no más del escaso tiempo de vida que les resta  a las obsoletas Diputaciones Provinciales que, como todo el mundo sabe, están condenadas a desaparecer. Afortunadamente.

Pero mientras madura esa alternativa de racionalización democrática, territorial y administrativa, para cuyo consenso mínimo todavía estamos lejos, lo que sí  es posible es  poner a funcionar la marca “País Románico” con toda su enorme potencialidad. Para ello, el actual grupo de acción local PR debiera dotarse de un renovado impulso organizativo, incluyendo al máximo de municipios, empresas turísticas y asociaciones cívicas del territorio, siendo capaz de aglutinar en ese esfuerzo común a las agrupaciones de desarrollo rural que intervienen, total o parcialmente, en el territorio: Montaña Palentina, Campoo-los Valles, Adeco-Canal y Merindades. Simultáneamente a la necesaria redacción de un ambicioso plan del destino turístico, es tan importante o más, la acometida de una serie de actuaciones de carácter simbólico y con alto impacto demostrativo en  la población local y en los sectores sociales y económicos implicados, dirigidas al objetivo de “hacer visible el territorio" con toda su enorme potencialidad turística, y facilitando la apropiación popular de la marca "País Románico". 

Con la única pretensión de aportar mi visión y experiencia en este terreno, propongo algunas acciones al respecto, que considero posibles en el corto plazo y que tendrían un presupuesto asequible: 
1ª. Publicar un buen mapa turístico del País Románico, a difundir entre las empresas del sector turístico y hostelero, la población local, los operadores turísticos y los visitantes del territorio, siguiendo ese orden. Un buen mapa, atractivo y completo, contribuye decisivamente a fijar la imagen de marca del territorio, acercando el conocimiento de su geografía, de su poblamiento, de su patrimonio natural y cultural, de sus comunicaciones, servicios públicos y  recursos turísticos.
2ª. Crear un potente portal turístico en la web, que incluya el máximo de información sobre el destino País Románico y que lo haga con el  atractivo e interactividad que hoy permiten las nuevas tecnologías, facilitando al máximo la descarga de toda la información en los formatos  digitales más populares e incluyendo la reserva  directa de servicios y productos turísticos.
3º. Crear una iconografía simple y potente del territorio, en base a  simples y rotundas  líneas gráficas:  una  línea quebrada representativa del perfil montañoso del territorio, varias  líneas curvas y paralelas que representen el arte románico  en su dimensión europea y, sobre éstas, una línea quebrada  con la forma inequívoca del volumen cúbico y triangular de las naves y espadañas románicas, representativas de  la naturaleza diferencial  de nuestro románico rural. Esta iconografía  convendría trasladarla a una renovada imagen corporativa  que, además, puede alcanzar  dimensión artística y espectacular al  convertirla  en grupos escultóricos de gran tamaño, situados en los principales accesos al territorio.
4º. Sin perder su naturaleza de grupo de acción local, el grupo País Románico está emplazado a asumir un rol organizativo de carácter sectorial, con operatividad y  funciones  similares a las de un consorcio turístico, aglutinando a todos los sectores sociales, empresariales y políticos implicados. Esta función debiera completarse con la habilitación de un espacio público que funcione como centro operativo, en el que desarrollar  la gestión integral de la promoción y comercialización del destino turístico, así como otras funciones complementaria, tales como centro para exposiciones y acogida de visitantes. La villa de Aguilar de Campoo, situada en la encrucijada de todas los rutas del románico es, sin duda, el lugar idóneo para situar dicho centro operativo. 

Se trata de cuatro acciones  discutibles y perfectibles, pero también estratégicas y asequibles. Porque es el momento de aplicar la inteligencia colectiva y de producir consensos de largo alcance, porque es el momento del País Románico.       

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