Rubalcaba, candidato socialdemócrata |
El señor Rubalcaba, candidato socialdemócrata a la presidencia
del gobierno en las próximas elecciones, ha cuestionado la existencia de las diputaciones
por razones económicas, situando la supresión de estas administraciones en el
contexto de la crisis actual y al objeto de ahorrarle gasto al Estado, contribuyendo
a la reducción del déficit. La derecha socialdemócrata tiene la costumbre de sacar a relucir este
tema de las diputaciones de vez en cuando, del mismo modo que lo hace con la cámara
del Senado. Y lo hace recurrentemente, coincidiendo casi siempre con tiempos
electorales. Y siempre, siempre, lo hace con la boca pequeña. En cuanto pasa el momento, de lo hablado no queda nada, y pasan
los años… y ahí siguen, el moribundo Senado
y las obsoletas diputaciones, por todos denostados, como eficaces reservorios
de empleo de los partidos políticos, porque les son muy útiles para colocar a
buena parte de su gente…y para algunas cosas más, que no son tan
visibles.
La derecha neoliberal es más coherente en este tema, porque
defiende las diputaciones a capa y espada, aunque lo haga con un argumento que me produce hilaridad: “en defensa de los pequeños ayuntamientos y del medio rural”…como
si no supiéramos lo útiles que le son las diputaciones, tanto a unos como
a otros, también para desarrollar su sistema clientelista, gracias al cual tienen asegurado el control político de los territorios rurales.
Creo que las Diputaciones sobran, pero no sólo por razones
económicas, que también, sino sobre todo por razones democráticas, que me
parecen suficientes como para incluir en el próximo futuro democrático la supresión
del propio Estado. Y, en el mismo paquete, por supuesto, a las Comunidades Autónomas. Por puro sentido común, por razón y necesidad democrática.
Es cierto que los pueblos pequeños no tienen recursos
propios ni presupuestos con los que gobernar porque carecen de la capacidad de
gestión y de autogobierno que son imprescindibles en una sociedad realmente
democrática. Son carencias que, además, les imposibilitan para prestar servicios
a los ciudadanos del medio rural en idéntica cantidad y calidad a los que tiene acceso el resto de la
ciudadanía, en los grandes municipios, tanto urbanos como rurales. En estas lamentables condiciones, ¿qué vale, entonces, el
voto de los ciudadanos de los pequeños pueblos? ¿qué vale si quien decide los presupuestos no es el
ayuntamiento al que han votado, sino una instancia política ajena, llamada
diputación provincial, a la que no han votado?, ¿qué vale ese voto cuando los
servicios o las obras necesarias en estos pueblos dependen del capricho o la
buena relación del alcalde o el pedáneo con quien gobierna en la diputación
correspondiente?… Ese voto no vale nada. Simplemente es una burla a la
democracia.
Sí, es cierto que sobran muchos pequeños municipios, pero hay
que tener claro que no sobra ningún ayuntamiento. Cada población del municipio,
por pequeña que sea, deberá tener su ayuntamiento, constituido como asamblea
vecinal soberana, confederada con el resto de asambleas vecinales del
municipio, con las que compondrán la asamblea municipal (o ayuntamiento de
ayuntamientos, o sea, el gobierno municipal), dotado con una administración
para el desarrollo de las políticas y servicios comunitarios.
Sobran, pues, muchos municipios, pequeños y grandes, que no son democráticos
(por las razones anteriormente expuestas). Los que faltan son municipios autónomos y fuertes, con verdadera capacidad de autogobierno, con
recursos humanos y económicos suficientes para desarrollar su autonomía democrática y su capacidad de autogestión,
con un ámbito geográfico de tamaño al menos comarcal; lo que falta son municipios
autosuficientes en los que desarrollar la democracia en la escala en la que ésta
es posible, sin intermediarios, que es en la escala local.
Cuando ésto
sea así, no sólo sobrarán las Diputaciones, sino también las Comunidades Autónomas
y el propio Estado. Para entonces, la ciudadanía, emancipada, sabrá muy bien
como resolver sus necesidades. Y para aquellas necesidades que no pueda cubrir cada
municipio por sí mismo, éstos encontrarán soluciones solidarias de cooperación
con otros municipios, mancomunando servicios en confederaciones regionales,
nacionales o internacionales, sin más: de forma natural, inteligente, económica
y, por fin, plenamente democrática.
1 comentario:
EL PROBLEMA SON LAS AUTONOMIAS.... No nos las podemos permitir.. o las autonomías (el gran agujero de las cuentas públicas) o nosotros.
BASTA DE RECORTES... QUE RECORTEN LAS AUTONOMIAS Hay comptencias que gesiona mejor y más barato el Estado y otras que hace falta gestionarlas desde lo más cercano posible al usuario. Como se hace en otros países, ni mas ni menos... el problema es que aquí las autonomías han engordado muchísimo, son ineficientes al gestionar peor y multiplicando costes x 17 competencias como sanidad, educación, justicia, infraestructuras (que nunca debieron salir del Estado).
No es una cuestión de partidos.. es una cuestión de sanear la administración pública para que sea sostenible y eficaz.
Hay muchos estudios (algunos internacionales incluso) que lo demuestran... LAS AUTONOMÍAS SON EL CÁNCER DE LAS CUENTAS PÚBLICAS.... NO NOS LAS PODEMOS PERMITIR. ¿PORQUÉ NO EMPIEZAN A RECORTAR POR DONDE REALMENTE SOBRA Y SE DEJAN DE RECORTES SOCIALES?
No es una cuestión política o de partidos, es una cuestión de necesidad social. O LAS AUTONOMÍAS O EL ESTADO DEL BIENESTAR.
http://elproblemasonlasautonomias.wordpress.com
¡¡¡ Ya está bien de recortes sociales.. FUERA AUTONOMÍAS...PÁSALO !!!
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