Hace unos minutos, según venía
para casa, he pillado parte de una interesante conversación que en Radio 1 mantenían Toni Garrido, conductor de uno de
mis programas preferidos, ASUNTOS PROPIOS, y uno de mis
cantautores de cabecera, Luis Eduardo
Aute, que presentaba su último disco, titulado INTEMPERIE.
Aute hacía una reflexión sobre la crisis actual y sobre el cambio de
era que estamos viviendo; decía que apenas nos hemos recuperado de la caída
del socialismo “real” cuando estamos asistiendo a la caída del capitalismo “irreal”;
decía Aute que aquél sí que era irreal y
que éste, el capitalismo, además de irreal es cutre. Completamente de acuerdo. El
desmoronamiento de los chiringuitos financieros lo ha hecho bien visible e
insoportable.
Pero, amigo Aute, siendo ésto
así, creo que no hay que fiarse de las apariencias, creo que la caída del cutrecapitalismo no va a ser tan fácil y
rápida como fue la del “socialismo irreal”, y lo creo por una razón sencilla: el cutrecapitalismo tiene cimientos mucho más
sólidos, sostengo que su fortaleza consiste en que es un sistema “muy natural”, que se apoya en las leyes de la
evolución natural y en esa salvaje ley de la selva que condena a los individuos a competir con el
resto, que da rienda suelta a su instinto individualista/depredador y que, a la
postre, conduce a la desaparición cíclica
y selectiva de las especies. Esta “naturalidad” del individualismo es la gran palanca que
sostiene al sistema capitalista, su gran
poder; y de ahí su éxito.
En las páginas de Público leí una entrevista que le
hacían a un economista al comienzo de la crisis -creo que a finales del 2008-, en la
que éste afirmaba que “el problema no es el capitalismo en sí, sino el
capitalismo en mí”. Esa frase me pareció genial, es la expresión clarísima de
la gran fortaleza del capitalismo, esa
bestia que nos penetra, que nos habita y nos
metamorfosea naturalmente, con la lógica
cutre del pensamiento único, ¡y de forma tan natural! Y es que lo natural es ecologista, superliberal y megaguay, ossea…
Y enfrente debería estar el
socialismo, de momento sólo una esperanza muy debilitada, una opción ética
y “antinatural” que opta por la igualdad
y la fraternidad, por la colaboración y
el poder distribuido (eso de la democracia), …por valores tan hábilmente
suplantados y desprestigiados por el pensamiento único.
La crisis actual puede hacernos pensar que la decadencia del capitalismo es tan inminente como obvia. Hasta
Bush lo dijo: “he suspendido las reglas del
mercado para salvar al mercado", que es lo mismo que afirmar que el mercado es incompatible incluso con sus propias reglas. Hasta ese
punto es cutre el capitalismo, amigo Aute. Pero no subestimemos su poder. De momento, esta ronda la paga el común, la ciudadanía. De momento, estamos bien jodidos, buscando cartones por las calles, en la INTEMPERIE más absoluta .
Luis Eduardo Aute
Toni Garrido
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